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De: Dios es mi paz  (Mensaje original) Enviado: 20/03/2017 02:16




MÁS DE LO QUE PEDIMOS

Mientras elegía en un negocio un regalo que fui a comprar, la alegría de un padre que  se disponía a llevar un regalo para su hija, llamó mi atención. Recordé que en mi infancia mi padresiempre estaba atento a lo que yo necesitaba o deseaba y cuando le pedía alguna cosa él siempre procuraba darme más de lo que yo le pedía.

Era una forma de demostrarme su amor. Él deseaba que yo estuviera feliz y que nada me faltara.

Esto lo comprendí al crecer, ya que de niña aún no lo entendía. Hoy que él ya no está, lo recuerdo con nostalgia. La dulzura de esos momentos reconforta y alegra mi corazón. Ese recuerdo trajo a mi mente una porción de la Palabra de Dios:

Efesios 3:20

“...Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros...”


Dios actúa de esta misma forma con nosotros sus hijos, aunque puede suceder que no nos demos cuenta y no lo apreciemos. Dice el pasaje bíblico que nuestro Padre Dios, es poderoso para hacer las cosas mucho más abundantemente que lo que pedimos o entendemos.

Si me pongo a pensar en aquellas cosas que le pedimos a Dios, debo reconocer que Él nos da mucho más. Aunque algunas veces no llegamos a entender y hasta nos quejamos o no quedamos satisfechos, porque no entendemos su obrar.

        Me gustaría meditar y expresar dos cosas que no siempre tenemos en cuenta que recibimos cotidianamente de parte de Dios.


Amor: Él nos da su amor desde la eternidad hasta la eternidad, o sea desde antes de la fundación del mundo hasta la eternidad.

Salmos 103:17

 “Más la misericordia de Dios es desde la eternidad y hasta la eternidad sobre los que le temen. Y su justicia sobre los hijos de los hijos”

        

Paz: Esta no depende solamente de que todo vaya bien económicamente en el hogar,

en el trabajo etc. Por supuesto va mucho más allá de todo esto. Él nos dio "su" paz, que nos permite estar tranquilos aunque todo se derrumbe, aunque estemos enfermos, aunque no tengamos dinero.

Juan 14: 2

“Mi paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”


Dios nos dio su paz, y nos dejó la certeza de estar en y con nosotros. Su paz nos acompañará en todo momento, aun cuando no sepamos qué hacer. Dios nos ofrece esta “paz” especial que te cubre, te sacia y permite continuar a pesar de las circunstancias.

Muchas veces en nuestra vida nos toca pasar situaciones límites. En ocasiones, personas que nos rodean, no comprenden cómo podemos sobrellevar estos momentos tan duros.

El secreto es este: Dios interviene y nuestro corazón no se turba, ni tiene miedo. La tristeza puede embargarnos, nuestra alma puede desgarrarse de dolor, pero Su presencia nos infunde paz. Él sana nuestra alma, nos fortalece con su Espíritu y nos da una vida que es eterna y que va mucho más allá de nuestro presente.

En el mundo tendremos sufrimientos y aflicciones, pero estamos confiados, Él ha vencido al mundo y tenemos una eternidad con Él.

En una ocasión, una mujer cristiana se sentía angustiada a causa de su falta de salud. Muchas veces había pedido sanidad a Dios de la enfermedad que la aquejaba, pero no la había recibido. Recuerdo que pude consolarla con estas palabras:

Hermana, Dios te ha curado ya de la más terrible enfermedad. Ha limpiado y sanado tu alma del pecado y ahora tienes vida eterna. Puedes comunicarte con Dios, tener la seguridad de que al dejar esta tierra estarás en su presencia.

Eres nada menos que su hija amada y tienes la promesa de una vida eterna junto a Dios. Luego de orar juntas, ella recibió paz, se sintió tranquila y reconfortada, aún en medio de la enfermedad.

Comprendió que Dios le daría un futuro en su presencia y ya no sentía incertidumbre. Durmió en paz y sin ningún temor, partió a la presencia de Dios.


Números 6:24-26

“Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro y ponga en ti paz.”

   

Si estás en un tiempo de crisis, o enfermedad no olvides que Dios tiene tu futuro en sus manos. No te desanimes y descansa en Él. Lo que haga, ten por seguro, será lo mejor para ti. Si la tristeza te embarga, vuelca tu corazón ante el Señor, preséntale tus dudas y tus cargas, y dile lo que sientes con toda libertad. Prepárate para recibir el consuelo que Él quiere darte. Su promesa para tu vida en este día es: Éxodo 33: 14


“Mi presencia irá contigo y te daré descanso”.

   





 



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Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: hectorspaccarotella Enviado: 20/03/2017 13:50
Hermosa reflexión, querida amiga. 
Me tomé el permiso de distribuirla en redes sociales. 
¡Cuántas bendiciones, cuántos regalos inmerecidos recibimos de Dios!
¡Y qué indispensables son para nuestras vidas!. 
¿Quér haríamos sin ellos? 

HÉCTOR


 
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