El helenio forma parte del género herbáceo, y está compuesto por 40 variedades con distinta floración y disímiles proporciones. De hoja perenne, su nombre científico es helenium y es originario de América del Norte. De todas las variedades, la más popular y común es aquella embellecida con grandes flores de pétalos amarillos.
En libertad, puede alcanzar los dos metros de altura. Además, cuenta con hojas ovaladas de gran extensión y su floración se inicia sobre el nacimiento del verano. Si se la cuida adecuadamente, las flores pueden seguir entregando su color hasta la etapa final del otoño. Vamos a ver ahora que debemos hacer para lograr esto en nuestro jardín.
En cuanto al riego, con un par de veces por semana es suficiente durante el invierno. Sin embargo, cuando llega el calor y comienza a producirse la floración, es preciso aumentar la frecuencia, haciéndolo día por medio. No tiene problemas con respecto a la luz, pudiendo recibir luz solar directa durante toda la jornada.
Para el tipo de suelo es mejor optar por terrenos ácidos y con Ph bajo, siendo ideal que no se trate de una tierra dura. Si el objetivo es optimizar la floración, es interesante aplicar un fertilizante líquido mientras está floreciendo. Con estos cuidados, nuestro helenio crecerá con fuerza y sus flores embellecerán el jardín hasta la terminación del otoño. La imagen que observamos pertenece a la Universidad de Texas en Austin, Estados Unidos.