EN EL DÍA INTERNACIONAL DE LA MUJER

DIOS NO HACE DIFERENCIAS

Por Laura Araceli Cordero Tapia

"...Dando honor a la mujer como a vaso más frágil,

Y como a coherederas de la gracia de la vida..."

1 Pedro 3:7

     Hoy, leyendo el periódico, vi muchas noticias con respecto al Día Internacional de la Mujer, pero hubo unas que llenaron mi corazón de dolor:

     Una, habla de Laura, una mujer joven aunque no se especifica su edad, que está en la cárcel, sentenciada a 37 años de prisión por haber matado a su esposo, con quien se casó cuando ella iba a cumplir los 15 años... quien la golpeaba y tras golpearla, la ataba a la cama y la tomaba a la fuerza, según sus propias palabras... él era adicto al alcohol y a la cocaína...

Laura está en la cárcel y sufre lo inimaginable, pues le han quitado a dos de sus tres pequeñas hijas... por supuesto, sus hijitas también sufren... esto me parte el corazón...

     Juana, mujer indígena de 45 años, madre de 7 hijos, analfabeta, casada con un "macho mexicano" que ni la mantiene pero sí la golpea y además, es alcohólico...

Juana vende chicles en Toluca (Estado de México) sorteando  los autos, con uno de sus nietos en la espalda en un rebozo, y Sandra, otra nietecita de aprox. 3 o 4 años, tomándola de su manita... con un grave riesgo para los tres... Juana dice que a veces le "avientan" los coches encima, y han estado a punto de atropellarlos en dos ocasiones...

     Guadalupe, anciana de 70 años, analfabeta, indígena, quien hace año y medio fue enviada por su propio hijo a la cárcel, acusándola de agredir físicamente a su nuera... Guadalupe fue sentenciada a 4 años y 4 meses de prisión... pero hoy,  fue preliberada, por padecer, además, esquizofrenia paranoide, según diagnóstico médico... sale de la cárcel, pero no tiene a dónde ir, fue recogida por dos conocidos de su pueblo, San Pedro Actopan, en el estado de Hidalgo, y le darán refugio en su casa...

     Y así, como muchas de estas historias desgarrantes, día a día sabemos en contra de las mujeres... a lo largo de la Historia, conocemos todo lo que la mujer ha sido maltratada, humillada, abusada, denigrada... Y aún en la actualidad...

     Y al leer estas historias, pensé en aquellas mujeres que han permitido estos abusos, empezando por una razón: su propia falta de respeto a sí mismas: mujeres que se venden en las calles por unos pesos, sea como "sexoservidoras", modelos, "masajistas"  eróticas, "estrellas" porno... o sabrá Dios cómo... Flechas que, por una u otra causa, un día fueron quebradas, perdiendo así todo rumbo a la dirección por Dios deseada...Aves hermosas a quienes les quebraron las alas, dejándolas incapaces de volar en las alturas para las que fueron creadas.

     O esas más, que pierden su dignidad al ser infieles, al callar los acosos sexuales por miedo a represalias, a verse obligadas a satisfacer bajos instintos de seres perversos...

      Pensé en aquellas niñas, jovencitas, adultas y aún ancianas que día a día son agredidas verbal, física, sexual y emocionalmente... como el caso de una jovencita de 14 años que llegaba a su casa y era continuamente ultrajada por un albañil, en ausencia de su madre, quien ésta misma ni siquiera sospechaba lo que pasaba... la niña calló por temor de que este individuo cumpliera sus amenazas de matar a su madre...

     Historias crudas, pero reales... historias que parten el corazón y nos llevan a pensar ¿qué estamos haciendo al respecto?...

     La solución está en el Señor, quien ama a la mujer... quien en su condición de hombre, las trató con dignidad, con respeto, sin distinción... Fue su defensor y nunca las vio como menos que los varones... Y Quien con Su muerte y resurrección, ha comprado la verdadera libertad para todas y cada una de las mujeres... ha recuperado nuestra dignidad; tiene para nosotras Su tierno y limpio amor donde podremos encontrar respeto, restitución, perdón, amor incondicional, consideración, aprobación, aceptación, estima, valía, consolación, limpieza... y todo cuanto podamos anhelar... en Él, y en nadie más.

     Hablemos pues, de este precioso e incomparable Amor que descendiò del Cielo, a todas aquellas mujeres que más podamos... principalmente a las más necesitadas, devaluadas y abusadas... Oremos por todas las mujeres, desde la recién nacida, hasta la más anciana del Planeta... nosotros no las conocemos a todas, pero Él las conoce a cada una, y las ama y desea restaurarlas... Él se acuerda de la condición de la mujer, vaso más frágil, y desea que todas seamos coherederas Suyas y herederas de Su Padre...

Jesucristo nos devuelve toda dignidad. NADIE más.

Gracias, Señor, porque amas a la mujer, y con tu Encarnación, muerte y resurrección, has venido a traer toda esperanza, consolación, limpieza, restitución, futuro, amor, aceptación y todo aquello que el alma de la mujer anhela y que un día, le fue arrebatado injustamente. Gloria a tu Nombre.