Deja descongelar las espinacas en un recipiente con rejilla para que los jugos de la descongelación queden aparte.
Pon el bacalao directamente congelado en un recipiente estrecho y escáldalo con medio litro de agua hirviendo. Déjalo con el agua hasta que se descongele, escúrrelo y guarda el agua.
Derrite la mantequilla en un recipiente en el fuego, añade la harina y, una vez tengamos una pasta homogénea, añade también la leche caliente, poco a poco sin parar de remover, como si hicieras bechamel.
Cuando hayas añadido toda la leche, vierte el jugo del escaldado hasta obtener una salsa cremosa, salpimiéntala y añade la miel.
Pon en una bandeja para el horno las espinacas mezcladas con un poco de salsa, encima coloca los filetes de bacalao y cúbrelo con el resto de salsa.
Ponlo en el horno, previamente encendido a 180o C, durante 10 minutos y después 3 ó 4 minutos más en el gratinador.