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BERNARDO STAMATEAS: FE PARA ATRAER GRANDES COSAS
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De: Alondra bat Yeshúa  (Mensaje original) Enviado: 04/01/2011 21:25

Fe para atraer cosas grandes

Marcos 3:1-6; Marcos 10:20-23; Juan 13:12-17

1° El enojo de fe.

El primer pasaje relata cuando Jesús estaba un día sábado en la sinagoga y había allí un hombre con una mano paralizada, seca. Según los legalistas, no se podía sanar en día sábado, entonces Jesús lo llamó delante de la congregación y preguntó: ¿Está bien o mal ayudar a alguien en día sábado? Y nadie respondió, entonces Jesús se enojó.

Cada vez que nos enojamos, se nos activa una emoción que genera adrenalina en nuestro cuerpo y hace que nos sintamos fuertes y poderosos.

El término utilizado en este pasaje para definir “enojo” significa: “una emoción con furia”; es decir, Jesús estaba furioso (esa furia que viene y se va) cuando vió la desfachatez de los legalistas, religiosos, que no amaban a la gente sino a los ritos.

Jesús le dijo al hombre: “ Extiende la mano ”, y lo sanó. La furia lo llevó a realizar el milagro, a reparar lo que estaba seco, haciendo al hombre libre.

¿A qué nos lleva nuestra furia? ¿A destruir o bendecir? ¿A construir o destruir? ¿A sanar o gritar y volvernos locos? ¿A huir o cambiar lo que está mal? ¿A maldecir o liberar?

No hay problema en enojarse, lo importante es que el enojo modifique nuestro enfoque para cambiar las cosas y traer bendición de Dios.

Todo lo que me enfurece es a lo que Dios me llamó.

Jesús estaba enfurecido con la enfermedad, por eso sanaba a los enfermos.

Todo aquello que detestás, que te enoja, es el llamado que Dios te hace para destruir, sanar, bendecir y edificar.

Dios levantará gente enojada, pero no por cosas sin sentido, como por ejemplo, los que van a la cancha y se matan (no hay cosa más inútil que ir a la cancha a gritar y después salir y matarse a cascotazos.) Los que proceden así es porque no tienen un enojo divino.

Si no te enojás por lo que vale la pena pelear, te enojarás por necedades.

Enojate como Jesús, por cosas importantes:

¿Si te enoja el legalismo? Liberá a las personas que están presas de él.

¿Si te enoja la enfermedad? Orá por los enfermos, ungilos con aceite, batallá en su contra, activá el don de sanidades que está en vos.

¿Si te enoja lo que el diablo hace? Predicá a la gente y arrebatásela en el nombre de Jesús.

¿Te enoja la droga? Coordiná grupos de auto-ayuda para liberar a los adictos.

¿Te enoja que las iglesias se dividan? Caminá en la unidad más sobrenatural que has vivido hasta ahora.

¿Te enoja la pobreza? Prosperá.

Usá tu enojo para cambiar las circunstancias, ése es el llamado de Dios.

Mucha gente no prospera porque no se enoja contra la miseria, mordió pobreza toda su vida, guarda el recuerdo de no tener para comer en su infancia pero nunca se reveló en su contra; jamás declaró: “Voy a ser rico en el nombre del Señor y ayudaré a los pobres cuando tenga dinero.” Eso es enojo divino.

¿Te enoja la injusticia laboral? Sé jefe.

¿Tus padres te abandonaron? Proponete ser el padre que no tuviste y dar lo que no recibiste.

El Reino de Dios lo arrebatan los valientes, es decir, los enojados.

Enojate contra todo lo que Satanás hizo en tu casa, con tus hijos.

Los fariseos también se enojaron, pero dijeron: “ Matemos a Jesús .”

Elegí: ¿Vas a destruir o traer solución?

2° La fe me hace enojar por cosas grandes.

En el segundo pasaje, Jesús iba a morir en la cruz, juntó a los discípulos, tomó una toalla, pidió agua y les lavó los pies de a uno. Dijo: “ Si ustedes entienden lo que hice, van a ser felices .” Ellos no entendieron hasta que llegó el avivamiento (en Hechos 2).

Después que Jesús murió, ciento veinte personas recibieron al Espíritu Santo que cayó sobre ellos y comenzaron a decir: “ Jesús, un rabino con el que estuvimos, es Dios, vino del cielo, nació de una virgen, murió, resucitó, se fue al cielo y viene por nosotros ”, era el mensaje de los primeros cristianos.

En Roma había un dios llamado Mitra, decían que había nacido de una virgen y que era mediador entre Dios y los hombres. Tenían otro dios, llamado Apis, creían que era nacido de una virgen y, en cada primavera, celebraban su resurrección.

Los emperadores romanos eran llamados Césares.

Cuando Julio César murió apareció en el cielo un cometa y ellos decían que era una señal de que Julio César era el hijo de Dios.

Le sucedió Augusto César, a quien había adoptado y decían que era el hijo de Dios enviado a la tierra. Su lema era: “No hay otro nombre debajo del cielo en que la gente pueda ser salvada, sólo en el de César.” (¿Les suena parecido a algo?)

Cada vez que Augusto César cumplía años se festejaba durante doce días y todos se saludaban diciendo: “César es el señor.”

Se creía que César era el hijo de Dios, nacido de una virgen y traería un reino de paz. (¿Suena conocido?)

Cuando los judíos de la época comenzaron a decir: “Nuestro rabino es Dios hecho hombre, nació de una virgen, murió, resucitó y se fue al cielo y volverá”, los romanos pensaban: “ Nosotros tenemos a Mitra, a Atis, ya lo sabemos .”

Ese era un mensaje normal para los romanos pero algo marcó la diferencia e hizo que el Imperio Romano escuchase una verdad que lo hizo temblar.

Augusto César enviaba una carta a todas las provincias, llamada “evangelio”, o sea “buenas nuevas”. Cuando recibían las circulares la gente decía: “¡Llegó el evangelio!, César Augusto es el señor y traerá un reino de paz sobre la tierra.” (¿Suena conocido?)

En las cartas (el evangelio) se comunicaban los territorios ganados por los romanos, los enemigos capturados y masacrados, todas sus conquistas y logros, dando evidencia de que Augusto César traía la paz sobre la tierra.

Por eso, cuando preguntaron a Jesús qué debían hacer, les dijo: Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios .

César decía: “Al que no obedece y no declara que César es el señor lo mataremos, porque para traer la paz y el reino a la tierra hace falta obediencia”.

Lo que hizo temblar a todo el Imperio Romano fue que ellos tenían la misma filosofía religiosa que los judíos.

Un día Jesús reunió a los discípulos y les dijo: “ Les voy a explicar cómo funciona mi Reino ”, tomó una toalla y les lavó los pies. No entendían porque tenían la mentalidad del reino romano que era con espada.

Jesús dijo: “Así como yo los serví, sírvanse los unos a los otros, no es por obligación sino por amor, están libres en mi Reino, no mataré a nadie y, cómo Yo lo hice, háganlo ustedes.”

Los romanos comenzaron a perseguir a los discípulos de Jesús, les decían: ¿César es el Señor? Y ellos respondían: “No, Jesucristo es el Señor”.

“Si siguen declarándolo, los quemaremos.” Y los cristianos respondían: “Jesucristo es el Señor”; así los crucificaban y encendían fuego. Hubo un emperador que edificó un camino de cruces con cristianos crucificados y los encendió fuego para alumbrarlo, porque al que no obedecía lo mataban.

Y Jesús dijo: “ Los que me siguen son libres porque me aman no por miedo, sino por libertad.”

Sé libre y el Imperio Romano (el diablo) caerá delante de tus ojos.

3º Servimos por amor.

No servimos al Señor por miedo ni por obligación sino porque lo amamos y somos libres y cada vez que servimos a alguien por amor a Dios, el imperio del enemigo tiembla.

Serví a Dios con libertad, nadie te puede maldecir si tenés al Espíritu, donde está el Espíritu de Dios hay libertad de las maldiciones, las obligaciones, las presiones.

El Reino de Jesucristo es libertad, Roma es obligación; Roma cayó, y el pueblo de Dios sigue confesando que “Jesucristo es el Señor”.

4º- Servimos por libertad.

Dios nos rodea con un equipo valioso.

“Pastor yo no quiero ser líder”. Bueno, no seas líder, formate.

Timoteo era el clon de Pablo (los hijos siempre se parecen a los papás aún adoptados), predicaba y hablaba lo mismo, porque tenía su misma visión.

En su última carta Pablo escribió: “Quiero que vengas porque voy a morir, ya terminé la carrera, Dios me reveló el día de mi partida.”

Pablo estaba a punto de trasmitir su manto y empezó a nombrar las personas que Dios puso a su lado:

1) Crescente (2º de Timoteo). No sabemos nada de él pero sí, que servía al Señor.

Dios pondrá gente que no le interesará reconocimiento pero servirán a Dios; gente anónima que estará cerca y te ayudará.

2 ) Lucas , el médico amado. Representa a la gente que te curará, tendrá una palabra de sanidad y estará cuando te apedreen. Caminará con vos, serán el equipo más ungido de la tierra sirviendo a Dios con alegría y libertad.

3) Marcos . En un viaje Marcos tuvo miedo y abandonó a Pablo, pero pasaron doce años, y Pablo pidió que Marcos (ya crecido) volviera con él. Representa a los inmaduros que están cerca pero debés recibirlos porque crecerán.

4) Tíquico . A parece cuatro veces, es el que llevaba las cartas. Representa a la gente que lleva libros, CDs, casetes, que serán tus mensajeros.

5) Carpo , era el que tenía dinero y sostenía a Pablo económicamente, lo hospedaba.

Le escribió: “ Carpo, mandame el capote que tengo frío, y los pergaminos .” (El capote era el pullover). Dios pondrá gente que te ayudará a alcanzar tu sueño y te bendecirá.

6° Timoteo , era el que recibiría el manto.

Dios pondrá gente a tu lado a la que le pasarás tu unción y serán tu clon espiritual.

Cuando le sirvas con libertad,

Dios te rodeará de un equipo maravilloso.

5º- Todo lo que tengo se lo debo a El.

Un rico le dijo: “Señor, guardé los mandamientos, qué debo hacer para entrar en el reino”. Y Jesús respondió: “Falta una cosa, vende todo y repártelo a los pobres.” El rico dijo: “No Señor, esto es mío.”

Y Jesús dijo: ¡Qué difícil será que los ricos entren en el Reino!

Cuando leemos esto decimos: “No es para mí, es para los adinerados”, sin embargo no reconocemos todo lo que poseemos.

¿Hoy tomamos agua? Y hay un billón de personas en el mundo, que no tienen agua potable.

¿Hoy comemos? Hay 5.800 millones de personas que no tienen comida y 300 millones son niños.

¿Tenés coche? Y el 92% de las personas en el mundo no lo tienen.

¿Tenés dinero en el bolsillo? Hay un billón de personas que ganan un dólar por día.

¿Somos ricos o no?

Dios no mide la riqueza de uno hacia el otro, sino nos mide con lo que sucede en el mundo y, de acuerdo a eso, somos ricos .

Agua, salud básica, nutrición, desaparecerían en el mundo con veinte billones de dólares, y ese es el dinero que los norteamericanos gastan comiendo helados.

Dios quiere que seamos más prósperos, que no nos conformemos, porque nos dio todo para hacerlo crecer y avancemos más.

Dios nos ha dado todo para disfrutar.

No te olvides que Dios te dio todas las cosas , dice Deuteronomio 28, nos dio el poder para hacer riquezas y las fuerzas para trabajar.

El mensaje de Jesús al rico no era “dar por dar” sino debía aprender a desprenderse de lo que tenía porque todo es un regalo de Dios y un regalo se puede dar.

Cuando reconozcamos que todo es un regalo seremos libres de las cosas, las disfrutaremos, las haremos crecer y sembraremos.

Una vez, un pastor de otro país, fue asaltado por una persona que estaba drogada y le dijo: “Te voy a aclarar algo, no me estás robando sino te lo estoy sembrando, porque el dueño de esto me lo devolverá al ciento por uno”.

La gente que sabe que lo que tiene vino de arriba, sabe que si se va, vendrá más; y no hay nada mejor que ser agradecido.

Oración:

Amado Jesús, manda tu Espíritu Santo, abre los cielos y cae con poder sobre tus hijos.

Libéranos del yugo del César, regálanos cosas para dar, sembrar, ser libres y disfrutar. Gracias Dios por mi casa, por mi familia, por la ropa y la salud.

Dios te dice:

Sé rico en gratitud, en obras y libre de las cosas.

César (el sistema), ha tratado de meternos miedo y movernos por obligación, pero Dios nos hizo libres, Jesús nos lavó con Su sangre derramada en la cruz, para que todo aquel que en Él crea, tenga vida eterna .

Hoy le servimos por amor, porque Él nos amó primero, nos llama “amigos”, no nos pide nada, nadie nos ha forzado ni obligado.

Padre levanta en mí un enojo divino por los que tienen la mano seca y pueda llevarles una palabra tuya, en el nombre de Jesús. Amen.

Por Bernardo Stamateas

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