Las matemáticas diferentes de Dios
Con frecuencia recuerdo a los jovencitos que llevaron sus experimentos para una clase de química. Todos eran "novedosos" para su corta edad, y despertaban entre sus compañeros voces de admiración o quizá, inquietudes.
El profesor estaba atento a cada nueva exposición y de acuerdo con la sonrisa o el rostro huraño, todos podían intuir si estaba conforme o, por el contrario, reprobaba el trabajo.
Un jovencito trajo una cartulina con numerosas operaciones matemáticas. Había titulado su "invento" como "Los pensamientos de Dios". En el contenido de sumas, restas y divisiones, aparecía: 2 + 2 = 5.
--Esa suma está errada—le dijo un estudiante.
--Pues de acuerdo con tu lógica—le explicó—está mal, pero esa justamente es la razón por la que titulé "Los pensamientos de Dios", por que la perspectiva que tiene nuestro Padre de todo cuanto nos rodea, es diferente--.
Una lógica que es ilógica
Así son las matemáticas de nuestro amado Señor, totalmente diferentes. La Biblia ilustra este hecho con el incidente que ocurrió con una viuda (1 Reyes 17:8-15). El profeta Elías fue hasta la mujer en procura de algo qué comer. Su respuesta fue abrumadora: sólo tenía un poco de harina para alimentarse ella y su hijo, y después dejarse morir.
La respuesta del siervo del Altísimo y lo que ocurrió, revelan los milagros que hace el Señor en medio de su pueblo: "Elías le dijo: No tengas temor; ve, haz como has dicho; pero hazme a mi primero de ello una pequeña torta cocida debajo de la ceniza, y tráemela; y después harás para ti y para tu hijo. Entonces ella fue e hizo como le dijo Elías; y comió él, y ella, y su casa, muchos días" Y la harina de la tinaja no se escaseó, ni el aceite de la tinaja menguó, conforme a la palabra que Jehová había dicho por Elías" (versículos 13, 15 y 16).
De acuerdo con el razonamiento humano, el trigo sólo hubiera bastado para una sola ración. En manos de Dios, para muchos días. ¿Se da cuenta? La lógica de Dios reta nuestra lógica.
Sin embargo, ¿qué nos impide confiar en ese proceder de Aquél que todo lo puede? El muro que se levanta delante de Su presencia estriba en que por años hemos depositado todas nuestras esperanzas en la forma humana de obrar. Nada que esté por encima de estos razonamientos, tiene cabida en nosotros. Grave error. El Dios de poder y de gloria está allí, y desea ayudarnos obrando milagros. La decisión es nuestra. Basta que creamos.
Creer no es fácil
Nos identificamos en un hecho, creer no es fácil en tanto prime la incredulidad. Sin embargo cede terreno en la medida que reemplacemos la duda por la confianza en el Creador.
Imagine que juega con su hijo de apenas tres años. El salta de una pequeña altura no mayor de un metro. Se lanza "al vacío" sin el más mínimo temor porque sabe que usted lo espera con los brazos abiertos. Tiene conciencia de que no se golpeará porque será recibido por su padre, mucho más fuerte y poderoso que él.
Esa ilustración describe la confianza en Dios. Y es necesario avanzar en ella. Cuando oremos por alguna necesidad, creamos que nuestro amado Señor responderá. Su poder es ilimitado. Nada impide que, en Su voluntad, nos responda.
Nuestra invitación es para que vaya al Creador en oración y presente sus peticiones. Nos asiste el convencimiento de que los milagros no se harán esperar. Sin embargo recuerde que al orar es necesario sumar el desestimar toda sombra de duda, y un tercer elemento, la perseverancia.
Si desea que le ayudemos a interceder, por favor escríbanos ahora mismo.