Causas: Lo argumentado sobre el texto bíblico en estudio 1 Ts. 1.6, es fundamentado en el hecho de que los remitentes (Pablo, Silvano y Timoteo) para continuar mencionando sus satisfacciones en cuanto a los de la iglesia de Tesalónica, a estos les memorizan los acontecimientos allí expresados, que en tiempos del emperador Claudio de Roma (41-54 d.C.), tienen sus connotaciones religiosas y políticas; porque luego de haber Pablo pasado con Silas “Silvano” por Anfipolis y Apolonia desde la ciudad de Filipo hasta Tesalónica, él aquí entra en una sinagoga judía, donde durante tres (3) días de reposo discute declarando y exponiendo por medio de las escrituras que eran necesarios los padecimientos y resurrección de Cristo, quien es IESUE “Jesús” que les anuncia (Hch. 17:2-3).

Efectos:

1. Se origina la conformación de la iglesia en Tesalónica, porque algunos de los judíos creyeron y se juntaron a Pablo y a Silas; y de los griegos piadosos gran numero, y de las mujeres nobles no pocas (Hch. 17:4). Por esto los judíos que no creyeron y que ya no conformes de oponérseles a Pablo, es por celos que toman consigo a algunos ociosos malos hombres y alborotando la ciudad, llevaron a Jasón y a otros ante las autoridades, al ver que en la casa de él no encontraron a Pablo y a Silas (Hch. 17.5). Situaciones que se asemejan a las tribulaciones sufridas por Pablo y Silas “Silvano”, ya que estos a similitud de lo que le ocurrió a nuestro Señor, fueron apresados, llevados ante las autoridades, azotados y echados en prisión (Hch. 16.16-40); y que aún porque entre los gritos acusantes que esos judíos dijeron ante las autoridades de Tesalónica, fueron: “y todos estos contravienen los decretos del Cesar, diciendo que hay otro rey, Jesús” (Hch. 17:6-7; Lc. 23:2; y Jn. 19:12).

2. Entre todo ello habiendo ya los judíos y gentiles creyentes recibido la palabra con gozo en el Espíritu Santo, vinieron a ser imitadores de Pablo, de Silvano y del Señor.

3. De tal manera que los de la iglesia de Tesalónica vinieron a ser ejemplo a todos los de Macedonia y Acaya que creyeron; y aún por ellos, ya no sólo en esas regiones se efectuó la divulgación de la palabra sino que su fe en Dios la extendieron a otros lugares; que por tanto Pablo, Silvano y Timoteo no tenían necesidad de decir nada, pues de los creyentes de Tesalónica se comentaba como los recibieron y se convirtieron de los ídolos al Dios vivo y verdadero para servirle; y en consecuencia esperar de los cielos a su Hijo, al cual resucitó de los muertos, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera (1 Ts. 1:7-10).