Quiero hablar sobre placeres verdaderos, porque el concepto de placer es uno de los más mal entendidos.
Placer es una palabra que siempre se asoció al pecado, al hedonismo y al descontrol. Sin embargo sabemos que todo placer que trae dolor no es placer.

El placer fue creado por Dios para darme fuerzas, porque me proporciona combustible.

Hay mucha gente que no tiene combustible porque no tiene la capacidad de disfrutar el placer.
Dios puso el placer en la infancia para que crezcamos y tengamos placer toda la vida.
Si logramos restaurar el niño que nos habita vamos a caminar con energía.

Placer de reír
Necesitamos recuperar la risa.
Reír es un placer físico, mejora la respiración, nos relajamos, disminuye la tensión muscular, mejora la presión arterial, baja la adrenalina, mejora la pareja y produce energía.
Todos tenemos motivos para disfrutar de la alegría.

Placer de jugar
Cuando jugamos dejamos de actuar de memoria y, nos conectamos en el ‘aquí y ahora’, logramos capturar el momento, olvidándonos así del futuro y el pasado.

Placer de disfrutar el movimiento
Los nenes saltan, caminan, corren porque tienen el placer del movimiento. Tenemos que recuperar este placer porque la única manera de cargar combustible en la mente es a través del placer.

Placer de hablar
Cuando vemos un bebé le hablamos y el bebé emite sonidos queriendo repetir lo que se le dijo, sólo por el placer de hablar.

Placer de aprender
Desde chicos somos curiosos y tenemos ganas de saber.

Dios va a restaurar nuestra capacidad de disfrutar de todo.

Dios llamaba la tierra de la leche y la miel, a la tierra en la que iba a entrar Israel. Leche es símbolo de afecto y miel es símbolo de placer.
Dios va a cambiar todas las imágenes falsas suyas que nos han puesto, por la imagen de que Él disfruta viéndonos disfrutar.

Dios va a cancelar toda esclavitud de mi vida
Dice el salmo 126: “Jehová nos va a hacer volver de la cautividad.”
El pueblo estaba prisionero pero Dios lo sacó de la cautividad.
Se cancelará en tu vida la enfermedad, la pobreza; porque Dios te va a sacar del lugar donde nadie disfruta, para ponerte en su tierra donde las cosas suceden en bendición.

En una oportunidad un padre llevó a su hijo endemoniado para que Jesús lo libere. Cuando Jesús le dijo al demonio que saliera del cuerpo de ese chico, el joven comenzó a gritar y cayó al suelo como muerto. En ese momento la gente empezó a gritar porque decían que Jesús lo había matado. Pero Jesús tomó al chico de la mano y lo devolvió a su padre.

Cada vez que te propongas hacer algo grande, vas a escuchar gritos, vas a ver todo peor que antes; la gente te va a criticar, pero después vas a tomar en la mano aquello que profetizaste.
¡Vienen días de victoria para el pueblo del Señor!

Dios va a darnos el placer de las grandes cosas
Dios va a sacarnos de la cautividad, nos dará grandes sueños y la gente dirá ‘grandes cosas ha hecho Dios con ellos’.
En lo financiero, en la salud, en lo afectivo, en lo familiar, en lo espiritual y en el trabajo vienen grandes cosas.

Los que sembraron con llanto cosecharán con alegría.
En el original habla de la preciosa semilla, que es la última bolsa. Dios dice que los que tienen lo último, van a sembrarlo, pero van a cosechar en abundancia.
Preparate; tu última moneda va a ser el comienzo de una etapa financiera próspera.
Cuando sientas que estás en las últimas, acordate que la Biblia dice que lo último será lo primero de una etapa de grandes cosas para tu vida.

Mi boca se llenará de risa
Dice que cuando Dios nos saca de la cautividad nos da sueños que traen grandes cosas para que nuestra boca se llene de risas y palabras de alabanza. Vienen tiempos alegres, de fiesta. Sembraste llorando, cosecharás con alegría; Dios va a restaurar la capacidad de disfrutar.

Risa significa encontrarle un sentido de sabiduría al dolor que vivimos. Risa es la capacidad de ver algo gracioso en lo que vivimos.

Dios nos dio la capacidad de disfrutar. Disfrutar las cosas de Dios nos llena de energía.
Para disfrutar las cosas de Dios y las cosas naturales sólo hay que rendirse.

Tenemos que aprender a disfrutar de la presencia de Dios.
Cuando nos reunimos, lo hacemos para que Dios descienda y se haga presente entre nosotros, para tener contacto con Él.
Nos cuesta rendirnos porque nos lastimaron, y estamos en guardia; pero tenemos que entregarnos al Señor.

La tierra fue hecha para el hombre, pero cuando Adán y Eva desobedecieron, la tierra fue maldecida por la palabra del hombre, por eso produce espinos y cardos.

Caín mató a Abel y sembró sangre de injusticia, por eso la tierra vive con dolor y te vomita.
Cuando quisiste echar raíces en un lugar y no pudiste fue que la tierra te vomitó.
La tierra gime esperando ser redimida.

Jesús sembró su sangre, y canceló la sangre que Caín sembró en la tierra. La sangre de Jesucristo fue derramada sobre la tierra. Jesús sembró una palabra y dijo: “consumado es”; que quiere decir “está listo”.
Las palabras de maldición, y la sangre de injusticia fueron canceladas, por la sangre y las palabras de Jesús.

Pero a pesar de que Jesús hizo esto, la tierra sigue vomitando, porque necesita la gloria de Dios.

David decía: “como las aguas cubren la mar, la gloria de Dios llenará la tierra.” La tierra gime para que le sembremos lo que le falta.

El profeta le dijo a David que hiciera un altar a Dios en la tierra, para que experimente y disfrute de Él.
En ese mismo lugar donde se adoró a Dios, Salomón edificó el templo, porque en esa tierra cayó la gloria. La gloria cae en la tierra después de que cae en vos.

Elías se fue arriba de la montaña para buscar de Dios porque hacía tres años que no llovía y; lo llamó al sirviente para que se fijara si había alguna nube y éste no veía nada; y Elías lo volvió a mandar siete veces más. Por cada vez que el sirviente le decía que no había ninguna nube, Elías se conectaba con Dios.

Cuando la gloria caiga sobre vos, vas a poder ir a la tierra que te vomitó para darle la gloria de Dios.

Hay gente que va a tener un poder de gloria que va a afectar mucho más del circuito que quiere afectar.

Por Bernardo Stamateas

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