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CLINICA DEL ALMA: EL PODER DE LA PALABRA
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De: Alondra bat Yeshúa  (Mensaje original) Enviado: 31/07/2009 22:38

Palabras Mágicas o Palabras de Poder


Cuando nos ponemos a pensar en el poder que se encierra en nuestras palabras entendemos el porqué una de las grandes búsquedas de la humanidad hayan sido las palabras de poder, las palabras mágicas que abren todas las puertas, así desde el muy conocido "ábrete sésamo" hasta las palabras como "abracadabra" y un sin número de locuciones con supuestos poderes mágicos, pasando por los conjuros y amuletos atribuidos al rey Salomón en su vejez, cuando se reveló del recto camino de Dios, pasando por la caterva de magos y hechiceros y demás personas que se han salido del recto camino de Dios para entrar en los oscuros y sórdidos caminos de la hechicería y la magia, y aquí no importa que se refieran a la pretendida magia blanca o magia negra que cualquier tipo de magia es abominación a Dios, todos han buscado palabras de poder.

Entonces diremos ¿qué no hay palabras de poder?, y responderemos, claro que sí hay palabras de poder, pero no palabras mágicas quizás lo más apropiado sea hablar no de palabras de poder, sino del poder de la palabra, la sabiduría de la Biblia nos dice en Proverbios 18: 21 "La muerte y la vida están en poder de la lengua, y el que ama comerá de sus frutos", que gran verdad es esta y no es, por supuesto magia, es la Palabra de Dios expresada por el rey Salomón cuando escribió los proverbios antes de desviarse del recto camino de Dios, para que olvidando su palabra se sumiera en la oscuridad y la magia.

Las palabras controlan nuestros sentimientos, de hecho al verbalizar nuestros pensamientos, en palabras estamos modificando nuestros sentimientos, de manera positiva o negativa, conociendo esto debemos utilizar nuestras palabras para crear y no para destruir; si como cristianos renacidos de nuevo, hechos a la imagen y semejanza espiritual de Dios mismo, utilicemos este espíritu para crear con nuestras palabras, recordemos como hizo Dios el mundo y todo lo conocido, lo hizo con el poder de su palabra, como se puede leer en los primeros versículos de Génesis:1:3 se lee Dios dice hágase la luz y la luz fue hecha, se creo de la nada con el poder de su palabra. ¿Como puede esto influir en nuestro diario caminar cristiano?, yo digo que mucho, pues si aprendemos que las palabras tienen el poder de nuestra confesión, seriamos extraordinariamente cuidadosos en lo que proferimos, Recordemos Proverbios 10: 19 "En las muchas palabras no falta pecado, mas el que refrena sus labios es prudente". Es muy fácil de entender y decir este proverbio, pero de que difícil aplicación, efectivamente todos lo entendemos ¿pero todos lo aplicamos?, recordemos la severa amonestación que a los fariseos le hace Nuestro Señor Jesucristo, en Mateo 12: 34 "¡Generación de víboras¡ ¿cómo podéis hacer lo bueno siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca", no caigamos en esta terrible amonestación, recordemos que en Mateo 12: 35 – 36, se nos dice "El hombre bueno, del tesoro de su corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro de su corazón saca malas cosas" y Jesús nos sigue diciendo "mas yo os digo que de toda palabra ociosa, que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio", entendiendo por palabra ociosa, la palabra que es inútil, sin fruto ni provecho, inoperante o de perdida de tiempo.

Con esto podemos ver que las personas que hablan mucho tienden a hablar, maldad, vanidad o tonterías, y aquí la maldad puede ser simple y llanamente, el hablar pesimismo, derrota, cosas negativas y quejas tanto de las personas como de las circunstancias, hablar estas cosas no es hablar en línea con lo que Dios desea que hablemos, recordemos el Salmo 13: 14 "Guarda tu lengua del mal y tus labios de hablar engaño, apártate del mal, y haz el bien, busca la paz y síguela", a mi entender la vanidad, es hablar demasiado de nosotros mismos, enaltecer nuestras acciones y nuestras propias experiencias, sin escuchar a los demás, de hecho el vanidoso no se interesa por los demás, recordemos como el rey Salomón le pide a Jehová, "vanidad y palabra mentirosa aparta de mi; no me des pobreza ni riquezas, mantenme del pan necesario, no sea que me sacie y te niegue, y diga ¿quién es Jehová?, o que siendo pobre, hurte, y blasfeme el nombre de mi Dios" Proverbios 30: 8 al 10.

Ya el apóstol Pablo nos recrimina en Efesios 4: 17 al 19 de no hablar tonterías que no regresemos a ser como los gentiles, que andan en la vanidad de su mente, y nos sigue diciendo en Efesios 5: 4 que no hablemos con palabras deshonestas, ni necedades, ni truhanerías,, que no convienen, sino antes bien acciones de gracias. En esta amonestación están a mi entender incluidas las bromas pesadas, que tan proclives somos para hacer a nuestros amigos, conocidos y compañeros, los chistes y burlas acerca del comportamiento de los otros, yo no digo que no tengamos sentido del humor, si debemos de tener un buen sentido del humor, pero este no incluye burlarnos de los demás por sus acciones, su comportamiento o por sus defectos, antes de hacer un chiste hagámonos la sencilla pregunta ¿Jesús se reiría de mi chiste o no lo haría? Y esto no es descabellado de decir, ya que como cristianos andamos con Jesús, o al menos deberíamos de tratar de andar con Él.

Por nuestra fe entendemos que el universo entero se hizo de la palabra de Dios, y en Hebreos 11:3 se nos confirma al decir "Por la fe entendemos haber sido hecho el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía", y lo que no se veía era precisamente la palabra de Dios.

Con todo esto yo enfatizo que nuestras palabras tienen poder, ya sea para crear, ya sea para destruir, seamos sensibles a la voz de Dios y utilicemos nuestras palabras para crear, no hay punto intermedio con nuestras palabras ministramos para vida o ministramos para destrucción y muerte. Recordemos lo que dice Marcos 11:23 "Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este monte; quítate y échate en el mar, y no dudare en su corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que diga le será hecho"

Esta es una ley espiritual que funciona para bien o para mal, de forma que nuestra vida de hoy, es el resultado de lo que dijimos ayer, y nuestra vida de mañana será el resultado de lo que dijimos hoy, esta es una regla espiritual que aplica de verdad en todas las áreas de nuestra vida.

Hagamos un inventario de las palabras que decimos de nosotros mismos y de esta forma estar conscientes para hacer los cambios necesarios, nuestras palabras, lo que decimos acerca de nosotros cambia nuestra vida para bien o para mal, con nuestras palabras formemos la imagen de la persona que deseamos ser, dejemos que Dios obre en nuestras vidas y en las vidas de las personas que nos rodean de acuerdo a las palabras que proferimos.

Ten un bonito día rolaj07@hotmail. com



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