MI SEÑOR Y SALVADOR
Autor desconocido
Hace más de mil novecientos años hubo un Hombre que nació contrario a las leyes naturales de la vida. Este Hombre vivió en la pobreza y fue criado en la oscuridad.
No viajó extensamente. Solamente una vez cruzó las fronteras del
país en que vivía; eso fue cuando siendo niño, estuvo un tiempo
exiliado en Egipto. No poseía ni influencia ni dinero. Sus
familiares no eran prominentes y carecían de todo entrenamiento o de educación formal.
Durante Su infancia atemorizó a un rey; durante Su niñez,
impresiono a los doctores; ya siendo hombre, dominó la naturaleza, caminó sobre las olas como si fuese el suelo y silenció los vientos y la mar.
Nunca escribió un libro, sin embargo, los libros que se han escrito sobre Él, podrian llenar bibliotecas enormes.
Nunca escribió un canto, sin embargo, ha provisto temas para más
cantos que los que han producido todos los compositores juntos.
Nunca fundó una Universidad, pero todas las universidades y escuelas juntas no tienen mas discipulos que Él.
Nunca dirigió un ejército, o enlistó a un soldado o disparó un arma de fuego; sin embargo, ningún líder ha tenido más voluntarios bajo Sus órdenes, que hayan hecho que tantos rebeldes entreguen sus armas y se rindan sin disparar un sólo tiro.
Nunca practicó la Medicina, pero ha sanado mayor número de corazones quebrantados que todos los doctores puestos juntos. Cada séptimo día, la actividad humana cesa y las multitudes van a adorarle. Los nombres de los grandes estadistas de Grecia y Roma florecieron y han quedado relegados al olvido. Pero aunque el tiempo ha colocado mil novecientos años entre este Hombre y nuestros dias, Él siempre vive.
Herodes no le pudo destruir y el sepulcro no lo pudo retener. Él
está sobre el mayor pináculo de la Gloria Celestial, proclamado por Dios Padre, reconocido por los ángeles, adorado por santos y temido por demonios, como el Viviente y Personal Cristo, nuestro Señor y Salvador.