No siempre soy el de siempre...
a veces no cargo besos,
y me visita sin causas
la soledad por costumbre,
me llaman aquellos días
donde mi sol se hace lumbre
y arrastro triste los ojos
por los derroteros viejos.
No siempre tengo el abrazo
que con tu llegar se tiende,
ni llevo siempre la risa
donde el humor es preciso,
a veces ando gritando
pasadas yagas silentes...
porque no soy el de siempre,
aunque en el fondo sea el mismo.
Hay días en el invierno nublados
en que no llueve,
y hay hojas que en el otoño
resisten para caerse...
hay olas que no parecen
llevar directriz del viento
y hay días en que me siento...
no ser el mismo de siempre.
Mas todos los días, siempre:
¡TE AMO!