"Para
poder ver ‹‹lo que es››, debo reconocer que mi estado no puede ser
permanente. Cambia instante por instante. Ese estado de impermanencia es
mi verdad. No debo buscar evitarlo o poner mi esperanza en una rigidez
que parece ser una ayuda. Debo vivir, experimentar, ese estado de
impermanencia y partir de allí. Hace falta que lo viva, que lo escuche.
No sólo que escuche lo que quiero, porque así
nunca seré libre, sino que escuche lo que se presente, sin resistencia.
Para escuchar no debo resistir. Ese acto de escuchar, de estar
presente, es una verdadera liberación. Debo estar consciente de mis
reacciones a todo lo que pasa en mí. No puedo no tener reacciones. Pero
debo ser capaz de ir más allá, de tal manera que ellas no me impidan
continuar mi búsqueda. Hasta que haya visto que lo que me impide
acercarme a lo verdadero, a lo desconocido, es todo lo que es conocido.
Debo sentir bien todo el condicionamiento de lo conocido, para liberarme
de él. Solo cuando conozca ese condicionamiento es que el silencio, la
tranquilidad, no serán la búsqueda de una seguridad, sino la libertad de
recibir lo desconocido".
Extracto de "La Realidad del Ser", Jeanne De Salzmann