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General: EL JUICIO DE DIOS EN LA HUMANIDAD
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Respuesta  Mensaje 1 de 5 en el tema 
De: Damarit Espinoza  (Mensaje original) Enviado: 10/03/2022 12:28

El juicio de la humanidad ante el trono 

de Dios Cristo.Apoc 14:7 Decía con fuerte voz: «Temed a Dios y dadle gloria, porque ha llegado la hora de su Juicio; adorad al que hizo el cielo y la tierra, el mar y los manantiales de agua.»

 Parecía haber llegado el gran día de la ejecución del juicio de Dios. Diez mil veces diez millares estaban congregados delante de un gran trono, sobre el cual estaba sentado un personaje de majestuosa apariencia. Delante de él había varios libros y sobre las tapas de cada uno de ellos estaba escrito en letras de oro semejantes a llamas de fuego El libro mayor del cielo. Uno de estos libros, el cual contenía los nombres de los que aseveran creer en la verdad, fue abierto entonces. Inmediatamente perdí de vista los incontables millones que rodeaban el trono y mi atención se dedicó únicamente a los que profesan ser hijos de la luz y la verdad. A medida que se nombraba una tras otra a estas personas, y se mencionaban sus buenas acciones, sus rostros se iluminaban con un gozo santo que se reflejaba en todas direcciones. Pero esto no pareció ser lo que impresionó con más fuerza mi espíritu. 

Se abrió otro libro en el cual estaban anotados los pecados de los que profesan la verdad. Bajo el encabezamiento del egoísmo venían todos los demás pecados. Había también encabezamientos en cada columna, y debajo de ellos, junto a cada nombre, estaban registrados en sus respectivas columnas los pecados menores. 

Bajo la codicia venían la mentira, el robo, los hurtos, el fraude y la avaricia; bajo la ambición venían el orgullo y la extravagancia; los celos encabezaban la lista de la malicia, la envidia y el odio; y la intemperancia, otra larga lista de crímenes terribles, como la lascivia, el adulterio, la complacencia de las pasiones animales, etc. Mientras contemplaba esto me sentía abrumada de angustia indecible, y exclamé: “¿Quién puede salvarse? ¿Quién puede ser justificado delante de Dios, cuyas vestiduras están sin mancha? ¿Quién está sin defecto a la vista de un Dios puro y santo?” 

Mientras el Ser santo que estaba sobre el trono hojeaba lentamente las páginas del libro mayor y sus ojos se posaban un momento sobre las personas, su mirada parecía penetrar como fuego hasta sus mismas almas y en ese momento todas las palabras y las acciones de sus vidas pasaba delante de sus mentes tan claramente como si hubiesen sido escritas ante su visión en letras de fuego. El temblor se apoderó de aquellas personas y sus rostros palidecieron. Al principio, mientras rodeaban el trono, aparentaban una indiferencia negligente. Pero ¡cuán cambiadas estaban! Había desaparecido la sensación de seguridad y en su lugar reinaba un terror indecible. Cada alma se sentía presa de espanto, no fuese que se hallara entre los que eran hallados faltos. Todo ojo se fijaba en el rostro de Aquel que estaba sentado sobre el trono; y mientras sus ojos escrutadores recorrían solemnemente la compañía, los corazones temblaban porque se sentían condenados sin que se pronunciase una palabra. Con angustia en el alma, cada uno declaraba su propia culpabilidad, y de forma terriblemente vívida veían que al pecar habían desechado el precioso don de la vida eterna. 

Una clase de personas estaba anotada por haber estorbado la siembra. A medida que el ojo escrutador del Juez se posaba sobre ellos, se les revelaban distintamente sus pecados y negligencia. Con labios pálidos y temblorosos reconocían que habían traicionado su santo cometido. Habían recibido advertencias y privilegios, pero no los habían escuchado ni aprovechado. Podían ver ahora que habían presumido demasiado de la misericordia de Dios. En verdad, no tenían que hacer confesiones como las de los viles bajos y corrompidos; pero, como la higuera, eran malditos porque no llevaron frutos, porque no aprovecharon los talentos que se les habían confiado. 

Esta clase había hecho de su yo algo supremo, y había trabajado solamente en favor de sus intereses egoístas. No eran ricos para con Dios ni habían respondido a sus derechos sobre ellos. Aunque profesaban ser siervos de Cristo, no le llevaron almas. Si la causa de Dios hubiese dependido de sus esfuerzos, habría languidecido; porque no solamente retuvieron los recursos que Dios les había prestado, sino que se retuvieron a sí mismos. Pero ahora podían ver y sentir que al mostrarse irresponsables con la obra de Dios, se habían colocado a la izquierda. Habían tenido una oportunidad, pero no quisieron hacer lo que podían y debían haber hecho. 

Se mencionaron los nombres de todos los que profesan la verdad. Se reprendió a algunos por su incredulidad y a otros por haber sido perezosos. Habían dejado que otros hiciesen la obra de la viña del Señor y llevasen las más pesadas responsabilidades, mientras que ellos servían egoístamente a sus propios intereses temporales. Si hubiesen cultivado la capacidad que Dios les había dado, habrían llevado fielmente las responsabilidades y habrían trabajado en favor de los intereses del Maestro. El Juez dijo: “Todos serán justificados por su fe, y juzgados por sus obras”. ¡Cuán vívidamente aparecía entonces su negligencia, y cuán prudente el arreglo de Dios al dar a cada uno una obra que hacer para promover la causa y salvar a sus semejantes! Cada uno debía manifestar una fe viva entre su familia y su vecindario, revelando bondad hacia los pobres, compasión hacia los afligidos, dedicándose a la obra misionera y ayudando a la causa de Dios con sus recursos. Pero, como en el caso de Meroz, la maldición de Dios recaía sobre ellos por lo que no habían hecho. Habían amado el trabajo que les producía el mayor provecho en esta vida; y frente a sus nombres, en el libro mayor dedicado a las buenas obras, había un lamentable espacio en blanco. 

Las palabras que se dirigieron a estas personas fueron muy solemnes: “Sois pesados en la balanza y se os ha hallado faltos. Habéis descuidado las responsabilidades espirituales en favor de las actividades temporales, mientras que vuestra misma posición de confianza hacía necesario que tuvieseis sabiduría más que humana y un juicio superior al juicio finito. Lo necesitabais incluso para cumplir la parte mecánica de vuestro trabajo; y cuando separasteis a Dios y su gloria de vuestros quehaceres, os apartasteis de su bendición”. 

Se hizo luego la pregunta: “¿Por qué no lavasteis las vestiduras de vuestro carácter y no las emblanquecisteis en la sangre del Cordero? Dios envió a su Hijo al mundo, no para condenarlo, sino para que por él pudiese salvarse. Mi amor hacia vosotros fue más abnegado que el amor de una madre. Para que pudiese borrarse vuestro sombrío registro de iniquidad, y ofrecerse a vuestros labios la copa de la salvación, sufrí la muerte de la cruz, llevando el peso y la maldición de vuestra culpabilidad. Soporté los dolores de la muerte y los horrores de las tinieblas de la tumba para vencer a aquél que tenía el poder de la muerte, abrir su cárcel y franquearos las puertas de la vida. Me sometí a la vergüenza y la agonía porque os amaba con amor infinito, y quería hacer volver al paraíso de Dios, al árbol de la vida, a mis ovejas extraviadas. Habéis despreciado esta vida de bienaventuranzas que compré para vosotros a un precio tan elevado. Habéis rehuido la vergüenza, el oprobio y la ignominia que llevó vuestro Maestro por vosotros. No habéis apreciado los privilegios que fueron puestos a vuestro alcance por su muerte. No quisisteis participar de sus sufrimientos, y no podéis ahora participar de su gloria”. 

Entonces se pronunciaron estas palabras solemnes: “El que es injusto, sea injusto todavía; y el que es inmundo, sea inmundo todavía; y el que es justo, practique la justicia todavía; y el que es santo, santifíquese todavía”. Apocalipsis 22:11. El libro se cerró luego, y cayó el manto de la persona que estaba sentada sobre el trono, revelando la terrible gloria del Hijo de Dios. 

La escena se disipó después y me encontré nuevamente en la tierra, inefablemente agradecida de que el día de Dios no había venido todavía, y que aún se nos concede un precioso tiempo de gracia en el cual podemos prepararnos para la eternidad. 






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Respuesta  Mensaje 2 de 5 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 10/03/2022 16:07

EL SANTUARIO CELESTIAL LAS PLAGAS SOBRE EL PAPADO LOS DEL CATECISMO DOMINGO EGIPTO  Y LOS SELLADOS DE CRISTO ISRAEL ESPIRITUAL VIVIENDO SIN LAS PLAGAS SI CONDENADOS A MUERTE POR EL PAPADO POR LOS QUE OBEDECIERON EL SABADO SEPTIMO DIA .

LEVITICOS 19:30  Guardad mis sábados y respetad mi santuario. Yo, Yahveh.Apocalipsis 15 : 5    Después de esto vi que se abría en el cielo el Santuario de la Tienda del Testimonio,

6 y salieron del Santuario los siete

 Angeles que llevaban las siete plagas,

 vestidos de lino puro,

 resplandeciente, ceñido el talle con

 cinturones de oro.Apocalipsis 16 :1  

o í una fuerte voz que desde el


 Santuario decía a los siete Angeles:


 «Id y derramad sobre la tierra las


 siete copas del furor de Dios.»

La mente de los creyentes debía ser dirigida al Santuario celestial, donde Cristo ha entrado para hacer expiación por su pueblo”.

“La correcta comprensión del ministerio en el Santuario celestial es el fundamento de nuestra fe”.

Apocalipsis (de Juan) 15-> Ver. 4

[V.4-> ¿Quién no te temerá? Cf. Jer 10:7. El mensaje del primer ángel de Apoc. 14 es: “’Temed a Dios, y dadle gloria sábado séptimo día del verdadero Dios de la creación Génesis 1:1Genesis2:1,4Exodo 20:8,11 ”. Los santos prestaron atención a esa exhortación, y ahora que ha terminado su peregrinación se unen en este maravilloso tributo de alabanza a la gloria de Dios. Compárese con el clamor de los adoradores de la bestia papado y aliados catecismo Domingo Laudato si : “¿Quién como la bestia?” (Ap 13:4). Glorificará tu nombre. Cf. Sal 86:9. Santo. Gr. hósios (ver com. Hch 2:27; cf. com. Ap 13:34). Este adjetivo aparece con referencia a Dios en Deu 32:4 (LXX). Esta es la primera de las tres razones que se dan por las cuales los hombres deben glorificar a su Hacedor Las otras dos son: “por lo cual todas las naciones vendrán y te adorarán”, y “porque tus juicios se han manifestado  cuando el decreto de muerte sobre los adoradores del sábado y las plagas caen sobre el mundo Apoc 15:2 después de la segunda venida de Cristo ”. Tus juicios. Se trata sin duda de los juicios de Dios las plagas y condenación sobre el papado vaticano y aliados satanás  contra la bestia, su imagen y sus adoradores. Apoc 16 y cap19:20,21 .] 




Respuesta  Mensaje 3 de 5 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 15/04/2022 02:01


El sello de Dios y la marca de la bestia

Sólo dos clases

Sólo puede haber dos clases. Cada grupo está marcado claramente, ya sea con el sello del Dios viviente o con la marca de la bestia o de su imagen.—

Todo el mundo cristiano estará involucrado en el gran conflicto entre la fe y la incredulidad. Todos tomarán partido. Aparentemente algunos no participarán en el conflicto en ninguno de los dos lados. Parecerá que no toman partido contra la verdad, pero no se adelantarán osadamente por Cristo por temor a perder propiedades o a sufrir reproches. Los tales serán contados con los enemigos de Cristo.—

A medida que nos acerquemos al fin del tiempo, la línea de separación entre los hijos de la luz y los de las tinieblas será más y más definida. Estarán más y más en desacuerdo. Esta diferencia se expresa en las palabras de Cristo, “Nacido de nuevo”: creado de nuevo en Cristo, muerto al mundo y vivo para Dios. Estos son los muros de separación que dividen lo celestial de lo terrenal y que describen la diferencia entre aquellos que pertenecen al mundo y los que son escogidos para salir de él, que son elegidos, preciosos a la vista de Dios.


Respuesta  Mensaje 4 de 5 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 21/05/2022 15:04

El trato con la falsa ciencia, los cultos, los ismos y las sociedades secretas masones ILUMINATIS  jesuitas hechiceros espiritismo ateos uniones con Satanás Apoc 16:13,14 

Satanás gana terreno mediante doctrinas falsas el  catecismo .Apocalipsis 13:17,18 

El error se nutre de la verdad—Satanás ha obrado con poder engañador produciendo una cantidad de errores que oscurecen la verdad. El error no puede permanecer solo, y pronto y se extinguiría si no se fijara como un parásito en el árbol de la verdad. El error se nutre de la verdad de Dios. Las tradiciones humanas, como gérmenes que flotan en el aire, se fijan en la verdad de Dios y así los hombres llegan a considerarlas como parte de la verdad. Satanás afirma su posición mediante las doctrinas falsas y así cautiva las mentes de los humanos y las hace sostener teorías que no tienen fundamento en la verdad. Los hombres enseñan atrevidamente los mandamientos humanos como si fueran doctrinas, y como las tradiciones se transmiten de una época a otra, llegan a tener poder sobre la mente. Pero el paso del tiempo no convierte el error en verdad, ni tampoco su molesto peso hace que la planta de la verdad llegue a ser un parásito. El árbol de la verdad lleva su propio genuino fruto, con lo cual demuestra cuál es su origen y naturaleza. El parásito del error también lleva su propio fruto, con lo cual manifiesta que su carácter es diferente de la planta de origen celestial. 

Satanás obtiene poder sobre la mente por medio de teorías y tradiciones falsas. Podemos ver en qué extensión ejerce su poder al contemplar la deslealtad que hay en el mundo. Aun las iglesias que profesan ser cristianas se han apartado de la ley de Dios y han establecido sus propias normas. Satanás ha puesto su mano en todo esto, porque al dirigir a los hombres hacia las normas falsas, deforma el carácter humano y hace que la humanidad lo reconozca como supremo. Obra contra la santa ley de Dios y niega la jurisdicción de Dios. En su trono es donde tiene su origen toda obra maligna y allí es donde recibe apoyo.—

El camino divergente de la verdad y el error—Los ángeles de Satanás son muy avisados para hacer el mal y crearán aquello que algunas personas pretenderán que es luz avanzada, y la proclamarán como algo nuevo y maravilloso; sin embargo aunque algunos aspectos de esos mensajes puedan ser verdad estarán mezclados con invenciones humanas, y enseñarán como doctrina los mandamientos de los hombres. Si ha habido alguna vez un tiempo cuando debíamos velar y orar con verdadero fervor, es ahora. Muchas cosas aparentemente buenas necesitarán considerarse cuidadosamente con mucha oración, porque son invenciones especiosas del enemigo que tienen la finalidad de conducir a las almas hacia una senda que se encuentra tan cercana a la senda de la verdad que a duras penas podrá distinguirse de ésta. Pero el ojo de la fe puede discernir lo que es divergente del camino correcto, por muy imperceptible que sea la divergencia. Puede ser que al principio se lo considere perfectamente correcto, pero después de un tiempo se verá que diverge completamente del camino que conduce hacia la santidad y el cielo. Hermanos míos, os insto a hacer sendas rectas para vuestros pies para que el cojo no tropiece ni se salga del camino.

Herejías que ahora se presentan como doctrinas bíblicas—Ha llegado el tiempo cuando no podemos estar seguros de las doctrinas que llegan a nuestros oídos a menos que comprobemos que armonizan con la Palabra de Dios. Hay herejías peligrosas que se presentarán como doctrinas bíblicas; de modo que debemos familiarizarnos con la Biblia a fin de saber cómo hacerles frente. La fe de cada persona será aprobada y cada uno tendrá que soportar la prueba de una crítica sofocante.

Satanás cita erróneamente las Escrituras—Todos debieran familiarizarse con la Palabra de Dios, porque Satanás pervierte y cita erróneamente las Escrituras, y los hombres siguen su ejemplo presentando una parte de la Palabra de Dios a quienes desean conducir por senderos falsos, y ocultan la parte que echaría a perder sus planes. Todos tienen el privilegio de familiarizarse con un claro “Así dice Jehová”... 

Hay pastores  falsos  que están dispuestos a decir y hacer cosas perversas. Nuestros hijos debieran ser instruidos de tal modo que lleguen a conocer perfectamente la Palabra de Dios, a fin de ser capaces de saber cuando se lee una parte de la Escritura y se deja de leer otra parte a fin de causar una falsa impresión.—




Respuesta  Mensaje 5 de 5 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 16/06/2022 23:58



LOS JUSTOS REMANENTE DE CRISTO Ante los grandes hombres de la Tierra.

Y aun ante gobernadores y reyes seréis llevados por causa de mí, para testimonio a ellos y a los gentiles. Mateo 10:18. 

No está lejos el tiempo cuando se llevará al pueblo de Dios a dar su testimonio ante los gobernadores del mundo. No hay uno en veinte que comprenda con cuánta rapidez nos acercamos a la gran crisis de nuestra historia... No hay tiempo para la vanidad, para la frivolidad, para ocupar la mente en cosas sin importancia...

Los reyes, los gobernadores y los grandes hombres oirán de vosotros a través de los informes de aquellos que estén enemistados con vosotros, y vuestra fe y carácter serán desfigurados delante de ellos. Pero los que sean acusados falsamente tendrán la oportunidad de comparecer delante de sus acusadores para responder por sí mismos. Tendrán el privilegio de llevar la luz delante de los que son llamados grandes de la tierra, y si habéis estudiado la Biblia, y si estáis listos para dar respuesta a cada persona que pregunte acerca de la esperanza que hay en vosotros, con humildad y temor, vuestros enemigos no serán capaces de contradecir vuestra sabiduría. MSV76 251.3

Ahora tenéis la oportunidad de alcanzar el mayor poder intelectual a través del estudio de la Palabra de Dios. Pero si sois indolentes, y dejáis de cavar profundamente en las minas de la verdad, no estaréis preparados para la crisis que pronto os sobrevendrá. ¡Ojalá que comprendierais que cada momento es de oro! Si vivís de cada palabra que procede de la boca de Dios, no seréis encontrados desprevenidos.

No sabéis adónde seréis llamados a dar vuestro testimonio en favor de la verdad. Muchos deberán comparecer ante asambleas legislativas; algunos tendrán que presentarse ante reyes y ante los sabios de la tierra, para dar razón de su fe. Los que sólo tienen un conocimiento superficial de la verdad no estarán capacitados para exponer claramente las Escrituras, y dar razones definidas respecto de su fe. Se confundirán y no serán obreros que no tienen de qué avergonzarse. Nadie se imagine que no necesita estudiar porque no debe predicar en el púlpito. No sabéis lo que Dios puede requerir de vosotros.




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