El nombre de la fallecida artista Rafaella Carrà produce bastante admiración en el mundo, básicamente por haber sido una “adelantada a su época” y ser reconocida como una diva internacional en la década de los 80, tiempos de sociedades mucho más conservadoras.

En este sentido, la revista europea Interviú publicó en 1977 una extensa entrevista con la cantante italiana, en la cual no sólo habló de su música, sino que también abordó sus opiniones políticas y visiones personales de mundo.

En este sentido, Carrà expuso que solía votar por el Partido Comunista de su país y expresó abiertamente su apoyo a los movimientos sociales de la época.

“Yo siempre voto comunista. En un conflicto entre trabajadores y empresarios, yo siempre estaré del lado de los trabajadores”, sostuvo.

En ese entonces, la cantante sostuvo además que solía preocuparse bastante respecto al estado económico y anímico de sus bailarinas y bailarines.

“Implica un modo de vida y una responsabilidad muy grande”, expuso décadas atrás.

Revista Interviú

De acuerdo a lo que expone el medio español ABC, Almudena Montero fue una periodista española que trabajó bastante tiempo con Rafaella en televisión, por lo que la conoció bastante bien.

“Por los pasillos se hablaba de culos de tías malversación de fondos y luego de penas de cárcel. Y en medio de todo ese horror catastrófico, aparecía Raffaella Carrà. Se te acercaba como no se te ha acercado en la vida un famoso, te bajaba la piel del ojo y te decía: ‘Estás anémica perdida”, recordó.

“Te preguntaba por tus condiciones laborales, y cuando se las contabas, apagaba la luz del plató. La tipa vivía permanentemente en un estado de excitación política de izquierdas, mientras dirigía departamentos enteros, vestida de lentejuelas rojas”, agregó.

En ese entonces, década de los 70, Carrà fue censurada por el Vaticano debido a sus shows, más en específico debido a que mostraba el ombligo en televisión durante el horario familiar

Las noches del domingo 21 y lunes 22 de febrero de 1982 la diva italiana se presentó por primera vez en el escenario de la Quinta Vergara. Sus éxitos musicales y su desplante la transformaron en un clásico instantáneo en el imaginario local, además de coronarse como la primera soberana del certamen.