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General: Ensayo en el disc. del Evang. según san Juan cap. 4
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De: Hermano Cristiano  (Mensaje original) Enviado: 15/11/2014 17:31

Juan cap. 4: v 1 al v 10

Los fariseos se enteraron de que Jesús bautizaba y atraía más discípulos que Juan (aunque Jesús no bautizaba personalmente, sino sus discípulos). El Señor, al saberlo, decidió abandonar le región de Judea y volvió a Galilea. Para esto tenía que pasar por el país de Samaria. Llegó a un pueblo llamado Sicar, en la tierra que el patriarca Jacob había dado a su hijo José. Allí se encuentra el pozo de Jacob.

Jesús, cansado por la caminata, se sentó sin más, al borde del pozo. Era cerca del mediodía. Una mujer samaritana llegó para sacar agua, y Jesús le dijo: Dame de beber.

En esos momentos se habían ido sus discípulos a hacer compras. La samaritana le dijo: ¿Cómo tú, que eres judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana? (Hay que saber que los judíos no se comunican con los samaritanos)

Jesús le contestó: ¡Si tú conocieras el don de Dios! Si tú supieras quien es el que te pide de beber, tú misma me pedirías a mí y yo te daría agua viva.

ENSAYO:

Cuando empecemos a cumplir con la encomienda a la que seremos enviados y no les sea grato a quienes creen tener la autoridad que el hombre les otorgó en las cosas de Dios, autoridad en la que incluso muchos estuvimos sometidos y que sin embargo entre ellos aprendimos algunos fundamentos que ahora estamos conociendo verdaderamente, salgamos de allí y coloquémonos en la condición espiritual en la que ya nos estamos desenvolviendo.

En el transitar por el camino de la naturaleza humana, pasaremos por ciertos lugares y conoceremos personas que también quieren calmar su sed de conocimiento de Dios, ya que esa necesidad no les ha sido cubierta en la forma en que han sido enseñados. Por lo mismo deberemos estar muy atentos, para que cuando estas personas nos compartan esa inquietud, surja vigorosa la personalidad de Jesús que habita en nosotros y podamos captar su atención al pedirles que nos compartan de esa agua natural con la que pretenden adquirir el conocimiento de Dios, para que nosotros a su vez, les hagamos saber que compartimos la misma sed, sólo que nosotros hemos encontrado el Agua Viva que viene del Cielo a través de guardar fidelidad a Jesús y a su Palabra, y si reconocen que es Jesús en nosotros quien les pide de esa agua que les va calmando un poco la sed de conocimiento de Dios, ellos mismos pedirán que les sea compartida de esa Agua Viva que les hará reconocerse en imagen y semejanza de Dios para disfrutar del Reino de Dios en este mundo y la vida eterna a la derecha de Jesús.

Juan cap. 4: v 11 al v 15

Ella le dijo: Señor, no tienes con que sacar agua y este pozo es profundo. ¿Dónde vas a conseguir esa agua viva? ¿Eres más poderoso que nuestro antepasado Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebió él, su familia y sus animales?

Jesús le contestó: El que beba de esta agua volverá a tener sed; en cambio, el que beba del agua que yo le daré, no volverá a tener sed. El agua que yo le daré se hará en él manantial de agua que brotará para vida eterna.

La mujer le dijo: Señor, dame de esa agua para que no sufra más sed, ni tenga que volver aquí a sacarla.

ENSAYO:

Todos los cristianos quisiéramos tener un encuentro personal con Jesús, pero aún no hemos permitido que él ocupe plenamente el centro en nuestra mente para sentir esa paz y tranquilidad que brota permanentemente de la Fuente del Poder y la Sabiduría de Dios, y todo, porque aún no hemos dejado de ser seducidos por las tradiciones religiosas, esas que entienden la enseñanza de Jesús envuelta en normas y enseñanzas de hombre, comparándose estas tradiciones, con el agua natural que mana de la tierra a través de pozos cavados por el hombre, y que lo único que esta agua hace, es calmar un poco la sed de conocimiento de Dios ya que somos limitados para recibir sólo pequeñas porciones de su Palabra combinadas con el tradicional razonamiento humano, mismo que nunca podrá calmar, ni nunca podrá llenar ese vacío espiritual que muchos sentimos en nuestras vidas.

Por eso, cuando Jesús dice que el que beba del agua viva que él nos dará a través del estudio, reflexión y meditación de su Palabra, alcanzará a comprender la esencia de su enseñanza y será convertido en manantial por el cual fluirá libremente esa agua viva que proporcionará, a quien así lo quiera, el acceso al Reino de Dios en este mundo para disfrutar abundantemente del amor, la fe, la bondad, la benignidad, la fortaleza, la templanza, la sanidad, la paz y la prosperidad en el tiempo, en el orden y para el propósito de Dios, no bebiendo más del agua de las tradiciones religiosas para ya no estar en el tiempo, el orden y propósito del hombre para el hombre en las cosas de Dios, y si así lo queremos, clamaremos: Señor Jesús, dame valentía y dominio propio para serte fiel guardando y enseñando a cumplir tus mandatos con fidelidad, separando convenientemente las cosas espirituales de Dios de las cosas materiales y tradicionales de hombre, bebiendo el agua viva de tu Palabra, reflexionando y meditando profundamente en ella para no tener la tentación de regresar a esos pozos de enseñanzas y mandatos de hombre en que han convertido tu Palabra para actuar en la forma que le conviene al amo de este mundo.

Juan cap. 4: v 16 al v 26

Jesús le dijo: Anda a buscar a tu marido y vuelve acá. La mujer contestó: No tengo marido. Jesús le dijo: Es verdad lo que dices que no tienes marido, has tenido cinco maridos, y el que tienes ahora no es tu marido.

Señor, contestó la mujer, veo que eres profeta. Nuestros padres siempre vinieron a este cerro para adorar a Dios, y ustedes los judíos, ¿No dicen que Jerusalén es el único lugar para adorar a Dios?

Jesús le dijo: Créeme, mujer: La hora ha llegado para adorar al Padre, pero no será en este cerro, ni tampoco en Jerusalén.

Ustedes, samaritanos, adoran lo que no conocen, mientras que nosotros, los judíos, conocemos lo que adoramos, porque la salvación viene de los judíos. Pero llega la hora, y ya estamos en ella, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. Son esos adoradores a los que busca el Padre.

Dios es espíritu, por tanto, los que lo adoran, deben adorarlo en espíritu y en verdad.

La mujer contestó: Yo se que el Cristo está por venir. El, al llegar, nos enseñará todo”. Jesús le dijo: Ese soy yo, el que habla contigo.

ENSAYO:

Jesús conoce nuestras vidas y corazones y nuestros pensamientos, y si así lo creemos, estaremos reconociendo la encomienda a la que Dios lo envió para resucitar al hombre que así lo quiere a su condición espiritual. ¿Por qué? Porque sus pensamientos tradicionales le han hecho creer, que las cosas materiales como dinero y posesiones adquiridos de cualquier manera, es el modo en que Dios ha derramado sus bendiciones sobre él, y le dan gracias en forma casi mecánica como la forma tradicional de adorarlo, sin darse cuenta, de que al hacerlo de esta manera siguen estando haciendo las cosas a su libre albedrío, y todo, porque no han querido o no han sabido ser enseñados a guardar fielmente la Palabra de Jesús sin ser desviados de ello, para colocar el manto de su voluntad y conocimientos de humana sabiduría como estrado de la voluntad de Dios.

Todo cristiano debe de saber, que cualquier forma de buscar el Reino de Dios contraria a la Buena Nueva anunciada por Jesús, pertenece a tiempos que ya pasaron, porque, aunque la salvación viene de los judíos, éstos no han aceptado a Jesús como Hijo de Dios ni como su Señor y Salvador, lo que los ha mantenido separados de la fuente del Agua Viva que correrá y brotará en todos los que crean en él como dice la Escritura.

Es por eso, que todos aquellos cristianos que han adorado a Dios sin conocerlo verdaderamente a través del estudio, reflexión y meditación de su Palabra dada a Jesús, sepan que se ha llegado la hora de aprender a colocar las tradiciones religiosas y el materialismo humano como asiento de las cosas espirituales de Dios, recuperando así nuestra verdadera identidad en Dios para ser verdaderos adoradores de él en espíritu y en verdad. Son estos adoradores a los que Dios busca, porque Dios es Espíritu, y por lo tanto todos los cristianos deberemos adorarlo en espíritu y en verdad. Por eso, todo aquel que busca saber quién es Jesús llamado el Cristo a través del estudio, reflexión y meditación de su enseñanza, alcanzará el discernimiento que ello otorga y recibirá el Espíritu de valentía y dominio propio para guardarla, ponerla por obra y enseñarla a cumplir con fidelidad como la voluntad de Dios, así, el gozo del Espíritu Santo nos inundará el corazón y la mente para adorar a Dios en Espíritu y en verdad.

Juan cap. 4: v 27 al v 30

En ese preciso momento llegaron los discípulos y se admiraron al verlo hablar con una samaritana. Pero ninguno le preguntó para que, ni por qué hablaba con ella. La mujer dejó allí el cántaro y corrió al pueblo a decir a la gente: Vengan a ver un hombre que me ha dicho todo lo que yo he hecho. ¿No será éste el Cristo? Salieron entonces del pueblo y fueron a verlo.

ENSAYO:

Así como Jesús da ejemplo en este pasaje, así mismo nosotros no debemos separarnos de esa gente interesada en la Palabra de Jesús aunque a algunos les cause extrañeza, ya que aún no han abierto completamente los ojos a las cosas espirituales de Dios porque han seguido bebiendo del cántaro que contiene el agua de las tradiciones religiosas y materialismo humano, y no han terminado por decidirse a beber del manantial del Agua Viva que brota incontenible de la Palabra de Jesús, pero en cuanto sepan que la enseñanza que Jesús comparte al hombre es amor que no tiene nada que ver con las pasiones y ambiciones humanas, pondrán a un lado ese cántaro y anunciarán a todos los que sigan calmado su sed en él, que se animen a beber del manantial que brota de la Palabra de Jesús porque parece que él es el Cristo anunciado que nos proporcionará el acceso al Reino de Dios en este mundo y a la vida eterna en el mundo venidero.

Juan cap. 4: v 31 al v 35

Mientras tanto los discípulos le decían: Maestro, come”. Pero él les contestó: Tengo un alimento que ustedes no conocen. Y se preguntaban si alguien le había traído de comer.

Jesús les dijo: Mi alimento es hacer la voluntad del Padre que me envió y llevar a cabo su obra. ¿No dicen ustedes: Faltan cuatro meses para la cosecha? Pues bien, Yo les digo: Levanten la vista y vean como los campos están amarillentos para la siega.

ENSAYO:

Quienes ya están estudiando, reflexionando y meditando en la enseñanza de Jesús, ya está bebiendo el Agua Viva de su Palabra y preparándose para disfrutar de ese alimento puro y sin contaminación de ninguna especie que es la voluntad de Dios a través de ser fieles a ella, voluntad que muy pocos conocen porque ha sido envuelta en las tradiciones religiosas.

Este alimento, es el que proporcionará el vigor, la fortaleza y la templanza de Dios en nuestras vidas para hacer nuestro el Espíritu de valentía y dominio propio para cumplir su mandato de ser fieles a Jesús y su Palabra, para que así, como reconocemos los tiempos de cosecha en los campos labrados, reconozcamos que los tiempos de la cosecha espiritual está muy cerca, y que el hombre que se encuentre fiel a Jesús y su Palabra será levantado y apartado para disfrutar plenamente en el Reino de Dios.

Juan cap. 4: v 36 al v 38

Ya el segador recibe su paga y junta frutos para la vida eterna; de modo que el sembrador participe en la alegría del segador. Y se verifica el dicho. Uno es el que siembra y otro el que cosecha. Pues yo los he enviado a cosechar donde otros han trabajado. Otros han sufrido y ustedes se hacen cargo del fruto de sus sudores.

ENSAYO:

Debemos entender bien esto para no ser confundidos con conceptos tradicionales religiosos y materialistas, porque el fruto que será cosechado será el Fruto del Espíritu, brotado de la semilla de la fe que Dios otorgó a todo ser humano para creer en Jesús y su Palabra, sin despreciar o menospreciar a aquellos que han cuidado y cultivado esta semilla según les ha sido enseñado por las tradiciones religiosas, pero que ahora, deberemos abonar y levantar esa siembra de acuerdo a la voluntad de Dios guardando y enseñando a cumplir sus mandatos, compartiendo esa alegría con quienes prepararon esa tierra espiritual con trabajo y sufrimiento, ya que ahora nosotros nos haremos cargo del fruto de sus sudores, verificándose el dicho de que uno es el que siembra y otro el que cosecha.

Juan cap. 4: v 39 al v 45

En este pueblo muchos samaritanos creyeron en él por las palabras de la mujer, que decía: El me descubrió todo lo que yo había hecho. Vinieron donde él y le pidieron que se quedara con ellos. Y se estuvo allí dos días. Fueron muchos más los que creyeron en él al oír su palabra, y decían a la mujer: Ya no creemos por lo que tú contaste. Nosotros mismos lo hemos oído y estamos convencidos de que éste es verdaderamente el Salvador del mundo.

Pasados los dos días, Jesús partió a Galilea. El había declarado; Ningún profeta es bien recibido en su propia tierra. Sin embargo, cuando llegó, los galileos lo recibieron bien, porque habían visto todo lo que Jesús había hecho en Jerusalén durante la fiesta. Ellos también habían estado allá.

ENSAYO:

Como podemos darnos cuenta, muchos creemos en Jesús por lo que otros han dicho de él, pero cuando vayamos directamente a buscarlo y queramos que permanezca en nuestro corazón, el estará a través de su Palabra en dos tiempos, es decir, en las dos condiciones humanas, material y espiritual, en las que podremos conocer de él a través del estudio, reflexión y meditación de la enseñanza que nos comparte e ir introduciéndonos en su esencia espiritual, y a través de eso, escucharemos claramente su voz para estar plenamente convencidos de que Jesús es el verdadero Salvador.

Después de esos dos tiempos que Jesús nos obsequia para prepararnos a recibirlo en cuerpo y alma, él volverá, a través de su Palabra, a esos lugares en donde no han sido obedientes a sus mandatos y será bien recibido por los que han sido testigos de lo que sigue haciendo en este mundo.

Juan cap. 4: v 46 al v 54

Jesús volvió a caná de Galilea, donde había cambiado el agua en vino.

Un funcionario de Cafarnaún tenía un hijo enfermo. Al saber que Jesús había vuelto de Judea a Galilea, salió a su encuentro para pedirle que fuera a sanar a su hijo, que se estaba muriendo.

Jesús dijo: Si ustedes no ven señales y prodigios, no creen. El funcionario le dijo: “Señor, ten la bondad de venir antes de que muera mi hijo. Jesús le contestó: Puedes volver, tu hijo está vivo.

El hombre creyó en la palabra de Jesús y se puso en camino.

Mientras bajaba a Cafarnaún, sus sirvientes le salieron al encuentro con la novedad de que el hijo estaba sano. Les preguntó a que hora el niño se había mejorado. Le contestaron: Ayer, a la una de la tarde, se le quitó la fiebre. El padre reconoció que a esa misma hora Jesús le había dicho: Tu hijo está vivo. Y creyó en él, con todos los suyos.

Esta es la segunda señal de Jesús. La hizo al volver de Judea a Galilea.

ENSAYO:

Debemos de tomar en cuenta de que es común que la gente quiera ver señales y prodigios para creer en Jesús, pero sólo cuando el hombre sujeta su voluntad a la voluntad de Dios a través de creer en Jesús y su Palabra, empezarán a darse estas señales y prodigios que los suyos reconocerán y creerán en la verdad de su Palabra, en la que recibirán el Espíritu de valentía y dominio propio que los hará alejarse de toda enseñanza que les ha impedido guardar y enseñar a cumplir la Palabra de Jesús, recuperando así la verdadera esencia de su identidad de ser hechos a la imagen y semejanza de Dios.



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Respuesta  Mensaje 2 de 3 en el tema 
De: Dios es mi paz Enviado: 17/11/2014 03:54

Gracias por compartir este mensaje, feliz semana, Araceli

Respuesta  Mensaje 3 de 3 en el tema 
De: Lolis Navarrete Enviado: 28/11/2014 16:34


 
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