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General: El amor es eficaz (13.4–7)
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De: losmuroscaen  (Mensaje original) Enviado: 05/06/2010 01:12
El amor es eficaz (13.4–7) Los dones no tienen ningún efecto espiritual en la vida de la iglesia si no hay amor, porque es el amor lo que el Espíritu usa para edificar a la iglesia. «El conocimiento envanece, pero el amor edifica», dice 1 Corintios 8.1. En cuanto a lo sacrificado a los ídolos, sabemos que todos tenemos conocimiento. El conocimiento envanece, pero el amor edifica. Nótese las cualidades del amor: 1. El amor es paciente y benigno (v. 4). El amor se eleva por sobre las pequeñeces y es generoso en la manera en que trata a los demás. Es fácil «amar» cuando la gente se presta para que se le ame; pero qué difícil es amar cuando nos lastiman o nos atacan de una manera u otra. Piense de la paciencia de Cristo con Pedro después de que este pecó contra Él y tendrá una idea de lo que esto significa. El amor no sólo soporta con paciencia el daño, sino que actúa positivamente en obrar y al mostrar bondad. 2. El amor nunca hierve en celos (v. 4). La envidia es un pecado terrible; Caín envidió a su hermano ¡y lo mató! ¿Cómo reaccionamos cuando otros cristianos reciben bendición o beneficios que a nosotros nos faltan? ¿Permitimos que las chispas de la envidia ardan y luego se conviertan en llamarada? 3. El amor no es jactancioso ni orgulloso (v. 4). «Envanece» se refiere al sentimiento interno; «jactancioso» se refiere a la ostentación externa de autoimportancia. 4. El amor no es grosero ni egoísta (v. 5). Hay un rasgo de gracia en la persona que actúa por amor cristiano, un encanto que el mundo no puede dar. El verdadero amor procura solamente el bien de otros; no es egoísta. ¿Puede ver este amor en la vida de Cristo? 5. El amor no se irrita, ni alberga pensamientos malos (v. 5). La palabra «fácilmente» no consta aquí. El amor cristiano no muestra irritación, como la carne lo hace con demasiada frecuencia. El amor no guarda libros de registro de las cosas malas que las personas hacen, ni de las ofensas recibidas de ellas. A decir verdad, el amor nunca se alegra cuando otros andan en el mal, pero siempre se alegra cuando andan en la verdad. 6. El amor da victoria (v. 7). Mediante el amor de Cristo en nosotros podemos soportar cualquier cosa, tener fe y continuar en esperanza. «Nos da poder para soportar cualquier cosa» v. 7 ¡El amor siempre lleva a la victoria! En estos versículos Pablo reprende con dulzura los pecados de los corintios. Ellos se impacientaban los unos con los otros en sus asambleas (14.29–32); Asimismo, los profetas hablen dos o tres, y los demás juzguen. Y si algo le fuere revelado a otro que estuviere sentado, calle el primero. Porque podéis profetizar todos uno por uno, para que todos aprendan, y todos sean exhortados. Y los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas; envidiaban los dones espirituales que otros poseían (14.1); Seguid el amor; y procurad los dones espirituales, pero sobre todo que profeticéis. Eran orgullosos y criticones (12.21–26); Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros. Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios; y a aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos, a éstos vestimos más dignamente; y los que en nosotros son menos decorosos, se tratan con más decoro. Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba, para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. No tenían modestia en su conducta (12.2–16); Sabéis que cuando erais gentiles, se os extraviaba llevándoos, como se os llevaba, a los ídolos mudos. Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo. Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho. Porque a éste es dada por el Espíritu palabra de sabiduría; a otro, palabra de ciencia según el mismo Espíritu; a otro, fe por el mismo Espíritu; y a otro, dones de sanidades por el mismo Espíritu. A otro, el hacer milagros; a otro, profecía; a otro, discernimiento de espíritus; a otro, diversos géneros de lenguas; y a otro, interpretación de lenguas. Pero todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere. Porque así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo, siendo muchos, son un solo cuerpo, así también Cristo. Porque por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, sean judíos o griegos, sean esclavos o libres; y a todos se nos dio a beber de un mismo Espíritu. Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? procuraban hacer prevalecer sus derechos (caps. 8–10) aunque dañaran a otros; se dejaban provocar con facilidad e incluso se demandaban judicialmente los unos a los otros (6.1–8); ¿Osa alguno de vosotros, cuando tiene algo contra otro, ir a juicio delante de los injustos, y no delante de los santos? ¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas? ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida? Si, pues, tenéis juicios sobre cosas de esta vida, ¿ponéis para juzgar a los que son de menor estima en la iglesia? Para avergonzaros lo digo. ¿Pues qué, no hay entre vosotros sabio, ni aun uno, que pueda juzgar entre sus hermanos, sino que el hermano con el hermano pleitea en juicio, y esto ante los incrédulos? Así que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no sufrís más bien el ser defraudados? y se regocijaban en el pecado cuando debían juzgarlo (5.1–3). De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre. Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción? Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho. También podemos ver en estos versículos un cuadro de Cristo, quien es el único que manifiesta perfectamente el amor de Dios para nosotros. En este episodio podemos sustituir la palabra «Cristo» por «amor». Dios le bendiga por siempre: " R@f@el"


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