Página principal  |  Contacto  

Correo electrónico:

Contraseña:

Registrarse ahora!

¿Has olvidado tu contraseña?

EL CUARTO CAMINO DE GURDJIEFF-BENNETT
¡ Feliz Cumpleaños Veropfranco !
 
Novedades
  Únete ahora
  Panel de mensajes 
  Galería de imágenes 
 Archivos y documentos 
 Encuestas y Test 
  Lista de Participantes
 General 
 1.- CURSO BREVE SOBRE LA ATENCION 
 2- CURSO LENGUAJE 
 3.- CURSO YOES 
 Curso de Crecimiento-Nivel 1 
 Curso de Evangelios 
 Curso Fragmentos Enseñanza desconocida 
 Curso Psicología Posible Evolución Homb 
 SITTING 
 LIBROS 
 CUENTOS 
 DICCIONARIO 
 VIDEOS 
 COMPARTIR 
 MÚSICA 
 Curso de Observación de Sí 
 Reportes Cronistas Expediciones 
 Curso de Observación de Si 2 
 Curso de Observacion de Si, 3 
 EL CAMINO DE UN HOMBRE 
 Seminario Barcelona 2012 
 CURSO DE SIMBOLOGÍA 
 Cronista Curso de Cuentos 
 Cronista Curso de Octavas/2013 
 GRUPO BARCELONA 
 PLEGARIA 
 Notas de JANE HEAP 
 TALLER DE CHAKRAS 
 
 
  Herramientas
 
General: Para recordar.... diferencia entre estado dormido y estado despierto. j.g. b.
Elegir otro panel de mensajes
Tema anterior  Tema siguiente
Respuesta  Mensaje 1 de 2 en el tema 
De: LUISWAYUU - ASHSHUA  (Mensaje original) Enviado: 26/01/2020 22:54

"DIFERENCIA ENTRE ESTADO DORMIDO Y ESTADO DESPIERTO” J.G. Bennett (extractos)

Denison House, l6 Julio 1951

Cuando despiertes te darás cuenta de que tú existes. Si te observas a ti mismo, verás que poco hay presente en ti algo que pertenezca a esa experiencia: “Yo existo, yo estoy presente aquí y ahora.”
Quizá tengas esa experiencia, pero al principio ésta será sólo en tu cabeza. Esto no es realmente estar despierto, sino pensar acerca de estar despierto. A pesar de eso, es un comienzo.
Comprender la diferencia entre el estado dormido y el estado despierto, es uno de los fundamentos sobre el cual todo el Trabajo sobre uno mismo es construido. Esta comprensión no puede llegar de golpe. Si tú deseas alcanzarla, debes luchar para mantenerte en esa experiencia de: “Yo existo – aquí! - ahora!”
Al principio, es muy difícil. La olvidarás casi inmediatamente, por lo cual, debes desear mucho recordarla.,,
El paso siguiente es comprender por qué tú no puedes recordar algo tan simple y a su vez tan importante como lo es el hecho de nuestra propia existencia.
Una razón es que siempre vives en tus asociaciones. Esto es realmente un estado de sueño. En los sueños perdemos contacto con nuestra propia existencia.
Si tu le dices a tu mente que vas a tratar de estar despierto, tienes que luchar una y otra vez para mantenerte en el estado en el cual está presente la experiencia de: “Yo Existo”
Si tú lo haces, verás que comienzas a recordar esto con mayor frecuencia, a pesar de que probablemente tú no serás capaz para mantenerte en eso y conservarlo mejor que antes. Tú quizá te preguntes a ti mismo: “¿de dónde viene este impulso que me lo recuerda? Esto usualmente nada tiene que ver con las asociaciones que suceden en mi cabeza”.
Por tales observaciones, tú comienzas a darte cuenta que tú sólo estás despierto, cuando mucho, en una pequeña parte de ti mismo. Comienzas a comprender lo que nuestra Enseñanza significa cuando nos dice que nosotros no somos uno sino muchos cerebros diferentes. Verás que algunas veces tus sentimientos, y algunas veces también tu parte instintiva, han despertado, pero de una manera muy diferente y bastante separada de tu cerebro en la cabeza. Ellos también pueden tener la experiencia de que “Yo Existo”, pero la tienen de una manera que es de su propiedad.
Cuando yo siento que yo existo, no es en mi cabeza, sino en mi pecho que yo tengo esa experiencia. Cuando mi cerebro instintivo comienza a despertar, es a través de la sensación, y yo me doy cuenta de mi existencia por la sensación de mi cuerpo. Después, tú verás que con el fin de estar despierto, en el real significado de la palabra, todos tus tres cerebros deben despertar, y entonces también encontrarás cómo puedes permanecer despierto. Tú te darás cuenta que un cerebro nunca puede permanecer despierto por él mismo.
Pero mientras, tú debes de tratar intensamente comprender lo que significamos al decir que nosotros vivimos todo el tiempo en sueños. Tú apenas tienes una percepción directa de alguna cosa. Me has oído decir que tú apenas ves alguna cosa, sientes alguna cosa, tocas alguna cosa. Tú puedes comer una comida y no tener una percepción directa de que tú estás comiendo, o de lo que significa comer. Tú puedes caminar a través del campo y mirar a las montañas y el cielo, y no tener una percepción directa de lo que tú estás viendo. Así que yo te digo esto, y tú quizá protestes internamente, y te digas a ti mismo: “No, esto no es verdad. Cuando yo estoy en el campo, yo me regocijo en la Naturaleza, yo experimento toda su belleza y frescura”. Todo esto son palabras vacías. Nada de ese tipo realmente sucede. Tú sueñas acerca de la Naturaleza y de lo hermosa que es, pero tú no ves o experimentas nada.
¿Por qué puedo yo decir esto tan positivamente? Porque así sucede en el sueño, y yo conozco que tú estás dormido, a pesar de que estés sentado aquí y escuchándome a mí, o aunque vayas a dar un paseo por el campo. Esto es lo que tú no te das cuenta. Tú debes observar y darte cuenta de esto por ti mismo. Todo lo que te sucede a ti es un sueño. ¿Por qué?
Porque no hay nada en ti que sea capaz de no soñar. No hay nada en ti que sea capaz de estar despierto. Esto es lo que tú debes comprender y darte cuenta por ti mismo. Cuando tú lo hagas, todo comenzará a cambiar, y hasta tu futuro puede ser diferente…

J. G. Bennett



Primer  Anterior  2 a 2 de 2  Siguiente   Último  
Respuesta  Mensaje 2 de 2 en el tema 
De: LUISWAYUU - ASHSHUA Enviado: 26/01/2020 22:58
Ornella Bianchi

¿Qué significa estar presente, estar aquí, ahora?

Lo pienso.Tengo la sensación de esto.Lo siento.Los tres centros están presentes con la misma fuerza, con una intensidad que viene del mismo grado de actividad.

Lo siento como una energía que circula más libremente entre ellos y que no es retenida más en uno que en otro. Esa energía es voluntariamente alimentada por esas tres partes hacia una misma dirección.

Hay una dirección común que conlleva la posibilidad de una acción consciente en la cual el impulso viene de los tres centros al mismo tiempo. Quiero conocer con todas las partes de mí mismo.

Para estar presente a mí mismo, debo comprender cómo trabaja mi mente, comprender que la función del pensamiento es situar y explicar, pero no vivir la experiencia. Ese pensamiento está hecho de saber, de conocimientos acumulados que se presentan bajo la forma de imágenes y asociaciones. Captura la experiencia para hacerla entrar

en las categorías de lo conocido. Si se callara podría ver algo nuevo. Pero en cuanto interviene, transforma inmediatamente esa experiencia en algo antiguo, en algo que ya fue objeto de una experiencia. La imagen despierta en mí una reacción inmediata. Y entonces siempre se repite la misma cosa. Nunca algo nuevo.

¿Puedo decir hoy que sé lo que yo soy? ¿Me permite la actitud de mi mente abordar realmente esa pregunta? Es más importante de lo que pienso. ¿Estoy convencido de mi ignorancia y de la inutilidad de todo lo que creo saber? Incluso si lo digo, no lo siento realmente. Me gusta mi saber. Siempre quiero aportar una respuesta o llegar a una

conclusión. Estoy condicionado por eso. Todo lo que conozco, lo que sé, condiciona mi mente y limita mi percepción. Todo lo que conozco, lo que sé, es una masa de memorias, de recuerdos, que me empuja a acumular, a repetir experiencias de la misma índole.

Necesito ver que mi mente siempre es movilizada por las exigencias del yo ordinario, por sus asociaciones, por sus reacciones. Eso la corrompe. Un pensamiento movilizado por las asociaciones no es libre, no está libre en su movimiento. Los trayectos que atraviesa están llenos de obstáculos, de barreras, bajo formas de imágenes, ideas fijas o experiencias. Inmovilizan o cambian el curso del pensamiento, otorgándole la impresión de una continuidad. Pero la continuidad no está en el material que ocupa el pensamiento. Está en la energía misma.

El hecho de creer en ese material mantiene esa energia presa en el circulo de los pensamientos. Pierde toda movilidad y agudeza. Se vuelve cada vez más débil y el pensamiento se vuelve pequeño y obtuso. Percibimos esto a través de las tensiones constantes de la cabeza, de la cara y del cuello.

Mi pensamiento está sometido al yo ordinario. Esto es lo que impide que la mente esté tranquila. Sin embargo, su apaciguamiento no vendrá de que yo me retire de mi mente, sino de que la comprenda. No vendrá de una lucha contra ese hecho. Ella no me llevará a la liberación. Sólo viéndolo me puedo liberar de ese condicionamiento.

No es ignorándolo o negándolo que alcanzaré a liberarme. Sólo crearé un nuevo condicionamiento. Asimismo, necesito ver que la mente es el centro de mi yo ordinario, del ego. Ese yo busca la seguridad. Tiene miedo y se identifica para encontrar esa seguridad; es una batalla perpetua. Toda mi conciencia habitual consiste en juzgar, condenar, aceptar

o rechazar. Eso no es realmente la conciencia. En ese estado, sin la tranquilidad de la mente, nada real me podrá ser revelado.Todo en el universo evoluciona o involuciona en un incesante movimiento de energía. Según Gurdjieff las leyes que subyacen a este proceso universal de trasformación eran conocidas por la ciencia antigua, que asignaba al hombre su lugar apropiado en el orden cósmico.

En nuestra vida nunca llegamos a realizar lo que verdaderamente tenemos la intención de hacer Todos nuestros movimientos y nuestras acciones están sujetos a la Ley de Siete. Comienzan en una dirección, pero no pueden pasar el intervalo en la octava. Vamos hasta la nota «mi» y regresamos al «do». Para ir más lejos hace falta una fuerza adicional desde

dentro y desde fuera. Actualmente, es la cabeza, el pensamiento, el que está tocado por el trabajo. Al cuerpo y al sentimiento le es indiferente y no reconocen ninguna exigencia mientras estén contentos. Viven en el momento mismo y su memoria es corta. Y sin embargo, el deseo de ser, de trabajar, debe venir del sentimiento; y el poder de hacer, la «capacidad del cuerpo. Cada una de estas partes separadas tiene una atención diferente, cuya fuerza y duración dependen del material que hayan recibido.

La parte que ha recibido más material tiene mayor atención. Creemos que podemos trabajar sin intensidad, pero esto no traerá cambio alguno. Hace falta aumentar la intensidad de las vibraciones de los centros inferiores para tener un contacto con los centros superiores.

Los centros, que vibran con una velocidad diferente, deben alcanzar la misma velocidad. Se debe proceder, como en una octava, por niveles; aprender a sentir la distancia entre las energías y que ellas sólo pueden aproximarse a través de una intensificación. Lo que es necesario, tanto en nosotros como a nuestro alrededor, es la creación de una

energia más activa que resista a las influencias de su entorno y que pueda encontrar un lugar estable entre dos corrientes de diferente nivel.

Hasta sin un esfuerzo consciente, el cuerpo produce una energía, una materia, muy fina, el resultado final de la transformación del alimento que Gurdjieff llamaba «si 12». Ésta es la materia a partir de la cual trabaja el sexo y es ella la que, en la unión de las materias masculina y femenina, puede desarrollarse independientemente como un nuevo organismo.

Pero puede también formar parte de una nueva octava dentro del cuerpo. Cuando todas sus células están penetradas de esa materia, produce una cristalización, la formación de un segundo cuerpo. La vía del hombre ladino —el camino acelerado de eso que Gurdjieff llamaba «haida yoga»— incluye el empleo de la energia «si 12» con el fin de producir

el contacto entre los diferentes centros y la edificación de los cuerpos superiores. Gurdjieff nunca habló de manera explícita sobre este delicado trabajo, no dio ninguna indicación, pero hay una clave a ser encontrada. Por ejemplo, esa fricción en nosotros, ese conflicto que se requiere para producir la sustancia necesaria para nuestro «Yo», es idéntica a lo que

sucede exteriormente entre la fuerza masculina y la fuerza femenina en acción. El poder de «si 12» es evidente en la experiencia de la unión sexual, que para la mayor parte de las personas es la única experiencia que permite la apertura a un estado de unidad sin esfuerzo consciente.

El ritmo de todas las funciones está sometido a esa experiencia y hay un instante de felicidad cuando uno experimenta la ausencia del yo. Sin embargo, con demasiada frecuencia buscamos el olvido de sí en esa pasión intensa, una identificación en la cual podemos perdemos por completo.

Pero inmediatamente después, el «yo» reclama sus derechos y regresamos al círculo estrecho de nuestros pensamientos y emociones ordinarios. Sin una comprensión de las fuerzas en juego, la experiencia no sirve a ningún propósito en la búsqueda de la conciencia.

JEANNE DE SALZMANN

La imagen puede contener: 1 persona, primer plano



 
©2024 - Gabitos - Todos los derechos reservados