Al instante desperté y un viento cálido me acarició.
¡LEVÁNTATE!!.
¡¡YO YA CAI POR TI TRES VECES!!
Alcé la cara y busqué con desesperación.
Fue inútil, mis ojos estaban cegados y nada distinguían.
La voz se oyó con ternura, cargada de amor muy cerca de mí.
" Levántate, dame tu mano, tú no me has buscado con el corazón,
no te asustes, yo soy el que ha velado tu sueño,
el que ha secado tus lágrimas y tus heridas las he curado,
ese corazón tan roto lo he pegado,
anda siéntate acércate, ¡Te amo!"
No sé como, pero de pie me puse.
Nada me dolía, ya no había pesar en mi alma.
Mis ojos... mis ojos ¡veían!.
Levanté la cara y ahí, cerca de mí estaba Él.
Era un hombre de mirada más dulce que la miel,
y la sonrisa más hermosa que he visto,
me extendía los brazos...
-" Ya no necesitas caer, ya no necesitas llorar,
si estás herido, sólo, búscame, yo estoy cerca de ti siempre...".
Comprendí que nunca estuve sola ,
alguien me observaba,
me cuidaba, ¡estaba junto a mí!...
¡LEVÁNTATE¡, ¡LEVÁNTATE¡.
YO HE DADO LA VIDA POR TI, HE VENCIDO A LA MUERTE,
VAMOS, EL CAMINO LO HE ABIERTO, NO TEMAS YO IRÉ JUNTO
A TI, ¿SABES?... TE AMO.