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General: UNA HISTORIA VERDADERA. Parte 12
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Respuesta  Mensaje 1 de 4 en el tema 
De: Hermano Cristiano  (Mensaje original) Enviado: 17/12/2014 17:48
Parte 12
¡Y he aquí lo que le sucedió! 
Resulta que cuando nuestro cuate se quedó en Xalapa para conseguir unos billetes que nos permitieran sobrevivir unos días en México en lo que nos hacíamos famosos, la única forma que se le ocurrió para conseguir ese dinero, fue bajándoselo a su papá, y como sintió temor de que él, (su papá), se diera cuenta antes de tiempo, se le hizo fácil tomar el tren de la tarde y llegar más o menos a las dos de la madrugada a tepeyahualco y ahí esperar en la estaciòn a que amaneciera para reunirse con nosotros, pero resulta que el jovenazo, con su conciencia limpia, se durmió profundamente, tan profundamente que sólo despertó cuando el conductor ( así se le llama al que recoje los boletos en el tren y anuncia cada parada del mismo), dijo ¡ Totalco ! y Manuel al despertar en ese momento creyó que dijo ¡Tepeyahualco ! y que se baja en Totalco, de madrugada, con un frío espantoso y a dos paradas antes del pueblo; y ¿ahora?, se preguntó, afortunadamente un campesino que se encontraba por ahí de casualidad, le indicó cuán lejos quedaba el pueblo que buscaba y que la única forma de llegar a él sin perderse, era seguir las vías del tren hasta ese lugar, pero que también era peligroso por los coyotes que rondaban la vía. Nuestro cuate se tronaba los dedos de preocupación, y de repente, el campesino le dijo: yo voy para allá si quieres puedes venirte conmigo, ¡a que campesino travieso!, bueno pues Manuel así lo hizo y empezó a caminar a su lado por cinco o seis horas en medio de la oscuridad y soportando con estoicismo el tremendo frío de la madrugada, hasta que llegó al pueblo y se puso a chiflar como loco y con tremenda dificultad, hasta que nos halló, y al conocer Pancho y yo las peripecias por las que pasó, nos volvimos a desternillar de risa al verlo compungido y enojado por la tremenda aventura que pasó por su descuido. 
Después de pasar unos días en el pueblo y sin preocuparnos, por estúpidos, de cómo se encontrarían de angustiados nuestros padres, nos despedimos de los tíos quienes ignoraban la forma en que nosotros habíamos planeado todo, y partimos hacia nuestro prometedor destino; durante el viaje platicábamos de cómo íbamos a administrarnos, tanto en nuestro talento, como en las riquezas que sin duda nos estaban esperando en el Distrito Federal con los brazos abiertos. 
Cuando llegamos a la ciudad de México D.F. nos maravillaron sus altos edificios y la cantidad de automóviles que circulaban en sus increíbles calles y avenidas, también las estatuas y monumentos, que mirábamos con asombro, nos impactaron con su belleza y magnificencia. 
Al bajarnos del tren en la estación Buenavista, casi en el mero centro de México, nos dirigimos a la dirección que nos había dado ese individuo que se dijo autor y productor de obras exitosas de teatro, y en el camino, al preguntar por la ubicación de la dirección, alguien nos decía que se encontraba algo retirado, más o menos a unas 20 cuadras de donde estábamos, imagínense, cada cuadra como de 300 metros mínimo, o al menos así las veíamos, pero, al preguntarle a otro individuo, nos dijo que la dirección que buscábamos estaba a la vuelta de donde nos encontrábamos, y así fue. Nos dirigimos al encuentro de nuestro destino artístico, y cuando preguntamos por el tipo en cuestión, que se aparece el verdadero dueño del nombre y de la profesión de la que se había adueñado el otro sujeto únicamente para impresionarnos y burlarse de nosotros, y al presentarnos y decirle del engaño del que fuimos objeto, el señor se disculpó pero dijo que no podía hacer nada por nosotros, y, como dice la canción, ¡todo se derrumbó! 
Salimos de allí con la cola entre las patas y sin saber qué hacer, así que por el momento buscamos alojamiento en un hotelito de mala muerte, pero, ¡bendita juventud!, como esa situación no nos robó nuestros talentos artísticos, se nos ocurrió, que el mundo tenía que conocer de nosotros, que no podíamos castigarlo por la jugarreta de la fuimos objeto; así que enfilamos nuestros pasos a ¡Garibaldi! para que todos tuvieran la oportunidad de vernos; jóvenes, guapos y gallardos, con esa presencia impactante que no se podría ignorar por ningún motivo. Pues bien, llegamos y nos sentamos en una banca que nos sirvió como escaparate para darle entrada a las muchachonas del lugar, para que por medio de ellas, contactarnos con los grupos de mariachis que tocaban allí mismo, y empezar, aunque fuera de esa manera, el camino al estrellato, e ir superando, inclusive, a Pedro Infante, Jorge Negrete y a Javier Solís y a todo aquel que se nos pusiera enfrente. Otra vez, ¿cómo la ven? 


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Respuesta  Mensaje 2 de 4 en el tema 
De: SRA SARA Enviado: 18/12/2014 02:14
Una Historia larga y ya quiero saber el final de ella jeejejejeje,Bendiciones 

Respuesta  Mensaje 3 de 4 en el tema 
De: Hermano Cristiano Enviado: 18/12/2014 17:58
Paciencia hermana Sara, te aseguro que toda la historia relatada es la que da pie al testimonio de vida que compartiré con el grupo.

Respuesta  Mensaje 4 de 4 en el tema 
De: SRA SARA Enviado: 19/12/2014 16:33
La tendre hnito gracias


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