Jano



Jano o Janus era un antiguo dios solar asirio-babilónico, asimilado primero como dios principal por los etruscos y luego por los romanos. Su principal característica es la de tener dos caras, una cara mirando a cada lado, una hacia atrás mirando al pasado y otra hacia adelante mirando al futuro, pues era el que vigilaba el umbral que los separa. Por eso se le dedicada el primer mes del ciclo del nuevo año, (enero que proviene de januarius) y se le relaciona con el principio (alfa) y con el fin (omega) de todas las cosas. Es el eje de la rueda del tiempo y se le conoce como el “Señor de la Eternidad”. También es el "Principium Deorum" o dios del principio y se le invocaba cada mañana al comienzo de la jornada de trabajo o cada vez que se iniciaba una nueva actividad.

<<<< Jano con sus llaves, su báculo y su gallo, signos compartidos por San Pedro

<<<<<<< Las dos caras de Jano y escudo de la familia rusa de los Romanov.

Jano, una deidad de arraigo popular muy profundo, era el dios de las puertas ya que se le ponía en la puerta y de las casas (los romanos llamaban "januas" a las puertas). De ahí su nombre y las dos llaves que le representan, una dorada y otra de plata -la unión de los opuestos- y se les asocia con las dos puertas solsticiales (solsticios de cáncer y de capricornio). En la simbología cristiana, éstas llaves son las de Pedro el apóstol, con las que abre y cierra el “Reino de los cielos” y forman parte desde siempre del escudo del Vaticano. Por su parte, el solsticio de Cáncer se ha convertido en la festividad de San Juan.




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