REFLEXIÓN VIERNES 5 DE FEBRERO DE 2016
“Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne.” Ezequiel 36:26.
Muchas personas, en vida, han tomado la decisión de donar, una vez que hayan fallecido, sus miembros vitales, para que sean extraídos de su cuerpo e implantados en otras personas que requieren de estos miembros, para seguir viviendo.
¿Cuántas de estas personas que han sido beneficiadas con implantes se han detenido a pensar, por un momento, acerca de su benefactor? Por lo regular, los donantes, son desconocidos, pero su espíritu generoso ha permitido prolongar la vida de otros.
De pronto, en un momento dado, podrán preguntarse: ¿Será alto ó bajo el donante? ¿De tez blanca ó morena? ¿De qué nacionalidad? En la mayoría de los casos, estas preguntas quedarán sin respuesta. Lo cierto es que estos actos de amor, salvan muchas vidas.
Nuestro Señor JESUCRISTO, El Hijo de Dios, Judío de nacimiento, murió en una cruz. “Más él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.”·Isaías 53:5.
Su cuerpo fue molido por nosotros, y la sangre que bombeaba su corazón fue derramada, íntegramente, para redimir a toda la humanidad, sin interesarle el color, la raza, la nacionalidad ó la religión de los beneficiados.“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, más tenga vida eterna.” Juan 3:16.
¿Te has detenido a pensar, un instante, en lo que hizo el Señor Jesús por ti? Has un alto en tu camino y reflexiona en ese amor infinito que nos dio vida, y vida eterna. Él no es un donante desconocido, su vida dio por ti y por mí y lo podemos conocer a través de la Biblia, que es la palabra de Dios y su palabra es verdad. Acércate a Jesús y agradécele por la nueva vida que, con su muerte, nos ha dado. Él es el perfecto donante de vida, digno de honra, gloria y honor.
ORACION
“Soberano Dios y Padre Celestial:”Gracias por tu amor y por tu misericordia. Gracias porque Cristo, más que su propia vida, amó la nuestra. Gracias Señor Jesús, porque con tu muerte y resurrección tenemos vida eterna, paz, sanidad, redención, perdón de nuestros pecados. Gracias porque nos has dado un nuevo corazón y un nuevo espíritu dentro de nosotros. Te doy gloria a ti Padre, a ti Dios Hijo y a ti precioso Espíritu Santo.” Amén y Amén.
-FELIZ FIN DE SEMANA-
ARBEY SERNA ORTIZ