Tras 200 años desde la última guerra santa, una vez más, los santos representantes de las 88 constelaciones empiezan a juntarse en el lugar sagrado en que su diosa nacerá para comandarlos en una nueva encrucijada contra la maldad. Aun con la pronta resurrección de la Diosa de la justicia existe una mente que no parece estar del todo satisfecha por la llegada de la deidad. Desde lo mas alto de las casas zodiacales, sentado en su trono, el Patriarca plantea lo que parece ser la traición más grande de la historia Atheniense.

- La guerra se avecina y los tormentos de ver a mis camaradas caer se vuelven más constantes. Athena aun con su gran cosmos y magnificencia no puede evitar que su corazón se interponga en el camino de sus decisiones… Si ella vuelve a liderar la guerra, el resultado podría ser igual o mas desastroso. No puedo permitir que otra generación se pierda totalmente - Musita el antiguo caballero dorado de Aries levantándose de su imponente lugar para recorrer tranquilamente la alfombra carmesí de sus aposentos. Su larga túnica adornada con detalles dorados que hacen perfecta combinación a su sagrado casco solo se ondean con el andar de sus pasos en un vaivén similar al de su verdosa cabellera.

- Y aun así los recuerdos de mi maestro y sus enseñanzas son una barrera que junto a mi lealtad solo me posibilitan quedarme a su lado hasta el final de la guerra, con el sufrir de ver a mis hermanos morir una vez más, con solo la esperanza de poder acompañarlos esta vez - Agrega con melancolía mientras que su mano es levantada hacia el firmamento en forma de puño para después ser abierta y dejar escapar un puñado de polvo estelar que se esparce por el obscuro cielo convirtiéndose en diminutas luces de una noche estrellada.

- Sus penas pueden acabar si toma una solución por el bien de la guerra y de Athena, gran patriarca - Exclama una voz desde las sombras de uno de los pilares interiores del templo.

- ¿Acaso tienes alguna sugerencia, Saga de Géminis? - Cuestiona con un semblante serio y el ceño fruncido pues es claro que sus pensamientos no estaban planteados para ser escuchados por otro ser humano.

- Jhm. Es algo cruel mentirle a todo el santuario. Pero si esta dispuesto a hacerlo para proteger a Athena y la vida de los guerreros de la paz, entonces si, tengo un plan… - expresó misteriosamente dando unos pasos para mostrarse con su áurea armadura recubriendo su cuerpo. Su brazo derecho cargaba con su yelmo mientras que el izquierdo se limitaba a colgar de su cuerpo por si la situación ameritaba algo más.

- Habla entonces… - Respondió tras algunos instantes para meditar la situación, sus palabras fluyeron antes de que su mano pasara a quitarse el casco para mostrar un rostro juvenil, nada como lo esperado para alguien de tantos años. Su ceño fruncido demostraba que no estaba conforme con la idea de engañar a todos, pero si con eso podía salvar más vidas y evitar el sacrificio de Athena, lo haría sin importar el costo.

Saga quedó instantáneamente sorprendido al ver la rejuvenecida figura del patriarca frente a el ya que con ello todos sus planes se iban por un barranco puesto que aun con su gran poder no era rival para el antiguo santo de Aries en su mejor momento - ¿A que se debe…? - Alcanzo a pronunciar antes de ser interrumpido por un resplandor en el fondo del salón principal. Aquel intenso destello provenía de Nike, el báculo sagrado de Athena que parecía responder al aumento cósmico en la energía de Shion.

- La justicia necesita guerreros con espíritu fuerte, Saga - Fue la única respuesta que dio el ariano ante las dudas del caballero de Géminis. Ahora Shion había recobrado todo su poder gracias a los restos de cosmos de Athena que habían quedado en su sagrado báculo, con esto un nuevo capitulo se abrió en la historia del santuario…

De alguna manera el lado maligno de Saga logró convencer a Shion de que la mejor idea era desaparecer a Athena del santuario por lo que se acordó que la infante fuera tomada por un sirviente de confianza que la llevaría a un orfanato para criarla lo mejor posible sin que la verdad pudiese llegar a sus odios evitándole la desgracia de tener que sufrir las desdichas de la guerra y permitiendo así al antiguo ariano el poder liderar las fuerzas del Santuario.

Para infortunio de los planes del patriarca, Dohko de Libra, su fiel compañero, logró sentir el cosmos de Athena lejos del su verdadero lugar de reposo por lo que encomendó a uno de los más fieles santos dorados, Aioros de Sagitario, la misión de recuperar a la infante. Éste siguió las órdenes y junto a dos aspirantes a santos de plata, Babel y Shaina, logró encontrar a la pequeña diosa, de ahora 4 años, con la que intentó escapar de Grecia.

Shion se enteró de la situación y encomendó a Saga el capturar vivos a los encomendados de Libra, pero este, en toda su maldad, decidió en vez mandar a Shura en nombre del patriarca para matar a los “traidores”. El caballero de la legendaria espada inició pronto un combate con el santo de Sagitario quien viendo que no podría escapar tan fácilmente del caprino decidió legarle su tarea a los dos platinos para poder así sacrificarse para morir junto con su adversario en un viaje sin retorno hacia el firmamento.

Con la pérdida del santo dorado que los lideraba, Shaina y Babel se vieron obligados a buscar alguien que pudiera criar bien a la niña en lo que terminaban sus entrenamientos. El destino les deparo un inesperado encuentro con un turista millonario japonés, Mitsumasa Kido, a quien le explican la situación y le encargan a la infante diosa con la promesa de que cuando sea el momento y se haya formado un grupo de santos listos para defenderla, ellos regresaran para culminar con su promesa a Aioros.

Los años han pasado y la pequeña diosa, que iba por el nombre de Saori Kido, ha descubierto la verdadera historia y con ello ha retomado su verdadera identidad como Athena. Con el regreso de sus memorias y de su cosmos se ha dado la aparición de un grupo de fieles santos listos para defenderla de cualquier peligro, junto con el regreso de los, ahora si, caballeros de plata, Babel de Centauro y Shaina de Cobra, dejando a la diosa con una importante misión en su camino… recuperar el liderazgo del santuario que hasta ahora ha sido dominado por Shion que al fin se ha logrado hacer con la idea de que Athena no es capaz de cumplir con el objetivo de enfrentar la guerra santa.

Una nueva batalla se cierne sobre el santuario, esta vez una guerra interna se ha desatado y solo los santos de la esperanza pueden ayudar a su diosa. HAGAN ARDER SU COSMO SANTOS Y DEFIENDAN LA JUSTICIA DE ESTE MUNDO!!!.