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De: yosis  (Mensaje original) Enviado: 16/08/2009 21:47

EL ORGANISMO HUMANO

 

Yolanda Silva Solano.

 

Desde el tiempo del oráculo de Delfos el “Conócete a ti mismo” ha sido la premisa para todo el que quiere evolucionar espiritualmente, pero como la espiritualidad no puede, ni debe estar separada de lo material, si queremos conocernos realmente debemos comenzar por conocer nuestro organismo, ya que el “cuerpo físico de los mortales es el templo de Dios”26

 

En la mayor parte de los aspectos biológicos, los seres humanos somos muy similares a otros organismos vivos. Nuestras células son similares a la de otros mamíferos, tenemos más o menos la misma composición química, órganos muy parecidos y un mismo sistema de procreación, pero para llegar al estado actual, hemos debido recorrer un largo camino de evolución.

 

“La historia del ascenso del hombre a partir de las algas marinas, hasta el señorío de la creación terrenal, es en efecto un romance de la lucha biológica y de la supervivencia de la mente.  Los antepasados primordiales del hombre literalmente fueron el limo y el cieno del lecho oceánico en las bahías y caletas de aguas tibias y calmadas de las vastas costas de los antiguos mares interiores, aquellas mismas aguas en que los Portadores de Vida establecieron cada una de las implantaciones de la vida de Urantia”731

 

“La física y la química solas, no pueden explicar como el ser humano evolucionó a partir del protoplasma primitivo de los primeros mares. La capacidad de aprender, la memoria y la respuesta diferenciada del medio ambiente, es producto de la mente. Las leyes de la física no responden a la capacitación, son inmutables e invariables. Las reacciones de la química no son modificadas por la enseñanza, son uniformes y seguras.  En cambio la mente puede aprovecharse de la experiencia, puede aprender de los hábitos reactivos del comportamiento en respuesta a la repetición de los estímulos.”738

 

Por eso, aún cuando los seres humanos somos similares a otras especies en el plano biológico, somos únicos entre todas las formas de vida porque poseemos una mente que nos permite pensar, un lenguaje con el cual podemos expresar nuestros pensamientos y sentimientos y el don del libre albedrío que nos permite discernir entre el bien y el mal y reconocer que Dios es nuestro Padre.

 

“El gran Dios, hace contacto directo con la mente del hombre y le otorga una parte de su ser infinito, eterno e incomprensible para que viva y habite dentro de él. Dios se ha embarcado en la aventura eterna con el hombre” 64 y la forma “en que el Padre Universal convive con las criaturas es el más grande de los misterios”26 no sólo para nosotros criaturas finitas sino también para las Personalidades muy superiores a nosotros como son los Consejeros Divinos que se encargan de la revelación.

 

Sólo nos queda una cosa clara, que “las características de la vida humana ofrecen abundantes pruebas de que le fenómeno de la existencia mortal se planeó con inteligencia y de que la evolución orgánica no es una simple casualidad cósmica.”735

 

El hombre, al haber desarrollado un cerebro grande y complejo tiene la facilidad de pensar, imaginar, crear y aprender de la experiencia, lo cual está muy lejos de ocurrir en otras especies.  Sólo el hombre puede usar su capacidad cerebral para crear literatura, obras de arte y descubrir cada día nuevos inventos tanto tecnológicos como científicos.

 

“La mente, aunque no es de evolución física, depende por completo de la capacidad cerebral, siendo conferida ésta por el desarrollo puramente físico y evolutivo” 670

 

“El cerebro con su sistema nervioso correspondiente, dispone de una capacidad infinita para responder al ministerio de la mente, tal como la mente en vías de desarrollo de una personalidad, dispone de cierta capacidad innata de receptividad espiritual y por tanto entraña los potenciales del progreso y de los logros espirituales. La evolución intelectual, social, moral y espiritual dependen del ministerio mental de los Ayudantes de la mente.”138

 

La mente es quien nos proporciona el conocimiento como base para la ampliación de la conciencia tanto de sí mismo como de la sociedad, a tal punto que sin ella, no hay evolución posible porque el Ajustador no puede cumplir con su tarea, porque aun “cuando su ayuda es de naturaleza espiritual, debe por fuerza hacer todo su trabajo sobre una base intelectual.  La mente es la arena en la cual viven las personalidades humanas, tienen autoconciencia, toman decisiones y eligen a Dios o lo abandonan, se eternizan o se destruyen a sí mismos.”1216

 

Quien quiera seguir el camino evolutivo y llegar a ser perfectos como lo es nuestro Padre, debe cuidar tanto de su mente como de su cuerpo físico porque “el espíritu es el arquitecto, la mente es el constructor y el cuerpo es el edificio material”484 somos un todo que necesita estar coordinado para que cumpla sus verdaderas funciones en el desarrollo humano, pues aun cuando “la mente, no es de evolución física, depende por completo de la capacidad cerebral, siendo conferida ésta por el desarrollo puramente físico y evolutivo” 670

 

La salud mental es muy difícil de mantener en estos tiempos en que la prisa por vivir casi no le deja espacio a la mente reflexiva y pensante, porque ella involucra la interacción de los sistemas psicológico, biológico, social y cultural.  Así como el smog ensucia y daña nuestros pulmones, la contaminación emocional con todo lo que sea negativo daña nuestra mente, hasta el punto de no dejarla reaccionar con claridad y por eso ante cualquier problema o dificultad que se le presenta, reacciona muchas veces como un animalito asustado en vez de buscar en su interior la fuerza mental para transmutar lo negativo en positivo.

 

“En la personalidad, la mente interviene constantemente entre el espíritu y la materia, por lo tanto tres tipos de luz iluminan el universo: la luz material, el discernimiento intelectual y la luminosidad del espíritu”9 pero estas verdades tan primordiales se nos olvidan y pocas veces ocupamos el poder de nuestra mente para forjar nuestro propio destino, como verdaderos artífices del mismo y preferimos culpar al destino, a la mala suerte o a los otros de las cosas desagradables que nos ocurren.

 

Si dejásemos que el espíritu iluminara la materia, en vez de asustarnos ante las pruebas, nos daríamos el tiempo para examinar intelectualmente lo que nos pasa y el por qué y utilizaríamos el mejor de los métodos, el que nos enseñó Jesús cuando dijo: debéis daros cuenta que la mejor manera de solucionar problemas enmarañados consiste en alejarse de ellos por un tiempo.  Así cuando volváis descansados después de un período de esparcimiento o de adoración, podréis atacar vuestros problemas con mente más clara y mano más firme y desde luego con el corazón más resuelto.  Muchas veces veréis que el problema se ha achicado en tamaño y proporción durante vuestro reposo de la mente y el cuerpo.”1611

 

Si tuviésemos este habito reflexivo ante todas las dificultades, nuestra vida podría ser de muchísima mejor calidad, tanto en lo físico como en lo material y en lo espiritual, porque con cada crisis emocional no resuelta, el primero en resentirse es nuestro colón que se pone irritable y congestiona todo nuestro organismo y también nuestra alma que no es capaz de ver la oportunidad de crecer que tiene con cada prueba que se le presenta, porque un hijo de Dios debería “aprender a disfrutar de la incertidumbre, alimentarse de la desilusión, entusiasmarse frente a la derrota aparente, vigorizarse en presencia de las dificultades y ejercer su fe inquebrantable al enfrentarse con los desafíos de lo inexplicable.”91

 

Si queremos realmente evolucionar, cuidemos nuestro desarrollo humano en su totalidad y nos daremos cuenta que “muchos de nuestros problemas son en realidad inexistentes y que muchos problemas aparentemente graves, son la creación del temor exagerado y el resultado del recelo magnificado.” 1611  Aprendamos que muchas de nuestras angustias se manejan mejor cuando las vemos de diferentes puntos de vista, cuando unimos nuestro intelecto a lo emocional del momento, hay mucha más claridad para buscar las soluciones.

 

La oración, la unión con Dios para aceptar de antemano su Voluntad siempre es lo primero que debemos hacer, pero a Dios rogando y con el mazo dando, “no puedes ser tan perezoso como para pedir a Dios que solucione tus dificultades, pero no vaciles jamás en pedirle sabiduría y fuerza espiritual para guiarte y sostenerte mientras atacas con resolución y valor los problemas que te aquejan.”999

 



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