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General: El Canal de Panamá y la amputación a Colombia que aún duele
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De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 11/07/2020 14:11
ENTREVISTAS
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El centenario del Canal de Panamá 


BOGOTÁ (Sputnik) — El Canal de Panamá, que con vítores celebrará los 100 años de su inauguración oficial el próximo 12 de julio, sigue trayendo un recuerdo amargo a Colombia, que perdió el istmo centroamericano como consecuencia de la construcción de esa vía interoceánica a instancias del espíritu colonialista de EEUU.

"Arrebatarle a Colombia ese brazo derecho que era del departamento de Panamá, incluyendo en esa época la posibilidad real del canal, fue una ofensa muy grave para la sociedad colombiana", dijo a Sputnik el historiador Alonso Ojeda.

El analista, exembajador de Colombia en Hungría, explicó que, a partir de entonces, su país comenzó a cargar un "síndrome de cercenamiento", que padecen las naciones a las que les arrancan partes fundamentales de su geografía e historia.

Aún Colombia parece experimentar una sensación de "miembro fantasma", la que crea el cerebro del que ha perdido una extremidad pero siente que aún está allí bajo su control.

Separación

A mediados de 1903 se consolidó la conspiración para que Panamá se separara de Colombia, una idea auspiciada por EEUU, la Compañía del Ferrocarril y sectores de la burguesía panameña. La secesión se efectivizó el 9 de noviembre de ese mismo año.

Así se rompió el vínculo que Panamá tenía con Colombia como una sola nación desde la independencia de España en 1821, y llevó al istmo a pasar al control político de Washington, que había auspiciado la llamada Guerra de los Mil Días (1899-1902) con el objetivo de construir un canal interoceánico para controlar el comercio de bienes a nivel internacional.


Desde tiempo atrás, Panamá cuadraba en los planes expansionistas de EEUU como un enclave definitivo para controlar la zona marítima por los océanos Atlántico y Pacífico, pero en el medio se encontraban los franceses, quienes estuvieron a cargo de las primeras obras para construir el canal.

Sin embargo, estas fueron interrumpidas y EEUU compró los derechos del proyecto bajo el pretexto de garantizar el "libre tránsito" del ferrocarril afectado por la presencia de "guerrillas liberales" en la zona, aunque pensando en los beneficios económicos que le traería.

Pero el Estado colombiano todavía era un obstáculo para Washington, por lo que este comenzó a fraguar un plan para lograr la independencia de Panamá, rompiendo así con el anhelo de integración del libertador Simón Bolívar.

Construcción del Canal de Panamá
© FOTO : PUBLIC DOMAIN
Construcción del Canal de Panamá

"EEUU, en una actitud imperialista y arrolladora y que tuvo tan clara expresión en esos años (...) jugó un papel vital en esa separación de Panamá de Colombia, y los colombianos comenzamos a manifestar nuestras profundas debilidades a raíz del enfrentamiento de la Guerra de los Mil Días, que perdieron las fuerzas que luchaban por la política antilatifundista, lo cual dio paso a alianzas con el imperio, liderado por el presidente Roosevelt", agregó Ojeda.

Muchos años antes de la separación, y bajo la dirección de Simón Bolívar, la entonces llamada Gran Colombia impulsó un ambicioso proyecto de integración latinoamericana que aunaría los esfuerzos de todas las recientes naciones de la región para conformar una fuerza económica y política de proyección mundial, para lo cual se convocó en 1826 el denominado Congreso de Panamá.

Por iniciativa del propio Bolívar no fue invitado EEUU, que por entonces tampoco veía con buenos ojos la conformación de dicha revolución en la zona sur del continente que, además, tenía inclinación hacia Inglaterra.

"Los EEUU parecen destinados por la Providencia para plagar la América de miseria a nombre de la libertad", había alertado Bolívar.

Epicentro de intereses

En 1903, Panamá era el epicentro de intereses comerciales ingleses, estadounidenses y franceses, lo cual confluía con una burguesía panameña basada en el comercio y que reclamaba libertad de aduanas y la independencia del centralismo propio de Bogotá.

En otras palabras, EEUU vio en el lugar el caldo de cultivo propicio para sus pretensiones expansionistas con la construcción del canal, con un socio minoritario como Panamá, cuya burguesía solo parecía estar interesada en beneficiar su economía con la puesta en funcionamiento del proyecto.

Victoria pírrica

"Con la separación perdieron ambas naciones. Quizás hoy los hermanos panameños consideren que la separación les dio ganancia, pero en realidad fue una ganancia pírrica, ya que en el largo espacio de la visión geopolítica la pérdida fue general. Panamá perdió la integración cultural, humanística y geográfica que mantenía con Colombia y que había edificado Bolívar, y Colombia perdió una zona muy significativa para la geopolítica mundial", sostuvo Ojeda.


Dos semanas después de su independencia, Panamá firmó el tratado Hay-Bunau Varilla, mediante el cual EEUU se apropió de la zona del canal para lograr así su explotación capitalista hasta el 31 de diciembre de 1999, cuando el paso interoceánico regresó a la propiedad del Estado de Panamá.

El golpe para Colombia es aún tan fuerte, aseguró Ojeda, que pese a los más de cien años que ya han transcurrido, sus símbolos patrios permanecen sin modificarse y hacen referencia al istmo, una muestra a "niveles inconscientes de esa pena tan dura que fue perder un departamento como era Panamá"



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De: Ruben1919 Enviado: 11/07/2020 16:21

Separación de Panamá: la historia desconocida


Autor: Beluche, Olmedo


Intervención de especuladores norteamericanos en el proceso de Independencia
Por: OLMEDO BELUCHE

Contrario a lo usualmente afirmado por la historia oficial panameña, la separación de Panamá de Colombia en 1903 no fue producto de un movimiento genuinamente popular, ni de un anhelo liberador de los istmeños frente al "olvido" en que supuestamente nos tenía Bogotá.

El estudio documental de la época más bien demuestra una integración cultural y política de los panameños en el conjunto de la nación colombiana, incluso entre los sectores de la oligarquía comercial conservadora de la ciudad de Panamá, que sería agente de la conspiración separatista.

Las diversas crisis políticas producidas a lo largo del siglo XIX, expresadas en lo que nuestra historia llama genéricamente "actas separatistas" (1826, 1830, 1831, 1840-41, 1860), muchas veces han sido sacadas de su verdadero contexto para ser presentadas como expresiones de una nación en ciernes que viene a concretarse en 1903. Pero un repaso cuidadoso de los hechos que rodearon a cada una de esas coyunturas muestra que, más que un proceso de conformación nacional diferenciado de Colombia, estos movimientos expresaron conflictos políticos (liberales vs conservadores), económicos (librecambismo vs proteccionismo) y administrativos (federalismo vs centralismo)(Beluche, 1999).

En Panamá, conocer y aceptar los verdaderos móviles y actores de la separación ha sido un parto que nos ha tardado cien años producir, pero al que están contribuyendo nuevas investigaciones recientemente aparecidas (Díaz Espino, 2003). Aunque hubo pioneros que desde hace décadas se atrevieron a señalar los hechos en toda su crudeza (Terán, 1976), sus trabajos fueron sistemáticamente ocultados y denigrados. También hubo historiadores extranjeros que abordaron objetivamente el acontecimiento, pero estos libros quedaron como material de especialistas y lejos del alcance del gran público (Lemaitre, 1971; Duval, 1973).

Los actores principales de este drama son: el expansionismo imperialista de Estados Unidos, expresado en su carismático presidente Teodoro Roosevelt; la quebrada Compañía Nueva del Canal, de capitales franceses, representada por Philippe Bunau-Varilla; en el centro de los hechos, el prominente abogado neoyorkino William N. Cromwell, verdadero cerebro de la separación y representante legal tanto de la Compañía Nueva del Canal como de la Compañía de Ferrocarril de Panamá; los agentes norteamericanos y panameños de la Compañía del Ferrocarril, como José A. Arango y Manuel Amador Guerrero y, por supuesto, el venal e inepto gobierno colombiano del vicepresidente José Manuel Marroquín.

A fines del siglo XIX, Estados Unidos iniciaba su proceso de expansión en el Caribe, desplazando de allí a sus otrora rivales: España e Inglaterra. A la primera le arrebató Cuba y Puerto Rico con la guerra de 1898; con la segunda firmó el Tratado Hay-Pauncefote en 1901, por el cual se reconocía la preeminencia norteamericana en la posible construcción de un canal por el istmo centroamericano. El canal era una necesidad lógica del desarrollo capitalista norteamericano, ya que era la única forma de integrar y comunicar sus costas atlántica y pacífica

En principio, la ruta privilegiada por Washington para construir este canal no era Panamá, sino Nicaragua, siguiendo el cauce del río San Juan hasta sus grandes lagos. Aquella parecía más factible y menos costosa, en especial si ya estaba el precedente del fracaso francés en la construcción del canal por Panamá.

Mediante el Convenio Salgar-Wyse (1878) una empresa francesa, encabezada por el ingeniero Fernando de Lesseps, había iniciado la excavación del canal en 1880. Esta primera empresa fracasaría ante las enormes dificultades tecnológicas, hacia 1888, dando paso a un nuevo intento con la Compañía Nueva en los años 90 del siglo XIX, que también fracasaría.

De manera que, para fines de 1901, la Comisión Walker del Congreso norteamericano, luego de estudiar ambas alternativas, se había pronunciado por la vía de Nicaragua, y el 18 de noviembre se firmó un tratado con ese país. ¿Qué motivó que dos años después Estados Unidos cambiara completamente de opinión?

La historia simplista narra que, en posteriores debates del Congreso, tanto Bunau-Varilla como Cromwell mostraron estampillas de correo nicaraguenses en las que se aprecian los volcanes de este país, y que los senadores norteamericanos, impresionados por la explosión del volcán Mount Pelée, que había borrado del mapa la isla de Saint-Pierre, y por una falsa noticia de la erupción del Momotombo, entonces se decidieron por Panamá.

Pero, ¿qué motivó al abogado Cromwell y al ingeniero francés Bunau-Varilla a intervenir tan activamente para convencer a los senadores de adoptar la ruta panameña? Lo que no se cuenta es que, ya para 1896, la Compañía Nueva del Canal, a través su presidente Maurice Hautin, dada la incapacidad para terminar el Canal de Panamá y ante la posibilidad de perder 250 millones de dólares en inversiones cuando expirara la concesión en 1904, había contratado a William N. Cromwell para convencer al gobierno norteamericano de comprarles sus propiedades.

Cromwell no se limitó al cabildeo para el que fue contratado, sino que inició un plan que denominó "americanización del canal", por el cual reuniría un grupo de notables empresarios de Wall Street que sigilosamente comprarían las devaluadas acciones del "canal francés" y las revenderían a su gobierno. Para ello, su bufete Sullivan & Cromwell estaba en una posición privilegiada, ya que contaba con clientes como el banquero J. P. Morgan, entre otros.

El 27 de diciembre de 1899, Cromwell fundó la Panama Canal Company of America, con 5.000 dólares de capital, emitiendo acciones por 5 millones, de las que participaron empresarios como J.P. Morgan, J. E. Simmons, Kahn, Loeb & Co., Levi Morton, Charles Flint, I. Seligman (Díaz Espino, 2003).

Este grupo influyó en el prominente senador y líder republicano Mark Hanna, quien actuó como vocero de la "causa panameña". Luego del asesinato del presidente McKinley, este grupo también convenció al presidente Teodoro Roosevelt, haciendo partícipes del negocio a Henry Taft, hermano del ministro de Guerra y futuro presidente William Taft, y al cuñado de Roosevelt, Douglas Robinson.

El traspaso de la Compañía Nueva, de manos francesas a las yanquis, tardó varios meses por la resistencia inicial de Hautin a renunciar por completo a la empresa y vender a muy bajo precio. Sin embargo, la adopción de la propuesta por Nicaragua en 1901 sirvió de acicate a los accionistas franceses que sacaron de en medio a Hautin, y nombraron vocero a Maurice Bo, director del banco Credit Lyonnais, y éste a su vez envió a Bunau-Varilla para negociar con los norteamericanos.

El negocio era redondo, se invirtieron 3.5 millones de dólares en las acciones de la Compañía Nueva, que fueron compradas en lotes pequeños, y se revenderían al gobierno norteamericano en 40 millones de dólares, obteniendo los inversionistas norteamericanos utilidades por cada acción por el orden del 1.233 %.

Por supuesto, concretar el negociado pasaba, primero, por convencer al gobierno y al Congreso de Estados Unidos de optar por Panamá; segundo, firmar un tratado con Colombia que autorizara a ese país para terminar la obra iniciada por los franceses. En enero de 1902, el senador John Spooner a instancias de Roosevelt presentó el proyecto de ley que autorizaba a su gobierno a negociar con Panamá y que anulaba la precedente Ley Hepburn, que favorecía a Niacaragua.

Ese año el esfuerzo se centró en negociar con Colombia el tratado, camino que estuvo lleno de dificultades, dada la actitud patriótica del negocaciador José Vicente Concha, que objetó reiteradamente aspectos leoninos del tratado propuestos por el secretario de Estado John Hay. Sin embargo, la presión norteamericana pudo más, forzando al gobierno del vicepresidente Marroquín a desautorizar reiteradamente a su embajador, el cual finalmente renunció. El camino quedó despejado para un acuerdo, firmado en enero de 1903 y que llevó el nombre de Tratado Herrán­Hay.

Pero este tratado cayó como una bomba en Colombia, y en Panamá por extensión. Mediante el acuerdo se segregaba una zona de 5 kilómetros a cada lado del canal, incluyendo ríos, lagos y los principales puertos, en la cual Norteamérica tendría plena jurisdicción. El "canal francés" sólo segregaba 200 metros a cada orilla sin menoscabo de la soberanía nacional. Además la compensación económica que se proponía (10 millones de abono y 250.000 dólares anuales) era evidentemente inferior a lo que ya el Estado colombiano recibía por los derechos del ferrocarril (250 mil dólares anuales) y otros tantos por uso de los puertos. Comparado con el Salgar-Wyse, el Herrán-Hay era totalmente inconveniente.

Había otro escollo: el tratado contemplaba el pago de 40 millones de dólares que Estados Unidos haría a la Compañía Nueva del Canal en compensación, pero esto era completamente ilegal, pues estaba claramente prohibido por la Constitución y por el propio Salgar-Wyse, que impedía a esta empresa traspasar sus propiedades a un gobierno extranjero. El Tratado Herrán­Hay nació, pues, condenado por la opinión pública colombiana y panameña, especialmente por el menoscabo de la soberanía.

El gobierno de Marroquín tuvo ante el Herrán­Hay una actitud incongruente: por un lado, había autorizado a su embajador Tomás Herrán a firmarlo; por otro, no puso empeño en defenderlo, especialmente ante el Congreso, que fue convocado en junio de 1903 para ratificarlo. Pero no era la soberanía lo que preocupaba al gobierno Marroquín, sino que se centró en tratar de recibir una tajada de los 40 millones que recibirían los accionistas de la Compañía "francesa". Sin saberlo Marroquín, creemos, con esta aspiración tocaba las fibras más sensibles de poderosos intereses norteamericanos, lo que les llevaría a secesionar al Departamento del Istmo, pues no estaban dispuestos a renunciar a su ganancia.

Cuando el Congreso colombiano cerró sus sesiones sin ratificar el tratado, a mediados de agosto, emitió una resolución que expresaba la esperanza de que en 1904, cuando las propiedades de la Compañía francesa hubieran pasado a Colombia, por expirar el contrato Salgar-Wyse, se estaría en mejores condiciones de negociar con Estados Unidos.

El razonamiento era simple, pero equivocado: en pocos meses quedarían fuera de la negociación los franceses, y podrían negociar directamente, sin un tercero de por medio, Bogotá y Washington. ¿Qué apuro podía tener Roosevelt, si hasta terminaría pagando menos, porque se podría ahorrar esos 40 millones? Era lógico, pero errado, porque Roosevelt y sus socios eran los reales beneficiarios de esos 40 millones, y no los franceses.

De ahí que el rechazo del Tratado Herrán­Hay por el Congreso colombiano desencadenara la trama de la "separación", que empezó a prepararse ante la eventualidad, desde junio o julio. William N. Cromwell hizo viajar a Nueva York desde Panamá al capitán J.R. Beers, agente de fletes de la Compañía del Ferrocarril de Panamá; se dice que se entrevistó en secreto (en Jamaica) con el abogado panameño de esta empresa, y prócer de la separación, José A. Arango; y finalmente recibió por dos meses, entre fines de agosto y fines de octubre, a Manuel Amador Guerrero, otro empleado y futuro primer presidente de la República de Panamá, para tramar los hechos del 3 de Noviembre.

La ganancia estimada propició que los accionistas norteamericanos de la "Compañía francesa del canal" invirtieran grandes sumas que sirvieron para pagar miles en sobornos que oficiaron de parteras de la nueva República, por supuesto, con el apoyo de varias cañoneras de la Armada que convenientemente Roosevelt envió a principios de noviembre para "tomar el Istmo". Lo demás es historia conocida.

Bibliografía:

1. BELUCHE, OLMEDO. 1999. Estado, Nación y Clases Sociales en Panamá. Pequeño Formato 115. Panamá: Editorial Portobelo.

2. BELUCHE, OLMEDO. 2003. La verdadera historia de la separación de 1903. Reflexiones en torno al Centenario. Panamá: ARTICSA.

3. DÍAZ ESPINO, OVIDIO. 2003. El país creado por Wall Street. La historia no contada de Panamá. Bogotá: Planeta.

4. DUVAL JR., MILES P. 1973. De Cádiz a Catay. La historia de la larga lucha diplomática por el Canal de Panamá. Panamá: Editorial Universitaria.

5. LEMAITRE, EDUARDO. 1971. Panamá y su separación de Colombia. Bogotá: Biblioteca Banco Popular.

6. TERÁN, OSCAR. 1976. Del Tratado Herrá-Hay al Tratado Hay-Bunau Varilla. Historia crítica del atraco yanqui, mal llamado en Colombia la pérdida de Panamá y en Panamá nuestra independencia de Colombia. Bogotá: Valencia Editores.


Respuesta  Mensaje 3 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 11/07/2020 19:12

Canal de Panamá: ¿sintetizó primer gran golpe de EEUU en Latinoamérica?

QUÉ PASA
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El centenario del Canal de Panamá (17)
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El Canal de Panamá se inauguró oficialmente el 12 de julio de 1920, pese a que en la práctica ya había sido transitado por primera vez el 15 de agosto de 1914 por el vapor Ancón. La obra fue síntesis y corolario de hechos ocurridos varios años antes y que tuvo como catalizador a EEUU en su colaboración para la independencia de Panamá.

Secesionismo y oportunismo

Panamá cumplía todos los requisitos para los planes de EEUU, por lo cual el país norteamericano se vio 'obligado' a tomar medidas: asaltar la región para colaborar en la amputación de territorio a Colombia, cuya configuración de entonces databa de su independencia de España en el año 1821.

Colombia, en la actualidad aliado fundamental de EEUU en la región, conoció el zarpazo final del país norteamericano un 9 de noviembre de 1903: el secesionismo de Panamá, fundado en el centralismo de Bogotá, le dejó en manos de Washington en momentos en que había otros merodeadores interesados, aparte de los estadounidenses: los ingleses y los franceses.

"Ahí el movimiento fue en dos acciones", subraya al respecto con José Luis Orella, Dr. Historia y Dr. Derecho, y profesor titular de la Universidad CEU San Pablo.

"Por un lado, la eliminación de las provincias españolas de ultramar. Hay que recordar que en 1898, el dominio de Cuba y de Puerto Rico al arrebatárselo a España, posibilita a

EEUU ser ya la potencia hegemónica del mar Caribe. Y en un segundo elemento, ese apoyo a un secesionismo panameño que arrebata el control a una Colombia con su propia identidad basada en el antiguo virreinato de Nueva Granada, crea un país con mucho menor presencia institucional, que se lo debe todo a EEUU, y que desde luego va a firmar lo que EEUU le plantee para poder construir ese canal estratégico en las condiciones que ellos planteaban", explica Orella.

El profesor enfatiza su análisis. "Como vemos, [el de EEUU] es un golpe en dos efectos: eliminación de España, porque si uno ve el mar Caribe, Cuba y Puerto Rico forman como una barrera que imposibilitaría un poco esa relación marítima entre EEUU y el canal; y en un segundo aspecto, ese movimiento insurreccional que defiende una identidad panameña diferente a la colombiana".

El canal en números

Más de 12.000 embarcaciones que recorren más de 140 rutas comerciales con destino en más de 160 países, es el saldo anual de la influencia que tiene el canal en el comercio mundial. Dicho de otro modo, influye en casi el 6% de las transacciones comerciales.

Y por orden de volúmenes, y por citar el ejemplo de 2019, el 66,4% de su tránsito tuvo como protagonista a EEUU, seguido por China con el 13,6% del total de flujos, lo que representa el 80% del total.

Para Orella "no cabe duda de que [el Canal de Panamá] es uno de los puntos estratégicos de paso de una gran importancia para EEUU porque pone en una relación cortísima a sus dos grandes costas que son los motores de su economía: la atlántica y la del Pacífico. También evitan un poco esa congestión de tráfico interno ferroviario que tendrían con todo ello".

El experto señala que también para China es de gran relevancia este paso por tratarse de una de sus vías para llegar a Europa. En este sentido, incide en que China tiene "la famosa Ruta de la Seda, esa ruta terrestre que atraviesa Asia Central y Rusia, y llega a Europa. Pero desde luego para China es también muy importante el Canal de Panamá porque es una de sus bifurcaciones hacia Brasil que es uno de los países que más exporta productos a China", advierte.


Respuesta  Mensaje 4 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 13/07/2020 13:17
AMÉRICA LATINA
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El centenario del Canal de Panamá (19)
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El interés de EEUU por controlar el Canal de Panamá marca la propia historia del país centroamericano y explica por qué la estratégica vía fue también una condena durante el siglo XX. El académico Richard Morales contó a Sputnik cómo la obra surgió por un interés militar estadounidense que solo tuvo un respiro con la gestión de Omar Torrijos.

El Canal de Panamá es, a simple vista, una de las obras de ingeniería más colosales del siglo XX, capaz de cambiar para siempre la logística marítima al conectar los océanos Atlántico y Pacífico y acortar los viajes en barco, que hasta ese momento debían pasar a través del Estrecho de Magallanes en el sur de América del Sur. Sin embargo, su construcción también es un símbolo latente de 100 años de dominación e injerencia militar de Estados Unidos dentro del territorio panameño y en el istmo centroamericano.


"Si uno piensa en los objetivos con los que se construyó el Canal en primer lugar son geopolíticos y militares", comentó a Sputnik Richard Morales, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Panamá.

EEUU comprendió la importancia geopolítica de atravesar el istmo de Panamá durante su guerra contra España de fines del siglo XIX, cuando los norteamericanos se hicieron con el dominio de Cuba, Puerto Rico y Filipinas, entre otros territorios, explicó el académico. "A EEUU le quedó muy clara la necesidad de movilizar su flota de un océano a otro de forma más rápida y era claro que necesitaban un canal", señaló.

Tras analizar la posibilidad de construir un canal en Nicaragua, EEUU optó por retomar el fallido proyecto francés para construir el Canal de Panamá, conectando el Mar Caribe con el Océano Pacífico con un trazado que tenía a las ciudades de Panamá y Colón como terminales. Un primer acuerdo entre EEUU y Colombia —en lo que se conoce como el Tratado Herrán-Hay— fue rechazado por el Senado colombiano, por lo que el Gobierno estadounidense debió buscar otra alternativa.

Panamá, un país que nace ocupado

La ruta alternativa fue, precisamente, propiciar una separación de Panamá de Colombia. "Fue un proyecto que defendió Theodore Roosevelt y se demuestra porque apenas se da la separación, EEUU procede a defender ambas costas de Panamá con su flota. Así que quien garantiza la separación de Panamá de Colombia es la Armada estadounidense", rememoró Morales.


Las negociaciones entre EEUU y Panamá para la administración del canal avanzan mucho más rápido y de forma más beneficiosa para los norteamericanos. El 18 de noviembre de 1903, apenas 15 días después de la separación de Panamá de Colombia, se firma el Tratado Hay-Bunau Varilla (suscrito por Phillipe Bunau-Varilla por Panamá y John Hay por EEUU), que otorga la administración del canal a EEUU "a perpetuidad" y le da el control de una franja de territorio de 8 kilómetros hacia cada lado del Canal.

El territorio panameño quedó dividido en dos por una franja de 1.432 kilómetros cuadrados controlado exclusivamente por EEUU. El territorio funcionaba como un verdadero Estado estadounidense en medio del país latinoamericano: tenía su propio gobernador —cargo ejercido siempre por el jefe de turno de la Panama Canal Company, que a su vez debía integrar el Ejército de EEUU—, su propia policía, servicios públicos no controlados por Panamá y hasta ejercía la segregación entre blancos y afrodescendientes en sus instituciones educativas.

Para ingresar a la Zona del Canal los propios panameños debían pasar por controles migratorios. Como el enclave estadounidense partía al país recién independizado en dos, los panameños debían atravesar las dos fronteras de la Zona del Canal para acceder a la otra parte de su territorio.

La separación entre panameños y habitantes de la Zona del Canal que estos últimos tenían su propio gentilicio: eran los zoneítas o zonianos


Según Morales, los particulares términos del acuerdo pueden explicarse básicamente "por la desigualdad de poder" entre la creciente EEUU y la recién independizada Panamá pero también por el hecho de que "la élite panameña asociaba su prosperidad futura a la construcción del Canal y estaba dispuesta a hacer cualquier concesión siempre y cuando se construyera en ese territorio, con una economía deprimida en ese momento".

La misma élite panameña que más tarde se mostraría "decepcionada" por el propio tratado, al descubrir cómo las sucesivas interpretaciones jurídicas que EEUU le dio al acuerdo lo hacían más y más favorable a la potencia del norte. "Un ejemplo claro fueron los puertos: la élite panameña tenía la expectativa de tener el control de los puertos de las ciudades terminales Panamá y Colón, pero EEUU asumió ese control", lamentó el profesor universitario.

"EEUU, gracias a esa cesión, terminó extendiendo mucho más de lo que se había planteado su control y termina convirtiendo a Panamá en su base militar regional", sintetizó.

Panamá, plataforma de la contrainsurgencia en América Latina

En efecto, la Zona del Canal de Panamá fue el centro de las operaciones militares a cargo del Comando Sur (United States Southern Command) del Departamento de Defensa de EEUU, con una serie de bases militares desplegadas a lo largo de la Zona. 

Morales señaló que se instaló en esa Zona "lo que podríamos llamar una plataforma regional contrainsurgente para lanzar toda clase de misiones o preparar militares para lo que vendrían a ser los gobiernos de la Doctrina de Seguridad Nacional".

"Panamá termina jugando un papel central en la Guerra Fría en el control de la región a través de la Doctrina de Seguridad Nacional", remarcó Morales.

La denominada Escuela de las Américas, un centro de instrucción para militares de toda América Latina instalado por EEUU en la Zona del Canal es uno de los ejemplos más claros, ya que por sus salones desfilaron militares que más tarde tuvieron una activa participación en las dictaduras de los países latinoamericanos y en operaciones de violaciones a los Derechos Humanos.

Según un repaso de la organización internacional School of Americas Watch, entre los egresados de la Escuela de las Américas aparecen los dictadores argentinos Leopoldo Fortunato Galtieri y Roberto Viola, los militares chilenos Manuel Contreras, Miguel Krassoff y Álvaro Corbalán, el peruano Vladimiro Montesinos, el dictador boliviano Hugo Bánzer Suárez y el salvadoreño Roberto d'Aubuisson, entre otros.


La acción de los militares estadounidenses no se limitaba a la Zona del Canal, ya que en ocasiones asistían en la represión contra los propios panameños. Eso quedó demostrado el 9 de enero de 1964, cuando la Brigada de Infantería 193 del Ejército estadounidense abrió fuego sobre los miles de jóvenes panameños que se manifestaban por la rotura de una bandera panameña durante un forcejeo con jóvenes estadounidenses y la Policía de la Zona del Canal. Aquel episodio produjo el asesinato de al menos 22 estudiantes panameños y cientos de heridos y desde entonces es conocido como el Día de los Mártires.

Torrijos, el general nacionalista que devolvió el Canal a Panamá

Panamá no encontraría un respiro hasta la llegada a la Presidencia de Panamá de Omar Torrijos (1968-1981), impulsor del Tratado Torrijos-Carter firmado entre el mandatario panameño y su par estadounidense Jimmy Carter en 1977. El acuerdo reconocía la soberanía de Panamá sobre la Zona del Canal y establecía que Panamá comenzaría a administrarlo a partir de 1999.

Morales destacó que, si bien en 1933 y 1955 se habían firmado nuevos acuerdos mejorando el pago que Panamá recibía por el uso del Canal, el Torrijos-Carter fue el primero de corte "abrogacionista", con la intención de "atender las causas del conflicto".

"El Tratado Torrijos-Carter es un momento de ruptura en el que nos logramos liberar de la ocupación militar estadounidense en Panamá. Se desmantela la zona, no queda ninguna base militar en Panamá, tenemos la administración y el acceso a todas las rentas que se generan", destacó.

Tanto la firma del tratado como varias de sus reformas progresistas impulsadas en Panamá dieron fama mundial a Torrijos. Pero su Gobierno culminaría de forma abrupta con su muerte, el 31 de julio de 1981 en circunstancias que hasta la actualidad resultan misteriosas, en un accidente aéreo que se estrelló en las montañas y se sospechó que pudo haber una injerencia de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) de EEUU, aunque los pocos documentos de la investigación desaparecieron tras la invasión estadounidense a Panamá de 1989.

1989: una invasión para garantizarse el control

En 1989 el Gobierno de George W. Bush invadió Panamá con el argumento de derribar al dictador Manuel Antonio Noriega, bombardeando los barrios populares de Chorrillo en Ciudad de Panamá  y el puerto de Colón. Según Morales, fue una demostración de que el Gobierno de EEUU "estaba dispuesto a usar la fuerza para garantizar sus intereses, manteniendo el control aunque no tuviera una presencia directa".

La ocupación puso en el Gobierno panameño a Guillermo Endara, quien tomó posesión de su cargo en una base militar estadounidense y se mantuvo en el cargo hasta 1994. En los años siguientes se sucederían varios gobiernos democráticos que priorizaron la economía de mercado y la consolidación de Panamá como una plaza financiera para capitales extranjeros.

¿El Canal de Panamá, suerte o una condena?

Para Morales, la ubicación estratégica de Panamá y el valor de su canal puede asemejarse "al dilema que tienen los países con recursos estratégicos como minerales, petróleo o gas". "Son países que tienen un recurso sumamente valioso que puede ser fuente de riquezas para el país pero a la vez es cotizado por las potencias y los somete a toda clase de conflictos", complementó.19

El interés por el uso del Canal "marca la historia de Panamá incluso desde la época colonial, con las disputas entre españoles, franceses, ingleses y holandeses", señaló Morales, resumiendo que el recurso ha hecho que Panamá "esté sometida a toda clase de presiones geopolíticas".

El último ejemplo, sostuvo, es la presión ejercida por EEUU para evitar que Panamá deshaga el acercamiento hacia China de los últimos años. En ese sentido, Morales remarcó que "para EEUU es vital mantener el control geopolítico de Panamá, aunque gran parte de sus bases hayan sido transferidas a otros países".

Además, EEUU no se desentendió por completo del Canal. Si bien ya no lo administra, el Tratado sobre Neutralidad incluido en los acuerdos entre Torrijos y Carter es habitualmente interpretado como una carta para que el Gobierno estadounidense pueda intervenir militarmente en caso de que el canal se encontrara cerrado o bloqueado.


Respuesta  Mensaje 5 de 5 en el tema 
De: Ruben1919 Enviado: 14/07/2020 13:15
AMÉRICA LATINA
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El centenario del Canal de Panamá (20)
2378

Mientras mantuvo control sobre la Zona del Canal de Panamá, EEUU instaló 14 bases militares y una escuela para militares latinoamericanos por la que pasaron varios de los represores más importantes del continente, recordó en diálogo con Sputnik el sociólogo panameño Olmedo Beluche.

Asegurarse el control "a perpetuidad" del Canal de Panamá no fue la única conquista que tuvo Estados Unidos al firmar el Tratado Hay-Bunau Varilla en 1903. Tan o incluso más importante que controlar el paso entre los océanos Atlántico y Pacífico, la franja de territorio que Panamá tuvo que entregar a los estadounidenses les permitió instalar decenas de bases militares con la misión primordial de vigilar al resto de América Latina.

A la sombra del tratado de administración del Canal, EEUU llegó a instalar en la zona comprendida por el acuerdo un total de 14 bases militares, entre navales, aéreas y terrestres, además de la sede del Comando Sur (Southern Command o Southcom) de su Departamento de Defensa, con la intención de centralizar en territorio panameño toda la actividad de defensa estadounidense vinculada con América Latina.

"El Canal siempre fue un asunto militar. Nunca tuvo una visión económica o de comercio", comentó a Sputnik el sociólogo panameño Olmedo Beluche, recordando que los estadounidense comprendieron la importancia de un pasaje entre el Atlántico y el Pacífico luego de quitarle a España el control de Puerto Rico, Cuba y Filipinas a fines del siglo XIX.

El interés militar detrás del Canal abonó así la proliferación de operaciones militares dentro del territorio controlado por EEUU y en el que Panamá llegó a perder todo tipo de injerencia. La importancia estratégica de la zona aumentó luego de la Segunda Guerra Mundial, cuando EEUU esgrimió su Doctrina de Seguridad Nacional para reforzar el control sobre los países latinoamericanos, alegando la lucha contra el comunismo.

En ese contexto se instaló, en 1946, la Latin American Training Center, una institución que pasaría a la historia con la denominación hispana de Escuela de las Américas y que nació con el objetivo de asistir a los países latinoamericanos en el entrenamiento de sLa Escuela se instaló en el extremo de la Zona del Canal que da al mar Caribe. Sobre el lago Gatún, el edificio se encontraba en un predio militar a escasos kilómetros de Colón, la segunda ciudad más importante de Panamá. El edificio en el que se instaló había sido originalmente un hospital para los obreros que trabajaron en la construcción del Canal.

Beluche recuerda que en aquella institución "se formó la mayor parte de los dictadores de América Latina" a través de cursos donde, según quedó demostrado años después, los alumnos aprendían diferentes técnicas de tortura y violación a los Derechos Humanos.

La organización estadounidense School of Americas Watch (SOA Watch) —que hasta la actualidad reclama el cierre de la institución— estima que desde 1946 a la fecha se han graduado en la institución unos 83.000 militares, muchos de los cuales luego tuvieron una destacada participación en Gobiernos dictatoriales de Argentina, Chile, Uruguay, México, El Salvador, Nicaragua y Honduras, entre otros.

Los registros de la Escuela de las Américas incluyen, entre otros, a los represores argentinos Rafael Videla, Leopoldo Fortunato Galtieri y Roberto Viola, los militares chilenos Manuel Contreras, Miguel Krassoff y Álvaro Corbalán, el peruano Vladimiro Montesinos, el dictador boliviano Hugo Bánzer Suárez, el venezolano Efraín Vázquez y el salvadoreño Roberto d'Aubuisson, entre otros.


La organización SOA Watch advierte que "cientos de miles de latinoamericanos han sido torturados, violados, asesinados, desaparecidos y obligados a refugiarse por soldados y oficiales entrenados en esa academia militar" y que, a pesar de las denuncias, la institución jamás ha dado respuesta a las acusaciones.

Beluche, por su parte, recordó el caso de un joven panameño que, tras haber sido detenido en la calle por agentes estadounidenses fue trasladado a la Escuela de las Américas "y fue torturado como parte de los cursos".

La Escuela de las Américas funcionó en Panamá hasta 1984, cuando la reiteración de denuncias llevó a que el Gobierno de EEUU decidiera mudar la institución al estado de Georgia, en territorio estadounidense. No sería hasta una década después en que la prensa estadounidense daría a conocer varios manuales de entrenamiento utilizados en los cursos brindados por la escuela.

Aquellos manuales incluían lecciones sobre técnicas de coerción para doblegar a los detenidos durante los interrogatorios. Así, aconsejaban detener personas durante la mañana para aumentar el estrés, interrogarlos en cuartos sin ventanas, mantenerlos incomunicados, desnudarlos u obligarlos a mantener determinadas posiciones durante horas.


Aquellas actividades se daban dentro de una zona plenamente controlada por EEUU que, recordó Beluche, vivía una especie de apartheid legalizado por el Tratado Hay-Bunau Varilla. El sociólogo puso como ejemplo lo que sucedía con los trabajadores del Canal, que eran clasificados en dos categorías según su procedencia: los estadounidenses y anglosajones integraban la clase gold roll, mientras que los panameños, antillanos y afrodescendientes eran el silver roll.

Los panameños y antillanos no solo recibían un menor salario por las mismas tareas, sino que debían habitar en barrios específicos para su comunidad. "Fue un apartheid completo, no solo para el país sino dentro mismo de la Zona del Canal", apuntó Beluche.

El sociólogo remarcó que, a pesar de que la ocupación estadounidense de la Zona del Canal terminó en 1999 —en el final del proceso iniciado tras la firma del Tratado Torrijos-Carter en 1977—, EEUU "se aseguró que la reversión del Canal se hiciera a su beneficio después de la invasión de 1989", cuando tropas estadounidenses irrumpieron en el país para derrocar al dictador Manuel Noriega.

Beluche acotó que, si bien EEUU sacó sus bases más visibles, se aseguró "acuerdos de seguridad que permiten la presencia de naves y tropas norteamericanas con la excusa del combate al narcotráfico en la zona de Darién, limítrofe con Colombia". De esta manera, EEUU mantiene su presión militar en la zona, apoyado según Beluche en que "la Embajada de EEUU sigue siendo la puerta que tocan todos los aspirantes a la Presidencia" en Panamá.

De la sede panameña de la Escuela de las Américas en la actualidad solo queda el edificio, hoy transformado en un lujoso hotel cinco estrellas de 222 habitaciones.



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