ESPERA EN ÉL Y ÉL LO HARÁ
"Guarda silencio ante el Señor; espera con paciencia a que él te ayude. No te irrites por el que triunfa en la vida, por el que hace planes malvados". Salmo 37:7
Cuando vemos nuestro alrededor y escuchar toda clase de ruidos, palabras y sonidos que terminan quitando el descanso y la tranquilidad del alma, pero en medio de ese ruido, hoy podemos escuchar quietamente la palabra que llega a través del salmista. Guarda silencio delante de él.
Hoy es un gran día para estar ante la presencia del Señor y presentarnos delante de él, todo lo que somos, todo lo que tenemos, la quietud y en el silencio del alma debemos entregar todos nuestros derechos, nuestro tiempo, nuestros talentos, nuestro futuro y todo lo que posemos, en el silencio ratificarnos delante de él, que no nos debemos a nosotros mismos. Todo se lo debemos a él. Eso nos librará de la irritación, de la depresión, del estrés y la desesperación cotidiana, aun cuando veamos los que por malos caminos andan y parecen florecer exitosamente.
Sabemos que hay dificultades en renunciar a uno mismo. Sé que no es fácil renunciar a nuestros derechos y a nuestra reputación y a nuestros propios éxitos labrados por nuestras propias manos, pero de qué sirve gastarnos a nosotros mismo en una carrera loca y desenfrenada si no aprendemos a quedarnos quieto y en silencio ante su trono, y esperar solo en Él, trayendo todos sueños, planes, consejos
Cuanto de nosotros nos preocupamos mas por hablar y proyectar nuestra imagen, pero de qué sirve todo esto. Cuando en esta loca carrera nos hunde, nos irrita, más cuando ves la prosperidad de otros y sobre todo la de aquellos que hacen planes malvados. Pero si quedamos quieto ante Dios y en silencio delante de él, veremos los planes de él, los proyectos de él y la dirección de él.. Entonces no tendré tiempo para mirar a los malvados.
La quietud del Espíritu, sólo la produce el Espíritu de Dios y esa quietud trae la calma profunda, suave y dulce que nadie me puede dar. El mundo no me la puede dar, los éxitos humanos tampoco y ni siquiera la gente que me rodea. Pero la quietud que produce el Espíritu de Dios si es quietud de corazón. Hoy debemos a guardar silencio delante de él, esperar y confiar.
Que tengas un excelente día rolaj07@hotmail.com