REFLEXIÓN VIERNES 2 DE OCTUBRE DEL 2015.
“Pero en todos los pueblos a donde ellos llegaban, ofendían mi santo nombre, pues la gente decía: Estos son el pueblo del SEÑOR, pero tuvieron que salir del país”. Ezequiel 36:20.
Lo que decimos creer, debe ir muy acorde con nuestras acciones, porque, de lo contrario, seremos fácilmente criticados, por no practicar lo que señalamos creer. Muchas veces, algunos que dicen creer en Dios, con sus actos personales y públicos lo niegan. Por lo cual, son señalados por decir una cosa y practicar otra muy diferente. Igual sucede, muchas veces, con el pueblo de Dios: Su comportamiento ofende al Santo de Israel, dando lugar a que otros, vituperen el nombre del SEÑOR.
Hoy en día, las empresas prestadoras de servicios, compiten entre ellas para ganar buen nombre y reputación, pues bien saben que una mala calidad de sus productos ó un mal servicio, afecta su buen nombre y, en consecuencia, propicia el retiro de sus clientes y hace menguar sus ganancias. Se esmeran, entonces, en ofrecer cantidad de incentivos para mejorar su nombre y garantizarle comodidad a sus usuarios.
La Biblia dice que somos embajadores de Cristo y como cristianos llevamos el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Por lo tanto, sería bueno preguntarnos: ¿Qué piensa la gente del SEÑOR JESÚS, por lo que ve en mí? Hay un refrán que dice que: -Una imagen vale más que mil palabras.- ¿Qué imagen estoy proyectando a los demás? Cuando las personas me conocen, ¿De verdad querrán conocer a Cristo por la imagen que yo proyecto de Él?
Si las empresas en la tierra, se afanan por su buen nombre, cuanto más debemos preocuparnos nosotros, para que el nombre de nuestro Dios que es ¡Santo!, ¡Santo! y ¡Santo!, infinitamente Santo, no sea vituperado por nuestra culpa, sino exaltado y glorificado, por nuestra causa.
ORACION
“Soberano Dios y Padre Celestial: Mi vida en realidad solo tiene un propósito: reflejar a nuestro Señor Jesucristo. Dame sabiduría, endereza mis pasos, transforma mi vida de tal manera que los que me conozcan, quieran también conocerte a ti. Que lo que predique vaya acorde con mi forma de vivir y que tu nombre Padre Celestial, no sea objeto de burla, por causa de mi comportamiento. Lléname de tu Santo Espíritu, para que El dirija cada uno de mis pasos y que en todo te dé la gloria, en el poderoso nombre de nuestro Señor Jesucristo” Amén y Amén.
-Feliz Fin de Semana-
ARBEY SERNA ORTIZ