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General: Ensayo en el disc. del Evang. según san Juan cap. 6 v41 al v72
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De: Hermano Cristiano  (Mensaje original) Enviado: 17/11/2014 17:58

Juan cap. 6: v 41 al v 47

Los judíos criticaban porque Jesús había dicho: Yo soy el pan que ha bajado del cielo. Y decían: Este Jesús, ¿no es el hijo de José? Nosotros conocemos a su padre y a su madre. ¿Como dice que bajó del cielo?

Jesús contestó: No murmuren entre ustedes. Nadie puede venir a mí si no lo atrae mi Padre que me envió. Y yo lo resucitaré en el último día. Está escrito en los profetas: Y todos se dejarán enseñar por Dios. Así, toda persona que escucha al Padre y recibe su enseñanza, viene a mí.

Es que nadie ha visto al Padre fuera del que ha venido de Dios: éste ha visto al Padre. En verdad les digo: El que cree tiene vida eterna.

ENSAYO:

Quienes se encuentran dominados para seguir tradiciones religiosas porque están acostumbrados a ser guiados y convencidos de acuerdo a las normas, enseñanzas y mandatos de hombre con las que éste ha querido interpretar la enseñanza de Jesús, nos mirarán y se preguntarán: ¿Por qué se autodenominan como discípulos de Jesús? si nosotros los conocemos muy bien y sabemos de donde vienen, y además, no les ha sido conferida esa investidura de parte de nuestras autoridades religiosas. Por lo que dudarán de lo que digamos.

Pero la Palabra les dice a quienes dudan: no murmuren entre ustedes que están acostumbrados a creer que la autoridad que confiere el hombre en el Nombre de Jesús es la verdadera autoridad que viene de Dios, y esto lo han considerado como una verdad incuestionable porque se ha manipulado la enseñanza de Jesús para que parezca que así es, pero si aquellos que murmuran se pusieran a estudiar, reflexionar y meditar profundamente en ella, sabrían que la autoridad que Dios confiere se manifiesta en quienes se esfuerzan por ser verdaderamente fieles a su mandato, creyendo y aceptando en sus corazones, que Jesús es el Pan bajado del Cielo con lo cual se cumplirá con lo escrito por los profetas: " Y todos se dejarán enseñar por Dios."

Por eso la enseñanza que Dios confió a su Hijo Jesucristo, será recibida por todos los que quieran ir a él para recibir ese alimento espiritual para recibir la esencia que ella contiene y puedan conocer al Padre y escuchar su voz, y recibir en sus corazones, la gracia de su perdón, su amor, su justicia y su misericordia infinitas.

Juan cap. 6: v 48 al v 54

Yo soy el pan de vida. Vuestros antepasados, que comieron el maná en el desierto, murieron. Aquí tienen el pan que bajó del cielo para que lo coman y ya no mueran. Yo soy el pan vivo bajado del cielo, el que coma de este pan vivirá para siempre. El pan que yo daré es mi carne, y la daré para vida del mundo.

Los judíos discutían entre ellos. Unos decían: ¿Cómo este hombre va a darnos a comer carne? Jesús les contestó: En verdad les digo: si no comen la carne del Hijo del Hombre y no beben su sangre, no viven de verdad. El que come mi carne y bebe mi sangre, vive de vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día.

ENSAYO:

Tengamos presente que sólo Jesús es el Pan de Vida, y que el pan que a muchos se les ha dado, es como el maná del desierto, que ha calmado momentáneamente el hambre espiritual que han sentido, pero ese pan no les proporcionará vida eterna.

Esta vida eterna sólo puede ser recibida en todo aquel que ha permitido que su condición tradicionalmente religiosa y materialista, inmersa en las cosas de este mundo, sea colocada y clavada en la cruz que le corresponde para estar en la condición adecuada para guardar y enseñar a cumplir con fidelidad la Palabra de Jesús, es decir, para comer su carne y beber su sangre convenientemente para adquirir el conocimiento material y espiritual de su persona según el discernimiento en la esencia de su enseñanza, para que a su tiempo, tiempo de Dios, Jesús nos resucite en el último día.

Juan cap. 6: v 55 al v 59

Mi carne es comida verdadera, y mi sangre es bebida verdadera. El que come mi carne y bebe mi sangre permanece en mi, y yo en él. Como el Padre, que vive, me envió, y yo vivo por él, así quien me come a mi tendrá de mí la vida. Este es el pan que ha bajado del cielo, no como el que comieron vuestros antepasados, los cuales murieron. El que coma este pan vivirá para siempre.

Así habló Jesús en la Casa de Oración en Cafarnaún.

ENSAYO:

Jesús y su enseñanza es comida y bebida verdadera, que come y bebe en verdad todo aquel que cree en Jesucristo como dice la Escritura y que guarda y enseña a cumplir con fidelidad su mandato, reflexionando y meditando en su enseñanza para recibir su discernimiento en su esencia espiritual, entonces y sólo entonces, estará comiendo su carne y bebiendo su sangre en la forma debida para que la voluntad de Dios permanezca en cada uno de sus hijos obedientes, y así, como el Padre que vive y Jesús vive por él, quienes hacen suya la encomienda de ser fieles a Jesús y su Palabra, tendrá en Jesús la vida, porque él es el Pan de Vida bajado del Cielo para que el que coma de este Pan viva para siempre.

Juan cap. 6: v 60 al v 72

Cuando oyeron todo esto, muchos de los que habían seguido a Jesús dijeron: ¡Este lenguaje es muy duro! ¿Quién puede sufrirlo?

Jesús captó en su mente que sus propios discípulos criticaban su discurso, y les dijo: ¡Que va a ser entonces, cuando vean al Hijo del Hombre subir al lugar donde estaba antes! El Espíritu es quien da la vida, la carne no sirve de nada. Las palabras que les he dicho son espíritu y, por eso, dan vida. Pero hay algunos de ustedes que no creen.

En efecto, sabía Jesús desde el principio quienes eran los que no creían y quien era el que lo iba a entregar. Agregó: ¿No les he dicho que nadie puede venir a mí si mi Padre no les ha concedido esta gracia?

A partir de este momento muchos de sus discípulos dieron un paso atrás y dejaron de seguirlo. Jesús preguntó a los Doce: ¿Quieren también dejarme ustedes?

Pedro contestó: Señor, ¿a quién iríamos? Tú tienes palabras de vida eterna. Nosotros creemos y sabemos que tú eres el Santo de Dios. Jesús respondió: Yo mismo los elegí a ustedes, los Doce. Y, sin embargo, uno de ustedes es un diablo. Jesús se refería a Judas, el Iscariote, hijo de Simón. Era uno de los Doce, y lo traicionaría.

ENSAYO:

Cuando alguien predique obedeciendo la voluntad de Dios, muchas de las autoridades religiosas que siguen viviendo atados a las tradiciones, normas y formas humanas de entender la enseñanza de Jesús, se escandalizarán, ya que se sentirán amenazados en el poder que el hombre les ha dado en el Nombre de Jesús, porque saben muy bien que ese poder no es el poder que Dios da porque no están en verdadera obediencia, y no se han dado cuenta realmente o no han querido hacerlo, que la carne no sirve de nada sin la vida que da el Espíritu, y la Palabra de Dios es Espíritu y es Verdad, y quien la guarda y enseña a cumplir con fidelidad creyendo en Jesús y en su enseñanza, tendrá vida verdadera.

Dios nos conoce a todos y sabe quienes somos, y sabe quien ha pretendido quitarle la honra y la gloria y la alabanza, consciente o inconscientemente, porque han enseñado o seguido la enseñanza de Jesús adulterándola con normas y pensamientos de humana sabiduría. Pero sabemos que nadie puede creer en verdad en Jesús y su Palabra, recibiéndolo en sus corazones, si el Padre no les ha concedido esa gracia porque no se han mostrado obedientes a su voluntad, por lo que muchos de los que se han proclamado cristianos y que han escuchado estas fuertes palabras, no serán capaces de cambiar esa actitud religiosa tradicional y materialista, y seguirán utilizando el Nombre de Jesús según lo vayan marcando sus normas dictadas por el libre albedrío humano, y quienes sigan actuando de esta manera, en lugar de seguir el llamado del Espíritu, están siguiendo el llamado de la carne.

Pero también sabemos que el que ha hecho suya la voluntad de Dios a través de creer en verdad que Jesús es el Santo de Dios, no se desviará de la encomienda que se le ha encargado, porque le ha sido dada la valentía y el dominio propio para resistirse a las tentaciones y presiones que el hombre ejercerá sobre él según sus tradiciones, en el Nombre de Jesús.

Sin embargo, alguno de los escogidos es un diablo que tratará de desviar su enseñanza con cosas de tiempos pasados u otras enseñanzas ajenas a la Palabra de Jesús, por eso todo cristiano deberá estudiar, reflexionar y meditar profundamente en ella para recibir su discernimiento en su esencia espiritual, y en eso se reconocerá a sus verdaderos discípulos.



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De: Dios es mi paz Enviado: 19/11/2014 16:19
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Gracias hermano por su constancia en el trabajo aquí, es de mucha bendición!
Araceli


 
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