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BERNARDO STAMATEAS: HIJOS FUERTES
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Respuesta  Mensaje 1 de 1 en el tema 
De: Alondra bat Yeshúa  (Mensaje original) Enviado: 04/01/2011 22:07

Hijos Fuertes

 

Génesis 22: “Pasado cierto tiempo, Dios puso a prueba a Abraham y le dijo:
-¡Abraham!
-Aquí estoy- respondió.
Y Dios le ordenó:

-Toma a tu hijo, el único que tienes y al que tanto amas, y ve a la región de Moria. Una vez allí, ofrécelo como holocausto en el monte que yo te indicaré
Abraham se levantó de madrugada y ensilló su asno. También cortó leña para el holocausto y, junto con dos de sus criados y su hijo Isaac, se encaminó hacia el lugar que Dios le había indicado. Al tercer día Abraham alzó los ojos y a lo lejos vio el lugar.
Entonces le dijo a sus criados:
-Quédense aquí con el asno. El muchacho y yo seguiremos adelante para adorar a Dios, y luego regresaremos junto a ustedes.
Abraham tomó la leña del holocausto y la puso sobre Isaac, su hijo; él, por su parte, cargó con el fuego y el cuchillo. Y los dos siguieron caminando juntos.
Isaac le dijo a Abraham:
-¡Padre!
-Dime, hijo mío.
-Aquí tenemos el fuego y la leña- continuó Isaac-; pero ¿dónde está el cordero para el holocausto?
-El cordero, hijo mío, lo proveerá Dios- respondió Abraham.
Y siguieron caminando juntos.

 

Tenemos que liberarnos de todas las cargas; de las proyecciones que nuestros padres pusieron sobre nosotros. No vamos a criticar a los padres, pero vamos a liberarnos de todo lo que han puesto sobre nosotros conciente o inconscientemente.

  1. Frases negativas: Todas las frases que tus papás te dijeron desde chico, no te pertenecen porque son la proyección de sus conflictos. A pesar de que esos rótulos no nos pertenecen los compramos como si fueran nuestros.
  2. Proyección de las frustraciones de nuestros padres: Muchos papás proyectan sobre sus hijos lo que ellos no hicieron.
    Los padres que no pudieron estudiar algo, hacen que sus hijos hagan lo que ellos quisieron, pero no pudieron hacer.
    Tenemos que sacarnos la proyección de los sueños que nuestros padres no lograron.
  3. Envidia de nuestros padres: Cuando un papá te dice: ‘yo a tu edad trabajaba’ está queriendo decir que te envidia porque no necesitás hacerlo.
  4. Hijo parental: Son los hijos que no funcionan como hijos, sino como pareja de la mamá.
    ‘Hijo ahora que me separé de tu padre, sos el hombre de la casa.’
    El hijo no es el hombre de la casa, es hijo.

    Si sos el más grande de los hermanos, no es tu responsabilidad cuidar a los más chicos porque sos el hermano y no el padre.
    Hay madres que toman a sus hijos de confidentes.
  5. Rechazo de nuestros padres: Hay padres que dijeron a sus hijos: ‘no valés’ ‘no servís’.
    Ellos te rechazaron porque tenían otra imagen sobre vos; y como fuiste diferente a lo que ellos tenían en su mente te abandonaron.

    No encajaste en la imagen mental que tus padres tenían porque sos único e irrepetible.

    Es como el cuento del patito feo; dice la historia que había un patito al que nadie quería.

    Los patos que lo rodeaban se burlaban de él. El pato fue rechazado hasta que un día salió de esa casa y comenzó a caminar hasta llegar a una granja.

    En la granja habitaban un gato y una gallina que también despreciaron al pato, quien tuvo que irse de aquel lugar. Un día vio una fila de cisnes caminar, y uno se le acercó para decirle que se sumara a esa familia ya que él era un cisne.

    El huevo de cisne había caído en el lugar equivocado y todos pensaron que era un pato.

    Cuando te rechazaron eras sencillamente un cisne diferente al pato que esperaban tus padres.
  6. ‘Entre ojos’: Hay padres que tuvieron entre ojos a sus hijos, porque como no podían cambiar a su pareja, pusieron empeño en cambiar a sus hijos.

Quiero que todos los que sean padres se liberen de tres ataduras.
Los padres somos una generación de transición; estamos entre nuestros abuelos, y entre nuestros hijos.

Hay tres cosas de las que nos tenemos que liberar para ser los padres que Dios quiere que seamos:

  1. Poner límites: Hoy los padres tienen miedo a los hijos y no ponen límites, por eso hay tantos psicópatas.

    Somos una generación que hemos perdido el valor de poner límites; Dios nos va a restaurar.

    Poner límites no es pegar,  no es hacer prohibiciones sin sentido.

    Poner límites es saber decir: ‘esto no se hace por esta razón, si te gusta bien y sino también.’

    Un papá iba al súper mercado con su hijo de 8 años, quien le pide que le compre un juguete y el padre le dijo que no porque no tenía plata. El hijo le dijo que sino le compraba el juguete no iba a respirar, y se tapó la nariz. El padre se fue desesperado a comprarle un juguete para que respire.

    Hay chicos que como no les gusta lo que los padres prepararon para comer, no almuerzan, no cenan y los padres se desesperan.
  2. Culpa: Si querés estudiar y trabajar, hacé tu vocación sin culpa. Que no te de culpa ir a trabajar, ir a estudiar. Tenés que hacer los sueños que Dios te pidió que hagas.

    Los padres revisamos la tarea, pero no hacemos la tarea de nuestros hijos porque eso le corresponde a ellos.

    Hoy se enseña que los hijos necesitan un amigo; pero los amigos de nuestros hijos tienen la edad de nuestros hijos.

    Nosotros somos padres amigables, pero no amigos de nuestros hijos.

    El día que nuestros hijos encuentren en nosotros un amigo se quedan huérfanos.
    Ser padre amigable está perfecto, pero no amigos.
     
  3. Hablar mal: Hoy todo se resuelve con violencia, con insultos, con maldiciones.
    Tenemos  que sacar eso, para ser los padres que Dios nos ha llamado a ser.

    Hay que desterrar frases tales como:

    - ‘Dejá que lo hago yo.’ Cuando tu hijo te cuente algo que le pasó, vos decile: ‘veo que tenés un problema’, pero no se lo resuelvas para que tu hijo active las neuronas creativas. Dejá que lo haga él.

    - ‘¡Qué suerte que tenés!’ Cuando tu hijo te dice que le fue bien en el examen porque le tomaron lo que había estudiado, no le digas que fue suerte.
    Las cosas no se lograr por suerte, sino por esfuerzo y porque Dios nos acompaña.

    - ‘Te lo dije veinte veces.’ Entonces tu hijo a las primeras 19 no les da importancia; porque sabe que es a la veinte que te enojás.

    - ‘Otra vez’

    - ‘¡Cuidado!’ Así generás duda en tus hijos. 

Los padres tienen que hacer las pases consigo mismo, porque han dado todo lo que pueden dar.

Dios los ayudará a seguir creciendo, sólo deben sacarse los miedos, las culpas y reconocer la ambivalencia y declararse felices.

Abraham recibió una palabra de
Dios y se fue con su hijo Isaac al monte. Caminaron tres días, y cuando llegaron a un lugar determinado, pusieron las piedras, la leña y tomaron el cuchillo.
Una vez que estaba todo preparado, Isaac preguntó a su padre dónde estaba el animal que iban a sacrificar; a lo que su padre respondió: ‘Dios proveerá.’

Isaac le preguntó a su padre cómo sería lo que estaban por hacer, su padre le dijo: ‘adoraremos y volveremos’.

Abraham tomó a su hijo, lo ató en el altar, y cuando estaba por matarlo, un ángel de Dios le dijo que no lo hiciera. Al mirar al costado vio un animal, al que mataron; de esta manera Abraham e Isaac regresaron nuevamente a su casa.

Hay varias cosas que Abraham le impartió a Isaac para que sea un hijo fuerte:

  1. ‘Adoraremos y volveremos’:
    Hoy estás pasando por pruebas, pero adorarás y volverás otra vez en victoria.

    Dios no dejará que el cuchillo te traspase en el día de la prueba porque pasarás por el valle de la sombra de la muerte y regresarás otra vez.

    En el día de la enfermedad, adoraremos y volveremos.

    En el día de la miseria, adoraremos y volveremos.

    En el día de la crisis, adoraremos y volveremos.

    En el día de la muerte, adoraremos y volveremos.


    Si estás pasando un momento difícil declará lo que Abraham le dijo a Isaac. No sé cómo será, pero volveremos.

    Cuando el hijo estaba en el altar, viendo como su vida iba a desaparecer, sabía lo que su padre le había dicho, ‘adoraremos y volveremos’.
  2. Dios proveerá’: Dios va a proveer los recursos que te hacen falta.
    Cuando tus hijos te pidan algo, no se lo des; oren y Dios proveerá.
    Hacé de esas palabras tu ley.

    La generación de Isaac dependía del río, pero Isaac no, porque donde él iba hacía un pozo y salía agua, porque Isaac aprendió en el peor día de su vida que no dependía del río; sino que Dios proveería en su vida.

    No importa donde estés porque Dios proveerá.

    Todo lo que veo, se añade a mi vida: Cuando Isaac vio la provisión, ésta estuvo dentro suyo.

    Cuando Moisés vio un arbusto que se quemaba y no se apagaba; se acercó, Dios le habló y cuando se fue la zarza dejó de arder porque se metió en él.

    Todo lo que Dios te muestra en visión, se pega a vos y se añade en tu vida.

    Cuando Isaac vio el animal, vio la provisión y lo incorporó en su espíritu, y donde Isaac iba, Dios proveía.

    Abraham estaba casado con Sara y no podían tener hijos; pero como Sara quería tener un hijo, prefirió que Abraham lo tuviera con la muchacha que limpiaba su casa, y así fue como nació Ismael.

    Después de haber tenido un hijo con esa muchacha, Abraham pudo tener un hijo con su esposa, Sara; al que llamaron Isaac.

    Isaac se casó con Rebeca, que también era estéril, pero a pesar de ello no actuó como su padre, ya que había aprendido que Dios iba a proveer todo para él; por lo que fue a una montaña y le pidió a Dios hijos. Dios le dio a Isaac dos hijos.
  3. Soy el sueño de Dios: Cuando Abraham puso a Isaac en el altar, le estaba diciendo que él era su futuro, pero que Dios le había dicho que no era su futuro, sino el de Dios.

    Nunca vivas los sueños de nadie; vos sos el sueño de Dios.
    Vos no sos el futuro de tu casa, sos el futuro de Dios.
    Seguí los sueños de Dios, porque nadie es tu dueño; tu dueño es Dios.
  4. Soy más que vencedor: La diferencia entre un vencedor y un más que vencedor es que el vencedor vence una prueba; mientras que el más que vencedor vence una prueba difícil y pasa por la muerte.

    Isaac fue un más que vencedor, porque pasó por el día de su muerte y salió en victoria.
  5. Máximo esfuerzo, máxima recompensa: Estamos puestos para hacer el máximo esfuerzo.
    Hay mujeres que se divorciaron y como sus ex les pasan poca plata, se quedan con eso y se niegan muchísimas cosas por actuar bajo la ley del mínimo esfuerzo; en lugar de esforzarse más trabajando con la ley del máximo esfuerzo.

    La gente que usa Dios es la de máximo esfuerzo.

    Dios le dijo a Josué: ‘Estaré contigo. Esfuérzate y sé valiente.’

 

Necesitamos el máximo esfuerzo porque todas las cosas lindas tienen un aspecto feo.

Estaba Gedeón en una cueva y cuando Dios se apareció le dijo: ‘Varón esforzado y valiente.’
¿Porque estoy contigo sos esforzado y valiente?
Le dijo Dios; o ¿porque sos esforzado y valiente estoy contigo?

Dios está contigo porque sos esforzado y valiente. Él se junta con la gente del máximo esfuerzo.

Los cobardes no heredarán nada del reino; pero a la gente que se esfuerza para vivir en santidad, Dios la acompaña.

No sos el futuro de nadie; sos el sueño de Dios. Ponelo a Dios primero y Él te pondrá primero en su corazón; porque los que amamos a Dios adoraremos y volveremos. Dios proveerá. Esforcémonos para ser más que vencedores.

En el mismo monte donde Abraham iba a entregar a su hijo, Salomón levantó el templo; porque donde uno levanta el altar, otro construye un templo. Cuando venga un momento difícil no te olvides que adoraremos y volveremos.

 

Por Bernardo Stamateas

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