Si la raíz es santa, también lo son las ramas, por eso uno debe ocuparse de tener la raíz adecuada para obtener las ramas deseadas.
La mayoría de las personas trata de arreglar las ramas, cuando en realidad debería trabajar en la raíz.
Esta es una mentalidad de maquillaje, que es habitual en este tiempo, donde tratamos de disimular las cosas en vez de arreglarlas desde su origen.
Si querés construir una vida sólida, ocupate en tener la raíz adecuada y, entonces, las ramas serán las apropiadas.
- Si le das el primer lugar a Dios, las cosas estarán en su lugar.
- Si sos prudente, tendrás tranquilidad.
- Si sos perseverante, concretarás las cosas.
- Si sos disciplinado, estarás preparado.
- Si sos auténtico, serás respetado.
Si en este tiempo hay alguna rama, en algún área de tu vida, que no está como deseás, necesitás trabajar en la raíz.
No te olvides que por más que actúes en la rama, si la raíz no es cambiada, no cambiará esa situación.
- Cuando colocás una raíz de santidad, estarás santificando toda tu vida.
- Cuando quitás una raíz de amargura, estarás alegrando tu vida.
- Cuando colocás una raíz de generosidad, tendrás una vida generosa.
- Cuando quitás de raíz el pecado, tendrás una vida victoriosa.
Que en este tiempo podamos colocar la raíz correcta en todo aquello que queramos lograr, y en todo aquello que queramos ser.
Yo bendigo tu vida con las mejores ramas. Para esto, primero te bendigo con la mejor raíz, que es colocar como fundamento la obediencia a Dios en todo.
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