Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

ANGELES DEL AMOR
¡ Feliz Cumpleaños ligigual !
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 / *****۞*******/*** 
 ♥ PASCUA CRISTIANA ♥ 
 **** ۞*·-»¦«-*۞*·»¦« 
 ♥ EL LUGAR DE MERCEDERA ♥ 
 /**** ۞*·-»¦«-*۞*·»¦« ˜ ˜ ****** 
 ♥ NUESTRA SALUD ♥ 
 ♥ VEN ANGEL....♥ 
 /**** ۞*·-»¦«-*۞*·»¦« 
 ♥ AVATAR DE LA ERA DE ACUARIO ♥ 
 *·-»¦«-*۞*·-»¦«-*۞*·»¦« 
 ♥ YOGA ♥ 
 *·-»¦«-*۞*·-»¦«-*۞*·»¦« /* 
 ♥ MIS DESEOS PARA TI...♥ 
 *·-»¦«-♥ *۞*·-»¦«-♥ 
 
 
  Herramientas
 
♥ YOGA Y REIKI ♥: MEDITACION ZEN
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: angelvioleta  (Mensaje original) Enviado: 26/05/2011 03:42

En la entrada deja tus zapatos. No se trata simplemente de descalzarse, sino de re-aprender la delicadeza en los gestos mas simples. Deja suavemente tus zapatos, el izquierdo a la izquierda del derecho, el derecho a la derecha del izquierdo. Quitate también las medias. Con tu  calzado deja igualmente tus ideas sobre el zen, tus lecturas, todas esas paginas a las que das una y otra vez vueltas en tu  cabeza, todas tus  opiniones sobre que es o que no es budismo, todas tus esperanzas, hasta las mas bellas. Sí, dejalas en la puerta de entrada. Deslizalas una a una dentro de tus zapatos. No es que haya que despreciar las ideas, los pensamientos, al contrario, pero dejarlos simplemente con cuidado en la puerta de entrada. Los recogeras después. Es la buena manera de comenzar. El espíritu fresco.

Entonces puedes entrar. En el espacio que te he propuesto, veras que no hay (casi) nada. No te desconcentres. Quitamos las imágenes para tocar la realidad desnuda de la experiencia. ¿Puedes realmente reencontrarte contigo mismo?. Directamente, sin el intermediario de ninguna cosa.

Un espacio que te lo ofrezco. Una vez pasada la puerta de entrada, te inclinaras con las manos juntas en un gesto de gratitud. agarraras un almohadon redondo para sentarte encima. Palpalo cuidadosamente, ¿es suficientemente compacto?, ¿suficientemente ancho?. Tienes que aprender a elegir los almohadones, a encontrar aquel que esté adaptado a tu  propia morfología.

Y después te sentaras de cara a la pared. La meditación es una experiencia total. Pone en juego a la vez el cuerpo, la respiración y la mente. Fundamentalmente, no hay mas que tres puntos de los que acordarse durante el aprendizaje de la meditación; tienes que estar estable, tienes que estar firme, tienes que sentirte cómodo.

La estabilidad es asegurada por el trípode formado por las piernas cruzadas y por las nalgas elevadas por el almohadon. Toma la posición del loto, del medio loto, o en su defecto colocar simplemente un pie sobre la pantorrilla opuesta. Ambas rodillas deben tocar el suelo con la misma presión.

La tonicidad se encuentra enderezando la columna vertebral. No te sientas arriba sino abajo de las nalgas. A partir del trípode que forman las piernas y las nalgas, endereza suavemente la columna, después la cabeza, mete delicádamente el mentón y baja la mirada delante de tuyo sin enfocar un punto en particular. Si no puedes cruzar las piernas, podes sentarte de rodillas sobre un almohadon o sobre un banco, o incluso sobre una silla. La rectitud de la columna es el eje de la meditación. Ella da fuerza a la postura. Siente como tu  cuerpo esta sólidamente anclado al suelo y como al mismo tiempo se extiende con flexibilidad en el espacio. El tono significa que no hay tensión excesiva, ni relajación. No te sientes en la postura del sastre. Esta posición no permite mantener durante mucho tiempo la estabilidad y el tono.

Coloca tu  mano izquierda sobre la mano derecha, los pulgares se juntan horizontalmente. Las manos están puestas sobre los pies y contra el cuerpo. Piensa en separar ligeramente los brazos del pecho.

Cierra la boca y respira por la nariz. La respiración es tranquila. No hay necesidad de modificarla. Estirando el pecho, la caja torácica no está comprimida, y puedes respirar libremente, dulcemente, sin dificultad. Piensa únicamente en no hacer ruido cuando respires.

¿Y el espíritu? Existen diferentes técnicas y métodos de meditación zen. Los aprenderas despues. No tengas apuro. Por el momento contentate simplemente con ver y escuchar. No hay mucho ruido en el exterior pero, en ti, ¿que es lo que aparece?. Intenta desplegar simplemente una mirada panorámica, recoge todo lo que surge; los pensamientos, las sensaciones o las emociones. No las rechaces. No las persigas. Permaneciendo fijo, anclado en esta experiencia viviente del cuerpo.

¿Esto es todo? Sí. ¿Parece demasiado simple? Después rápidamente cada cual se da cuenta como el cuerpo, la respiración o la mente pueden ser fuentes de confusión, de dificultades de todo género. No se consiguen cruzar las piernas, hacen daño, te sientes retorcido, la respiración es difícil, con sacudidas, entrecortada. El espíritu va por todas partes, divaga o incluso se adormece. ¡Esto no es como en los libros! Efectivamente. Pero esta bien partir de algún lado, de este cuerpo, de tu cuerpo a veces firme a veces vacilante; de la mente, de tu mente a veces aguda, a veces confusa. Toda la habilidad va a consistir en metamorfosear todos los obstáculos interiores y que tu  cuerpo, tu respiración y tu mente se conviertan en el espacio de tu despertar. Por supuesto, te hará falta una ayuda, para orientarte, para guiarte. Un aprendizaje será necesario. Si no te inquieta la extravagancia de la meditación. Resumiendo, si vuelves. No dudes en pedir consejo. No vagas recomendaciones sino verdaderos consejos para inspirarte, para penetrar profundamente este espacio interior. Para tocar tu propio corazón.

Al principio tendras problemas con la estabilidad interior, con la tonicidad, hasta que te sientas cómodo. Estar cómodo ciertamente contiene una dimensión física, sin obstáculo el cuerpo vive completamente la meditación. Pero estar cómodo comporta igualmente una dimensión psicológica, la confianza. Confia en ti  mismo.

Con el transcurrir de las meditaciones, las perturbaciones se van a ir calmando. Vas a sentirte  tranquilo, apaciguado. Pero este no es el fin de la meditación, al contrario no es mas que su primera etapa. La puerta de entrada. A partir de esta calma, enseguida te  hará falta ir mas lejos, dar un salto a lo desconocido. Existen diferentes técnicas para calmar el espíritu, mas para dar este salto, veras que fundamentalmente no existe ningún método.

Tres golpes de campana marcan el comienzo de la meditación, dos su final. No hay nada entre estos dos momento, ningún ruido, nadie que te mire, nadie que te hable. Esta es la forma tradicional del zen. Solamente tu contigo mismo y, en alguna parte, lo desconocido.

Antes de instalarte sentado derecho ejercita en el método tradicional de expulsar el aire de los pulmones; poner las manos sobre las rodillas, después, tres o cuatro veces, sin ruido, inspira largamente con la boca entreabierta y exhalas por la nariz. A continuación, te balanceas de a izquierda y derecha, siete u ocho veces, con movimientos cada vez menos amplios, hasta alcanzar la rectitud del cuerpo. Juntas las manos y te inclinas. Al final de la meditación, antes de levantarte procede igual, pero en sentido inverso. te inclinas con las manos juntas, te balanceas a derecha e izquierda con movimientos mas y mas largos, después sacas el aire, la boca entreabierta, inspirando por la nariz. Vive el cuerpo sin apuro.

Después de la meditación sentada, viene el tiempo de la meditación andando. Toma una postura digna, siempre estable, tónica, cómoda. El cuerpo esta derecho, la cabeza igual, la mirada baja delante tuyo. El puño izquierdo encierra el pulgar izquierdo. La mano derecha encierra el puño izquierdo, el pulgar derecho se apoya en la raíz del pulgar izquierdo, las manos están puestas suavemente contra el esternón, los antebrazos horizontales. Y caminas al ritmo de tu respiración; avanzas primero  el pie derecho y durante toda la exhalacion pasas el peso del cuerpo a la pierna de delante, la pierna de de atrás queda floja, pero sin que el talón se levante del suelo. En la inspiración, el pie de de atrás pasa delante y se recomienza el proceso llevando el peso del cuerpo sobre esta pierna adelantada. El paso se armoniza con la respiración y estaras contento con dar un paso detrás de otro.

Al final, el responsable de la meditación recita la dedicatoria: “Que estas virtudes que se expanden por todas partes agoten la fuente de los sufrimientos y nos permitan junto con todos los seres realizar el camino del despertar”. Cualquiera que descubre lo desconocido, redescubre al otro.

Ha transcurrido mas de una hora, sales. Tus zapatos no se han movido del sitio. Ningún genio travieso se los ha llevado. ¿Y tú, has cambiado.....?




Primer  Anterior  Sin respuesta  Siguiente   Último  

 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados