25 de noviembre día internacional contra la violencia hacia la mujer
Día Internacional de la Mujer, 2008
Si bien las manifestaciones de violencia contra las mujeres y las niñas varían de un contexto social, económico, cultural e histórico a otro, es evidente que esa violencia sigue siendo una realidad devastadora en todas partes del mundo. Las investigaciones, los datos y los testimonios existentes de mujeres y niñas de todo el mundo proporcionan pruebas escalofriantes. Se trata de una violación generalizada de los derechos humanos y un grave impedimento para el logro de la igualdad de género, el desarrollo y la paz.
Esa violencia es inaceptable, ya sea perpetrada por el Estado y sus agentes o por miembros de la familia o extraños, en el ámbito público o privado, en tiempos de paz o de conflicto.
Se han establecido marcos jurídicos y normativos internacionales, regionales y nacionales que abarcan muchas formas diferentes de violencia en los contextos público y privado. Sin embargo, los progresos registrados en la elaboración de esas normas, pautas y políticas jurídicas no han ido acompañados de progresos similares en su aplicación. Sigue siendo insuficiente y poco sistemática en todas partes del mundo.
Los Estados tienen la obligación de proteger a las mujeres y las niñas de la violencia, exigir responsabilidad a los autores, hacer justicia y proporcionar recursos a las víctimas. El incumplimiento de esas obligaciones es inaceptable. Cuando el Estado no exige responsabilidad a los autores de actos de violencia y la sociedad consiente esa violencia de forma explícita o tácita, la impunidad no sólo lleva a que se cometan más abusos, sino que también hace pensar que la violencia del hombre contra la mujer es aceptable y normal. El resultado es que se deniega la justicia a las víctimas o supervivientes y se refuerza la desigualdad de género prevaleciente.
La eliminación de la violencia contra la mujer sigue siendo uno de los desafíos más graves e imperiosos de nuestros tiempos. Todo el mundo tiene la responsabilidad de actuar ante la violencia. Todos y cada uno de nosotros tenemos el deber de apoyar y mantener un entorno político y social en el que no se tolere la violencia contra las mujeres y las niñas, en el que los amigos, los familiares, los vecinos, los hombres y las mujeres intervengan para impedir que los autores de esos actos queden impunes.
Con la muerte en los ojos
Yo te he visto muerte
Claro que te he visto
y he visto tus ojos azules grandes
Cuando le cortaste a mamá
las trompas de falopio y los ovarios
sin preguntar y sin responder
Te he visto.
Cuando me acercaba a la esquina del barrio
y esos dos hombres me miraban
con calaveras en los ojos
y respiración de buey enojado
Por supuesto que te he visto.
Cuando llegué al hospital
sin color, sin equilibrio y en espasmos
sin dinero y sin seguro
y te paraste en la esquina del cuarto
a llenarme de esa angustia que viene
con el olor a alcohol
de cuarto de hospital viejo
Por supuesto que te he visto.
Y te he visto rondar a mis amigos
y escoger sin razones los más jóvenes
llenándolos de verrugas y olores,
mientras sudaban líquidos imposibles
Yo te he visto muerte
Te he visto bailando dentro de mis ojos
cuando mis manos y mi fuerza
le pegaban a una mujer tramposa
vestida igual que tu de dolor y desencanto
Yo te he visto muerte
claro que yo te he visto
te he visto vestida de protección innecesaria
justificando tu baile
de tanques de guerra y bombas
caídas en la cabeza
de una pescadora de sueños en Vieques.
Yo te he visto
Paseando por las calles
de todos mis barrios
en uniforme y macana
Te he visto
Escudriñarte en mi sangre
en mi boca y en mi mente
arrebatando la posibilidad
del recurso propio y la mirada valiente
Claro que yo te he visto
te he visto con estos ojos
privilegiados y llorosos
acechándote abiertos
buscándote en lo oscuro
y pendientes de tus pasos.
Te he visto.
Te he visto y te he sentido
Cerca...muy cerca
tan cerca como el roce del viento
en cualquier momento del día.
Por Sebastian Colón
El músculo duerme
(A la mujer maltratada)
***
Siento pena por ti... eres más fuerte que yo...
y siento pena por ti
áspera de piel magullada
agria de noche sufrida
árida de sueños perdidos
siento pena por ti... eres más fuerte que yo
y siento pena por ti
amo y ciervo de la furia
al acecho de locura
en tinieblas de la fuerzas
siento pena por ti... eres más fuerte que yo
y siento pena por ti
convaleciente desesperada
hoy saco fuerza por mí
sin perdón en mi alma saturada.
Seca por saber quién eres... nada
NADA.....