Ampliar Nadal, durante uno de sus dos partidos en Madrid. |
J. A. Orihuela
Dos días después de aterrizar en Madrid, con el US Open en el bolsillo, Nadal ya estaba en la Caja Mágica dispuesto a tirar de España para salvar la categoría. Ayer, vio las victorias de Marc López y Fernando Verdasco y luego voló a Manacor. En dos semanas, desde el 30 de septiembre, atacará el número uno de Novak Djokovic en el ATP 500 de Pekín, ciudad donde se coronó en 2008, y luego seguirá en Shanghai.
Tras siete meses parado, diez títulos y su aportación clave en la Caja Mágica, ¿es este el mejor Nadal de siempre? Quienes le han seguido en Madrid coinciden en un concepto, "es más agresivo" y, para la mayoría, es su mejor versión.
Carlos Moyá, que se entrenó con él en Manacor antes del US Open, cree que "no es peor que el mejor Rafa de antes". Y argumenta: "Comprende mejor el tenis. Al no tener la explosividad de los 20 años, ha aprendido a leer mejor el juego y es más agresivo. Tampoco le quedaba otra y él ha evolucionado y lo ha entendido perfectamente".
Su mejor colega dentro y fuera del circuito, Marc López, le ha tenido al lado en la Davis y en EE UU: "Es mejor. Está siendo más agresivo. Pecaba de utilizar demasiado su drive contra el revés del contrario y ahora varía más las direcciones. Nunca lo vi jugar tan bien como en la gira norteamericana. Sabía que volvería mordiendo y comiéndose la pista. Su vida es el tenis". Las estadísticas dicen que es quien gana más juegos al resto (35%), pero también el tercero que más decanta de su lado con el saque (89%), sólo por detrás de dos cañoneros como Isner y Raonic.
Saque. "Es un Nadal totalmente diferente, ofensivo. Se puede decir que ha encontrado el equilibrio. Y está sacando mucho mejor", apunta Manolo Santana, leyenda que ha visto crecer a la otra leyenda y que apunta un aspecto novedoso: "Con el drive define más y lifta menos por norma general, aunque cuando se ve en problemas recurre a lo que siempre le ha caracterizado: meter revoluciones a la bola" .
Albert Costa, que le disfrutó como capitán y ahora es director deportivo de la RFET, ve claro que Nadal "ha conseguido llegar a un nivel superior. Tiene más fuerza, es más rápido y está jugando más metido en pista, lo que se traduce en una mayor agresividad".
Otro excapitán como Juan Avendaño no considera que el campeón de trece grandes esté ahora un escalón por encima, pero le ve una ventaja: "Corre mucho menos y eso ocurría antes porque el rival le dominaba y él perdía pista. Este año, no le veo sufrir tanto". Es el Nadal del milagro, el mismo que pasó por la Caja Mágica y va disparado al número uno.
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