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General: Ensayo en el disc. del Evang. según san Juan cap. 15
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De: Hermano Cristiano  (Mensaje original) Enviado: 26/11/2014 22:09

Juan cap. 15: v 1 al v 10

Yo soy la vid verdadera, y mi Padre el viñador. Si alguna de mis ramas no produce fruto, él la corta; y limpia toda rama que produce fruto para que de más.

Ustedes ya están limpios: la palabra que les he dirigido los ha purificado. Permanezcan en mi y yo permaneceré en ustedes.

Como la rama no puede producir fruto por si misma si no permanece en la planta, así tampoco pueden ustedes producir frutos si no permanecen en mi. Yo soy la vid y ustedes las ramas. Si alguien permanece en mí, y yo en él, produce mucho fruto, pero sin mi no puede hacer nada.

El que no se quede en mi, será arrojado afuera y se secará como ramas muertas: hay que recogerlas y echarlas al fuego, donde arden.

Si se quedan en mi, y mis palabras permanecen en ustedes, todo lo que deseen lo pedirán, y se les concederá.

Mi Padre encuentra su gloria en esto: que ustedes produzcan mucho fruto, llegando a ser con esto mis auténticos discípulos.

Yo los he amado a ustedes como el Padre me ama a mí: permanezcan en mi amor. Si guardan mis mandatos, permanecerán en mi amor, así como yo permanezco en el amor del Padre, guardando sus mandatos.

ENSAYO:

Todo discípulo de Jesús está unido a él como ramas a la vid para producir fruto espiritual, y si alguno no produce fruto el Padre lo separará de él.

Todo discípulo que ya está produciendo fruto espiritual, será limpiado de todo aquello que lo a limitado para producir más fruto y den más fruto, sin que sean confundidos para creer que se habla de frutos materiales como Templos de piedra o cuentas abultadas en los bancos, ya que esos frutos se han producido al amparo de la modificación del sentido espiritual del pensamiento de Dios plasmado en la Palabra de Jesús, por el sentido material del pensamiento del hombre, pensamiento que lo ha llevado a creer que el tener llenas sus congregaciones de personas que están de acuerdo con él en el Nombre de Jesús es lo más importante, sin darse cuenta o no querer hacerlo, de que siguen estando sometidos a tradiciones religiosas en las que combinan la enseñanza de Jesús con mandatos y enseñanzas de hombre como si esta fuera la voluntad de Dios.

Quien así se conduce o se deja conducir, no se encuentra limpio de la contaminación material y tradicional a la que ha sido expuesto y por lo tanto no puede producir el fruto del Espíritu por si mismo.

Cuando guardamos y enseñamos a cumplir fielmente la Palabra de Jesús, él permanecerá en nosotros para que produzcamos mucho fruto, pero si en lugar de guardarla y enseñarla a cumplir fielmente, la adulteramos con pensamientos y razonamientos de humana sabiduría, no puede hacer nada en nosotros para producir el Fruto del Espíritu porque no queremos ser limpiados.

Si queremos ser limpiados de toda contaminación material, estudiemos, reflexionemos y meditemos en la Palabra de Jesús para que podamos adentrarnos poco a poco en su esencia espiritual y aprendamos a guardarla con fidelidad, y si permanecemos fieles a Jesús y a su enseñanza, él permanecerá en nosotros, ya que si no permanecemos en él, no podremos producir el Fruto del Espíritu en amor, en gozo, en paz, en fe, en bondad, en benignidad, en paciencia, en mansedumbre y en templanza.

Si nosotros perseveramos en el estudio, reflexión y meditación en su Palabra, produciremos mucho fruto en el cual el Padre encuentra su gloria, gloria que le darán sus auténticos discípulos, es decir: los que guardan fielmente su enseñanza como la verdadera voluntad de Dios.

Permanezcamos en el amor de Jesús guardando y enseñando a cumplir su enseñanza así como Jesús permanece en el amor del Padre guardando sus mandatos pues Jesús nos ama como el Padre lo ama a él.

Juan cap. 15: v 11 al v 17

Yo les he dicho estas cosas para que en ustedes esté mi alegría, y la alegría de ustedes sea perfecta. Mi mandamiento es éste: Ámense unos con otros como yo los he amado. No hay amor grande que éste: dar la vida por sus amigos.

Ustedes son mis amigos si cumplen lo que les mando. Ya no les llamaré servidores, porque un servidor no sabe lo que hace su patrón. Les llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que aprendí de mi Padre.

Ustedes no me escogieron a mí. Soy yo quien los escogí a ustedes y los he puesto para que vayan y produzcan fruto, y ese fruto permanezca. Y quiero que todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo dé.

Yo les ordeno esto: que se amen unos a otros.

ENSAYO:

Si producimos el Fruto del Espíritu estará la alegría de Jesús en nosotros y nuestra alegría será perfecta, porque al guardar con fidelidad su Palabra, estaremos siendo protegidos de todo aquello que nos pudiera causar daño en el alma que es el lugar exacto para separar lo material de lo espiritual, es decir: el lugar en donde el hombre utiliza su libre albedrío, para que éste sea convertido en la llave para abrir la puerta de su condición espiritual en donde encontrará la protección del poder, la sabiduría, la justicia y la misericordia infinita de Dios al lograr comunicarse plenamente con él al regresar al conocimiento de ser hecho a su imagen y semejanza, dándole la honra, gloria y alabanza a Dios en su Trinidad Santa y Perfecta, y todo lo demás vendrá por añadidura.

Esa condición espiritual, deberemos separarla de nuestra condición material y tradicional que se encuentra amparada en el limitado conocimiento del hombre que nos ha hecho despreciar, sin tener plena consciencia de ello, el conocimiento de Dios a través del estudio, reflexión y meditación de la Palabra de Jesús, para que la alegría inmensa que eso produce florezca plena en nuestras vidas.

Cuando los verdaderos discípulos de Jesús produzcan el Fruto del Espíritu rebosantes de la inmensa alegría de Jesús, es porque también estarán guardando uno de los grandes mandamientos de su Palabra amándose los unos a los otros como él nos ha amado hasta el punto de dar la vida por los amigos, es decir: que todos los que aspiremos a ser verdaderos discípulos de Jesús, deberemos despojar al hombre viejo y fuerte de nuestra condición material y tradicional, del centro de nuestras vidas, crucificándolo para poder resucitar al conocimiento de Dios de ser hechos a su imagen y semejanza en su más pura esencia espiritual, y así, mostrarle a los amigos el camino a la resurrección y a la vida verdadera a través de la meditación seria y profunda de su Palabra.

Y cuando verdaderamente nos encontremos en ese punto de conocimiento espiritual de Jesús y su Palabra, él ya no nos llamará servidores sino amigos, porque nos está siendo dado a conocer y aprender todo lo que le ha comunicado el Padre.

Ahora sabemos que nosotros no lo escogimos a él, sino que fuimos escogidos por él para ser preparados y producir el Fruto del Espíritu y que permanezca en nosotros para que demos ejemplo en todos aquellos que quieren conocer a Jesús de acuerdo a la meditación profunda de su Palabra, para que verdaderamente cuando le pidamos algo al Padre en el Nombre de Jesús él mismo nos lo de, por eso nos manda amarnos los unos a los otros.

Juan cap. 15: v 18 al v 21

Cuando el mundo los odie, recuerden que, primero que a ustedes, el mundo me odió a mi. No sería lo mismo si ustedes fueran del mundo, pues el mundo ama lo que es suyo.

Pero ustedes no son del mundo, sino que yo los elegí de en medio del mundo; por eso el mundo los odia. Acuérdense de lo que les dije: el servidor no es más que su patrón; si me persiguieron a mí, también los perseguirán a ustedes. ¿Hicieron caso de mi enseñanza? Tampoco escuchará n la predicación de ustedes. Les harán todo esto por causa de mi Nombre, porque no conocen al que me envió.

ENSAYO:

Ese amor que nos demostremos unos a otros, posiblemente no les cause ningún buen pensamiento a aquellos que han preferido los goces y placeres de este mundo de acuerdo a como han sido enseñados por otros, y posiblemente también, sientan odio hacia nosotros porque ya no nos sujetamos a la sabiduría humana en sus costumbres y tradiciones religiosas que los ha mantenido en una posición cómoda para enseñar y ser enseñados acerca de los grandes misterios de la vida que les ha permitido llevar su vida como lo han querido, creyendo que esa es la voluntad de Dios. Pero no nos debe de extrañar, porque antes que a nosotros el mundo odió a Jesús porque él no estaba sujeto a las tradiciones religiosas y al materialismo de este mundo, y como, él seremos odiados porque el mundo ama más lo que es suyo, y suyo es el egoísmo, la contienda, el sufrimiento, la envidia, la ambición malsana, el reconocimiento que eleva el ego y no la superación que eleva el espíritu, y si a Jesús lo persiguieron, también a nosotros nos perseguirán porque hemos preferido guardar fidelidad a la Palabra de Dios que el Padre encomendó a Jesús transmitir al hombre, que seguir viviendo sometidos a las tentaciones que el amo de este mundo ofrece, y por lo tanto tampoco escucharán lo que Jesús nos manda decir porque ellos no quieren ser de sus elegidos y por lo mismo no conocerán verdaderamente al que lo envió.

Juan cap. 15: v 22 al v 25

Si yo no hubiera venido ni les hubiera hablado, no tendrían pecado. Pero ahora están en pecado y no se pueden disculpar.

Quien me odia a mí, odia también a mi Padre. Si no hubiera hecho ante ellos cosas que antes nadie había hecho, no estarían en pecado. Pero las han visto y me odian a mí, y a mi Padre. Así se cumple la palabra escrita en su Biblia: Me han odiado sin causa alguna.

ENSAYO:

Si no hubiéramos aceptado a Jesús y creído en su Palabra no tendríamos pecado, pero quién si lo ha aceptado y ha hecho lo que ha querido con su enseñanza, está lleno de pecado, ya que no ha querido ser fiel a la Palabra de Jesús para guardarla y enseñarla a cumplir con fidelidad a través del estudio, reflexión y meditación de ella para entrar en el conocimiento de los misterios de Dios.

Ningún cristiano puede ignorar que Jesús es el Unigénito de Dios y que vino en la condición de ser el Hijo del Hombre para rescatar lo que se había perdido desde los tiempos de Adán y Eva, y todo el que quiera ser rescatado de las cadenas de tentaciones con las que el amo de este mundo lo tiene atado, debe de creer verdaderamente en Jesús y su Palabra para mostrar realmente el amor de Dios por sus semejantes, no mostrando un falso amor, porque quien así lo hace y se resiste a ser fiel para guardar y enseñar con fidelidad la Palabra de Jesús estará en su contra, y por lo consiguiente, en contra del Padre.

Si todos los que han visto el poder de Jesús para realizar cosas que nadie había hecho y siguen siendo testigos de las cosas maravillosas que el poder de Jesús sigue haciendo, y las reconocieran guardando fidelidad a su Nombre y enseñanza, no tendrían pecado, pero las han visto y prácticamente las han despreciado por su negativa para querer guardar y enseñar a cumplir su Palabra porque no quieren creer verdaderamente en él y que él los salve.

Juan cap. 15: v 26 al v 27

Yo les enviaré, desde el Padre, el Espíritu de la Verdad, que procede del Padre. Este Intercesor, cuando venga, presentará mi defensa. Y ustedes también hablarán en mi favor, pues han estado conmigo desde el principio.

ENSAYO:

Sabemos que lo que estamos atestiguando es verdad, y a su debido tiempo, Jesús nos enviará desde el Padre el Espíritu de la Verdad que procede del Padre para recibirlo en nuestra mente, y él presentará su defensa a través de nosotros que hablamos en su favor, pues hemos estado con él desde el principio, y sabemos que la enseñanza que hemos recibido y guardado en nosotros para aplicarla como la voluntad de Dios, es la que Jesús aprendió del Padre.



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