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General: La estrella que se volvió la primera dama de China : Peng Liyuan
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De: Ruben1919  (Mensaje original) Enviado: 15/05/2013 14:14

La estrella que se volvió la primera dama de China

Por: |

7:50 p.m. | 29 de Marzo del 2013

 

La estrella que se volvió la primera dama de China

La emblemática cantante china Peng Liyuan fue una de las invitadas especiales durante la ceremonia de entrega de los primeros Premios de Arte Chino, en Beijing, el 19 de diciembre del 2011. AFP

Foto: AFP
 
 
 

La cantante Peng Liyuan ha tenido que asumir un papel discreto, como es tradición en ese país.

China finalmente tiene una primera dama visible. Después de décadas en donde las esposas de los presidentes y altos mandatarios estaban detrás de los telones, Peng Liyuan, la famosa cantante y cónyuge del recién nombrado presidente Xi Jinping, se posicionó esta semana como ‘la mujer de China’. Lo hizo en la visita oficial que hizo con su marido a Rusia y África, donde ocupó primeras planas de los medios de su país y se destacó por su elegancia, belleza y capacidad diplomática.

Hacía tiempo que Peng no aparecía delante de las cámaras ni en presentaciones musicales ni acompañando a su marido en eventos importantes, como cuando él fue nombrado el hombre más importante de China el pasado noviembre, cuando asumió la secretaría general del Partido Comunista Chino (PCCh) y la presidencia de la Comisión Militar Central. Desde hacía muchos meses, la gran diva se había sumido en el silencio.

La cuestión es que su fama fue siempre mucho más grande que la de Xi. No solo había logrado, desde 1982, ser la estrella central del show de gala del año nuevo chino, el programa de televisión más visto en ese país, sino que ya era el orgullo del Ejército Popular de Liberación (EPL).

Ambos se conocieron en 1986 –un año después se casaron–, cuando Xi comenzaba a labrar su camino político como vicealcalde de Xiamen, la ciudad costera de la provincia de Fujian. Entonces, su futuro como presidente se estaba forjando, pero Peng ya había conquistado el corazón de los chinos.

Mientras Xi daba un pequeño paso hacia Zhongnanhai –los cuarteles generales del Partido Comunista–, Peng volaba, reafirmándose como el ícono de la música popular china de los 80 y 90.

Con su voz de soprano, Peng se hizo merecedora de premios musicales en China, lanzó tres discos y varias compilaciones, y estuvo dentro del grupo de los primeros artistas en recibir subsidios del Consejo de Estado. En su carrera militar pasó a la historia como la persona más joven en alcanzar el rango de general y es la decana de la Academia de arte EPL.

Ella representa el ideal de la mujer china: agraciada, hermosa, artista, educada, militar, miembro del Partido Comunista y, más importante aún, devota a su patria, algo que refleja en el nacionalismo de sus canciones. Sin embargo, su carrera comenzó a apagarse justo cuando su esposo comenzó a escalar posiciones dentro del Partido.

La política la silenció

El quiebre se dio en el 2007, cuando Xi entró a ser parte del Comité Permanente del Politburó, el núcleo de poder en China, donde fue nombrado vicepresidente y ahora presidente de China. Y no fue falta de inspiración o gracia musical lo que llevó a Peng al silencio artístico, pues su último disco, Mi hermano soldado, lanzado precisamente en el 2007, fue un éxito. Tampoco fue un descenso en la popularidad, pues siguió siendo el centro del show de año nuevo hasta el 2009. Ella tuvo que decir adiós a su carrera por una simple razón: la tradición política china.

A diferencia de los países occidentales, los líderes chinos no se personifican con detalles privados. Y en esa línea, la primera dama no tiene un rol determinado. Liu Yongqing, esposa del presidente anterior, Hu Jintao, escasamente apareció en eventos públicos en los diez años de gobierno, y las esposas de Jiang Zemin y Deng Xiaoping no tuvieron protagonismo alguno.

La mujer ha tenido un papel minoritario en la política china. “La falta de educación y experiencia política no son las principales razones por las que hay tan pocas mujeres en el liderazgo político, sino por la discriminación de género”, dice Tamara Jacka, investigadora de la Universidad Nacional de Australia en temas de género en China.

Además, son pocas las que tienen un cargo importante dentro del Gobierno. De hecho, han sido vinculadas a experiencias nefastas: Jiang Qing, esposa de Mao Zedong, fue condenada dentro de la Banda de los 4 –los fieles seguidores de Mao– por sus excesos durante la revolución cultural, e históricamente se traza hasta la emperatriz Cixi, a quien culpan de la decadencia de China a comienzos del siglo XX. “Esta notoriedad negativa genera un rechazo frente al involucramiento de las mujeres en espacios públicos y políticos”, dice Johanna Hood, profesora de la Universidad Nacional de Australia y quien ha seguido de cerca la carrera de Peng.

Es la primera vez que el Partido se enfrenta con una mujer que tiene reconocimiento nacional y que es apreciada no solo como artista, sino por su vocación social. Por lo que el Gobierno se ha tomado el tiempo para decidir cómo lidiar con ella. De un lado, podría ser una gran llave para su máquina propagandística, pero por el otro podría desestabilizar la tradición política, donde los líderes se esmeran en tener un bajo perfil.

En todo caso, Peng tiene una estrella propia que la hace brillar más que a cualquier líder. “Su voz es preciosa, especialmente cuando canta canciones folclóricas”, dice Qiao Zhiwen, diseñador de 53 años y fan. Sus canciones hablan de la prosperidad y del éxito de la patria. Con un estilo propio, modernizó la música tradicional, algo que el Gobierno necesitaba “para darle una nueva vigencia y continuar produciendo canciones nacionalistas”, explica Liu Xiaozhen, profesora de la Academia China de Artes.

Gracias a su cercanía con el Gobierno al ser miembro del Partido y del Ejército –y a sus relaciones familiares–, Peng sobresalió también en el ámbito político y social. Además de haber sido parte de la Conferencia Consultiva Política –segunda cámara china– durante tres periodos, pertenece al comité ejecutivo de la Federación Nacional de Mujeres y es la embajadora de la Organización Mundial de la Salud para la Tuberculosis y el Sida, y de la Asociación China para el Control del Tabaco.

Una nueva figura pública

Desde que Xi entró al ruedo del poder, las apariciones públicas de Peng se hicieron aleatorias. En el 2009, se presentó por última vez en el show de gala del año nuevo chino. En el 2007, declaró que no iba a producir nuevos discos.
Su último concierto fue en enero del 2012, durante una gala del Ejército, delante de toda la plana mayor de la política china. Esa vez, su presentación fue impecable como siempre, pero se dio sin sus tradicionales vestidos pomposos. Quien por muchos años se apoderó de la tarima con una vestimenta colorida o con trajes de alguna de las 52 etnias chinas –con lo que reforzaba su espíritu nacional–, pasó a ser una mujer sobria y que empuñaba el uniforme militar de forma rigurosa.

“Si el Partido de repente decide guardarla en un cajón, diciendo que no a su carrera, podría desencadenar molestias en el público. Sería una prueba para ver cuán modernizados están”, declaró Ross Terrill, autor de las biografías de Mao y su esposa, a Los Ángeles Times. Pero para la profesora Liu, la salida de Peng de los escenarios responde a una decisión artística necesaria a los 50 años y que coincide con su nuevo cargo académico. “Es el momento de abandonar el canto. Creo que Peng va a escoger enseñar y contar sus experiencias a sus estudiantes, pues está volviéndose vieja”.

La ‘pengmanía’

Lo cierto es que muchos rumores que se habían tejido alrededor del papel de Peng se despejaron esta semana. Con el primer viaje de Xi como presidente de China a Rusia, República del Congo, Tanzania y Sudáfrica quedaría comprobado que el Gobierno sí quiere a una primera dama. Y que además, esta sería clave para la implementación del soft power tanto nacional como internacional.

Peng les quita el perfil acartonado a los políticos chinos. Hace ver a Xi como un hombre capaz de expresar amor y de consentir a su mujer al punto de cargarle la cartera, tal como fue registrado por los fotógrafos cuando se bajaba del avión.

Es el prototipo del hombre exitoso chino que también es sensible y se enamora, en un país que hasta hace poco ha comenzado a besarse en público y que estaba acostumbrado a la rigidez física de sus líderes. A su vez, Peng es el ejemplo de la mujer empoderada que escaló posiciones por sí sola y más importante aún, que siempre le ha hablado al pueblo. Ya se habla de la ‘pengmanía’: miles de mujeres se volcaron a las tiendas para emular su estilo comprando en tiendas locales como Exception (Liwai), de donde vienen el bolso y el abrigo que Peng usó a su llegada a Moscú esta semana.

Su nuevo papel la sacó del silencio –aún no se sabe si artístico también – y le devolvió su puesto en la sociedad. De hecho, la historia de amor entre Xi y Peng, que antes había sido censurada para proteger la imagen del presidente, resurgió. Y así, se ha ganado comparaciones que van desde Eva Perón hasta Michelle Obama, todas ejemplos de mujeres caracterizadas por la elegancia, la diplomacia y el amor a sus maridos.

Una vez de regreso a su país, sin todas las cámaras o los ojos de la prensa encima, se abre el espacio de acción real que demostrará hasta qué punto la superpotencia china está preparada para tener a una mujer en el espacio político. Peng podría llegar a ocupar un cargo que pocas han tenido, uno que tendría un fuerte impacto social y caritativo.

Educada para ser artista

Peng Liyuan, quien empezó a estudiar canto a los 14 años, es una de las primeras artistas en graduarse de música tradicional étnica en su país. A los 20 años cantó por primera vez en el ‘show’ de gala del año nuevo chino. A los 28, ya había viajado por más de 50 países representando a China. Diez años después, presentó la ópera ‘Los poemas de Mulán’, en el Lincoln Center de Nueva York.



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De: Ruben1919 Enviado: 16/05/2013 21:46

En todo caso, Peng tiene una estrella propia que la hace brillar más que a cualquier líder. “Su voz es preciosa, especialmente cuando canta canciones folclóricas”, dice Qiao Zhiwen, diseñador de 53 años y fan. Sus canciones hablan de la prosperidad y del éxito de la patria. Con un estilo propio, modernizó la música tradicional, algo que el Gobierno necesitaba “para darle una nueva vigencia y continuar produciendo canciones nacionalistas”, explica Liu Xiaozhen, profesora de la Academia China de Artes.

Gracias a su cercanía con el Gobierno al ser miembro del Partido y del Ejército –y a sus relaciones familiares–, Peng sobresalió también en el ámbito político y social. Además de haber sido parte de la Conferencia Consultiva Política –segunda cámara china– durante tres periodos, pertenece al comité ejecutivo de la Federación Nacional de Mujeres y es la embajadora de la Organización Mundial de la Salud para la Tuberculosis y el Sida, y de la Asociación China para el Control del Tabaco."



 
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