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BERNARDO STAMATEAS: PASOS DE EXITO
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De: Alondra bat Yeshúa  (Mensaje original) Enviado: 18/11/2009 00:56

Pasos de éxito

Éxodo 3:4-5 ;  Josué 5:13-15

Sólo la mentalidad nueva recibe lo nuevo.

Dios se le apareció a Moisés a través de una zarza ardiendo y dijo: "Moisés quítate los zapatos". Y Moisés se sacó las sandalias.
Las sandalias simbolizaban el caminar de Moisés, todo lo que había caminado en sus ochenta años de vida; cuarenta años había vivido en Egipto y cuarenta años en el desierto.
O sea, le estaba diciendo: "Moisés te estoy mostrando una zarza pero necesito darte algo nuevo y que te quites todo lo viejo, lo que aprendiste en Egipto y en el desierto".

Si Dios te va a dar algo nuevo, tiene que sacar primero lo viejo.

El gran problema es nuestra vieja mentalidad.
"Quítate las sandalias" El problema de Moisés es que se sacó las sandalias, tuvo una experiencia con Dios y volvió a ponérselas para seguir.

Mucha gente viene a la iglesia, se saca sus sandalias, ve algo nuevo de Dios y cuando sale, se pone otra vez la vieja mentalidad. A otros les dura un poco más porque la mentalidad vieja la cargan cuando llegan a sus casas y siguen pensando como siempre.

Dios te pedirá que saques todo lo que aprendiste en el desierto y en Egipto.

Moisés guió al pueblo sólo hasta el desierto, el lugar donde vio la zarza y oyó hablar a Dios.

No podrás llevar a la gente más lejos de la revelación que has tenido, cambia tu calzado y ve por más.

El gran desafío es cambiar la mentalidad.

La mente de santo.

Cuando éramos católicos íbamos los días 7 a San Cayetano; visitábamos a la virgen de Desatanudos.
Los cristianos hacemos lo mismo pero al revés: "¿Quién viene, Dina? Entonces voy." "Tengo que estar porque viene Doris Machin."
Cristianos que sólo van a la iglesia el primer domingo del mes porque es "La Santa Cena"; antes iban a la Desatanudos ahora cuando viene un predicador famoso, porque no cambió su mentalidad.

La mente de diablo.

"El diablo acá", "el diablo allá", "el diablo me ataca"
Ve al diablo por todos lados y hemos enseñado que el diablo está vencido y la autoridad está en vos.
¡Dejá los zapatos!

La mente de pobreza, de mediocridad.

Todo lo mediocre, todo lo de cuarta es para el Señor.
Tenemos mente de mediocridad, lo hacemos así nomás, "total es para la gloria del Señor"

La mentalidad de sufrimiento.

Enseñamos que Dios no manda muerte, ni enfermedad, ni un cáncer; y cuando viene una enfermedad escuchamos: "Este cáncer me lo mandó el Padre".
Porque volvió a ponerse los zapatos viejos.

El lenguaje del convento, lenguaje evangélico.

 "Vamos a leer una porción de la Palabra", "Dios añada sus más ricas bendiciones a la porción de su Palabra" (¿Una porción de qué? ¿De muzzarella?)
"Para que podamos propagar el Evangelio y el ósculo santo que nos caracteriza en esta atmósfera de koinonía, todos los diáconos.... Dios bendiga esta porción"
¡Hablamos como Reina Valera 1960!  Por eso nadie nos entiende cuando hablamos de éxito, de sueños, de metas.

La mente de miedo.

Todo da miedo, todo es peligro.

La mente de rito.

Hable con una chica y su esposo, que están en otra iglesia, y me decían:
-Pastor, en la iglesia donde estoy usamos mantilla.
-Entonces le pregunté: ¿Por qué la usás?
-Porque lo dice la Biblia.
-¡Sí! ¿Pero por qué vos lo usás?
-Porque me lo enseñaron.
-Está bien, ¿pero por qué vos lo usás?
-Por los ángeles, porque dice el texto: por los ángeles.
-¿Qué son los ángeles, fetichistas? Que te ven el pelo y se excitan.
Entonces es como que tuvo un cortocircuito y me dijo:
-Por respeto a los ángeles.
-¿Y quién te dijo a vos que tenés que respetar a los ángeles?
-No, porque cuando oro me cubro y respeto a los ángeles.
-Si orás a Dios, qué te importan los ángeles. ¿Y cuál es el problema de que los ángeles vean tu pelo?
-¿Qué interesante? Usted me cuestiona todo.

Nos pusieron una mentalidad de rito, de opinión, de gusto: "Me gusta" o "No me gusta."
Hay gente que concurren a lugares donde los maltratan, donde no los dejan desarrollar sus dones y siguen ahí porque es una iglesia VIP.

Hasta que no cambies la mentalidad, nada nuevo del Señor vendrá.

Cuando Dios me pide que deje algo, es para siempre.  Si Él me muestra su gloria es porque me acompañará todos los días de mi vida y todo lo viejo quedará fuera de mí.

A Josué se le apareció el ángel y le dijo: Quítate el zapato.
Una sandalia, no las dos, porque el problema de Josué no era su mentalidad.

¿Por qué le pide un zapato?
En el Antiguo Testamento existía la Ley de la Redención que decía que si una mujer
quedaba viuda y no tenía hijos, el cuñado tenía que embarazarla y darle hijos para que  heredaran lo que les pertenecía. Entonces, el cuñado se ponía un zapato del muerto e iba caminando y diciendo: "Redimo la herencia, que es para ellos."

Hace 2007 años en la Cruz del Calvario, Jesús murió con un zapato puesto.
Él se puso un zapato de cada uno de nosotros para redimir todo lo que nos pertenecía.
Nos redimió y dijo: A partir de ahora camino y redimo la herencia de mis hijos. Sanidad, prosperidad, bendición será tu herencia, porque vos no podías hacer nada pero yo he tomado tu lugar.
Se puso tu zapato y dijo: Todo lo que es para (poné tu nombre) yo lo tomo, lo redimo.

Cuando digas: "A mí nadie me entiende". "A mí nadie me ayuda". No es así, el Señor te entiende y ayuda y dice: "Yo voy a caminar con vos, tomaré tu lugar."
Alguien está caminando con vos, dijo: "Yo estaré contigo todos los días hasta que el mundo se termine".

¿Por qué Dios le dijo: Sácate un zapato a Josué y a Moisés no?
Porque Moisés tenía que cambiar la mentalidad en cambio Josué tenía seguro que, frente a lo nuevo que avanzaría, Dios iba a estar con él.
Cuando Dios encontró a Moisés, éste iba huyendo de Egipto y cuando encontró a Josué estaba tomando Jericó.

Dios no respalda a los que viven huyendo, camina con los que pelean por su próximo sueño.

Dios no se mete en el zapato del que huye de los problemas sino de aquel que
conquista su problema.

Dios respalda a los que están parados y dicen: "Esto es difícil, este problema es grande, pero lo voy a tomar para mi Dios." Y Dios camina con ellos.
Dejá de criticar lo malo, resolvelo.
Lo malo no se critica se corrige; no se huye,  se enfrenta.

"Ay, nadie me entiende" "Me tratan mal" "Me voy".
¡Andate! Pero no esperes que Dios se
ponga un zapato tuyo, porque Dios se le aparece a los conquistadores.
Moisés se defendía de los egipcios, estaba escapando, mientras que Josué estaba
conquistando.

"Yo quiero mantener lo que Dios me dio." "Yo estoy en el coro, quiero mantener esto y nadie tomará mi lugar, yo lo voy a mantener"
Mientras quieras mantener tu trabajo, tu sueldo, lo que tenés, Dios no se va a poner un zapato.

Josué dijo: "No quiero mantener lo que tengo, quiero comprar cosas nuevas."

Dios te acompañará si sos un conquistador, si miras hacia adelante.
¡No mantengas lo que tenés! Si Dios te dio un negocio te tiene que dar dos; si Dios te dio quinientos te tiene que dar mil; si te dio la corbata te tiene que dar el saco; si te dio la silla te tiene que dar la mesa; si te dio la mesa y las sillas te tiene que dar la casa y si te dio la casa te tiene que dar prosperidad, porque Dios bendice a los que se mueven para conquistar.
¡Mirá bien!, Dios te va a mostrar algo en el camino y te va a decir: "Esto también lo podés tomar vos."
Te mostrará un coche,  una casa, un sueño, finanzas, gente y te  dirá: "Ese es tu Jericó, si mirás para adelante yo caminaré contigo, y vamos a ir con un zapato cada uno y vas a lograr todo, todo, todo lo que te propongas"

La gente que quiere conquistar te va a decir: Vamos juntos, vamos a ganar cosas grandes para el Señor.
¡Conquistá lo que estás esperando!

Dios respalda a los que terminan, no a los que empiezan.

Moisés sacó a Israel de Egipto, pero no entró en la tierra; Josué terminó lo que Moisés había empezado.
Dios no respalda a los que empiezan sino a los que terminan.

¿Cuántas cosas empezamos y las dejamos por la mitad?

"Y ahora que comienzo esto Padre, te lo entrego para ti, te bendigo Padre" y Dios te dice: No me importa que lo empieces me importa que termines.

Esta iglesia tiene once años, he visto mucha gente pasar por acá, gente que ya no está, esa gente se la perdió, porque no es los que empezaron sino los que terminamos.
Si estás acá no es para empezar sino para terminar.
"Yo estuve en el avivamiento de los `90". No es el que empezó el avivamiento, es el que termina el avivamiento.

Somos la generación de Josué que va a terminar de traer un avivamiento en nuestro país.

Moisés fue grande pero lo que hizo Josué fue más grande, porque para Dios es más grande el que termina que el que empieza algo.

En Josué 1, el Señor le dijo: "Josué, sé fuerte y valiente, porque yo estaré contigo." Y en el versículo 3 dice: "Tal como lo prometí a Moisés, les entregaré todo lugar que toquen la planta de sus pies."

Todo lo que pise la planta de tus pies.
¿Por qué no le dijo: Todo lo que pisen tus sandalias?
¿Por qué? ¿Quién te dio el pie? "Dios". ¿Quién te dio las sandalias? "Un hombre, la gente".

Todo lo que Dios te dará en los próximos años no tiene nada que ver con lo que la gente hizo en tu vida.
Todo lo que Dios te dará para conquistar es lo que pises, los recursos y las habilidades que Dios te ha dado.
Todo lo que conquistes no será lo que pise tu capacidad intelectual, tu habilidad natural, sino todo lo que Dios te da te pertenece. No es con método humano, ni estrategia humana sino con la fuente que es Dios.

Y le dijo: Y yo estaré contigo, y prosperarás y tendrás éxito.

Lo mejor es ahora, escuchamos la frase: "Lo que viene es algo glorioso" Y es así. Viene un avivamiento, una prosperidad sin límites; pero el problema de que vivamos solo eso es que, esa es la mitad de la verdad.
Si te digo que Dios te prosperará, te sanará mañana siempre vas a vivir el mañana, futurizaste tu alegría y siempre pateas para adelante tu bendición.

Pero la Biblia dice: "Que iremos de gloria en gloria."
Lo que viene es extraordinario pero lo que hoy estamos viviendo también lo es.

Se viene algo grande, pero lo grande ya está hoy.
Se viene algo extraordinario, pero hoy ya hay algo extraordinario.
Se viene algo poderoso, pero hoy hay una gloria poderosa sobre mi vida.

Muchas veces esperando el mañana nos amargamos el hoy y ya está el avivamiento, disfrutémoslo.
Celebrá lo que viene y disfrutá el hoy.
Planificá el futuro pero disfrutá el hoy.
Dios está abriendo las puertas.
Las semillas de las palabras que Dios nos ha dado están empezando a crecer este año; todo lo que se juntó en el 2006 se levantará en el 2007 como un ejército y el viento del Espíritu ya está soplando del norte, del sur, del este y del oeste.
Todo lo que se secó en el 2006 cobrará vida en el 2007 y ya lo estamos disfrutando.

Dios le dijo a Josué: Todo lo que pise la planta de tus pies te lo daré, yo estaré contigo y todo lo que hagas te saldrá bien,  pero celebrá tu hoy.

Le dijo Josué: Eres tú de los nuestros o de los enemigos.
Y el ángel que era el Señor, le dijo: ¡No!
Porque la pregunta era equivocada, no es si Dios está conmigo o si está en mi contra, la pregunta es: Si yo estoy con él.
No es si Dios te va a acompañar, sino si vos lo vas a acompañar a él.
Dice: el ángel tenía la espada desenvainada.
La espada lista, porque el ángel iba a tomar Jericó.

Dios ya está listo para darnos la victoria, el ángel ya sacó la espada (si no es con nosotros será con la otra generación) y Dios va a ganar la batalla.

Si no peleás con el Señor lo que Dios te dio se lo va a dar a otro.
Cuando el ángel le mostró la espada y dijo: "¿Ahora es?"
Dios está listo para ganar las multitudes, traer una reforma social, política, económica, cultural.
Dios está listo para darnos, que Jericó se caiga delante de nuestros ojos y tenemos que estar con él.

Josué se postró.

Josué era fuerte de espíritu y dócil de guiar.

Se postró. No dijo: "dame una señal, una confirmación"
A veces Dios nos dice algo y queremos que se nos reconfirme y discutimos, analizamos.
Se postró y dijo: "No hay nada más que hablar".

Que esa sea tu actitud, que cuando Dios te diga algo te postres y digas ya está todo dicho y la victoria será del Señor.

Tengo que dejar la vieja mentalidad.
Los zapatos viejos ¡fuera!

Me sacaré un zapato simbolizando que Dios estará conmigo.
Voy a enfrentar no a huir; a terminar lo que otro empezó; todo lo que gane en los próximos años será con las cosas que Dios ha creado y no con lo que hizo la gente.
El mejor momento de mi vida es ahora, por eso voy a seguir al Señor, fuerte de espíritu y dócil de guiar; ante todo lo que Dios me diga me postraré y adoraré, y Jericó será mía para siempre. 

Cuando estés cerca de Jericó verás la mano con la espada desenvainada y Dios estará listo para la batalla, para darte lo que él te prometió y te dirá: ¡Sacate el zapato porque me lo voy a poner yo!
No hay más que hablar Señor, no es si estás conmigo, yo voy a ir con vos y me voy a jugar con vos.
En Jericó había miles y miles montando guardia, pero lo que no sabía Jericó es que a metros de eso había uno con una espada, y ese uno valía por millones de millones de los que estaban ahí, era Jehová de los Ejércitos.
No es por cantidad, es que Dios esté contigo y con eso alcanza, vamos a traer algo grande para el Señor.

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Pastor Bernardo Stamateas



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De: Alondra bat Yeshúa Enviado: 18/11/2009 00:58
Pasos de éxito (2da. Parte)
Bernardo Stamateas
Josué 1:6 -13
I- La victoria ya me ha sido dada, Dios ha decretado mi triunfo.
Antes que Josué vaya a tomar Jericó, antes que aceptara su desafío, Dios le dijo: "Yo estaré contigo todos los días por siempre y para siempre, nadie te podrá hacer frente."
Dios ya te ha dado la victoria y no se gana en el campo sino antes de ir a la batalla.
Todo desafío que Dios puso en tu corazón  antes de enfrentarlo ya lo ganaste.
¡No cuestiones! Que tu mente sea de  abundancia, de éxito; rompé con todos los esquemas y pensamientos que te limitan y frenan la victoria.
Solamente esfuérzate, hablá la Palabra y meditala porque la victoria es tuya.
¡No te preocupes! La única palabra grabada por Dios para tu futuro es Triunfo.
Eliseo caminó doce años con Elías.
Un día Elías le dijo: "Me voy al cielo, ¿qué querés que te de?" Y Eliseo pidió: "Dame la doble unción de tu espíritu."
Elías lo miró y le dijo: "Cosa difícil has pedido."
Dejá lo fácil, si vas a caminar en algo de Dios pedí cosa difícil, grande e imposible.
Eliseo pidió algo difícil porque tenía mente de victoria y no se trataba de si "era fácil o difícil" por eso pidió algo grande.
Dios levantará gente que sabe que la victoria le pertenece y que será próspero porque Dios ya lo ha garantizado.
Cuando Dios llamó a Moisés desde una zarza ardiente, le dijo:"Quítate el calzado de tus pies".
Las sandalias significan el caminar, todo lo que Moisés había caminado y creído durante sus ochenta años.
Dios le estaba diciendo: Te voy a dar algo nuevo, quiero que te saques los cuarenta años de mentalidad egipcia y los cuarenta años de la mentalidad del desierto.
Moisés se sacó las sandalias, experimentó la presencia de Dios en la zarza ardiente y  volvió a colocarse las sandalias para seguir caminando.
Si Dios te dice que te saques algo es para siempre.
Porque de lo contrario volves a la vieja mentalidad, a todo lo que te sembraron durante años y estuvo en tu mente, y crees como lo único verdadero y normal.
Hay gente que se crió en enfermedad, en  
pobreza, en miseria, en legalismo y sacan esos pensamientos solo por momentos pero vuelven a ellos.
Moisés llevó a Israel hasta el desierto porque era el lugar adonde él había llegado.
Si no nos sacamos el viejo caminar no podremos ir más lejos.
Todo lo vivido, lo que te dijeron y enseñaron, tiene que quedar a un costado para poder recibir lo nuevo de Dios y todo lo que hagas te saldrá bien.
Ponerse los zapatos de Dios es tener éxito en todo lo emprendido.
II- Tengo la vida de Dios para todas las cosas.
Todo lo necesario para conquistar Jericó,
para que las paredes se caigan, Dios ya te lo dio.
Habilidades, ideas, conexiones, fe, fuerzas, inteligencia, todo está dentro tuyo.
Ninguna persona tiene autoridad en tu vida porque nadie puede darte nada, Dios ya te dio todo para alcanzar tus sueños.
Sé libre de la gente, de los pastores, de las organizaciones, de la familia, de los amigos.
Un niño sopla vida a las cosas, cuando éramos chicos dábamos vida a los juguetes y eso es lo que Dios puso dentro nuestro. Ahora, cuando viene un problema, tenemos que elegir si soplaremos vida o muerte.
¡Hay que matar a los problemas! Si viene un problema y lo ignorás estarás soplando muerte; si el diablo se te aparece no le soples vida; si alguien te rechaza, te lastima, te maltrata no le des vida, ignoralo.
Soplá vida a lo bueno, a lo correcto;  tenés el poder de la vida y de la muerte.
Cuando Dios se le apareció a Josué le dijo: "Sacate la sandalia del pie", no le dijo: "Las sandalias".
En el Antiguo Testamento existía "La ley de la redención" que decía que una mujer cuando quedaba viuda y no tenía hijos, su cuñado debía dárselos para recuperar la herencia que le pertenecía, pero antes tenía que ponerse un zapato del hermano muerto y mientras caminaba decir: "Redimo la herencia", "Esta tierra es para ella y su descendencia".
El ángel le dijo: "Quítate la sandalia"  porque Dios se iba a poner el otro zapato.
Hace 2007 años Jesús en la cruz se puso un zapato nuestro para redimirnos  y dijo: "Yo redimo todo lo que el diablo les quitó,  otorgo todo lo que les corresponde"
Jesús tomó nuestro lugar y, a partir de esa sustitución, hoy tenemos vida en abundancia.
Jesús siempre nos acompañará porque se puso nuestro zapato.
Dios se puso en la sandalia de Josué  porque, por la fe, iba a enfrentar su problema, Jericó; en cambio no se puso la de Moisés porque éste huía de su problema, o sea de los egipcios.
Marx dijo que "la religión era una basura, el opio de los pueblos", porque él veía miseria y opresión.
Los cristianos de ese entonces decían: "Sufrimos aquí pero reinaremos allá". Viendo eso, Marx dijo: "Esta gente está dormida, estupidizada, la religión es una porquería". ¡Y tuvo razón!
El evangelio no es para adormecerse es para despertar; la fe no es para que huyas de Jericó es para que te pares delante del desafío y digas: "Problema ya tengo la victoria, te voy a enfrentar porque Dios no se mete en los zapatos de los cobardes que huyen sino de los valientes que enfrentan todos los problemas que tienen adelante."
El problema de Moisés era su mentalidad.
Moisés sacó a Israel, empezó a hacer algo pero no entró a la Tierra Prometida.
Si querés que Dios te respalde no seas un iniciador sino terminá las cosas.
Somos la iglesia de Josué, vamos a terminar lo que Dios nos prometió.
III-Voy por los premios.
Josué no vivió de regalos sino de premios.
El sol es un regalo que sale tanto para los malos como para los buenos, la salvación es un regalo de Dios, los dones son un regalo.
No entendemos cómo a  muchos impíos les va bien y es porque es un regalo.
La llenura del Espíritu Santo, los dones, el cielo, todo es un regalo. En cambio la recompensa es algo que hay que ganar, un extra, un premio.
Durante cuarenta años Moisés vivió de regalo en regalo y el pueblo se acostumbró a los regalos, recibieron maná, codornices, se abrió y cerró el Mar Rojo.
Los regalos son buenos pero los premios habrá que ganarlos.
Un hijo es un regalo pero un buen hijo es un premio;
-Un negocio es un regalo pero un buen negocio es un premio;
-Crecimiento es un regalo, multiplicación es un premio;
-Una idea de oro es un regalo pero si esa idea trae finanzas es un premio.
Dios te dará regalos y premios.
Hebreos 6 dice que "sin fe es imposible agradar a Dios y es necesario que se acerquen a El porque es galardonador"
Dios premia.
Los premios son mejores que los regalos porque un premio es más grande, viene gratis y se obtiene cumpliendo ciertas leyes.
Riqueza, honra y vida son premios.
Proverbios 22:4 Riqueza es el premio a la humildad.
Humildad es una actitud no es ser pobre (nunca abraces la miseria como un don de Dios), es dejarse enseñar.
El problema es que no sabes que no sabes.
Esta es la Ley de Peters: "Todo ser humano es capaz hasta su nivel de incompetencia."
Es decir, ofrecemos un nivel hasta que comenzamos a hacer las cosas mal y todos llegamos a un punto donde no sabemos como seguir creciendo.
En ese punto debemos tener la humildad para que el techo al que llegamos se transforme en el piso de nuestro próximo nivel.
Es bueno tener un techo, pararse arriba y comenzar a construir.
El problema es que no sabemos, no nos damos cuenta y seguimos haciendo igual las cosas.
 Jesús le dijo a los discípulos: "Me seréis
testigos en Jerusalén, en Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra."
Para nosotros no significa nada, pero para los judíos, discípulos del Señor, significaba mucho.
De los doce discípulos de Jesús once eran de Galilea y uno de Judea, o sea eran mono- culturales.
Cuando se le apareció a los once, les dijo que predicarían:
-le serían testigos en Jerusalén, eso les resultó fácil porque ya conocían su cultura;
-en Judea tampoco hubo problemas, porque estaba al lado;
-en Samaria, ahí no les gustó mucho porque los de Samaria eran mestizos (mitad gentiles y mitad judíos); y
-"hasta lo último de la tierra." Ya no les gustó porque creían que la salvación era sólo para los judíos.
Un día el Señor levantó a Felipe, lo llevó a Samaria e hizo un avivamiento;  todos comenzaron a criticarlo: "¿Cómo Felipe les predica a "esos" que son medio judíos?"
Dios te va a sacar de tu Jerusalén -que es lo conocido, lo que sabes, la gente que querés-  y te empujará a los que están al lado.
Después te llevará a Samaria, donde esta la gente rara, que "parece que es como vos" pero que tiene todo mezclado. Dice que es cristiano, evangélico, católico apostólico romano, budista, su mente es una mezcla de todo.
Ningún discípulo de Jesús se atrevió a salir de Samaria para predicarle a los gentiles, entonces Dios levantó a Pablo.
Pablo era romano y judío -las dos cosas-, y durante Dios cambio su mente durante veinticinco años.
Pablo se peleó con Pedro por la predicación a los gentiles, se puso de pie, se plantó a los apóstoles y les dijo: "Yo no soy menos apóstol que ustedes que vieron al Señor resucitado, a mí se me presentó en el camino, así que voy a predicarle a los gentiles".
Y gracias a Pablo hoy nosotros estamos acá.
Esta iglesia es paulina, es Pablo.
Dios te va a empujar de Jerusalén, de Judea, te meterá en Samaria pero después te meterá donde nunca jamás pisaste y te va a habilitar con una mentalidad de grandeza para que hagas cosas que nadie nunca hizo jamás.
Dios te va a empujar de tus límites, te va a hacer que rompas las estructuras, que vayas donde nadie se animó y le hables a la gente que nadie le quiso predicar.
1- ¡Tengo que dejarme enseñar!
No te enamores de la teología, no hay que besar ningún santo, ahora el santo sos vos.
Nos enamoramos de lo que nos enseñaron y Dios no puede romper ese muro porque nos aferramos a una mentira creyendo que es la verdad.
Dios le dijo a Pedro que predicara a los gentiles y éste respondió: "No, porque dijiste que eran inmundos" Y Dios le dijo: "Yo no dije eso, predícales." Pedro se animó y visitó a Cornelio, un romano, y después dijo: "Esto no es para mí."
Hasta Pedro no pudo entender que debía ir hasta lo último de la tierra, por eso Dios levantó a Pablo.
2-No permitir que me lastimen.
Dice: Si amás a tu amigo, ¿qué premio vas a tener?
Bendecí a tu enemigo y estarás indicando que hay un premio para vos.
El enemigo no es para pelear es para bendecir y si él va para un lugar vos cruzate para el otro.
Las obras de las tinieblas están para reprenderlas no para soportarlas.
Cuando alguien te violente no te enganches,  bendecí a tu enemigo, no hagas nada para llevarle la contra; si alguien te lastimó, perdonalo.
No  des vida a lo que te rebaja, al maltrato, bendecí y cruzate enfrente.
Juntate con la gente que valora tu vida. Amá a todos pero trabajá solamente con los que te enriquecen, te acompañan y llevan al próximo nivel.
3- Hacer todo para el Señor.
Jesús dijo: "Cuando des con tu derecha que no se entere tu mano izquierda"
No quiere decir hacer las cosas en secreto ("yo evangelicé y no quiero que nadie se entere porque quiero ser anónima"), todo lo que hagas que no sea para la gente sino como para Dios.
Jesús dijo: "Hasta un vaso de agua que dieras a uno de mis pequeños en mi nombre no quedará sin recompensa."
No sirvas a la iglesia, hay recompensa.
(Un pastor me contaba que durante treintas años sirvió a una organización y lo echaron, eso es porque sirvió a una organización, si hubiera servido a Dios lo hubieran premiado.)
Todo lo que hagas - de palabra o de hecho- sea para el Señor y serás libre de la gente y serás premiado.
El ángel se le apareció y sacó la espada porque estaba a punto de presentar batalla.
Dios está a punto de conquistar y si no lo hace con vos, será con otro.
Josué le dijo: "¿Tu eres de los nuestros o de los enemigos?
El ángel le contestó: "De ninguno. No se trata de que yo estoy con vos o en tu contra, se trata de ver si vos vas a estar conmigo cuando yo tome Jericó."
Entonces Josué se postró. Él era dócil, se dejó enseñar.
Hay gente que pide señales, se toman tiempo, ponen excusas. Hacé lo que quieras, la Biblia dice: "Corrige al sabio y el sabio te amará."
Dios habló una sola vez a Josué y se postró.
Cuarenta años atrás Josué había comido una uva de esa misma tierra, y se le abrió un apetito tan grande que dijo: "Voy a cumplir mi sueño cueste lo que cueste."
Josué vio morir a toda una generación y los enterró en el desierto pero su estómago estaba abierto porque había probado algo divino.
Que Dios ponga un hambre insaciable en vos y llegues a decir:
 "Tengo hambre del Señor, quiero más, no importa cuántos se murieron, cuántos me estafaron, me engañaron o lastimaron, yo probé una uva y quiero ir a vivir a la fábrica de las uvas."
Y cuando Josué llegó a la tierra había gigantes.
Miles Monroe dice que los gigantes son el cartel divino que dice: "Bienvenido, has pasado por el desierto y no has muerto." "Bienvenido te estábamos esperando y hemos cuidado lo que Dios te entregó, pasa y  tómalo."
La victoria es nuestra, los recursos ya están dados y vamos por los premios.
 
El Señor le dijo a Josué "Todo lo que pisen la planta de tus pies te lo daré"
¿Por qué no le dijo todo lo que pisen tus sandalias?
Porque el pie lo hizo Dios y la sandalia la gente.
Todo lo que pises, lo que te he dado, te proveeré y no es con lo que te dio la gente sino lo que Yo te di.
Josué se crió en Egipto donde vivían del río Nilo que alimentaba todo.
En la Tierra Prometida no había río, entonces dependían de la lluvia.
Dios te sacará el río pero te va a hacer vivir de la lluvia.
Por eso los profetas hablan de la lluvia tardía y la temprana porque si no llueve, ese país se muere y necesita depender de Dios, hasta el día de hoy.
Dios ató al pueblo de  Israel para que dependa de El.
Esa es una enseñanza para nosotros:
En el sistema viejo de pensamiento, en el mundo,  nos alimentábamos del río pero ahora debemos aprender a mirar al cielo porque la lluvia viene de arriba.
Este será un año emocionante, haremos cosas gloriosas.
Algunos saldrán de Jerusalén y tocarán Judea, otros entrarán en Samaria y otros pisaremos lo más raro, lo último de la tierra.
Dios hará que sueltes algo que nunca antes habías soltado.
Afilá tus manos porque levantarás a los caídos por el legalismo, por las heridas, por el pecado, por Satanás.
Años atrás no podíamos hacer nada pero hoy tenemos algo grande, diremos: "Levántate y camina en el nombre del Señor."
Si este Mensaje de Exito te ayudó, envíame Tus comentarios a iglesia@presenciadedios.com

Pastor Bernardo Stamateas


 
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