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ALEJANDRA STAMATEAS: COMO MANEJAR LA FRUSTRACION
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من: Alondra bat Yeshúa  (الرسالة الأصلية) مبعوث: 18/11/2009 23:55
COMO MANEJAR LA FRUSTRACION
Alejandra Stamateas
 
Lucas 8: 16

Las mujeres parece que vivimos más situaciones de frustración que los hombres, cuando perdemos el enfoque en nuestra vida, cuando no sabemos bien hacia donde vamos o no tenemos bien claro nuestros objetivos nos frustramos.
A veces hacemos un análisis a fin de año y descubrimos todas las cosas que no hicimos o lo que estuvo mal, y no deberíamos hacer esos balances para las fiestas porque nos amargamos, cargamos y nos toma una frustración muy grande.
Muchas veces, en vez de buscar lo que deseamos corremos detrás de objetivos que no son nuestros o que “parecen” ser nuestros pero no lo son. Hay muchas cosas que hicimos durante el año que nada tienen que ver con nuestros sueños personales, privados y ahí vemos que corrimos detrás de lo que no tenía que ver con nos, y al final llegó la frustración.

Cuando una mujer entra en estado de frustración experimentará dos emociones a flor de piel: la ira y la tristeza.
En definitiva son dos caras de la misma moneda, si estás frustrada sentís ira por no lograr lo que deseabas y a la vez tristeza por no haberlo logrado.
Detrás de cada mujer frustrada hay una mujer enojada; como hay algo que te frustra reaccionás y, en vez de comprender, saltás como leche hervida porque sentís frustración.

Leí un cuento llamado, “Las zapatillas rojas”.

Se trata de una niña huérfana, muy pobre, que no tenía casa y que vivía caminando por el bosque pero no tenía zapatos. Un día decidió juntar todos los materiales que pudiera para hacerse un par de zapatos, así que juntó pedacitos de cuero, hojitas, ramitas, telas, todo lo que encontró en el camino y se los hizo. Después fue caminando para la ciudad, vio un árbol de frambuesas y con el jugo de su fruto los tiñó de rojo.
Iba caminando con sus zapatos rojos contenta por lo logrado, ya que había podido realizar con su propio esfuerzo e inteligencia un par de zapatos coquetos como ella quería. Cierto día se encontró con una anciana, en medio del camino, que viajaba en un gran carruaje muy adornado, ésta vio a la niña y sintió compasión por eso la invitó a vivir a su casa.
Allí empezó, para la nena, una carrera de querer agradar a la anciana en agradecimiento por lo que había hecho; hasta tal punto en que la anciana le pidió que tirara los zapatos y ella aceptó. La niña estaba tan deslumbrada por la anciana que, poco a poco, comenzó a ser domesticada e hizo todo lo que la anciana quería.


Así como esta nena, muchas veces, las mujeres hacemos lo mismo. Logramos con nuestro esfuerzo, por nuestro carisma, por nuestras capacidades, por nuestro trabajo metas anheladas y las disfrutamos, pero caemos en la trampa de ser domesticadas por otras personas, por la cultura, por principios, por las metas o valores de otros, y soltamos aquello que habíamos adquirido con nuestras fuerzas, inteligencia, creatividad, hasta que lo perdemos.

Recordá cuántas cosas lograste en tu vida, cuántas ideas creativas tuviste en la mente años atrás, cuánto lograste por tus propios medios y sin embargo, en un momento, hiciste como la chica del cuento, te domesticaron. Quizás fueron otras personas, la cultura o un líder legalista, y lanzaste toda tu capacidad y creatividad porque creías que no era lo correcto y empezaste a agradar a los demás.
Una mujer frustrada es la que se dedicó toda la vida a agradar a los demás.

Agradar no es sonreír a la gente, ser simpático, sino ceder. Cuando cedemos todo el tiempo principios, valores, objetivos, deseos, intereses, por el sólo hecho de agradar a otro, siempre perdemos la dignidad.
Es tiempo de recobrar la dignidad como mujer.
Para superar la frustración debes atreverte a ser digna, dejar de agradar a los demás, de correr detrás de las metas, sueños y objetivos de otros.

¿Cómo es una mujer con dignidad?


1º- Una mujer digna se conoce a sí misma.

Tendrá que pasar por el proceso de conocerse a sí misma, y no es fácil, porque cuando empezamos a hacerlo, entraremos en crisis.
La crisis es el mejor momento para crecer.
Quizás conocés más de tu marido, de tus hijos, de tus nietos que de vos misma. Por ejemplo cuando compraste los regalos de Navidad supiste el gusto de todos, en cambio a vos “como te da lo mismo” siempre te regalan igual, entonces decís: “¡Otra vez!”, porque los demás no tienen demasiado interés en conocerte.
Pasar tiempo con vos misma te hace una mujer digna, sos la creación más hermosa de Dios y es digno que se te conozca.

2º Una mujer digna lidera su propia vida.

Liderá tus pensamientos, tus sentimientos, tus actos; no podés vivir de acuerdo a los que los demás piensan, sienten o actúan.
Liderá tu mente, tu cuerpo, tus emociones quiere decir que vos elegirás qué sentir; y hasta que no lo hagas con vos misma no podrás guiar a nadie. No podés proyectar qué hacer el año próximo si no aprendiste a liderarte; y eso implica elegir los objetivos que alcanzarás, qué pensamientos pondrás en tu mente, qué sentimientos elegirás para actuar y cuáles anular porque no te sirvieron.

Nos cuesta actuar con criterios propios. Cuando nos preguntan decimos:”No sé, esperá que le pregunto a mis hijos”, “a ver qué piensa mi marido”. Estamos esperando siempre preguntarle a otro porque no confiamos en nuestro criterio.

Una mujer digna es la que confía en su criterio, se equivoque o no.

No estoy diciendo que siempre te va a ir bien pero debes tener tu criterio, te vaya bien o mal, porque posees la capacidad para corregirte.
Aún hay mujeres que creen que el criterio del varón debe ser el mejor, por eso se someten al criterio de él.

3º Una mujer digna sabe establecer prioridades.

Sabe decir “no” a lo secundario sin lo cual puede vivir igual.
Aprendé a decir que “no” a aquello que no sea prioridad para tu vida, porque con ello o sin ello podrás seguir viviendo; no digas “sí” a todo porque algo vendrá a estresarte, aprendé a priorizar y decir “no”.
Una mujer digna establece límites claros, ya no puede permitir todo en su vida.
Recibí un correo desde Guatemala, donde una mujer me consultaba qué hacer porque su marido vive golpeándola y le dicen que debe hacer como dice la Biblia “perdonar setenta veces siete.” Esta es la pregunta de muchísimas mujeres que le han dicho: “Aguantá”, porque es con el criterio ajeno y encima le dijeron que era el criterio de Dios. ¡No!
Determinate a poner límites para salir adelante.

Me preguntaban: “¿Por qué hay mujeres que buscan y otras, aunque están mal, no buscan salir?” Porque no quieren salir verdaderamente, si quisieran harían todo lo necesario para cambiar, pero seguir en el estado de víctima les trae un beneficio secundario por eso no buscan solución.

4º Una mujer digna se dedica tiempo.

Sabe estar con gente pero disfruta estar sola. Disfrutá los momentos de soledad, utilizalos para mirarte al espejo, depilarte, cuidarte, ponerte cremas, peinarte, hacé todo lo que esté a tu alcance para no descuidarte.
No esperes una fiesta para arreglarte, ni utilices la vajilla sólo en ocasiones especiales, usá todo, todo el tiempo, porque tu vida es una fiesta, Jesucristo nació en tu corazón.
Si no estás bien por dentro estarás mal por fuera y si estás bien por fuera se verá como estas interiormente.

5º Una mujer digna construye su red de apoyo emocional.

No se aferrará sólo a una persona.
Las mujeres somos tan co dependientes que buscamos a alguien que nos saque del problema aferrándonos a esa persona.
Por ejemplo te aferraste a tu líder que se fue al Japón a abrir una obra misionera, entonces dejaste la iglesia porque si ella no está, te morís. O, “a mi me lastimaron en la iglesia” y te alejas de Dios, porque fue una mala relación, te aferraste a las personas que creías te darían amor y vuelven a traicionarte. El problema no es la gente sino vos que te tomás de ellos como un salvavidas.
Una mujer inteligente y digna, no se aferra a nadie transformándolo en su salvavidas sino que se rodea de personas a las que va a recurrir y si uno no está hay otro. No te aferres porque te traicionarán.

6º Una mujer digna pide lo que necesita.

Cada vez que una mujer se queja es porque no sabe pedir y termina siendo una quejona; muchas no se atreven a hacerlo, les cuesta horrores, por eso se quejan.
Una mujer digna está preparada para recibir un no como respuesta.
No siempre te van a decir que sí ni darán lo que querés, es parte de la vida, pero una mujer digna acepta el no con dignidad y volverá a intentarlo por otro lugar porque ha crecido y aceptó el no.

7º Una mujer digna no necesita que la rescaten.

Me sorprendí cuando leí la versión original del cuento de Blancanieves, dice que cuando la princesa estaba muerta, el príncipe fue delante de ella y la violó. Y después de ser violada ella despertó.
¿Cuántas veces pasamos por abusos y violaciones de todo tipo y despertamos a la realidad?
Es duro el cuento, no fue con un beso romántico como despertó. Y te puedo asegurar que no despertaste a la vida con un beso romántico o porque alguien vino a rescatarte, tal vez alguien te dañó y ahí te despertaste.
No queremos despertar de esa manera, por eso nos reunimos las mujeres en este lugar para despertar con dignidad porque Dios nos ama, respeta y nos abraza. Él es el único que puede despertarnos con dignidad.

8º Una mujer digna tiene dos características: tenacidad y determinación.

Si lo que propusiste este año no lo conseguiste lo lograrás en el próximo por tu tenacidad, determinación y dignidad de mujer.

Una mujer digna suele bajar del mundo de las ideas, del mundo de la fantasía, del “me gustaría que me pasara”; nunca se queda quieta, se mueve, y mientras está en movimiento las cosas ocurren, pero cuando se queda sentada llorando su pena, su dolor, su angustia, su depresión, lo mal que la pasó, no solucionará nada.
Si te atreves levantate y caminá, al principio no estarás segura ni siquiera adonde vas, pero de pronto irán sucediendo. Para el que está pasando una crisis todo es confuso, como tener una telaraña mental e ir viendo de a poco.

Hay dos maneras de pararse en la vida:

-Con las luces iluminando de frente.

De esa manera se pueden mirar un montón del detalles porque las luces revelan todo.
“En televisión, las luces pueden levantarte o matarte -me decía una maquilladora- si están bien colocadas pueden favorecerte o no, pero no se trata de maquillaje sino de las luces.”
Asimismo podés pararte con las luces de frente donde todo el mundo ve lo que haces para criticarte, juzgarte, decirte lo que estás haciendo bien o no y tendrás a la gente como jurado de tu vida diciendo qué decidís y qué no, qué te conviene o no.

-Con la luz que viene de adentro alumbrar al mundo.

Vos decidís si la luz de afuera es la que te va a gobernar o la de adentro.

Dice la Palabra que sos luz y que la luz no está puesta para ser escondida sino para que todo el mundo la vea.
Y esa, no es la luz que alguien traerá a tu vida es Jesucristo que se te mete dentro. Él es Dios y te hace ser luz, y los demás te miran porque necesitan de la luz que vos tenés, no para criticarte sino para que seas su guía.

Hay millones de mujeres que necesitan de la luz que Dios puso en nuestro interior, necesitan que las guiemos porque están hartas del mal trato, cansadas de la violencia, de la frustración, de la depresión, de vivir en pobreza, en miseria, de levantarse cada mañana con angustia del corazón y seguir llorando cada día.
Están esperando que alguien que no está interesada en las luces de afuera sino que en sacar la luz de adentro, comience a brillar.
La luz no está hecha para ser escondida sino está para que alumbre.
Vos sos luz y estás hecha para alumbrar.

Efesio 5: En otro tiempo eras tinieblas más ahora sos luz, andá como hijos de luz, más todas las cosas cuando son puestas en evidencia por la luz son hechas manifiestas porque la luz es lo que manifiesta todo.

Mujer aprende a estar en paz con vos misma, y no porque alguien la traiga de afuera sino porque sabes quien sos, una mujer digna, que camina con dignidad, que cuando apoya la cabeza sobre la almohada sabe que sus valores se mantuvieron intactos y tiene paz porque hizo la paces consigo misma y en todo lugar donde va alumbra porque Dios la ha hecho luz.
Hay mujeres que deben tomar una decisión y no es fácil, están luchando entre dos decisiones y las dos les gusta, pero deben tener en cuenta que los sentimientos siempre siguen a los actos.
Actuá la decisión en la que tengas que ver con tus valores, que no se quiebren porque nunca vas a vivir en paz, elegí lo que tenga el criterio exacto y concuerde con los valores que tenés porque el sentimiento se acomoda a la acción.
No esperes sentir (“yo tengo que sentir paz”, “tengo que sentirme bien”, “es lo que siento”, “voy a decidir por lo que siento”), primero actuá y luego tus sentimientos seguirán a tus palabras.
No es la gente que se te acerque sino la luz que irradiá desde tu interior.

No tenés que agradar a nadie, no cedas sostenés tu propio criterio, nadie tiene derecho a ceder sos digna, caminá e ilumina.
No tenés que dar testimonio porque si caminás con la luz vas a andar bien, donde estés el lugar se ilumina porque cuando entra la luz las tinieblas desaparecen.
Si pudieras ser transparente verías la luz que emanás es Cristo en vos.

Mujer no es tiempo de esconderte, es tiempo de estar arriba del monte para alumbrar nuestro país.



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