CÓMO CON LA MEDITACIÓN PODEMOS CAMBIAR AL MUNDO
La práctica de la meditación nos permite liberarnos de las creencias que nos hacen infelices y despeja nuestras mentes para que estén más en el presente.
La meditación regular nos puede ayudar a estar más tranquilos en todo momento y en cualquier situación de la vida. Cuanto más practiquemos la meditación, más sencillo nos resultará mantener la calma en situaciones que en otro momento de nuestra vida habríamos perdido el control, actuado por impulso.
Estudios recientes han encontrado evidencias de que la práctica diaria de la meditación hace que se hagan más densas las partes del córtex cerebral responsables de la toma decisiones, la atención y la memoria. Es decir, que aumenten las conexiones entre las neuronas de nuestro cerebro.
Sara Lazar, científica investigadora en el Hospital General de Massachussets, presentó unos resultados preliminares que demostraban que la materia gris de 20 hombres y mujeres que meditaban durante 40 minutos al día, era más densa que la de aquellas personas que no lo hacían.
Cuando cada uno de nosotros nos sentamos en silencio y meditamos, nos estamos ayudando y mejorando a nosotros mismos, pero al mismo tiempo esto repercute en nuestro entorno.
Durante los años 70 se hicieron las primeras investigaciones sobre el efecto que podían tener un grupo de personas practicando una Meditación conjunta sobre la población del entorno. Entre otros aspectos importantes, se encontró que un grupo de meditadores equivalente a un mínimo de 1% de la población era suficiente para producir ciertos cambios mesurables en los índices de delincuencia y criminalidad, en el número de accidentes, en el ingreso a los hospitales, etc.
Esto motivó el deseo de contar con un efecto similar, a nivel mundial.
La primera experiencia global se desarrolló en el campus de la Universidad de Fairfield, Iowa, ocasión en que se reunieron más de 8.000 expertos.
Experiencias similares han reunido a grupos importantes de personas en bien del la paz mundial y el bien común.
Cíclicamente se reúnen numerosos grupos de personas en meditaciones conjuntas impulsando de manera silenciosa mejoras a nivel mundial.
Cuando nos juntamos con un grupo de personas a meditar con un fin común nuestra energía se multiplica. Pasamos de ser una lucecita a ser un gran foco. El beneficio que se experimenta por una meditación grupal no es individual sino que es colectivo. Todos se benefician de esa experiencia, aunque no estén en ese lugar o en sintonía con lo que el grupo respira.
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