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PANEL-SANANDO LAS HERIDAS-POR MIGDALIA: EL PERDON NOS PERMITE EMPRENDER UNA NUEVA VIDA
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: mujervirtuosa8  (Mensaje original) Enviado: 07/08/2009 18:06
De: mujervirtuosa8  (Mensaje original) Enviado: 07/08/2009 13:00

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El perdón nos permite emprender una nueva vida

Berenice Trochez jamás podría olvidar las imágenes de su hijo de cinco años corriendo en las calles sin pavimentar del caserío de viviendas de cartón, madera y láminas de zinc al que llegaron de un pueblo remoto de Colombia.

Era muy inquieto. Vivaz. Siempre ocupado en experimentar algo nuevo. Y una incontenible pasión por el fútbol, que practicaba recién llegaba de la escuela, con una pelota de trapo. Desde la cocina escuchaba sus gritos, unas veces de euforia y otras de contrariedad cuando algún amiguito le quitaba la pelota de trapo y anotaba un gol en la portería de su equipo.

"Lo recuerdo haciendo sus tareas de matemáticas; contando con los dedos de la mano y repasando las sumas y restas. No se contrariaban si las cuentas no daban. Por el contrario, persistía hasta que los números cuadraran", rememoraba su madre al mirar con lágrimas en los ojos las fotos descoloridas—casi en sepia—de Martín, que ya no está y cuya habitación permanece vacía, como la dejó, con afiches de equipos de futbol y una foto de Madonna, a quien consideraba su ídolo.

Era tan ingenioso que al recibir una clase sobre los primeros modelos de proyectores de películas, se armó de una caja de cartón, una extensión de energía eléctrica, una lente y de todos los bombillos de la casa, porque se fundieron uno a uno hasta que por fin proyectó una diapositiva en la pared sin pintar de la pequeña salita de estar.

Pero el curso de la historia cambió para la familia el día que lo mataron. Salía a trabajar, recién amaneciendo el día. Una densa neblina todavía se cernía sobre la ciudad, desde las montañas, bajando con la monotonía de quien no quiere llegar a su destino y arrastra los pies con pesadez. Le apuñalearon. Le robaron el reloj, de los más baratos que se encontraban en el mercado, y los papeles de identificación. Se enteró de su muerte dos horas más tarde.

Después del duelo, de llorar al muchacho hasta que se secó el manantial de lágrimas que brotaba desde lo más profundo de sus entrañas, visitó a los ladrones. Ellos esperaban que la furibunda mujer los ofendiera. Pero no, sólo les dijo con la voz cansada de quien se ha lamentado mucho pero por fin descansó: "Los perdono por matar a mi hijo. Lo hago como madre porque comprendo el dolor que sufrirían sus familias si sufrieran una pérdida como la de Martín", y se alejó despacio, sin volver la mirada atrás.

Berenice no podía olvidar aquellas palabras del Señor Jesús: "No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios, porque escrito está: «Mía es la venganza, yo pagaré, dice el Señor». Así que, si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber, pues haciendo esto, harás que le arda la cara de vergüenza. No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal. "(Romanos 12:19-21)

Recuerde que el perdón encierra tres componentes: libera, limpia nuestro pasado y nos permite reemprender una nueva vida. No obstante, no es posible en nuestras fuerzas sino en el poder de Jesucristo. Él es quien nos sana las heridas de nuestro corazón para que veamos a quienes nos hacen daño, como hijos de Dios y con los ojos que los ve Dios.

A continuación le invito a considerar unos pasos sencillos que le permitirán avanzar en el proceso de perdonar:

1.- Identifique con quién guarda resentimiento

Es probable que inconscientemente guarde resentimiento hacia alguien. A veces no podemos identificar por qué razón o cuando se produjo esa situación. Como nuestro corazón como bien lo anota la Biblia, es engañoso, la mejor recomendación al respecto es que pida a Dios en oración que le muestre hacia quién guarda un sentimiento encontrado y bajo qué circunstancias se produjo. Es esencial en el proceso de perdonar.

2.- Permita que Dios obre justicia

Recuerde que estamos llamados a esperar en Dios. Como lo anota el apóstol Pablo en el texto que leímos inicialmente, es nuestro Padre celestial quien debe tener en sus manos la justicia. Él lo hará. Obrar en nuestras fuerzas no hará más que agravar las cosas. Permitamos que nuestro amado Hacedor, como capitán y poderoso gigante en nuestras vidas, vaya delante nuestro y aplique su justicia.

3.- Dispóngase a iniciar una nueva vida

Cuando perdonamos, emprendemos una nueva vida. Es tanto como tener delante las páginas en blanco de un capítulo de nuestra existencia que está apenas por escribirse. Ame a quien le causó daño. ¿Difícil? Sin duda, perdonar no es fácil en nuestras fuerzas, pero podemos lograrlo si le pedimos a Dios que nos fortalezca. Él lo hará y no solamente colocará perdón en su corazón, sino amor por aquellos que usted considera, han sido sus enemigos.

4.- No permita que lo rijan los paradigmas del mundo

El mundo maneja unos esquemas según los cuales, quien nos causa daño, se hace merecedor de la venganza. A lo largo de la historia de la humanidad ha sido así. Incluso, si usted toma justicia por su mano, todos alrededor lo comprenderán. Sin embargo, los cristianos no nos movemos por los paradigmas que nos traza la sociedad. Nuestro patrón de pensamiento y conducta toma como base la Biblia. Por esa razón, asuma en su corazón que el perdón es el deseo de Dios para su existencia. No importa qué opinen los demás: usted y yo como cristianos, obramos como Él lo dispone en Su santa Palabra. Eso implica romper por supuesto, con los esquemas. Pero recuerdo, al creer en Cristo iniciamos una nueva vida y todo es hecho nuevo (2 Corintios 5:17).

¿Tomó la determinación más importante de su vida?

Recuerde que perdonar es posible, no en nuestras fuerzas sino en las de Dios. Y, para adquirir esa fortaleza, es importante que tengamos a Jesucristo en nuestro corazón. Es la decisión más importante de nuestra vida. ¿Cómo le recibimos? De una manera sencilla: con una oración que puede hacer ahora mismo, allí donde se encuentra. Repita: "Señor Jesucristo, te recibo en mi corazón como mi único y suficiente Salvador. Gracias por perdonar mis pecados y darme una nueva oportunidad. Haz de mi la persona que tú quieres que yo sea. Amén".

Si tomó esta determinación, lo felicito. Es la mejor decisión que una persona puede hacer. Ahora tengo tres sugerencias para usted: la primera, comience a orar. Cuando oramos, estamos hablando con Dios; la segunda, lea la Biblia. En ella aprenderá principios dinámicos que le ayudarán a crecer en su vida espiritual y, por supuesto, en lo personal, y por último, que comience a congregarse en una iglesia cristiana. De nuevo, reciba mis sinceras felicitaciones por su determinación...

© Fernando Alexis Jiménez


MIGDALIA

!FELIZ FIN DE SEMANA!

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