Pàgina principal  |  Contacte  

Correu electrònic:

Contrasenya:

Inscriviu-vos ara!

Heu oblidat la vostra contrasenya?

VIDAS EN JESUCRISTO
 
Novetats
  Afegeix-te ara
  Plafó de missatges 
  Galeria d’imatges 
 Arxius i documents 
 Enquestes i Tests 
  Llistat de Participants
 GENERAL 
 EN QUIEN CREEMOS 
 DEJANOS TU DIRECCION AQUI 
 Faro de Luz 
 Estudios Biblicos 
 Oracion Los Unos Por Los Otros 
 BIBLIA 
 Concordancia Biblica 
 Biblia Libro por Libro » 
 Libros en Digitales 
 Buscadores de DIOS 
 Presentaciones Power Point 
 Mujer y Familia 
 Charles Spurgeon 
 Musica 
  
 
 
  Eines
 
General: – La Increíble Traición
Triar un altre plafó de missatges
Tema anterior  Tema següent
Resposta  Missatge 1 de 1 del tema 
De: ** Genesis **  (Missatge original) Enviat: 06/07/2013 05:28
 – La Increíble Traición

 

“A mí me dejarán solo. Sin embargo, solo no estoy, porque el Padre está conmigo” (Juan 16:32).

La noche antes de su muerte todo un basurero muy real de ayes cayó sobre Jesús. En algún punto entre la oración en el Getsemaní y la farsa del juicio se halla lo que sería la escena más lóbrega del drama de la historia humana.

«Lo acompañaba (a Judas) una gran turba armada con espadas y palos, enviada por los jefes de los sacerdotes y los ancianos del pueblo… Entonces los hombres se acercaron y prendieron a Jesús» (Mt.26:47, 50).

Judas llegó con una chusma enfurecida. Juan es incluso más específico. El término que emplea es el vocablo griego speira o «un destacamento de soldados» (Jn.18:3). Por lo mínimo una speira indica un grupo de doscientos soldados.

De seguro que en un grupo así de numeroso habrá una per­sona que defenderá a Jesús. Auxilió a tantos. Todos los sermo­nes. Todos los milagros. Así que esperamos por lo menos una persona que declare: «¡Jesús es inocente!» Pero nadie lo hace. La gente que había venido a salvar se volvió en su contra.

Casi podemos perdonar a la multitud. Su contacto con Jesús fue demasiado breve, demasiado casual. Tal vez no sabía otra cosa mejor. Pero los discípulos si sabían. Sabían más. Le conocían a Él mejor. Pero, ¿defendieron a Jesús? Ni en sueños. La píldora más amarga que Jesús tuvo que tragar fue la increí­ble traición de parte de sus discípulos. «Entonces todos los dis­cípulos lo abandonaron y huyeron» (Mt 26:56).

Desde el punto de vista humano el mundo de Jesús se derrumbó. Ninguna ayuda de la gente, y nada de lealtad de parte de sus amigos. Pero no fue así como Jesús la vio. Él vio algo enteramente diferente. No estaba ajeno a las circunstan­cias; sencillamente no estaba limitado por ellas. De alguna manera Él fue capaz de ver bien en el mal, el propósito en el dolor y la presencia de Dios en el problema.

Extracto del libro “3:16. Los Números de la Esperanza”

Por Max Lucado



Primer  Anterior  Sense resposta  Següent   Darrer  

 
©2025 - Gabitos - Tots els drets reservats