Una pintura de lo más apropiada para esta época del año, y creedme cuando os digo que la he elegido al zar. Esta es una de las obras maestras del renacentista Sandro Botticelli.
Nos encontramos ante una atmósfera con tintes mitológicos y podemos ver una especie de rito pagano. Cosa poco habitual ya que rompe con la pintura religiosa cristiana.
Los personajes que aparecen son los siguientes: Venus, las Tres Gracias que bailan junto al dios Mercurio. A su derecha están Céfiro y su esposa, la ninfa Cloris. Un poco más adelante se encuentra Flora y encima de la cabeza de Venus un ángel, Cupido.
Los personajes están bastante idealizados, a pesar de presentar rasgos naturalistas en cabellos y anatomía.
También podemos observar un claro predominio de los colores claros a lo largo de la obra.
Se puede encontrar también numerosas líneas curvas, la obra denota movimiento y el abandono de la rigidez.
Las ampliaciones de los distintos personajes permiten poder disfrutar de la delicadeza de sus contornos y expresiones.
Su significado aún no está del todo claro, ya que los expertos no se ponen de acuerdo. La técnica mediante la cual fue elaborado este cuadro es el temple sobre la tabla. Cabe destacar el gran realismo de la obra, un detallado estudio de la anatomía. A mí personalmente me gustan mucho los colores utilizados por el autor y la distribución de los diferentes personajes, en especial en la derecha .
Para aquellos que queráis más información, os recomiendo el siguiente blog:
http://pensarelarte.blogspot.com/2009/03/comentario-de-la-primavera-de-sandro.html
Es evidente cierta melancolí en estos rostros idealizados, también es patente la palidez de su piel. Requisito imprescindible como canob de belleza en aquellos tiempos.
Todos estos personajes parecen estar rodeados por la sabiduría y la inmortalidad que solo el tiempo puede otorgar...
http://epidemias5second.blogspot.com/