Esta semana los ministros de Relaciones Exteriores de 20 países se han reunido en Vancouver (Canadá) con el propósito de analizar el programa de armas nucleares de Corea del Norte. El evento se celebró bajo la presidencia de Canadá y EE.UU. China y Rusia, dos de los principales actores regionales que no fueron invitados a participar en el encuentro, criticaron la pesimista perspectiva de EE.UU. sobre el proceso diplomático de Corea. 

Moscú se mostró indignada por las exigencias adicionales que EE.UU. les ha puesto a Rusia y China para encontrar una solución al problema. "Queremos recordarles que nuestros países llevan tiempo proponiendo un plan de solución e instan a otros a unirse al mismo", indicó en un comunicado el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso en referencia a la hoja de ruta de 'doble congelación' propuesta por Moscú y Pekín en julio de 2017.

La vía de las sanciones es ineficaz e incluso contraproducente

Los países reunidos en Canadá rechazaron el plan ruso-chino para aliviar las tensiones en Corea, pero no ofrecieron ninguna alternativa, afirmó un comunicado del Ministerio de Exteriores de Rusia. El plan consiste en que Corea del Norte detenga su programa nuclear a cambio de que EE.UU. y Corea del Sur congelen sus ejercicios militares conjuntos.

El secretario de Estado estadounidense, Rex Tillerson, a su vez, insiste en intensificar la presión hasta que Pionyang saque las conclusiones correctas. "Sin embargo, la vía de las sanciones es ineficaz e incluso contraproducente. Obligar a Corea del Norte a abandonar su programa nuclear es imposible mientras la cúpula norcoreana recuerde el destino de Muammar Gaddafi y Saddam Hussein", opina Guevorg Mirzayán, profesor asociado del Departamento de Ciencias Políticas de la Universidad Financiera de Moscú, citado por RIA Novosti.

Aislamiento diplomático

El experto asegura que otras grandes potencias ya se dieron cuenta hace tiempo de que la política de presión no da frutos, por lo cual EE.UU. ahora "puede discutir el endurecimiento de las sanciones solo en el marco de 'la coalición de los suyos'". "En el Consejo de Seguridad de la ONU, nuevas sanciones sin fundamento serán vetadas por Rusia y China y no recibirán el apoyo de muchos otros miembros; especialmente ahora, después de que, a pesar de la posición de Washington, comenzara un diálogo constructivo entre las dos Coreas", explica Mirzayán.

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La postura de la actual Administración sobre la cuestión norcoreana "sitúa a EE.UU. en un cierto aislamiento diplomático, incluso dentro del 'sexteto de Corea del Norte' (Rusia, EE.UU., China, Japón, Corea del Sur y Corea del Norte), cuyo formato fue utilizado para llevar a cabo las negociaciones sobre la cuestión nuclear".

Según el profesor asociado, de todos estos países, solo Japón respalda la dura retórica de EE.UU. Tokio impuso tantas condiciones previas al Gobierno de Kim Jong-un que "ahora simplemente no puede comenzar el proceso de negociación con Corea del Norte". EE.UU. tampoco puede cambiar el camino elegido, cree Mirzayán, ya que Washington ha optado por actuar "por principios" y se niega a conversar con Pionyang a no ser que renuncie completamente a su programa nuclear.

Los altos representantes del Gobierno norcoreano se negaron a reunirse con el vicepresidente estadounidense, Mike Pence, durante los Juegos Olímpicos de Invierno de Pyeongchang.

En una "reunión secreta" prevista para el 10 de febrero, Pence y su equipo tenían que reunirse con el líder nominal de Corea del Norte, Kim Yong-nam, y la hermana menor de Kim Jong-un, Kim Yo-jong. No obstante, menos de dos horas antes del encuentro, los norcoreanos se negaron a acudir a la cita, reporta The Washington Post. 

La decisión de Corea del Norte tuvo lugar después de que Pence denunciara las ambiciones nucleares de Pionyang y anunciara que EE.UU. revelaría unas "sanciones más duras y agresivas" contra el país asiático, a la vez que tomó pasos para fortalecer aún más la alianza militar de EE.UU. con Japón y Corea del Sur.

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Además de las nuevas sanciones, al cancelar la reunión, los norcoreanos también expresaron su descontento por el encuentro de Pence con un grupo de desertores norcoreanos, según la oficina del vicepresidente.

No obstante, el jefe de gabinete del vicepresidente, Nick Ayers, ha sugerido que los norcoreanos se echaron atrás debido a la determinación de la Administración de EE.UU. de "interponerse en el camino del deseo de Kim de blanquear su régimen asesino con fotos bonitas durante las Olimpiadas". 

"Quizás fuera por eso que se marcharon de la reunión, o quizás nunca fueron sinceros sobre sentarse a hablar", comentó Ayers en una declaración recogida por CBS. 

"Corea del Norte tentó con una reunión con la esperanza de que el vicepresidente suavizara su mensaje, lo cual les habría cedido un escenario mundial para su propaganda durante las Olimpiadas", agregó el jefe de gabinete de Pence.

No obstante, incluso de haberse celebrado el encuentro, el objetivo de Pence no habría incluido una apertura de negociaciones, sino que habría consistido en transmitir cara a cara la firme postura de la Administración Trump, informa The Washington Post citando a dos funcionarios de la Casa Blanca.

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En la ceremonia de inauguración de los Juegos, Pence estaba sentado en la sección VIP junto con el presidente surcoreano Moon Jae-in y el primer ministro japonés Shinzo Abe, casi justo enfrente de Kim Yo-jong and Kim Yong-nam. Pese a esta cercanía, Pence ignoró a los norcoreanos durante casi todo el evento.

Mientras que Washington aparentemente no descarta un posible escenario militar en la cuestión norcoreana, Moscú y Pekín —mediadores clave en la crisis en la región— abogan por un plan de doble congelación. Ese plan consiste en que Corea del Norte detenga su programa nuclear a cambio de que EE.UU. y Corea del Sur congelen sus ejercicios militares conjuntos en la península coreana.

Rusia "está condenada a estar cerca" de Corea del Norte y cooperar con el país asiático independientemente de los procesos políticos que estén en curso, ya sean positivos o negativos, ha declarado el embajador de Rusia en Corea del Norte, Alexánder Matsegora, en una entrevista a la Televisión Pública de Primorie (OTV-Prim, por sus siglas en ruso).

Mientras Moscú "cumple con todos los puntos" de la resolución de la ONU sobre Corea del Norte, que restringen su colaboración con Pionyang en el ámbito económico y otras esferas, no planea poner fin a la cooperación con el país vecino, pero al mismo tiempo admite que el programa nuclear norcoreano "es un gran problema".

"Les decimos con franqueza a nuestros socios norcoreanos que [sus ensayos nucleares] no nos pueden alegrar y satisfacer", ha señalado Matsegora. "Nuestra postura es la siguiente: no se puede garantizar su propia seguridad a cuenta de la seguridad del vecino", ha agregado el embajador ruso, que ha recordado la cercanía de la ciudad rusa de Vladivostok con el polígono norcoreano.

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