Mi esposa y yo llevamos mucho tiempo de casados. A menudo, Mary y yo hablamos de nuestro primer año de casados, cuando Dios realmente nos enseñó algunas grandes lecciones acerca de su provisión. Hubo un periodo cuando no tuvimos suficiente dinero para cubrir del resto del mes y, con toda honestidad, no teníamos que comer.
Estábamos visitando a mis padres, quienes no sabían de nuestras necesidades. Cuando nos alistábamos para partir, mi madre dijo, “Oh, a propósito, tu papá recibió media res y tenemos más comida en el congelador de la que podemos consumir. Mary, ¿Por qué no bajas y te llenas un par de bolsas de compras con la carne. Tómala para que la puedan disfrutar por un tiempo.” La carne nos mantuvo el siguiente mes, y yo pensé, Dios, una vez más te has manifestado.
A lo largo de los años Dios ha demostrado su fidelidad una y otra vez, y su intervención siempre es justo a tiempo. Cuando parecía no haber salida, Jesús se volvía a manifestar. Siempre nos ha encontrado en nuestro momento de necesidad.
Juan 5:5-9 cuenta una historia acerca de un hombre que fue sanado junto al estanque de Betesda. Algunas veces nos perdemos de algo en esta historia, el hombre estaba junto al estanque porque creía que había un poder sanador en él. Pero no podía entrar en el estanque en el momento que se consideraba como el correcto. Personas que no estaban tan discapacitadas podían zambullirse antes que él. Luego Jesús entró en escena y el hombre no tuvo que entrar en el estanque, ¡porque la verdadera sanidad estaba allí en persona de Jesús! Las necesidades se satisfacen dondequiera que esté Jesús. El le dijo al hombre que se levantara y caminara porque su momento había llegado.
No se por lo que estás pasando, pero Jesús sí que lo sabe. Él quiere encontrarte en este instante en tu momento de necesidad. Tu responsabilidad es pedirle. Dile a Jesús lo que necesitas. Confía en Él luego ponte a cierta distancia y observa cómo obra.
"Nunca temprano, nunca tarde, Jesús siempre justo a tiempo."
Reflexiona:
1.- ¿Qué es lo que más necesito en este momento?
2.- ¿Estoy dependiendo de mi mismo para satisfacer la mayoría de mis necesidades, o lo llevo todo a Dios de la manera que debo hacerlo?
3.- ¿Qué se requerirá para que realmente confía yo en Él?
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