BUENOS AIRES (Reuters) - Argentina está reforzando sus desbordados hospitales por el aumento del número de muertes y de enfermos por la influenza H1N1, que ha colmado las salas de atención sanitaria en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores tras el inicio del invierno austral.
Argentina confirmó 18 muertes por la nueva cepa de virus, también conocido como la gripe porcina, poniendo el país sudamericano en tercer lugar, después de México y Estados Unidos, en el número de casos mortales. El Ministerio de Salud ha confirmado 1.294 casos positivos.
Autoridades médicas suspendieron cirugías no urgentes en varios hospitales urbanos para liberar camas para casos de gripe.
El Gobierno también envió clínicas móviles a barrios pobres y estaciones clave del transporte urbano y ordenó que un hospital en la periferia de Buenos Aires se dedicara exclusivamente a los casos de gripe.
El virus H1N1 se está diseminando con rapidez en la zona conocida como el conurbano bonaerense, un área densamente habitada que engloba los suburbios de Buenos Aires, y en la que reside población de clase trabajadora, además de albergar asentamientos precarios.
En el conurbano, ocho personas han muerto a causa de la nueva gripe y 111 están hospitalizados, 75 de ellos en con respiradores.
"Las cirugías se reprogramarán en todos los hospitales en el Conurbano, donde el nuevo virus de la gripe está circulando ampliamente", dijo a periodistas el ministro de Salud de la provincia de Buenos Aires, Claudio Zin.
"Cada año el 10 por ciento de la población padece la gripe estacional, si se agrega un porcentaje similar de personas que están chequeando la (nueva) gripe, se puede esperar una gran demanda en los hospitales con la que tenemos que batallar", dijo Zin.
La ministra de Salud del Gobierno federal, Graciela Ocaña, recomendó a los argentinos mantener distancia