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EL CUARTO CAMINO DE GURDJIEFF-BENNETT
 
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General: EL CAMINO HACIA EL SER REAL... CARLOS DE LA GARZA
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Respuesta  Mensaje 1 de 7 en el tema 
De: LUISWAYUU - ASHSHUA  (Mensaje original) Enviado: 11/11/2019 11:45

EL CAMINO HACIA EL SER REAL.-

Podemos utilizar las metáforas empleadas por Friedrich Nietzsche. Él dice que la vida del hombre puede dividirse en tres metamorfosis del espíritu sucesivas.

A la primera le llama "el camello", a la segunda le llama "el león" y a la tercera "el niño". Son metáforas muy preñadas..., el camello, el león, el niño.

Cada ser humano tiene que hacer uso y asimilar la herencia cultural de su sociedad; su cultura, su religión, su gente. Tiene que asimilar todo lo que el pasado pone a su disposición.

Tiene que asimilar el pasado; esto es lo que Nietzsche llama
la etapa del camello. El camello tiene el poder de almacenar en su cuerpo enormes cantidades de alimentos y agua para su arduo viaje a través del desierto.

Y la situación es la misma con el ser humano; tienes que atravesar el desierto, tienes que asimilar todo el pasado.

Y recuerda, no bastará sólo con memorizarlo..., hay que asimilarlo. Y también recuerda: si una persona se limita a memorizar el pasado es porque no puede asimilarlo. Si puedes asimilar el pasado te liberas de él.

Puedes utilizarlo, pero no te puede utilizar. Puedes poseerlo, pero no te puede poseer.

Cuando has asimilado el alimento no necesitas recordarlo. No existe separado de ti: se ha convertido en tu sangre, tus huesos, tu médula; se ha convertido en ti.

El pasado tiene que ser digerido. No hay nada malo en el pasado. Es tu pasado. No necesitas empezar desde el ABC, porque si cada individuo tuviera que empezar desde el ABC no habría mucha evolución.

Por esta razón los animales no han evolucionado. El perro es igual que el que había hace millones de años. El hombre es el único animal evolutivo. ¿Cuál es la causa de esta evolución?

La evolución se produce porque el hombre es el único animal que puede asimilar su pasado. Una vez que asimilas el pasado te liberas de él. Puedes moverte libremente y usar tu pasado.

Sino tendrás que pasar a través de muchas experiencias; tu vida será desperdiciada.

Puedes subirte a la espalda de tus padres, a la de tus antepasados y a la de sus respectivos padres y antepasados. El hombre está siempre subido a la espalda de otro hombre, por eso alcanza esa altura. Los perros no pueden hacerlo, los lobos
tampoco; dependen de sí mismos. Su estatura es su propia estatura.

En tu estatura el Buda, Cristo, Patanjali, Moisés y Lao Tzu están asimilados. Cuanto más grande es la asimilación mayor es tu estatura. Puedes mirar desde la cima de una montaña,
tu visión es grande.

Asimila más. No hace falta que te limites a tu gente. Asimila todo el pasado de las gentes de la tierra; sé un ciudadano del planeta tierra. No hace falta que te limites al cristiano, al hindú, al mahometano. ¡Asimílalos a todos! El Corán es tuyo,
la Biblia es tuya, igual que el Talmud, igual que los Vedas y el Tao Te King; todos son tuyos. Asimílalos, de esta forma la cima desde la que mirarás a lo lejos será más alta, y serán tuyas tierras y visiones distantes.

Nietzsche llama a esto la etapa del camello, pero no te quedes ahí atascado.

Hay que moverse. El camello es la larva, el acumulador. Pero si te quedas atascado en esta etapa y permaneces para siempre como el camello, no conocerás las bellezas y las bendiciones de la vida. Nunca conocerás a Dios.

Te quedarás anclado en el pasado. El camello puede asimilar el pasado pero no puede usarlo.
En el transcurso de su desarrollo personal llega un momento en que el camello se tiene que transformar en un león, para romper en pedazos el enorme monstruo conocido como: "No debes...".

El león en el hombre ruge en contra de la autoridad.

El león es la reacción, la rebelión en contra del camello. El individuo ahora descubre su propia luz interna como la fuente primordial de todos sus valores auténticos. Se hace consciente de que su obligación principal es para con su propia creatividad interna, con su potencial más escondido.

Algunos se quedan atascados en la etapa del león: siguen rugiendo y rugiendo hasta que acaban exhaustos.

Es bueno convertirse en un león, pero uno todavía tiene que dar un salto más, y éste consiste en convertirse en el niño.

Ahora bien, todos vosotros habéis sido niños. Pero aquellos que saben, dicen que la primera infancia es una falsa infancia.

Es como el primer diente: tiene aspecto de diente pero no sirve para nada, se tiene que caer. Después nacen los dientes reales.

La primera infancia es una infancia falsa, la segunda infancia es la verdadera. A ésta se la llama "la etapa del niño" o "la etapa del sabio"; significan lo mismo. A menos que la persona se vuelva totalmente inocente, libre del pasado, tan libre que no esté ni en su contra...

Recuérdalo, la persona que todavía está en contra del pasado no está realmente libre de él. Todavía tiene algunos rencores,
algunas quejas, algunas heridas. El camello todavía le persigue, la sombra del camello todavía le ronda.

El león está ahí pero todavía tiene miedo del camello, aún teme que vuelva.

Cuando el miedo del camello ha desaparecido por completo, el rugido del león se detiene. Entonces nace la canción del niño.

Me gustaría que entraras en estas tres etapas, de un modo profundo y penetrante, porque tienen un valor inmenso.

La etapa del camello, la asimilación, equivale al niño en el vientre que no hace otra cosa que asimilar, come de la madre, no deja de crecer, está preparándose para el último salto, para entrar en el mundo. Ahora mismo el niño no tiene otro trabajo: durante nueve meses en el vientre de la madre come y duerme, duerme y come. Continúa comiendo y durmiendo; éstas son sus únicas dos funciones. Incluso después de nacer, el niño estará haciendo lo mismo durante meses: comer y dormir.

Poco a poco, dormirá menos e irá comiendo menos. Está listo, está listo para convertirse en un individuo, y cuando esto ocurre aparece la desobediencia. El niño empieza a decir que no, el decir sí va desapareciendo poco a poco. Muere la obediencia, nace la desobediencia.

El estado del camello es el de la asimilación. El camello no sabe cómo decir no, no está familiarizado con el no. No ha escuchado la palabra y no ha disfrutado de las alegrías de decir no. Él sólo conoce el sí. Su sí no puede ser muy profundo, porque sin conocer el no tu sí no puede ser muy profundo; no puede dejar de ser superficial. El hombre que no ha conocido el no, ¿cómo puede conocer realmente el sí? Su sí será impotente. El sí del camello es impotente, porque no sabe lo que está sucediendo; sigue diciendo sí porque es la única canción que le han enseñado.

Obediencia, creencia; éstas son las características de la etapa llamada "camello".

Adán estaba en este estado antes de comer el fruto del Árbol del Conocimiento, y todo ser humano pasa a través de este estado.

Es un estado anterior a la mente y al ser. Todavía no hay una mente. Ésta está creciendo pero no es un fenómeno completo; es muy vago, ambiguo, oscuro, nebuloso. El ser está en camino pero sólo en camino; no tiene una definición clara.

El niño todavía no se reconoce a sí mismo como separado.

Adán antes de comer del fruto era parte de Dios. Estaba en el vientre, era obediente, decía sí, pero no era independiente. La independencia entra sólo por la puerta del no; por la puerta del
sí sólo entra la dependencia. Por eso en la etapa del camello hay dependencia, impotencia. El otro es más importante que tu propio ser: Dios es más importante, y también el padre, la madre, la sociedad, el sacerdote, el político. Excepto tú, todo
el mundo es importante; el otro es importante, tú todavía no estás ahí. Es un estado muy inconsciente.

La mayoría de la gente se queda enganchada ahí; siguen siendo camellos. Casi el noventa y nueve por ciento de la gente siguen siendo camellos.

Es una situación muy triste que el noventa y nueve por ciento de los seres humanos se queden en larvas. Por eso hay tanta desgracia y no hay alegría. Y puedes seguir buscando la alegría pero no la encontrarás, porque la alegría no es algo que se dé ahí fuera.

A menos que tú te conviertas en un niño -cuando se llega al tercer estado-, a menos que te transformes en una mariposa, serás incapaz de conocer la alegría. Ésta no es algo que se da fuera, es una visión que crece dentro de ti. Es sólo posible en la tercera etapa.

La primera etapa es la de la desgracia y la tercera es la de la dicha, y entre las dos está el estado del león, que algunas veces es desgraciado y otras agradable, algunas veces doloroso y otras placentero.

En la etapa del camello sois loros. Sois sólo memorias y nada más. Toda vuestra vida consiste en creencias que os han dado otros. Ahí encontrarás a los cristianos, los musulmanes, los hindúes, los jainistas y los budistas.

Ve a las iglesias, a los templos, a las mezquitas y encontrarás grandes reuniones de camellos.

No hallarás ni a un solo ser humano. Están repitiendo, como loros.



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Respuesta  Mensaje 2 de 7 en el tema 
De: LUISWAYUU - ASHSHUA Enviado: 11/11/2019 12:17

EL MAESTRO TE GUÍA.-

Del camello al león hay una evolución. Del león al niño hay una revolución. En esta etapa hace falta un maestro. La sociedad te puede hacer un camello, tú mismo te puedes hacer un león, pero te hará falta un maestro -un Buda, un Cristo, un
Rumí-, te hará falta una mariposa que tenga alas. Sólo viendo un fenómeno alado serás capaz de empezar a soñar con alas. ¿Cómo puedes soñar con algo que no conoces en absoluto?

¿Crees que una tribu primitiva que vive en algún lugar de los Himalayas puede soñar con un coche? No han visto ninguno, no pueden soñar con él. Sólo es posible soñar cuando has visto algo; cuando has visto un Cristo o un Buda o un Bodhidharma, y sabes que esto sucede.

Toda esa gente tiene un aspecto similar a ti, y a pesar de eso no son como tú. Tienen el mismo cuerpo, la misma estructura, y a la vez algo de lo desconocido ha penetrado su ser. El más allá ha venido a ellos, el más allá en ellos se hace muy tangible. Si te acercas con simpatía y con amor serás capaz de tener algunos vislumbres de su cielo interior. Y una vez que hayas visto ese cielo interno comenzarás a soñar con él. Un gran anhelo surgirá en ti: ¿cómo convertirte en un fenómeno alado?

Esa es la infección que produce el maestro en el discípulo.

El tercer fenómeno sucede con la intervención del maestro. "El niño" significa creatividad, interdependencia....


Respuesta  Mensaje 3 de 7 en el tema 
De: LUISWAYUU - ASHSHUA Enviado: 11/11/2019 12:22

HACIA LA LIBERACIÓN.-

En Oriente encontrarás más camellos, en Occidente encontrarás más leones.

Por eso parece más fácil rendirse en Oriente. Para la mente occidental rendirse parece muy difícil. Pero hay que recordar una cosa: a la mente oriental le resulta muy fácil rendirse; por eso su rendición carece de mucho valor. Él ya se ha rendido.
No sabe cómo decir no, por eso dice sí. Para una mente occidental es muy difícil rendirse. Para la mente occidental rendirse es una lucha, pero cuando finalmente lo hace se produce una gran transformación, porque la rendición ha sido dura, costosa, una tarea penosa. En Oriente la rendición es barata, en Occidente es muy costosa. Sólo algunos valientes se lo pueden permitir.

Oriente se rinde porque ya no hay posibilidades de convertirse en un león. Es muy fácil rendirse, es cómodo formar parte de la muchedumbre, de las masas.

Occidente ha creado el ego. Ha prestado más atención al león -la duda, la incredulidad, el ego-, pero cuando la mente occidental se rinde, hay realmente una gran transformación.
Cuando la mente oriental se rinde, continúa siendo un camello.

Si la mente occidental se rinde, se abre una posibilidad para que nazca "el niño". Cuando el león se rinde se convierte en el niño; cuando el camello se rinde sigue siendo un camello.

Por eso podría parecerte paradójico, pero si comprendes lo que te estoy diciendo no será tan difícil, y la paradoja dejará de parecértelo.

Primero hay que enseñarle el ego a cada individuo, sólo así será capaz de abandonarlo. Todo individuo tiene que llegar a tener un ego muy cristalizado; sólo entonces sirve de algo abandonarlo, y no de otra forma.

El primer estado, el del camello, es inconsciente. El segundo estado, el del león, es subconsciente; un poco más alto que el inconsciente. Unos pequeños vislumbres del consciente han empezado a entrar. El sol está saliendo y están entrando algunos rayos en la habitación donde estás durmiendo a oscuras. El inconsciente ya no es inconsciente. Algo se agita en el inconsciente; se ha convertido en subconsciente.

Pero recuerda, el cambio no es muy grande –de camello a león-, como lo es ir del león al niño.

El cambio es una especie de regresión. El camello empieza poniéndose cabeza abajo convirtiéndose en un león.
El camello dice sí, el león dice no. El camello obedece, el león desobedece. El camello es positivo, el león es negativo. Hay que comprender que el camello ha estado diciendo sí muchísimas veces y ha estado negando el no; el no se acumula,
y llega un momento en que quiere tomarse la revancha sobre el sí.

Las partes negadas se quieren tomar la revancha. Entonces toda la rueda gira: el camello se pone boca bajo y se transforma en león.
La diferencia entre el camello y el león es grande, pero ambos existen en el mismo plano. El capullo está estático en un lugar; el gusano comienza a moverse, pero sigue en la tierra.

Nace el movimiento pero el plano es el mismo. Lo primero
es dado por la sociedad: ser un camello es un regalo de la sociedad. Ser un león es un regalo que te haces a ti mismo. A menos que te ames no serás capaz de conseguirlo. A menos que te quieras convertir en un individuo, único por derecho
propio, a menos que tomes el riesgo de ir en contra de la corriente, no serás capaz de convertirte en un león.

Pero si entiendes el mecanismo..., el león se engendra en el mismo corazón del camello. Una y otra vez, diciendo sí y negando el no, el no se va acumulando. Y llega un día en que uno se harta de decir sí; sólo por cambiar, uno quiere decir no.

Uno está harto de lo positivo, su sabor se ha vuelto monótono; uno quiere probar el no sólo por cambiar.

Así es como el camello, por primera vez, comienza a soñar con el león. Y una vez que has probado el no -la duda, la incredulidad-, no puedes volver a ser nunca un camello, por la libertad que te da, por la liberación.


Respuesta  Mensaje 4 de 7 en el tema 
De: LUISWAYUU - ASHSHUA Enviado: 11/11/2019 12:23

EL RUGIDO DEL LEÓN.-

Los camellos están sencillamente en contra de todo lo nuevo, no importa lo que sea. Podría tratarse sólo de una bañera, pero ellos racionalizarán su antagonismo.

En una parte de la antigua Grecia fue costumbre durante mucho tiempo que cuando un hombre proponía una nueva ley a la asamblea popular, lo hacía sobre una plataforma con una soga alrededor del cuello. Si la ley era aprobada le quitaban la soga, si fracasaba le quitaban la plataforma.

Los leones no son bien recibidos. La sociedad pone a los leones todo tipo de dificultades. Los camellos tienen miedo de esta gente. Entorpecen su comodidad, alteran su sueño, les crean preocupaciones.

Provocan en los camellos el deseo de convertirse en leones; Ese es el auténtico problema.

¿Por qué fue crucificado Jesús? Su sola presencia... y muchos camellos empiezan a soñar en convertirse en leones y eso molesta su sueño, molesta su vida ordinaria, mundana.

¿Por qué fue apedreado el Buda? ¿Por qué no se le permitía entrar en las ciudades a Mahavira?

¿Por qué fue decapitado Mansur?

Estas personas molestan; molestan su sueño, están rugiendo.

El Buda llamó a sus sermones: «El rugido del León».

El primero, el estado del camello, te lo da la sociedad. El segundo tiene que ser alcanzado por el individuo. Alcanzándolo te conviertes en un individuo, te vuelves único. Dejas de ser un conformista, dejas de formar parte de la tradición.

Abandonas el capullo: te conviertes en un gusano, empiezas a moverte.

El estado del león tiene estas características: independencia, capacidad de decir no, desobediencia, rebelión en contra del otro, de la autoridad, del dogma, de las escrituras, de la Iglesia, del poder político, del Estado. ¡El león está en contra de
todo!

Quiere sacudirlo todo y crear un mundo completamente nuevo, más cercano a los deseos de su corazón. Tiene grandes sueños y utopías en su mente. Mira enloquecido a todos los camellos, porque éstos viven en el pasado y el león empieza viviendo en el futuro. Se produce una gran brecha. El león anuncia el futuro, y éste sólo puede llegar si el pasado es destruido.

Lo nuevo únicamente puede hacer su aparición en la existencia si lo viejo deja de existir y deja espacio para lo nuevo. Lo viejo tiene que morir para que lo nuevo sea.

Por eso existe una continua lucha entre el león y el camello, y los camellos son la mayoría.

El león aparece de vez en cuando, el león es una excepción, y la excepción sólo demuestra la regla.

Su característica es la falta de creencias, su característica es la duda. Adán prueba el fruto del conocimiento: nace la mente, el ser se convierte en un fenómeno definido.

El camello no es egoísta, el león es muy egoísta. El camello no
sabe nada del ego, el león sólo conoce el ego. Por eso siempre encontrarás que los revolucionarios, los rebeldes -poetas, pintores, músicos- son todos muy egoístas.

Son bohemios. Viven su vida, hacen lo suyo. Los demás les importan un pimiento.

¡Deja que se vayan al infierno!

Han dejado de formar parte de cualquier estructura, se han liberado de las estructuras.

El movimiento, el rugido del león, será egoísta.
Necesitan un ego muy grande para meterse ahí


Respuesta  Mensaje 5 de 7 en el tema 
De: LUISWAYUU - ASHSHUA Enviado: 11/11/2019 12:24

HY UN MUNDO MUY SEPARADO ENTRE UN CAMELLO Y UN LEÓN.-

Cada padre se encuentra con este problema: ¿qué le digo a mi hijo? Cada madre se enfrenta con este problema: ¿qué le enseño a mi hija?

A todos los profesores les preocupa: ¿qué se le debe enseñar a la nueva generación?

El pasado tiene muchos, muchos momentos de gloria, muchas cimas de comprensión, muchas conclusiones que hay que impartir al niño.

En la primera etapa todo el mundo tiene que ser un camello, decir sí, creer todo lo que le es dado, asimilar, digerir, pero esto es sólo al principio del camino, no al final.

La segunda etapa es complicada. La primera te la da la sociedad; por eso hay millones de camellos y muy pocos leones. La sociedad te deja sólo cuando te has convertido en un camello perfecto. Más allá de esto, la sociedad no puede hacer
nada. Ahí es donde termina el trabajo de la sociedad, de la escuela, el colegio, la universidad. Te deja convertido en un camello perfecto con título.

Tú sólo te tienes que convertir en un león, recuérdalo. Si no decides volverte un león, nunca te convertirás en un león. Ese riesgo hay que tomarlo individualmente. Es una apuesta.

Además es muy peligroso, porque volviéndote un león molestarás a todos los camellos que tienes a tu alrededor, y los camellos son animales a los que les gusta la paz; están siempre listos para transigir. No quieren que les molesten, no quieren que suceda nada nuevo en el mundo, porque todo lo nuevo molesta.

Están en contra de los revolucionarios, de los rebeldes, y no en contra de grandes cosas, no te creas -no de Sócrates y de Cristo; ellos provocaron grandes revoluciones-, los camellos están asustados de cosas tan pequeñas que no te lo vas a creer.


Respuesta  Mensaje 6 de 7 en el tema 
De: LUISWAYUU - ASHSHUA Enviado: 11/11/2019 12:25

Escucha este hermoso poema de Carl Sandburg.

¿Qué deberá decirle a su hijo?
Un padre ve a su hijo acercándose a su hombría.
¿Qué deberá decirle?

“La vida es dura; sé de acero, sé una roca”.

Y eso puede que le sirva para las tormentas,
y para el aburrimiento y la monotonía,
para guiarle en medio de las traiciones repentinas,
y atarlo en los momentos flojos.

«La vida es un barro suave; sé suave, no te compliques.»

Y esto también podría servirle.
Brutos han sido suavizados donde fallaron los latigazos.
El crecimiento de una frágil flor en una subida
ha quebrado y partido, algunas veces, una roca.
Un pensamiento contará. Del mismo modo el deseo.
Igual que un rico y suave desear.
Sin un rico desear nada llega.

Dile que demasiado dinero ha matado a hombres
y los ha dejado muertos años antes de su entierro;
y cuestiona que el lucro, más allá de unas sencillas necesidades, ha convertido a hombres suficientemente buenos
a veces en perversos gusanos secos.

Dile que el tiempo puede gastarse como cualquier cosa.

Dile que se haga el tonto de vez en cuando,
y que no se avergüence por haberse hecho el tonto
y aprenda algo de cada tontería,
esperando no repetir ninguna de las tonterías baratas
sino llegando a una comprensión íntima
del número de tontos que hay en el mundo.

Dile que esté solo a menudo y que esté con él mismo.

Y por encima de todo, dile que no se mienta a sí mismo,
sean cuales sean las mentiras blancas y los frentes protectores
que podría usar con otra gente.

Dile que la soledad es creativa si él es fuerte
y que las decisiones finales se toman en habitaciones silenciosas.

Dile que sea diferente de otra gente
si el ser diferente le surge natural y fácilmente.

Déjale que tenga días perezosos buscando sus motivos más
profundos.

Déjale que busque profundo en dónde ha nacido naturalmente.

Entonces quizás entienda a Shakespeare
Y a los Wright Brothers, Pasteur, Pavlov,
Michael Faraday y a las mentes libres,
trayendo cambios a un mundo que no le gustan los cambios.

Estará lo suficientemente solo
para tener tiempo para el trabajo
que conoce como suyo.


Respuesta  Mensaje 7 de 7 en el tema 
De: LUISWAYUU - ASHSHUA Enviado: 11/11/2019 13:49

EL SEGUIR SIENDO CAMELLO.-

El camello vive en la magia de la creencia. Funciona. Puede hacer milagros.
Pero el camello sigue siendo el camello; le falta crecer.

La gente que reza en los templos y en las iglesias está bajo la influencia de la creencia. No saben qué es Dios, nunca han sentido nada parecido; sólo creen.

La magia de su creencia sigue haciendo algunas cosas, pero eso es todo un pretexto, una especie de mundo onírico. No han despertado de la inconsciencia, del sueño. Y recuerda, no estoy diciendo que esta etapa no sea necesaria; es necesaria, pero
una vez que la has completado tienes que salir. No estás aquí para ser siempre un camello.

Y no te enfades con tus padres, con tus profesores, con los sacerdotes, con la sociedad, porque tienen que crear una especie de obediencia en ti, porque sólo gracias a la obediencia serás capaz de asimilar. El padre tiene que enseñar, la madre tiene que enseñar y el niño simplemente tiene que absorber.

Si aparece la duda prematuramente, la asimilación se detendrá.

Sólo piensa en un niño en el vientre de su madre que empiece a dudar, morirá; si empieza a dudar si toma o no el alimento de esta mujer, si este alimento es o no es verdaderamente nutritivo

-« ¿Quién sabe?, puede que sea venenoso»-, si dormir veinticuatro horas o no, porque es demasiado estar durmiendo
veinticuatro horas, durante nueve meses. Si un niño comienza a dudar un poco, en la duda morirá.

Y todavía, llega un día en que hay que aprender a dudar, hay que beber de la duda. Cada cosa tiene su propia estación.



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