Esta ley dice que no debemos sanar los síntomas sino que debemos ir a la raíz del problema, a mí "yo herido" y permitirle al Espíritu Santo que me sane, así mis máscaras caerán.

Cuando nacemos, vamos viviendo experiencias que van formando nuestro «yo psicológico», es decir, quiénes somos, nuestra identidad, nuestra personalidad. Ese “yo” o ese «quién soy» es el que nos permite relacionarnos con nosotros mismos y con los demás.

YO: Para relacionarme con:

  — Los otros
— Conmigo mismo

Cuando nuestro “yo” va viviendo experiencias dolorosas, tristes, difíciles de soportar, experiencias que le traen mucha angustia, éste lo que hace es utilizar mecanismos defensivos para evitar la angustia. A estos mecanismos defensivos los llamamos las «máscaras del yo». Nuestra alma (mente, voluntad, emociones) funciona con el siguiente principio: «busco el placer y escapo del dolor».

No fuimos creados para el dolor, ni para la muerte, ni para el sufrimiento. Fuimos creados originalmente para la vida, para el placer y para vivir para Dios.
Cuando Adán y Eva salieron del plan de Dios, entró el pecado, la muerte y la enfermedad. No fuimos creados para eso, pero los 3 entraron a nuestra vida.
Científicos, a lo largo de la historia, han descubierto este principio en los seres humanos una y otra vez, con distintos términos. Cuando la mente se enfrenta a situaciones difíciles utilizará mecanismos defensivos para huir del dolor y refugiarse en el placer. Así tenemos:

Esas máscaras son la parte de nosotros que levanta muros, fortalezas para evitar el dolor. Pueden ser: la droga, el alcohol, el sexo, pesadillas, la mentira, etc.

Es con ese “yo aprendido” con el cual nos relacionamos, es el que mostramos, el personaje que intentamos ser aún cuando esa no sea nuestra verdadera identidad.
Muchas veces esas máscaras son lo opuesto a lo que nos ha pasado. Por ejemplo: una persona es maltratada en su infancia y levanta máscaras de violencia. O tiene inseguridad y levanta una máscara de control sobre todo y todos. O una persona que ha vivido en inseguridad y levanta máscaras de persecución. O, por ejemplo, supongamos que soy abusado sexualmente, sufro el sentimiento de dolor y humillación de no poder controlar la situación ni mi cuerpo experimentando impotencia, este “yo herido” formará una máscara.

 

-Si mi “yo” recibió constantes descalificaciones, humillaciones, rechazos, así se forma la baja estima.
Si recibió dobles mensajes, todo era motivo de desconfianza, formará una personalidad paranoica o desconfiada.
-Si recibió castigos frecuentes y /o falta de límites: su máscara será la de un psicópata.
Así, la lista podría seguir hasta el infinito. Hay cientos de enfermedades mentales conocidas y otras tantas que no conocemos. Pero sí me interesa que captes el principio:
Debo sanar la raíz, no el síntoma, fruto o máscara.
Yo puedo «hermosear» esa máscara, controlarla, aún tratar de taparla, pero, si no sano la raíz, siempre sufriré. La sanidad interior es interior porque va a la raíz y pide al Espíritu Santo que sane esa herida.
Hoy mismo puedo ir a mi origen, a la fuente de mi dolor y sanarlo en Su nombre.
Una misma herida puede generar muchas máscaras:

 

Te doy ahora un ejemplo de una raíz que hemos visto en miles de personas para que captes el principio de cómo un “yo” lastimado puede levantar tantos muros y máscaras:
Hay personas que no pueden tener una relación con Dios Padre, sí con Jesús, pero no con el Padre, por problemas que han tenido con sus padres.

_Padres que han abandonado
_Padres que castigan
_Padres que nunca te dijeron que te amaban
_Padres que son críticos

Algunos sienten que no han tenido padre, pero el Sal.68:5 dice: «Padre de huérfanos y defensor de viudas es Dios en su santa morada»
Dios será padre a los que no han tenido padre.

Por ejemplo:

El Ejemplo del Rechazo:

Para graficarlo en un ejemplo, el rechazo es la puerta abierta para muchas clases de opresiones. Se prende muchas veces desde el mismo vientre: y opera en la criatura para dañarlo.

 

-Detienen el crecimiento espiritual: hay gente que ha quedado estancada a la edad en que fueron rechazados.
-Detienen el crecimiento emocional: los Psicólogos dicen que si fuiste dañado profundamente en una edad emocional, quedás detenido emocionalmente en esa área y a esa edad. Y uno dice: “Estás actuando como una criatura” y lo son!. Porque quedaron detenidos a esa edad por ese rechazo.
-Dañan el cuerpo físico: es una puerta abierta para la amargura, artritis, y enfermedades que paralizan.

 

¿Conocés a gente que tiene un profundo temor a las relaciones interpersonales?. No se pueden involucrar con otros, porque el miedo al rechazo los ata. En la Biblia tenemos innumerables casos; por ejemplo:

- Génesis. 4:4 Caín y Abel: cuando el sacrificio de Caín fue rechazado por Dios se llenó de ira y mató a su hermano. El rechazado tiene tantas defensas al punto de destruir gente con sus lenguas.

- Gn 39:14  La esposa de Potifar, cuando José la rechazó, ella buscó la manera de destruirlo a él.

- 1ª Sam.18:8 Saúl: no supo trabajar con David. La gente rechazada muerde.

 

Estas personas tienen tan baja su autoestima, tantos sentimientos de inferioridad que constantemente están denigrando o destruyendo a los de alrededor. Alguien que siempre denigra a los demás tiene un espíritu de rechazo.
Tenemos que verlos como víctimas que están quebrantados.

Cada lastimadura será descubierta por el diablo: él va a jugar allí, en tu dolor, él lo va a intensificar, para derribarte. La batalla espiritual es intensa, por eso deben ser sanados. No te enojes con los que te rechazan.

 

Son las personas que tienen celos y envidias cuando otros son prosperados por Dios.

 

E. Son de Atacar porque Esperan Volver a Ser Rechazados:
Porque todo suena a rechazo. Estas personas van a atacar a las personas que lideran porque van a tomar la imagen de su papá o su mamá y van a proyectar en ellos ese problema, lo ven a través de ésa lente. Los atacan antes de sentirse rechazados.
Atacan a otras personas ANTES de ser rechazados, para sentir que sobreviven.

 

- 66% de los suicidios entre los jóvenes de U.S.A son en los hogares sin padre.
- 90% de todos los niños sin hogar y fugitivos son de hogares sin padre.
- 85% de todos los niños que exhiben desórdenes de comportamiento vienen de hogares sin padre.
- 80% de los violadores motivados por la ira mal dirigida vienen de hogares sin padre.
- 71% de todos los que dejan la escuela secundaria antes de graduarse vienen de hogares sin padre.
- 75 % de todos los pacientes adolescentes en los centros de abuso de sustancias, vienen de hogares sin padre.
- 70% de todos los menores de edad que están en las instituciones,
proviene de hogares sin padre.
- 85% de todos los jóvenes encarcelados se criaron en un
hogar sin padre.

 

Manipulan hasta que digas: “te rechazo” y (muchas veces tenes ganas), van a intentar que lo hagas en público para que tú aparezcas como el malo.
Por eso es gente que está en soledad; su autoestima es muy baja, y Dios quiere traer sanidad en estas áreas.

 

Y, a la primera oportunidad, los traerán a la memoria. Son controladores de las situaciones alrededor de ellos, hablan, hablan y hablan. Por eso muchas mujeres hablan y hablan porque han sido heridas por sus padres. Y se hacen rígidas .como la siguiente anécdota:

Antes de que la tecnología cambiara la forma en que navegamos, las bocinas y los silbatos eran usados para comunicarse de barco a barco:
Una vez, un gran barco de guerra estaba lentamente abriéndose camino entre las aguas de una bahía cubierta de niebla.

- De repente, a través de la niebla, el capitán notó lo
que parecía ser la luz de otro barco directamente en su paso. Rápidamente, tomó su megáfono y gritó,
«Este es el capitán Admirante Smith de la marina de los Estados Unidos. Vire usted diez grados al sur. Estamos en curso de colisión, y vengo con órdenes de prioridad.»

- A través de la niebla oyó una tenue pero audible réplica. «Este es el Marinero de Cuarta Clase Jones. Usted vire diez grados al norte.»

- El Admirante se dijo a sí mismo, ¡Este tipo es un marinero de cuarta categoría y yo soy un almirante!
¿Quién rayos se piensa que es? Subiendo el megáfono unos nudos y usando un tono de autoridad más fuerte, ladro,“¡Este es el admirante Smith de la Marina de los Estados Unidos! Vire su embarcación diez grados al sur! ¡Voy a pasar!

- A través de la niebla se escuchó la misma réplica. «Este es el Marinero de Cuarta Clase Jones. Usted vire su barco diez grados al norte.»

- La furia del Almirante se encendió contra la insubordinación del joven. “He dicho que soy el Almirante Smith. Vire usted su bote diez grados al sur inmediatamente. ¡Soy un barco de guerra!.»

- A través de la niebla, la voz sin vacilar. «Este es el Marinero de Cuarta Clase Jones. Usted vire diez grados al norte. “soy un faro”

«Nuestras actitudes son como el timón de un barco. Tú serás gobernado por el timón, o serás gobernado por las rocas. La elección es tuya.»

 

Dios tiene un “yo ideal”: su Hijo Jesús; quiere que seamos como Él, con su personalidad hermosa y atractiva, perfecta, armoniosa, medida, plena. Que seamos como Él es su meta para con nosotros. Es decir, partiendo de nuestro yo herido, sanarlo, sacar las máscaras y empujarnos a crecer hasta alcanzarlo.

 

Pablo, que fue sanado y mucho, en su ser interior.

Dice Filipenses 3:13: «Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado;
Pero una cosa hago: Olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está adelante...»

Él ya se consideraba «sanado», es decir, perfecto por eso dice el vs.15 «así que, todos los que somos PERFECTOS, esto mismo sintamos;...»

Cuando hiciste pacto con Dios él entró en tu vida como el alfarero para transformarte, y él hará todo lo posible para que alcances su meta.
A Dios le interesa más “quién eres” y no “qué tienes”. Le interesa más tu carácter que tus bendiciones, le interesa más tu formación interior que tus logros exteriores.
En fin..., “ser” más que “hacer”.
Sansón, tuvo unción pero no tuvo carácter. Saúl tuvo llamado pero no tuvo carácter... ¡José tuvo unción pero tuvo carácter!.

 

Él hará todo lo posible y pondrá todos sus recursos para verme sanado. ¡Qué bueno es saber que Dios está trabajando en nosotros para vernos trasformados a la imagen de su hijo Jesús!. Dice en Fil.1: 6:
«Estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo;»

Lo que dice aquí es que Dios está activo sobre mi vida, no está quieto, no está pasivo, ni sentado «en su trono con su larga barba blanca». Él hará todo lo posible a favor de mi sanidad.
Él no me quiere dejar como estoy, me acepta como vengo a Él para cambiarme. Él desea profundamente que viva sano en mi interior, ese fue su plan original y hará todo lo posible para que su poder sanador me alcance.

Es Dios saliendo a mi encuentro; es Dios encontrando a Saulo de Tarso, es Dios saliendo a hablar con Moisés en la zarza, es Dios mostrándose a Abraham, es Dios viniendo a mí, para bendecirme. Muchas personas no son alcanzadas por Dios porque viven huyendo de Él, viven en sus pensamientos, en sus ideas y en sus proyectos de sanidad en vez de ponerse a su disposición y quedarse «quietos» para que esa gracia sanadora los alcance.

Cada vez que una persona hace su plan, en vez de lo que leyó en la Biblia, está huyendo de Dios. Cada vez que una pareja no se habla está huyendo de lo que Dios le dijo y cuando uno huye le pasa como a Jonás: dice que bajó a Jope, bajó al puerto, bajó al barco, bajó al mar!. ¡Pero Dios salió a buscarlo y a cambiarlo!.

 

El rey recibió como obsequio dos pichones de halcón y los entregó al maestro de cetrería para que los entrenara.
Pasados unos meses, el instructor comunicó al rey que uno de los halcones estaba perfectamente educado, pero no sabía lo que le sucedía al otro; no se había movido de la rama desde el día de su llegada a palacio, a tal punto que había que llevarle el alimento hasta allí.

El rey mandó a llamar sanadores de todo tipo, pero nadie pudo hacer volar al ave. Encargó entonces la misión a miembros de la corte, pero nada sucedió. Por la ventana de sus habitaciones, el monarca podía ver que el pájaro continuaba inmóvil. Difundió al final el problema entre todos sus súbditos, y, a la mañana siguiente, vio al halcón volando ágilmente en los jardines.

Traedme al autor de ese milagro, dijo. Enseguida le presentaron a un campesino. «¿Tú hiciste volar al halcón? ¿Cómo lo hiciste? ¿Eres mago, acaso?».

Entre feliz e intimidado, el hombrecito solo explicó: «No fue difícil, su Alteza: sólo corté la rama. El pájaro se dio cuenta que tenía alas y se largó a volar».

_ ¿Sabes que tienes alas?
_ ¿Sabes que puedes volar?
_ ¿A qué estás agarrado?
_ ¿De qué no te puedes soltar?
_ ¿Qué está esperando tu rama para romperse?
_ ¿Quién o qué la puede cortar?

¿Cuáles son las razones que hoy te impiden levantar vuelo?

Recuerda:
«No puedes descubrir nuevos mares a menos que tengas el coraje de perder de vista la costa»

Qué buena noticia es saber que él intervendrá, que él está interesado en verme sano, libre de esas máscaras, de esas defensas, personajes, estereotipos, síntomas que son piedras en el camino a mi formación de ser como Jesús. Imagínate tener esa personalidad

Dice Gálatas 5:22, 23: «Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza, contra tales cosas no hay ley.»

Yo puedo recibir esa sanidad más rápido y fácil o demorarme años. No depende de Dios, sino de mi SINCERIDAD y mi dejar que él me cambie.
Sansón cumplió el plan de Dios, pero minutos antes de morir. Jacob fue cambiado, de tramposo en príncipe, en la edad avanzada de su vida. José lo alcanzó de joven y ¡aprovechó sus años en Dios!... ¿Y tú?

- Los psicólogos sabemos que desde que una persona tiene un problema hasta que busca la primera ayuda pasan por lo menos 3 o 4 años!. Imagínate, a algunos les pasan años de matrimonio con peleas, con máscaras, con rechazos,... años y años y luego buscan ayuda en Jesús.

- Recuerdo una pareja en que ella tenía «vaginismo», no podía ser penetrada sexualmente porque los músculos de su vagina, inconscientemente, se contraían e impedían la penetración. Pasaron 15 años teniendo relaciones como podían, manteniendo en secreto esto, por la vergüenza que les ocasionaba decirlo.

Cuando decidieron buscar un hijo me buscaron para una consulta y, con vergüenza, me lo contaron. Buscamos la raíz y ella contó el abuso sexual de su papá que nunca se lo había dicho a nadie. En esas 2 horas de sanidad interior, Dios sanó su raíz de abuso y quitó su máscara (el vaginismo). Pudieron disfrutar de su vida sexual y tener su hijo, plenos los dos... Me escribieron hace poco, para agradecerme la ayuda... Yo me quedé contento por lo que Dios hizo, pero triste pensando en esos 15 años de sufrimiento...
¡Cuántos más, en vez de vivir una vida plena, están sobreviviendo por no buscar ayuda y dejar a Dios obrar...!

 

Claro, estás pensando lo mismo que yo... Si es tan hermoso ser como Jesús y si Dios puso toda su disposición a mi favor... ¿por qué es tan difícil cambiar?. Bueno, es por la ley de la balanza....déjame explicártelo:
Todo conflicto o herida trae angustia, dolor; grafiquémoslo:

Esa angustia es la que nos hace sentir mal, la que nos hace buscar ayuda. Pero todo conflicto o herida trae también lo que conocemos como BENEFICIOS SECUNDARIOS DE LA ENFERMEDAD. Mirémoslo:

 

Sí, así como lo leíste. Por ejemplo: supongamos que tengo depresión; eso trae angustia, pero me trae beneficios: no trabajar, que me cuiden, que me mimen... no hacerme cargo de nada... autocompasión, etc. etc. Cuando mis beneficios son más grandes que mi angustia: QUERRÉ CAMBIAR SIN PERDER MIS BENEFICIOS.

Déjame mostrarlo con otro ejemplo. Es el de una pareja en la que ellos se llevan muy bien y tienen un hijo. La suegra entra a la casa porque tiene que lavar, cambia los muebles de lugar, cocina hasta altas horas de la noche,... todo un problema. Su yerno muy paciente, no la aguanta más; él viene cansado del trabajo de su taxi y quiere ponerse cómodo y tirarse a ver TV pero... ¡su suegra siempre está allí!.
Viene a buscar ayuda y me cuenta que está disgustado por tener una suegra muy metida y controladora. Empezamos a hablar y encontramos los beneficios de este conflicto: ¡los 15 de cada mes su suegra les pasa dinero para comprar cosas y para los gastos!. Hablamos y les muestro que deben poner límites a su suegra, ellos están de acuerdo. El límite consistiría en:

-Decirle a qué hora ella puede venir y hasta cuándo quedarse: OK , dicen
-Sacarle la llave de la casa y que golpee: OK dicen
-Que cuando venga se siente y tome un café y converse y no se ponga a limpiar: OK, dicen
Que no les dé más dinero: ¡¡¡NO!!! dicen!
¿Ves?, querían que ella cambie sin que ellos tengan que cambiar!.

Miremos:

Por eso, muchas veces Dios deja que nuestra angustia crezca, nos deja tocar fondo, nos deja en el fondo del pez que nos tragó. Porque sólo cuando la angustia nos supera es que de verdad cambiamos, es que de verdad buscamos a Dios y dejamos que su Espíritu Santo obre en nosotros.

 

A nadie se le ha dado una actitud inalterable. Tú puedes
cambiar, pero depende de tí. Decide ahora cómo quieres encarar la vida y desarrolla esa clase de actitud. Una nueva actitud no ocurre por sí misma. Debes desarrollarla, y lo antes que empieces, mejor.

Algunas personas se esconden detrás de la excusa de que no pueden cambiar: «He sido así desde niño, y no voy a cambiar ahora.» ¡Nunca es tarde para cambiar! El cambio es indispensable para el crecimiento. Si dejas de cambiar, dejas de crecer. Y si dejas de crecer, ¡estás en problemas! ¿cómo se llama a un árbol que dejó de crecer? «muerto».
No es diferente con respecto a la gente. Cuando dejan de crecer empiezan a morir.
Alguna gente dejó de crecer hace años. Puede que no los enterremos hasta que dejen de moverse, pero realmente murieron hace años.

Dice una antigua anécdota: Tú Puedes Cambiar de Actitud

Gracias a Dios que una secretaria de cierta iglesia estuvo dispuesta a cambiar la suya. Una mañana un hombre de Texas, usando un típico sombrero tejano de diez galones, entró a la oficina de la iglesia y se acercó al mostrador. “Vengo a hablar con el cerdo principal de esta iglesia”, dijo confiadamente arrastrando su pesado acento.
«El principal… ¡¿QUÉ?!» respondió la secretaria, escandalizada.
«El cerdo principal. Ya sabes, el que parlotea todos los domingos por la mañana. Sólo quería hablar con él antes de regresar al rancho,» continuó el tejano, estirando cada sílaba que pronunciaba.
Sorprendida con su irreverencia, la formal y decorosa secretaria se enderezó en su silla. Con una voz que parecía una profesora reprendiendo a uno de sus alumnos, ella replicó, «Escuche bien. Nosotros no usamos esos términos irrespetuosos en esta oficina. ¡Lo llamamos Reverendo o Pastor, pero nunca nada menos!»
«Bien», dijo el hombre, «nunca quise faltarle el respeto a nadie, señora. Acabo de vender una cantidad de ganado y oí al Buen Señor diciéndome que donara un millón de dólares. Pensé que me gustaría hacerlo aquí».
Con un nuevo brillo en su voz, ella rápidamente respondió, «Espérese aquí mismo. ¡Voy a buscar a ese puerco!»

 

Un 10 % de la población mundial sufre de depresión. Muchos de nosotros lo hemos vivido, tenemos un familiar depresivo o vamos a tener que ministrar a alguna persona que está en depresión.
Podemos definir a la depresión como el descenso del ánimo, cuando baja el ánimo de tal manera que todas las áreas de la personalidad quedan afectadas. Para identificar la depresión, tengamos en cuenta estas diferencias:

-Depresión: baja del ánimo que persiste en el tiempo, es una enfermedad.

-Bajón: momentáneo, dura unos días o unas horas, es normal.

Los síntomas de la depresión pueden ser: pérdida del interés, angustia, tristeza, ideas de suicidio, dificultad para empezar o terminar cosas, culpas, dormir demasiado o no dormir nada, comer mucho o no comer nada, baja estima, ideas de Dios distante, o castigo.
Los motivos de la depresión pueden ser, por agotamiento, por conflictos, luchas, problemas, pecados, etc. Cuando hay un vacío interior, por pérdidas no resueltas, divorcio, muertes, pérdida de un amor o de un trabajo.

Cuando aconsejamos o hablamos con personas en depresión solemos cometer errores frecuentes tales como, alentar con palabras o sobreproteger ó juzgar la fe de la persona, etc. Con estas actitudes no ayudaremos a la persona depresiva.
En el proceso de ministrar sanidad interior a personas en depresión, tal como se describe en el libro «Sanidad Interior a través del Modelo de las Cuatro Puertas» debemos hacer que la persona que está siendo ministrada renuncie a las pérdidas (ya que esto le ayudará a cerrar su pasado), confiese y renuncie a todas sus broncas por las cosas que le han sucedido, además deberá renunciar a toda imagen negativa acerca de Dios, y a toda idea de suicidio. Algunas sugerencias que sí podemos dar son ejercicios prácticos que le permitan a la persona desvincularse de las cosas que lo atan con su pasado en forma negativa. Podemos sugerir que la persona que se encuentra en depresión escriba una carta a eso que perdió (trabajo, pareja, dinero, etc.), que traiga esa carta para leerla juntos. Después de discutir acerca de lo que escribió, la va a quemar junto con todas las cosas que tenga y que la vinculen con lo que perdió. Ej.: si es una pareja va a tirar todo lo que esa pareja le dio; deshacerse
  de fotos, cartas, regalos. (si es algo valioso, podrá regalarlo a los pobres).

Como próximo paso deberá hacer una reunión de despedida y simbólicamente cerrará su pasado.
Es importante tener en cuenta que, si la persona perdió un familiar hace poco tiempo, no debemos dar esta tarea porque necesita pasar el proceso del duelo que ya hemos menciona- do. Quienes se encuentren en depresión deben saber reconocer qué cosas, circunstancias o personas le hacen mal. Deben reconocer cuáles son los factores que incentivan su depresión y decidir evitarlos, por ejemplo personas negativas, noticieros, familiares conflictivos, religiosos legalistas, etc. Asimismo quienes deseen dejar atrás la depresión deben aprender a decir «no», poniendo límites a las personas. Deberá aprender a respetarse reconociendo lo que puede y lo que no puede hacer, sin asumir más responsabilidades o cargas de las que puede sobrellevar.

Debe estar cerca de alguien lleno del Espíritu Santo, unirse con personas llenas de la vida de Dios, como hizo Moisés con Josué, Josué con Caleb, Elías con Eliseo, Juan el Bautista con Jesús, Timoteo con Pablo, etc.

Podrá salir de la depresión aprendiendo a ver las cosas como Dios las ve. Utilizar los ojos de la fé es mucho más que misticismo, la fe en la palabra de Dios nos llena de energías al mostrarnos los propósitos de Dios para cada uno de nosotros. Debemos cultivar la mente con la palabra de Dios, cuidando nuestro interior de todo pensamiento negativo. Llenando nuestro espíritu del Espíritu de Dios. Y rechazando todo espíritu de tristeza ya que Dios nos dio Espíritu de amor y de poder.