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General: DIFERENCIA DE ADORACION VERDADERA A CRISTO Y A SATANAS .
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Respuesta  Mensaje 1 de 67 en el tema 
De: Damarit Espinoza  (Mensaje original) Enviado: 23/04/2022 15:37

CRISTO REGRESA PRESTO YA PREPARAOS ! Día de Jehová. Hebreos 4:13
Y no hay cosa creada oculta a su vista, sino que todas las cosas están al descubierto y desnudas ante los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.

(heb. y^m Yahweh; gr. h'méra tóu Kuríou).
En forma consecuente, tanto el AT como el NT usan esta y otrasexpresiones similares para indicar el tiempo cuando Dios interviene en los
asuntos humanos para ejecutar juicios o castigos sobre los que hacen
maldad y liberar a su pueblo de las manos de sus opresores. El día de la
visitación divina sobre el Egipto antiguo (Jer. 46:10) y sobre Babilonia papado aliados e hijas (ls.
13:6, 9) se identifica con "el día de Jehová" sobre las naciones, pero
también es el día cuando Dios promete restaurar a Israel (Is. 14:1, 2; Jer.
46:27, 28). "El día de Jehová" también sería un día de juicio sobre su
propio pueblo por causa de sus malos caminos (Jl. 1:15; 2:1), refiriéndose
en particular a la cautividad babilónica (Sof. 1:7, 14, 18; 2:2). La expresión
también llegó a usarse para el gran día final cuando Dios domine a las
naciones rebeldes de la tierra y establezca a su propio pueblo en su
dominio legítimo (ls. 2:2, 12; 34:8; Jl. 3:14; Abd. 15, 17; Zac. 14:1; Mal. 4:5).
Como día de juicio sobre los que hacen maldad se lo llama "día de
tinieblas las plagas sobre el papado y aliados " (Jl. 2:1, 2; Am. 5:18-20), oscuro por causa de la ira divina plagas castigo (Ez.
7:19).
Los escritores del NT también pintan el día de Jehová como un "día de ira"
(Ro. 2:5, 6) y el "día del juicio" (Mt. 10:15; 2 P. 3:7). Se refieren a él como "el
día del Señor Jesús" (2 Co. 1:14), "el día de Jesucristo" (Fil. 1:6) o
sencillamente como "el día de Cristo" (v 10). En vista de que la historia de
la tierra llegará a su fin en ese tiempo -sería el último de este mundo
actual-, se lo llama "el gran día" (Jud. 6), "aquel día" (Mt. 7:22; 1 Ts. 5:4) o
sencillamente "el día" (1 Co. 3:13). "El día de Jehová" es principalmente el
momento cuando aparecerá Jesucristo para llamar a los justos de sus
tumbas primera redirección justos  (Jn. 6:39), para purificar la tierra con fuego Apoc 19:20 (2 P. 3:7-12) y para
establecer su reino eterno de justicia (Mt. 25:31, 34; cf 2 P. 3:13, 14). Véase
Día del Señor.
Día de reposo.
Véase Sábado séptimo día Apoc 7:2 14:7cap14:12Genesis 1:1,2Genesis2:1,4Exodo20:8,11Exodo 31:12,18 .
Día del juicio.
En la Biblia se presenta frecuentemente el concepto de que Dios entra en
juicio con los habitantes de la tierra. Enoc, "séptimo desde Adán", presentó
al Señor viniendo para ejecutar juicio sobre todos (Jud. 14, 15). Isaías
describió a Dios al venir con fuego para hacer juicio (Is. 66:15, 16), y el
profeta Jeremías describe el momento majestuoso en que "Jehová rugirá
desde lo alto" y "tiene juicio contra las naciones" (Jer, 25:30, 31). Daniel
previó el tiempo cuando "el Juez se sentó, y los libros fueron abiertos" (Dn.
7:10), y en lenguaje místico Joel profetizó que Dios se sentará "para juzgar
a todas las naciones de alrededor" (Jl. 3:12; cf vs 13-16).
Con frecuencia Jesús se refirió al juicio final. Declaró que las antiguas
Sodoma y Gomorra serían tratadas con más lenidad en el juicio porrechazar la luz que tuvieron, que las ciudades de sus días que lo habían
despreciado (Mt. 10:11, 14, 15); y que las ciudades paganas de Tiro y Sidón
recibirían una condenación menor que Corazín, Betsaida y Capernaum,
que lo rechazaron (Lc. 10:13-15). Afirmó que los hombres darán cuenta de
"toda palabra ociosa" en el juicio (Mt. 12:36; cf 16:27; 24:30, 31; 25:31-46;
Mr. 8:38; Lc. 9:26; etc.).
Pablo declaró que Dios ha designado un día en que juzgará al mundo
(Hch. 17:31). Predicó del juicio venidero a Félix con tanta convicción que el
procurador romano tembló (24:25). Mostró que la convicción de un juicio
futuro se encuentra implantada en la conciencia humana (Ro. 1:32; 2:14-
16), y que para los malos la perspectiva de un juicio futuro es temible (He.
10: 26, 27). Pedro notó que tanto los ángeles malos como los impíos
están reservados para el juicio (2 P. 2:4, 9; 3:7; cf Jud. 6). Los santos han
de participar en el juicio de ellos (1 Co. 6:2, 3).
Ninguno puede escapar del juicio, porque todos deben comparecer ante "el
tribunal de Cristo"; y las decisiones del juicio estarán basadas en lo que
"cada uno... haya hecho mientras estaba en el cuerpo" (2 Co. 5:10; cf Mt.
7:16-20; Ap. 20:13). La norma del juicio es la "ley de la libertad" (Stg. 2:12;
cf vs 8-11). El juicio de Dios será justo (Ro. 2:5; 2 Te. 1:5; cf Gn. 18: 25; Sal.
19:9), decisivo y de consecuencias eternas (He. 6:2; 9:27). En el juicio la
vida entera estará abierta ante Dios (Ec. 12:13, 14; cf Lc. 12:2). Para un
estudio de los diversos aspectos del juicio véase CBA 4:854-857; 7:842,
862, 863, 876.
Día del Señor
(gr. kuriaké h'méra, "día señorial" o "día del Señor").
Con este nombre identifica Juan en Ap. 1:10 el día cuando estaba "en el
Espíritu", es decir, cuando vio la visión registrada en el cp 1. Esta
expresión, que aparece sólo en este lugar de las Escrituras, ha sido
interpretado de varias maneras:
1. El gran día del juicio final.
En el AT (véase Jl. 2:11, 31; Sof. 1:14; Mal. 4:5) y en el NT (1 Ts. 5:2, 2 P.
3:10) "el día de Jehová" se refiere al tiempo cuando Dios destruirá el
pecado y a los pecadores, y liberará a su pueblo. Los abogados de este
punto de vista señalan que el Apocalipsis centra su atención en el 
 gran
día final de Jehová, y en los eventos que lo anteceden. Traducen la frase
gr. en t'´ kuriak'´ h'méra, "en el día del Señor", por "con respecto al día de
Jehová". Sin embargo, la frase griega traducida como "el día de Jehova"
siempre es t' h'méra (tóu) Kuríou (1 Co. 5:5; 2 Co. 1:14; 1 Ts. 5:2; 2 P. 3:10).
Si hubiera sido la intención de Juan señalar que sus visiones tenían quever con acontecimientos relacionados con el gran "día de Jehová", se
podría esperar con cierto fundamento que usara la fraseología corriente de
los escritores bíblicos para ese suceso. Sin embargo, en Ap. 1:1 ya había
anunciado que el panorama de las visiones que había recibido abarcaba
las "cosas que deben suceder pronto". En el v 9 se identifica, da el lugar
donde recibió las visiones y explica por qué estaba allí. Por lógica, se
podría esperar que en el v 10 se dieran más informaciones relacionadas
con la recepción de la visión y no con su contenido. La evidencia textual,
junto con la analogía de la Escritura, parece así eliminar la posibilidad de
aplicar kuriak' h'méra al gran día de Jehová,* al fin de la era evangélica
2. Un aniversario imperial.
Inscripciones y restos de vasijas romanas con grabados de los tiempos
del NT muestran que el adjetivo kuriakós se aplicaba al "tesoro imperial" y
al "servicio imperial", que pertenecían al emperador como "señor" del
imperio. Generalmente se llamaba kúros, "señor", al emperador. En
consecuencia, su tesoro y su servicio eran el "tesoro del señor" y el
"servicio del señor". Por tanto, algunos sugieren que kuriak' h'méra indica
un día imperial, tal vez el del nacimiento del emperador o el aniversario de
su coronación. Sin embargo, no se ha encontrado hasta ahora ningún
ejemplo de su uso para tal expresión. Además, los judíos del s I d.C. y los
cristianos, por lo menos en el s II d.C., rehusaron llamar kúrios al César.
Por ello parecería poco probable que Juan se hubiera referido a un día
imperial como "el día del Señor", especialmente en una época cuando él y
sus hermanos cristianos estaban sufriendo amarga persecución por
rehusarse a adorar al emperador como "señor".
Bib.: FJ-GJ vii. 10. 1; El martirio de Policarpo 8.
3. El Domingo.
Según esta postura, kuriak' h'méra es una designación cristiana para el
1er día de la semana. Sin embargo, no hay evidencia alguna de que los
cristianos de tiempos del NT usaran una sola vez la frase griega para
identificar al domingo, aunque el término kuriak'´ sin h'méra se empleó
algunas veces para designar al domingo en la literatura cristiana posterior.
Los eruditos cristianos conservadores están de acuerdo en que Juan, autor
del Apocalipsis, también escribió el 4o Evangelio más o menos en la
misma época. Sin embargo, en Jn. 20:1 designa al domingo como "el
primer día de la semana", el título corriente que usan todos los otros
escritores del NT. La analogía de la Escritura también está en contra de la
interpretación de kuriak' h'méra como el 1er día de la semana. Un examen
del contexto, hecho sin prejuicios, de los pasajes del NT citados para
apoyar esta interpretación no bíblica nuestra que los textos nada dicen
sobre el tema de un cambio de día de reposo.4. El sábado.
En Mr, 2:27, 28 nuestro Señor declaró específicamente que él era el "Señor"
del sábado (7o día de la semana). En el 4o mandamiento (Ex. 20:8-11)
Dios especificó el 7o día de la semana como suyo en un sentido especial:
"El séptimo día es reposo [sábado] para Jehová tu Dios" (v 10), y en Is.
58:13 y 14 categóricamente lo llama "mi día santo". La conclusión más
lógica es que con la expresión "día del Señor" Juan estaba identificando al
sábado, 7o día de la semana, como el día en que se le dio la visión
descripta en Ap. 1.Diez Mandamientos.
 La ley, registrada en Ex. 20:2-17 y también llamada Decálogo, que resume
lo que Dios demanda de los hombres y define su deber para con sus
semejantes (cf Mt. 22:34-40). Los principios enunciados por los Diez
Mandamientos son eternos, porque se basan en el carácter de Dios, pero
la forma de estos principios dados en el Sinaí estaba adaptada a la
comprensión e instrucción de los hombres en su estado de
pecaminosidad y natural inconformidad a la voluntad divina. Los 10
mandatos del Decálogo tienen la singular distinción de ser las únicas
palabras que en forma audible Dios dirigió a toda la congregación de Israel
(Ex. 20:1, 18, 19; Dt. 4:10-13; 5:22). Todas las demás leyes y reglas queDios ordenó fueron comunicadas mediante Moisés como intermediario (Ex.
20:19- 22; Dt. 4:14; 6:1). Después de la entrega oral de la ley, Dios escribió
estos 10 mandatos sobre 2 tablas de piedra que dio a Moisés para
conservarlas en el arca (Ex. 31:18; 32:19; 34:1-4; Dt. 5:22; 10:1-5). El
informe mosaico original de la ley, como fue proclamado por Dios y más
tarde grabado sobre tablas de piedra, presenta el Decálogo con las
palabras de Ex. 20:1-17. Más tarde, Moisés repitió la ley en forma oral con
ligeras variantes en las palabras (Dt. 5:6-21). La única diferencia
significativa en esta repetición de la ley es la razón específica para la
observancia del sábado: la liberación de la esclavitud egipcia, en lugar de
la creación del mundo en 6 días, como estaba en la forma original. Las
muchas reglas civiles puestas en vigencia en el monte Sinaí eran una
aplicación de los principios de la 2a tabla del Decálogo para la sociedad y
para las necesidades del pueblo judío. La ley ceremonial, que presenta un
sistema de adoración ordenado divinamente y apropiado para el período
de la historia de la tierra en que fue dada la ley, era una extensión y un
desarrollo de los principios enunciados en el Decálogo, en particular con
respecto a la relación del hombre para con Dios.
En tiempos de Cristo, los judíos habían ordenado y numerado los 10
mandatos del Decálogo como los tienen la mayoría de los protestantes en
la actualidad. La disposición y enumeración que sigue la Iglesia Católica
Romana, dividiendo el 10º (sobre la codicia), es la que adoptó San Agustín,
que prefirió, de los 2 métodos que había en su tiempo, el que combina el 1º
y el 2º mandamientos y divide el 10º. De este modo, él asignó 3
mandamientos a la 1a tabla del Decálogo, y 7 a la 2a. Una de sus razones
para adoptar esta disposición fue la de incluir los números simbólicos 3, 7
y 10 en el Decálogo.
El 1er mandamiento ordena el monoteísmo, o la adoración exclusiva al
único y verdadero Dios, Yahweh,* en contraste con el politeísmo, o la
adoración a muchos dioses. El 2º prohibe la idolatría de todo tipo; es decir,
el intento de adorar al Dios invisible mediante formas visibles (cf Os. 8:6;
Col. 1:15- 17). El 3º prohibe toda irreverencia, en especial la mención
innecesaria del nombre de Dios en la conversación ordinaria, el perjurio
acompañado por una invocación del nombre divino. El 4º ordena la
observancia del sábado e identifica al verdadero Dios como el Creador del
cielo y de la tierra. Si al guardar el sábado los hombres debían recordarlo
como tal, habrían quedado protegidos contra toda falsa adoración. El 5°
ordena el respeto y la sumisión a los padres, a quienes Dios ha designado
como agentes para la transmisión de su voluntad revelada a las
generaciones sucesivas (véase Dt. 4:9; 6:7). El 6º protege la vida como
algo sagrado. El 7º ordena la pureza y así salvaguarda la relación
matrimonial para que el hogar pueda cumplir sus objetivos divinamente
señalados. El 8º protege la propiedad. El 9° salvaguarda la verdad y
previene contra el perjurio. El 10º ataca la raíz de todas las relaciones
humanas al disponer que el hombre no codicie lo que pertenece aotro, y mucho menos, privarlo de ello por la fuerza.
Una hoja fragmentaria de papiro, el famoso Papiro Nash, contiene el
Decálogo en la forma presentada en Dt. 5 junto con la "Shemá", una cita de
Dt. 6:4 y 5. Este famoso documento hebreo, proveniente del s I a.C., está
ahora en Cambridge, Inglaterra. Hasta el descubrimiento de los Rollos del
Mar Muerto era el documento más antiguo en hebreo que contenía una
porción de la Biblia (fig 165).
Bib.: FJ-AJ iii.5.5.
165. Los Diez Mandamientos en el Papiro Nash (c 100 a.C.).





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Respuesta  Mensaje 23 de 67 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 25/04/2022 01:04

El Espíritu Santo dado para enseñarnos.

Cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad. Juan 16:13. 

Antes de ofrecerse como víctima para el sacrificio, Cristo buscó el don más esencial y completo que pudiese otorgar a sus seguidores, un don que pusiese a su alcance los ilimitados recursos de la gracia. “Yo rogaré al Padre—dijo—, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: Al Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce: mas vosotros le conocéis; porque está con vosotros, y será en vosotros. No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros”. Juan 14:16-18. 

Antes de esto, el Espíritu había estado en el mundo; desde el mismo principio de la obra de redención había estado moviendo los corazones humanos. Pero mientras Cristo estaba en la tierra, los discípulos no habían deseado otro ayudador. Y antes de verse privados de su presencia no sentirían su necesidad del Espíritu, pero entonces vendría.

El Espíritu Santo es el representante de Cristo, pero despojado de la personalidad humana e independiente de ella. Estorbado por la humanidad, Cristo no podía estar en todo lugar personalmente. Por lo tanto, convenía a sus discípulos que fuese al Padre y enviase al Espíritu como su sucesor en la tierra. Nadie podría entonces tener ventaja por su situación o su contacto personal con Cristo. Por el Espíritu, el Salvador sería accesible a todos. En este sentido, estaría más cerca de ellos que si no hubiese ascendido a lo alto... 

En toda ocasión y lugar, en todas las tristezas y aflicciones, cuando la perspectiva parece sombría y el futuro nos deja perplejos y nos sentimos impotentes y solos, se envía el Consolador en respuesta a la oración de fe. Las circunstancias pueden separarnos de todo amigo terrenal, pero ninguna circunstancia ni distancia puede separarnos del Consolador celestial. Dondequiera que estemos, dondequiera que vayamos, está siempre a nuestra diestra para apoyarnos, sostenernos y animarnos... 

El Consolador es llamado el “Espíritu de verdad”. Su obra consiste en definir y mantener la verdad. Primero mora en el corazón como el Espíritu de verdad, y así llega a ser el Consolador. Hay consuelo y paz en la verdad, pero no se puede hallar verdadera paz ni consuelo en la mentira. Por medio de falsas teorías y tradiciones es como Satanás obtiene su poder sobre la mente. Induciendo a los hombres a adoptar normas falsas, tuerce el carácter. Por medio de las Escrituras, el Espíritu Santo habla a la mente y graba la verdad en el corazón. Así expone el error, y lo expulsa del alma. Por el Espíritu de verdad, obrando por la Palabra de Dios, es como Cristo subyuga a sí mismo a sus escogidos.



Respuesta  Mensaje 24 de 67 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 25/04/2022 16:11

EL REMANENTE DE CRISTO ADORA VENERA A SU CREADOR Y SALVADOR QUE VIENE PRONTO CRISTO JESUS .

La creación

Este capítulo está basado en Génesis 1 y Génesis 2.

“Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, y todo el ejército de ellos por el espíritu de su boca.... Porque él dijo, y fué hecho; él mandó, y existió.” “El fundó la tierra sobre sus basas; no será jamás removida.” Salmos 33:6, 9; 104:5. PP54 24.1

Cuando salió de las manos del Creador, la tierra era sumamente hermosa. La superficie presentaba un aspecto multiforme, con montañas, colinas y llanuras, entrelazadas con magníficos ríos y bellos lagos. Pero las colinas y las montañas no eran abruptas y escarpadas, ni abundaban en ellas declives aterradores, ni abismos espeluznantes como ocurre ahora; las agudas y ásperas cúspides de la rocosa armazón de la tierra estaban sepultadas bajo un suelo fértil, que producía por doquiera una frondosa vegetación verde. No había repugnantes pantanos ni desiertos estériles. Agraciados arbustos y delicadas flores saludaban la vista por dondequiera. Las alturas estaban coronadas con árboles aun más imponentes que los que existen ahora. El aire, limpio de impuros miasmas, era claro y saludable. El paisaje sobrepujaba en hermosura los adornados jardines del más suntuoso palacio de la actualidad. La hueste angélica presenció la escena con deleite, y se regocijó en las maravillosas obras de Dios. PP54 24.2

Una vez creada la tierra con su abundante vida vegetal y animal, fué introducido en el escenario el hombre, corona de la creación para quien la hermosa tierra había sido aparejada. A él se le dió dominio sobre todo lo que sus ojos pudiesen mirar; pues, “dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree ... en toda la tierra. Y crió Dios al hombre a su imagen,... varón y hembra los crió.” Génesis 1:26, 27. PP54 24.3

Aquí se expone con claridad el origen de la raza humana; y el relato divino está tan claramente narrado que no da lugar a conclusiones erróneas. Dios creó al hombre conforme a su propia imagen. No hay en esto misterio. No existe fundamento alguno para la suposición de que el hombre llegó a existir mediante un lento proceso evolutivo de las formas bajas de la vida animal o vegetal. Tales enseñanzas rebajan la obra sublime del Creador al nivel de las mezquinas y terrenales concepciones humanas. Los hombres están tan resueltos a excluir a Dios de la soberanía del universo que rebajan al hombre y le privan de la dignidad de su origen. El que colocó los mundos estrellados en la altura y coloreó con delicada maestría las flores del campo, el que llenó la tierra y los cielos con las maravillas de su potencia, cuando quiso coronar su gloriosa obra, colocando a alguien para regir la hermosa tierra, supo crear un ser digno de las manos que le dieron vida. La genealogía de nuestro linaje, como ha sido revelada, no hace remontar su origen a una serie de gérmenes, moluscos o cuadrúpedos, sino al gran Creador. Aunque Adán fué formado del polvo, era el “hijo de Dios.” Lucas 3:38 (VM). PP54 25.1

Adán fué colocado como representante de Dios sobre los órdenes de los seres inferiores. Estos no pueden comprender ni reconocer la soberanía de Dios; sin embargo, fueron creados con capacidad de amar y de servir al hombre. El salmista dice: “Hicístelo enseñorear de las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies: ... asimismo las bestias del campo; las aves de los cielos, ... todo cuanto pasa por los senderos de la mar.” Salmos 8:6-8. 





Respuesta  Mensaje 25 de 67 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 25/04/2022 16:22


El hombre había de llevar la imagen de Dios, tanto en la semejanza exterior, como en el carácter. Sólo Cristo es “la misma imagen” del Padre (Hebreos 1:3); pero el hombre fué creado a semejanza de Dios. Su naturaleza estaba en armonía con la voluntad de Dios. Su mente era capaz de comprender las cosas divinas. Sus afectos eran puros, sus apetitos y pasiones estaban bajo el dominio de la razón. Era santo y se sentía feliz de llevar la imagen de Dios y de mantenerse en perfecta obediencia a la voluntad del Padre. PP54 25.3

Cuando el hombre salió de las manos de su Creador, era de elevada estatura y perfecta simetría. Su semblante llevaba el tinte rosado de la salud y brillaba con la luz y el regocijo de la vida. La estatura de Adán era mucho mayor que la de los hombres que habitan la tierra en la actualidad. Eva era algo más baja de estatura que Adán; no obstante, su forma era noble y plena de belleza. La inmaculada pareja no llevaba vestiduras artificiales. Estaban rodeados de una envoltura de luz y gloria, como la que rodea a los ángeles. Mientras vivieron obedeciendo a Dios, este atavío de luz continuó revistiéndolos. PP54 26.1

Después de la creación de Adán, toda criatura viviente fué traída ante su presencia para recibir un nombre; vió que a cada uno se le había dado una compañera, pero entre todos ellos no había “ayuda idónea para él.” Entre todas las criaturas que Dios había creado en la tierra, no había ninguna igual al hombre. “Y dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo, haréle ayuda idónea para él.” Génesis 2:18. El hombre no fué creado para que viviese en la soledad; había de tener una naturaleza sociable. Sin compañía, las bellas escenas y las encantadoras ocupaciones del Edén no hubiesen podido proporcionarle perfecta felicidad. Aun la comunión con los ángeles no hubiese podido satisfacer su deseo de simpatía y compañía. No existía nadie de la misma naturaleza y forma a quien amar y de quien ser amado. PP54 26.2

Dios mismo dió a Adán una compañera. Le proveyó de una “ayuda idónea para él,” alguien que realmente le correspondía, una persona digna y apropiada para ser su compañera y que podría ser una sola cosa con él en amor y simpatía. Eva fué creada de una costilla tomada del costado de Adán; este hecho significa que ella no debía dominarle como cabeza, ni tampoco debía ser humillada y hollada bajo sus plantas como un ser inferior, sino que más bien debía estar a su lado como su igual, para ser amada y protegida por él. Siendo parte del hombre, hueso de sus huesos y carne de su carne, era ella su segundo yo; y quedaba en evidencia la unión íntima y afectuosa que debía existir en esta relación. “Porque ninguno aborreció jamás a su propia carne, antes la sustenta y regala.” “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y allegarse ha a su mujer, y serán una sola carne.” Efesios 5:29Génesis 2:24. PP54 26.3

Dios celebró la primera boda. De manera que la institución del matrimonio tiene como su autor al Creador del universo. “Honroso es en todos el matrimonio.” Hebreos 13:4. Fué una de las primeras dádivas de Dios al hombre, y es una de las dos instituciones que, después de la caída, llevó Adán consigo al salir del paraíso. Cuando se reconocen y obedecen los principios divinos en esta materia, el matrimonio es una bendición: salvaguarda la felicidad y la pureza de la raza, satisface ias necesidades sociales del hombre y eleva su naturaleza física, intelectual y moral. PP54 27.1

“Y había Jehová Dios plantado un huerto en Edén al oriente, y puso allí al hombre que había formado.” Génesis 2:8. Todo lo que hizo Dios tenía la perfección de la belleza, y nada que contribuyese a la felicidad de la santa pareja parecía faltar; sin embargo, el Creador les dió todavía otra prueba de su amor, preparándoles especialmente un huerto para que fuese su morada. En este huerto había árboles de toda variedad, muchos de ellos cargados de fragantes y deliciosas frutas. Había hermosas plantas trepadoras, como vides, que presentaban un aspecto agradable y hermoso, con sus ramas inclinadas bajo el peso de tentadora fruta de los más ricos y variados matices. El trabajo de Adán y Eva debía consistir en formar cenadores o albergues con las ramas de las vides, haciendo así su propia morada con árboles vivos cubiertos de follaje y frutos. Había en profusión y prodigalidad fragantes flores de todo matiz. En medio del huerto estaba el árbol de la vida que aventajaba en gloria y esplendor a todos los demás árboles. Sus frutos parecían manzanas de oro y plata, y tenían el poder de perpetuar la vida. PP54 27.2

La creación estaba ahora completa. “Y fueron acabados los cielos y la tierra, y todo su ornamento.” “Y vió Dios todo lo que había hecho, y he aquí que era bueno en gran manera.” Génesis 2:1; 1:31. El Edén florecía en la tierra. Adán y Eva tenían libre acceso al árbol de la vida. Ninguna mácula de pecado o sombra de muerte desfiguraba la hermosa creación. “Las estrellas todas del alba alababan, y se regocijaban todos los hijos de Dios.” Job 38:7. PP54 28.1

El gran Jehová había puesto los fundamentos de la tierra; había vestido a todo el mundo con un manto de belleza, y había colmado el mundo de cosas útiles para el hombre; había creado todas las maravillas de la tierra y del mar. La gran obra de la creación fué realizada en seis días. “Y acabó Dios en el día séptimo su obra que hizo, y reposó el día séptimo de toda su obra que había hecho. Y bendijo Dios al día séptimo, y santificólo, porque en él reposó de toda su obra que había Dios creado y hecho.” Génesis 2:2, 3. Dios miró con satisfacción la obra de sus manos. Todo era perfecto, digno de su divino Autor; y él descansó, no como quien estuviera fatigado, sino satisfecho con los frutos de su sabiduría y bondad y con las manifestaciones de su gloria. PP54 28.2




Respuesta  Mensaje 26 de 67 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 25/04/2022 17:04



Después de descansar el séptimo día, Dios lo santificó; es decir, lo escogió y apartó como día de descanso para el hombre. Siguiendo el ejemplo del Creador, el hombre había de reposar durante este sagrado día, para que, mientras contemplara los cielos y la tierra, pudiese reflexionar sobre la grandiosa obra de la creación de Dios; y para que, mientras mirara las evidencias de la sabiduría y bondad de Dios, su corazón se llenase de amor y reverencia hacia su Creador. PP54 28.3

Al bendecir el séptimo día en el Edén, Dios estableció un recordativo de su obra creadora. El sábado fué confiado y entregado a Adán, padre y representante de toda la familia humana. Su observancia había de ser un acto de agradecido reconocimiento de parte de todos los que habitasen la tierra, de que Dios era su Creador y su legítimo soberano, de que ellos eran la obra de sus manos y los súbditos de su autoridad. De esa manera la institución del sábado era enteramente conmemorativa, y fué dada para toda la humanidad. No había nada en ella que fuese obscuro o que limitase su observancia a un solo pueblo. PP54 28.4

Dios vió que el sábado era esencial para el hombre, aun en el paraíso. Necesitaba dejar a un lado sus propios intereses y actividades durante un día de cada siete para poder contemplar más de lleno las obras de Dios y meditar en su poder y bondad. Necesitaba el sábado para que le recordase más vivamente la existencia de Dios, y para que despertase su gratitud hacia él, pues todo lo que disfrutaba y poseía procedía de la mano benéfica del Creador. PP54 29.1

Dios quiere que el sábado dirija la mente de los hombres hacia la contemplación de las obras que él creó. La naturaleza habla a sus sentidos, declarándoles que hay un Dios viviente, Creador y supremo Soberano del universo. “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y la expansión denuncia la obra de sus manos. El un día emite palabra al otro día, y la una noche a la otra noche declara sabiduría.” Salmos 19:1, 2. La belleza que cubre la tierra es una demostración del amor de Dios. La podemos contemplar en las colinas eternas, en los corpulentos árboles, en los capullos que se abren y en las delicadas flores. Todas estas cosas nos hablan de Dios. El sábado, señalando siempre hacia el que lo creó todo, manda a los hombres que abran el gran libro de la naturaleza y escudriñen allí la sabiduría, el poder y el amor del Creador. PP54 29.2

Nuestros primeros padres, a pesar de que fueron creados inocentes y santos, no fueron colocados fuera del alcance del pecado. Dios los hizo entes morales libres, capaces de apreciar y comprender la sabiduría y benevolencia de su carácter y la justicia de sus exigencias, y les dejó plena libertad para prestarle o negarle obediencia. Debían gozar de la comunión de Dios y de los santos ángeles; pero antes de darles seguridad eterna, era menester que su lealtad se pusiese a prueba. En el mismo principio de la existencia del hombre se le puso freno al egoísmo, la pasión fatal que motivó la caída de Satanás. El árbol del conocimiento, que estaba cerca del árbol de la vida, en el centro del huerto, había de probar la obediencia, la fe y el amor de nuestros primeros padres. Aunque se les permitía comer libremente del fruto de todo otro árbol del huerto, se les prohibía comer de éste, so pena de muerte. También iban a estar expuestos a las tentaciones de Satanás; pero si soportaban con éxito la prueba, serían colocados finalmente fuera del alcance de su poder, para gozar del perpetuo favor de Dios. PP54 29.3

Dios puso al hombre bajo una ley, como condición indispensable para su propia existencia. Era súbdito del gobierno divino, y no puede existir gobierno sin ley. Dios pudo haber creado al hombre incapaz de violar su ley; pudo haber detenido la mano de Adán para que no tocara el fruto prohibido, pero en ese caso el hombre hubiese sido, no un ente moral libre, sino un mero autómata. Sin libre albedrío, su obediencia no habría sido voluntaria, sino forzada. No habría sido posible el desarrollo de su carácter. Semejante procedimiento habría sido contrario al plan que Dios seguía en su relación con los habitantes de los otros mundos. Hubiese sido indigno del hombre como ser inteligente, y hubiese dado base a las acusaciones de Satanás, de que el gobierno de Dios era arbitrario. PP54 30.1

Dios hizo al hombre recto; le dió nobles rasgos de carácter, sin inclinación hacia lo malo. Le dotó de elevadas cualidades intelectuales, y le presentó los más fuertes atractivos posibles para inducirle a ser constante en su lealtad. La obediencia, perfecta y perpetua, era la condición para la felicidad eterna. Cumpliendo esta condición, tendría acceso al árbol de la vida. PP54 30.2

El hogar de nuestros primeros padres había de ser un modelo para cuando sus hijos saliesen a ocupar la tierra. Ese hogar, embellecido por la misma mano de Dios, no era un suntuoso palacio. Los hombres, en su orgullo, se deleitan en tener magníficos y costosos edificios y se enorgullecen de las obras de sus propias manos; pero Dios puso a Adán en un huerto. Esta fué su morada. Los azulados cielos le servían de techo; la tierra, con sus delicadas flores y su alfombra de animado verdor, era su piso; y las ramas frondosas de los hermosos árboles le servían de dosel. Sus paredes estaban engalanadas con los adornos más esplendorosos, que eran obra de la mano del sumo Artista



Respuesta  Mensaje 27 de 67 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 25/04/2022 17:40

Después de descansar el séptimo día, Dios lo santificó; es decir, lo escogió y apartó como día de descanso para el hombre. Siguiendo el ejemplo del Creador, el hombre había de reposar durante este sagrado día, para que, mientras contemplara los cielos y la tierra, pudiese reflexionar sobre la grandiosa obra de la creación de Dios; y para que, mientras mirara las evidencias de la sabiduría y bondad de Dios, su corazón se llenase de amor y reverencia hacia su Creador. PP54 28.3

Al bendecir el séptimo día en el Edén, Dios estableció un recordativo de su obra creadora. El sábado fué confiado y entregado a Adán, padre y representante de toda la familia humana. Su observancia había de ser un acto de agradecido reconocimiento de parte de todos los que habitasen la tierra, de que Dios era su Creador y su legítimo soberano, de que ellos eran la obra de sus manos y los súbditos de su autoridad. De esa manera la institución del sábado era enteramente conmemorativa, y fué dada para toda la humanidad. No había nada en ella que fuese obscuro o que limitase su observancia a un solo pueblo. PP54 28.4

Dios vió que el sábado era esencial para el hombre, aun en el paraíso. Necesitaba dejar a un lado sus propios intereses y actividades durante un día de cada siete para poder contemplar más de lleno las obras de Dios y meditar en su poder y bondad. Necesitaba el sábado para que le recordase más vivamente la existencia de Dios, y para que despertase su gratitud hacia él, pues todo lo que disfrutaba y poseía procedía de la mano benéfica del Creador. PP54 29.1

Dios quiere que el sábado dirija la mente de los hombres hacia la contemplación de las obras que él creó. La naturaleza habla a sus sentidos, declarándoles que hay un Dios viviente, Creador y supremo Soberano del universo. “Los cielos cuentan la gloria de Dios, y la expansión denuncia la obra de sus manos. El un día emite palabra al otro día, y la una noche a la otra noche declara sabiduría.” Salmos 19:1, 2. La belleza que cubre la tierra es una demostración del amor de Dios. La podemos contemplar en las colinas eternas, en los corpulentos árboles, en los capullos que se abren y en las delicadas flores. Todas estas cosas nos hablan de Dios. El sábado, señalando siempre hacia el que lo creó todo, manda a los hombres que abran el gran libro de la naturaleza y escudriñen allí la sabiduría, el poder y el amor del Creador. PP54 29.2

Nuestros primeros padres, a pesar de que fueron creados inocentes y santos, no fueron colocados fuera del alcance del pecado. Dios los hizo entes morales libres, capaces de apreciar y comprender la sabiduría y benevolencia de su carácter y la justicia de sus exigencias, y les dejó plena libertad para prestarle o negarle obediencia. Debían gozar de la comunión de Dios y de los santos ángeles; pero antes de darles seguridad eterna, era menester que su lealtad se pusiese a prueba. En el mismo principio de la existencia del hombre se le puso freno al egoísmo, la pasión fatal que motivó la caída de Satanás. El árbol del conocimiento, que estaba cerca del árbol de la vida, en el centro del huerto, había de probar la obediencia, la fe y el amor de nuestros primeros padres. Aunque se les permitía comer libremente del fruto de todo otro árbol del huerto, se les prohibía comer de éste, so pena de muerte. También iban a estar expuestos a las tentaciones de Satanás; pero si soportaban con éxito la prueba, serían colocados finalmente fuera del alcance de su poder, para gozar del perpetuo favor de Dios. PP54 29.3

Dios puso al hombre bajo una ley, como condición indispensable para su propia existencia. Era súbdito del gobierno divino, y no puede existir gobierno sin ley. Dios pudo haber creado al hombre incapaz de violar su ley; pudo haber detenido la mano de Adán para que no tocara el fruto prohibido, pero en ese caso el hombre hubiese sido, no un ente moral libre, sino un mero autómata. Sin libre albedrío, su obediencia no habría sido voluntaria, sino forzada. No habría sido posible el desarrollo de su carácter. Semejante procedimiento habría sido contrario al plan que Dios seguía en su relación con los habitantes de los otros mundos. Hubiese sido indigno del hombre como ser inteligente, y hubiese dado base a las acusaciones de Satanás, de que el gobierno de Dios era arbitrario. PP54 30.1

Dios hizo al hombre recto; le dió nobles rasgos de carácter, sin inclinación hacia lo malo. Le dotó de elevadas cualidades intelectuales, y le presentó los más fuertes atractivos posibles para inducirle a ser constante en su lealtad. La obediencia, perfecta y perpetua, era la condición para la felicidad eterna. Cumpliendo esta condición, tendría acceso al árbol de la vida. PP54 30.2

El hogar de nuestros primeros padres había de ser un modelo para cuando sus hijos saliesen a ocupar la tierra. Ese hogar, embellecido por la misma mano de Dios, no era un suntuoso palacio. Los hombres, en su orgullo, se deleitan en tener magníficos y costosos edificios y se enorgullecen de las obras de sus propias manos; pero Dios puso a Adán en un huerto. Esta fué su morada. Los azulados cielos le servían de techo; la tierra, con sus delicadas flores y su alfombra de animado verdor, era su piso; y las ramas frondosas de los hermosos árboles le servían de dosel. Sus paredes estaban engalanadas con los adornos más esplendorosos, que eran obra de la mano del sumo Artista. 


Respuesta  Mensaje 28 de 67 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 25/04/2022 17:49


En el medio en que vivía la santa pareja, había una lección para todos los tiempos; a saber, que la verdadera felicidad se encuentra, no en dar rienda suelta al orgullo y al lujo, sino en la comunión con Dios por medio de sus obras creadas. Si los hombres pusiesen menos atención en lo superficial y cultivasen más la sencillez, cumplirían con mayor plenitud los designios que tuvo Dios al crearlos. El orgullo y la ambición jamás se satisfacen, pero aquellos que realmente son inteligentes encontrarán placer verdadero y elevado en las fuentes de gozo que Dios ha puesto al alcance de todos. PP54 31.2

A los moradores del Edén se les encomendó el cuidado del huerto, para que lo labraran y lo guardasen. Su ocupación no era cansadora, sino agradable y vigorizadora. Dios dió el trabajo como una bendición con que el hombre ocupara su mente, fortaleciera su cuerpo y desarrollara sus facultades. En la actividad mental y física, Adán encontró uno de los placeres más elevados de su santa existencia. Cuando, como resultado de su desobediencia, fué expulsado de su bello hogar, y cuando, para ganarse el pan de cada día, fué forzado a luchar con una tierra obstinada, ese mismo trabajo, aunque muy distinto de su agradable ocupación en el huerto, le sirvió de salvaguardia contra la tentación y como fuente de felicidad. PP54 31.3

Están en gran error los que consideran el trabajo como una maldición, si bien éste lleva aparejados dolor y fatiga. A menudo los ricos miran con desdén a las clases trabajadoras; pero esto está enteramente en desacuerdo con los designios de Dios al crear al hombre. ¿Qué son las riquezas del más opulento en comparación con la herencia dada al señorial Adán? Sin embargo, éste no había de estar ocioso. Nuestro Creador, que sabe lo que constituye la felicidad del hombre, señaló a Adán su trabajo. El verdadero regocijo de la vida lo encuentran sólo los hombres y las mujeres que trabajan. Los ángeles trabajan diligentemente; son ministros de Dios en favor de los hijos de los hombres. En el plan del Creador, no cabía la práctica de la indolencia que estanca al hombre. PP54 32.1

Mientras permaneciesen leales a Dios, Adán y su compañera iban a ser los señores de la tierra. Recibieron dominio ilimitado sobre toda criatura viviente. El león y la oveja triscaban pacíficamente a su alrededor o se echaban junto a sus pies. Los felices pajarillos revoloteaban alrededor de ellos sin temor alguno; y cuando sus alegres trinos ascendían alabando a su Creador, Adán y Eva se unían a ellos en acción de gracias al Padre y al Hijo. PP54 32.2

La santa pareja eran no sólo hijos bajo el cuidado paternal de Dios, sino también estudiantes que recibían instrucción del omnisciente Creador. Eran visitados por los ángeles, y se gozaban en la comunión directa con su Creador, sin ningún velo obscurecedor de por medio. Se sentían pletóricos del vigor que procedía del árbol de la vida y su poder intelectual era apenas un poco menor que el de los ángeles. Los misterios del universo visible, “las maravillas del Perfecto en sabiduría” (Job 37:16), les suministraban una fuente inagotable de instrucción y placer. Las leyes y los procesos de la naturaleza, que han sido objeto del estudio de los hombres durante seis mil años, fueron puestos al alcance de sus mentes por el infinito Forjador y Sustentador de todo. Se entretenían con las hojas, las flores y los árboles, descubriendo en cada uno de ellos los secretos de su vida. Toda criatura viviente era familiar para Adán, desde el poderoso leviatán que juega entre las aguas hasta el más diminuto insecto que flota en el rayo del sol. A cada uno le había dado nombre y conocía su naturaleza y sus costumbres. La gloria de Dios en los cielos, los innumerables mundos en sus ordenados movimientos, “las diferencias de las nubes” (Job 37:16), los misterios de la luz y del sonido, de la noche y el día, todo estaba al alcance de la comprensión de nuestros primeros padres. El nombre de Dios estaba escrito en cada hoja del bosque, y en cada piedra de la montaña, en cada brillante estrella, en la tierra, en el aire y en los cielos. El orden y la armonía de la creación les hablaba de una sabiduría y un poder infinitos. Continuamente descubrían algo nuevo que llenaba su corazón del más profundo amor, y les arrancaba nuevas expresiones de gratitud. PP54 32.3

Mientras permaneciesen fieles a la divina ley, su capacidad de saber, gozar y amar aumentaría continuamente. Constantemente obtendrían nuevos tesoros de sabiduría, descubriendo frescos manantiales de felicidad, y obteniendo un concepto cada vez más claro del inconmensurable e infalible amor de Dios. 



Respuesta  Mensaje 29 de 67 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 25/04/2022 18:02



LA FALSA ADORACION MUNDIAL Lee Mateo 4:8 y 9. ¿Cuál fue la tercera tentación de Jesús en el desierto?

Con orgullo y arrogancia, Satanás se autoproclamó gobernante legítimo del mundo, dueño de todas sus riquezas y gloria, y reclamaba el honor y el respeto de todos los que viven en él, como si él hubiera creado el mundo. ¡Qué insulto al Creador! Satanás reveló que él sabe exactamente de qué se trata la adoración: es honrar y respetar al dueño legítimo del universo.

Compara la experiencia de los tres amigos hebreos de Daniel 3 (especialmente los vers. 8-18) con el poder del tiempo del fin de Apocalipsis 13:4 y 14:9 al 11. ¿Qué está en juego en el tiempo del fin? ¿Cuál es el problema esencial en ambos relatos?

Desde Caín y Abel, pasando por los tres muchachos hebreos en Babilonia, hasta los acontecimientos finales en torno a “la marca de la bestia del papado hijas Satanás ” (Apoc. 16:2), Satanás busca establecer un sistema de adoración falso que aparte a la gente del Dios verdadero y, en forma sutil, dirigir la adoración hacia su persona. Al fin y al cabo, incluso antes de la caída, él quería ser como Dios (Isa. 14:14). No es casualidad que, así como los tres jóvenes soportaron la amenaza de muerte salvo que adorasen una “imagen”, en los últimos días los fieles de Dios enfrentarán la amenaza de muerte a menos que también adoren una “imagen”. ¿Por qué deberíamos adorar una “imagen” cualquiera cuando somos llamados a adorar al verdadero Dios?

“Importantes son las lecciones que debemos aprender de lo experimentado por los jóvenes hebreos en la llanura de Dura. […]

“El tiempo de angustia que espera al pueblo de Dios requerirá una fe inquebrantable. Sus hijos deberán dejar manifiesto que él es el único objeto de su adoración, y que por ninguna consideración, ni siquiera de la vida misma, pueden ser inducidos a hacer la menor concesión a un culto falso. Para el corazón leal, los mandamientos de hombres pecaminosos y finitos son insignificantes frente a la Palabra del Dios eterno. Obedecerán a la verdad aunque el resultado haya de ser encarcelamiento, destierro o muerte” (PR 376).



Respuesta  Mensaje 30 de 67 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 25/04/2022 18:15

¿Cuáles son las diferentes formas, incluso en la actualidad, en que podemos vernos tentados a adorar a otro que no sea el único Ser digno de nuestra adoración? La adoración falsa ¿en qué sentido podría ser una amenaza más sutil de lo que pensamos? ¿Cuáles son algunas de las cosas que quizás ahora estemos tentados a adorar?



Satanás seduce hoy día a los hombres como sedujo a Eva en el Edén, lisonjeándolos, alentando en ellos el deseo de conocimientos prohibidos y despertando en ellos la ambición de exaltarse a sí mismos. Fue alimentando esos males como cayó él mismo, y por ellos trata de acarrear la ruina de los hombres. “Y seréis como Dios —dijo él—, conocedores del bien y del mal”. Génesis 3:5 (VM). El espiritismo enseña “que el hombre es un ser susceptible de adelanto; que su destino consiste en progresar desde su nacimiento, aun hasta la eternidad, hacia la divinidad”… Un maestro espiritista dijo cuando “la conciencia espiritual” se despertó en él: “Todos mis semejantes eran semidioses no caídos”. Y otro dice: “Todo ser justo y perfecto es Cristo”.

Así, en lugar de la justicia y perfección del Dios infinito que es el verdadero objeto de la adoración; en lugar de la justicia perfecta de la ley, que es el verdadero modelo de la perfección humana, Satanás ha colocado la naturaleza pecadora del hombre sujeto al error, como único objeto de adoración, única regla del juicio o modelo del carácter (El conflicto de los siglos, p. 542).

El día señalado había llegado, y la inmensa multitud se hallaba reunida, cuando recibió el rey la noticia de que los tres hebreos a quienes había puesto sobre la provincia de Babilonia habían rehusado adorar la imagen… Lleno de ira, el monarca los llama a su presencia, y señalando el horno flamígero, les dice cuál será el castigo para ellos si rehúsan obediencia a su voluntad.

En vano fueron las amenazas del rey. No pudo desviar a estos nobles hombres de su lealtad al gran Gobernante de las naciones. Ellos habían aprendido a través de la historia de sus padres que la desobediencia a Dios es deshonor, desastre y ruina; que el temor del Señor es no solamente el comienzo de la sabiduría, sino el fundamento de toda verdadera prosperidad. Miran con calma el horno ardiente y la turba idólatra. Ellos han confiado en Dios, y él no les faltará ahora. Su respuesta es respetuosa, pero decidida: “Sepas, oh rey, que no serviremos a tus dioses, ni tampoco adoraremos la estatua que has levantado”. Daniel 3::18 (La edificación del carácter, p. 35).

El Señor presenta su supremacía. Pero Satanás bien sabe que el culto del Dios viviente eleva, ennoblece y ensalza a una nación. Él sabe que el culto a los ídolos no eleva, sino que degrada las ideas de los hombres al asociar con el culto lo que es vil y corrupto. Se empeña continuamente en apartar la mente del único Dios verdadero y viviente…

Que los hombres adoren y sirvan al Señor Dios, y solo a él. No se ensalce el orgullo egoísta ni sea servido como un dios. No se haga del dinero un dios. Si la sensualidad no es mantenida bajo el control de las facultades superiores de la mente, las bajas pasiones gobernarán al ser. Cualquier cosa que se convierta en objeto de atención y admiración indebidas, que absorba la mente, es un dios que se escoge antes que al Señor. Dios es un escudriñador del corazón. Él distingue entre el verdadero servicio del corazón y la idolatría.LA FALSA ADORACION ES ADORAR A SATANAS PAPADO CATECISMO TRAE COMO CONSECUENCIA SER DESTRUIDOS POR CRISTO Y FINALMENTE LA MUERTE ETERNA APOC 19:20 .



Respuesta  Mensaje 31 de 67 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 25/04/2022 18:30

El sábado enseñaré VERDADERA ADORACION AL CREADOR APOC 14:7,14:12 ,15:2 …

Texto clave: Apocalipsis 4:8-11.

Saber: Definir la verdadera adoración y su papel en el gran conflicto entre Dios y Satanás.

Sentir: Tener un sentido de respeto y agradecimiento por quién es Dios y por lo que ha hecho por ellos.

Hacer: Adorar a Dios con corazón y mente.

Bosquejo de la lección:

I. Saber: La verdadera adoración

A. ¿Qué se entiende por la palabra “adoración”? ¿Cuáles son las acciones que se consideran parte de la adoración?

B. ¿De qué maneras podemos distinguir la adoración verdadera de la falsa?

C. ¿Cómo podemos procurar que Dios siga siendo el centro de nuestra adoración?

D. ¿Qué papel desempeña la adoración en cada uno de los mensajes de los tres ángeles?

II. Sentir: La grandeza de Dios

A. ¿Qué aspecto del carácter de Dios es más significativo para ti? ¿Cuál es el aspecto que habla más de tu situación hoy?

B. ¿Qué sentimientos y emociones te vienen a la mente cuando contemplas lo que Dios ha hecho por ti?

III. Hacer: Responder con todo nuestro ser

A. ¿Qué diferencia hay entre adorar a Dios con el corazón y adorarlo con la mente?

B. ¿Cómo se reflejan estos dos aspectos de la adoración en la práctica?

C. ¿De qué modos es posible magnificar a Dios cuando no podemos agrandarlo? ¿Qué se magnifica en el proceso de nuestra adoración?

Resumen : La adoración implica mostrar honor y respeto, así como servicio y obediencia. El carácter de Dios y sus acciones redentoras provocan una respuesta de adoración en sus criaturas, que juntas reconocen su dependencia de Dios.

Ciclo de aprendizaje

Texto destacado: Apocalipsis  14:6, 7.

Concepto clave para el crecimiento espiritual: La verdadera adoración es una respuesta sincera por lo que es Dios y lo que ha hecho por nosotros.

1: ¡Motiva!

Solo para los maestros: La adoración es un tema clave en el tiempo del fin. La identidad de quien adoramos define nuestra lealtad. Al inicio de la lección, enfatiza la importancia de identificar correctamente a quién adoramos.

Diálogo inicial: Un día de verano, Juan decidió recoger algunas de las abundantes setas que crecían cerca de su casa. Había tomado un curso de recolección de hongos y tenía cierto conocimiento sobre la identificación de hongos. Vio un grupo de hongos que creía comestibles y los recogió para la cena. Tenía la intención de hacerlos controlar con un guía de campo al regresar para asegurarse de que fueran comestibles, pero cuando llegó a su casa se dio cuenta de que tenía poco tiempo para llegar a una cita. Convencido de que los hongos eran realmente comestibles, los cocinó y se los comió. Pero Juan no había identificado los hongos correctamente. Había comido una especie de hongo sumamente venenoso que destruye el hígado y con frecuencia ocasiona la muerte. Ocho horas más tarde, Juan comenzó a vomitar, y las pruebas mostraron que el hígado y los riñones estaban gravemente dañados. Si bien Juan sobrevivió, su error casi le costó la vida.

El apóstol Juan nos advierte que debemos ser igualmente cuidadosos con la identificación del objeto de nuestra adoración. Dios es el único objeto al que debemos adorar, y nuestra adoración debe reflejar nuestra lealtad a él.

Preguntas para dialogar : ¿Por qué resulta difícil distinguir entre los hongos comestibles y los venenosos? ¿Qué podría haber usado Juan para distinguirlos? ¿De qué modo tu respuesta podría ayudarte a reflexionar en la manera de distinguir entre el sistema de adoración verdadero y el falso?

2: ¡Explora!

Solo para los maestros: Este estudio analiza la naturaleza de la adoración y su papel en el Gran Conflicto. Resalta la importancia de entender en qué consiste la verdadera adoración, para evitar que Satanás nos engañe con formas falsas de adoración. No permitas que la clase entre en discusiones sobre estilos de adoración y preferencias.

Comentario de la Biblia
I. La naturaleza de la adoración

(Repasa, con tu clase, Apoc. 4:8-11.)

La Biblia utiliza múltiples palabras en griego y en hebreo para describir diferentes aspectos de la adoración. Las palabras hebreas para adoración enfatizan el honor, el respeto y la reverencia al enfocarse en las acciones de inclinarse, postrarse o humillarse ante otra persona. Sin embargo, la adoración en el Antiguo Testamento no se limita a las acciones corporales. También incluye los conceptos de obediencia y servicio que demuestran la realidad de nuestra adoración. Isaías claramente indica que el simple hecho de seguir las formas de las actividades de adoración sin obediencia en realidad no es adoración (Isa. 1:10-17; 58).

En el Nuevo Testamento, encontramos una variedad similar de palabras que pueden denotar inclinarse, reverenciar, mostrar honor y devoción o servir. La palabra más común para adoración en el Nuevo Testamento es proskyneō, que literalmente significa “beso hacia”. Es probable que refleje la costumbre de manifestar honor a un rey u oficial inclinándose ante él y besarle los pies, un acto que se entiende como una aceptación de dependencia o sumisión a la persona con autoridad. (Ver W. F. Arndt, F. W. Gingrich, F. W. Danker y W. Bauer, A Greek-English Lexicon of the New Testament and Other Early Christian Literature [Diccionario Griego-Inglés del Nuevo Testamento y otra literatura del cristianismo temprano], p. 882.) Al usar esta palabra para describir la adoración a Dios, podemos deducir que se pretende más que la acción física de besar o inclinarse. Adorar a Dios es reconocer la grandeza y la majestad de Dios; comprender que él es el Creador, y nosotros, criaturas; y admitir nuestra propia indignidad, impotencia y absoluta dependencia de él. Ese reconocimiento también implica la voluntad de aceptar el señorío de Dios sobre nuestra vida.





Respuesta  Mensaje 32 de 67 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 25/04/2022 18:47


La verdadera adoración tiene varias características importantes. Ante todo, va dirigida a Dios y solo a él (Deut. 6:13; Mat. 4:10). En segundo lugar, nunca es forzada. Es una respuesta espontánea al carácter de Dios y sus acciones redentoras en nuestro favor. Comienza en el corazón y no por las expectativas de los demás. En tercer lugar, la adoración no es simplemente una actividad del sábado de mañana o una parte de un culto de adoración. Es un estilo de vida. Debemos vivir nuestras respuestas a lo que Dios ha hecho por nosotros. Las criaturas vivientes en la sala del Trono, representadas en Apocalipsis 4, adoraban continuamente, de día y de noche. Si bien una actividad litúrgica tan intensa y focalizada no es posible en nuestra vida, esta imagen destaca la idea de que cada palabra y acción nuestra debe honrar el nombre de Dios.

La verdadera adoración tiene el potencial de unirnos de tal manera que no sería posible de otro modo. Cuando concentramos nuestra vida en adorar al Centro de nuestra fe, es menos probable que veamos las cosas que nos dividen. A solas o en un culto de adoración, adoramos con otros alrededor del mundo, alabando a Dios. Por lo tanto, la adoración nos da la oportunidad de reconocer que somos parte de algo que está más allá de nosotros mismos. Al mismo tiempo, la adoración nos recuerda nuestra dependencia de Dios. El orgullo y los celos, que causan discordia, se diluyen cuando reconocemos que todos somos criaturas que dependemos de Dios.

Considera : ¿En qué sentido la obediencia puede verse como adoración? ¿Cómo es una vida de adoración?

II. La adoración y el Gran Conflicto

(Repasa, con tu clase, Apoc. 14:6-12.)

La importancia de comprender la verdadera adoración se destaca por el papel central que desempeña la adoración en el mensaje de los tres ángeles y en el contexto más amplio del gran conflicto entre Dios y Satanás. La batalla comenzó con la rebelión de Satanás en el cielo y su orgullosa comparación con Dios (Isa. 14:14), y siguió al desafiar el carácter mismo de Dios. Mientras que Dios demuestra su carácter al derramar su amor y su gracia, lo cual suscita una respuesta de adoración, Satanás apela a la adoración a través del engaño. Satanás busca apartar nuestra vista de Dios al establecer un sistema alternativo de adoración. El mensaje del primer ángel es un recordatorio de que la única persona que merece adoración es Dios, el Creador del universo. Honrar el día de reposo que él santificó es un acto de adoración y lealtad a él. Sin embargo, limitar el significado solo al día de adoración es omitir las amplias implicaciones del mensaje. Adorar al Creador no es solo adorarlo directamente a él en el día señalado, sino también valorar su Creación. No puedes adorar verdaderamente al Creador mientras destruyes y abusas de lo que él ha creado. El mensaje del segundo ángel muestra el amor y la gracia de Dios, y presenta una advertencia para aquellos que han sido engañados por propuestas de salvación y adoración falsas. Finalmente, en el mensaje del tercer ángel, vemos que el hecho de elegir el enfoque de adoración equivocado finalmente conduce a la muerte, mientras que la decisión de adorar únicamente a Dios solo conduce a la vida. Como Dios es el Creador y el Sustentador de la vida, no esperaríamos nada menos. Cuando nos desconectamos de la Fuente de la vida, solo hay muerte.

Considera : ¿Por qué crees que la adoración es primordial en el mensaje de los tres ángeles? ¿Cómo puedes asegurarte de estar adorando al Creador y que no has caído en uno de los planes de Satanás para distraerte? ¿De qué manera nos une el mensaje de los tres ángeles?





Respuesta  Mensaje 33 de 67 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 25/04/2022 19:05


Adoración
(heb. generalmente shjh, "inclinación", "adoración"; {tsab [Jer. 44:19];
s
egid; gr. generalmente latréia, "servicio" [religioso], "culto"; latréuç, "servir",
especialmente en relación con las formas externas de adoración; proskunéin,
"postrarse", "besar" [como adoración]; proskunéç, "rendir obediencia
[reverencia]", "postrarse").
Actitud de humildad, reverencia, honor, devoción y adoración que señalan
adecuadamente las relaciones entre los seres creados y su Creador,
particularmente en su presencia. La Biblia enseña que tal adoración es
debida sólo al único Dios verdadero (Ex. 20:1-5; 34:14; Mt. 4:10; Hch. 10:25,
26). Los ángeles, aunque son seres celestiales, no deben ser objeto de
adoración (Ap. 19:10). Un estricto monoteísmo ha de caracterizar el culto
de quienes honran al verdadero Dios, el Creador del cielo y de la Tierra (Dt.
6:4, 5). Además, como Dios es "espíritu" (Jn. 4:23, 24), se prohíbe al
hombre adorarlo mediante representaciones materiales (Dt. 4:12, 15-19).


Respuesta  Mensaje 34 de 67 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 25/04/2022 21:05

El horno de fuego el remanente de Cristo al no adorar imágenes ni idolatría.

Este capítulo está basado en Daniel 3.

El sueño de la gran imagen, que presentaba a Nabucodonosor acontecimientos que llegaban hasta el fin del tiempo, le había sido dado para que comprendiese la parte que le tocaba desempeñar en la historia del mundo y la relación que su reino debía sostener con el reino del cielo. En la interpretación del sueño, se le había instruído claramente acerca del establecimiento del reino eterno de Dios. Daniel había explicado: “Y en los días de estos reyes, levantará el Dios del cielo un reino que nunca jamás se corromperá: y no será dejado a otro pueblo este reino; el cual desmenuzará y consumirá todos estos reinos, y él permanecerá para siempre... El sueño es verdadero, y fiel su declaración.” Daniel 2:44, 45. PR 369.1

El rey había reconocido el poder de Dios al decir a Daniel: “Ciertamente que el Dios vuestro es Dios de dioses, ... y el descubridor de los misterios.” Vers. 47. Después de esto, Nabucodonosor sintió por un tiempo la influencia del temor de Dios; pero su corazón no había quedado limpio de ambición mundanal ni del deseo de ensalzarse a sí mismo. La prosperidad que acompañaba su reinado le llenaba de orgullo. Con el tiempo dejó de honrar a Dios, y resumió su adoración de los ídolos con mayor celo y fanatismo que antes. PR 369.2

Las palabras: “Tú eres aquella cabeza de oro” (Vers. 38), habían hecho una profunda impresión en la mente del gobernante. Los sabios de su reino, valiéndose de esto y de su regreso a la idolatría, le propusieron que hiciera una imagen similar a la que había visto en su sueño, y que la levantase donde todos pudiesen contemplar la cabeza de oro, que había sido interpretada como símbolo que representaba su reino. PR 369.3

Agradándole la halagadora sugestión, resolvió llevarla a ejecución, e ir aun más lejos. En vez de reproducir la imagen tal como la había visto, iba a superar el original. En su imagen no habría descenso de valores desde la cabeza hasta los pies, sino que se la haría por completo de oro, para que toda ella simbolizara a Babilonia como reino eterno, indestructible y todopoderoso que quebrantaría y desmenuzaría todos los demás reinos, y perduraría para siempre. PR 370.1

El pensamiento de afirmar el imperio y establecer una dinastía que perdurase para siempre, tenía mucha atracción para el poderoso gobernante ante cuyas armas no habían podido resistir las naciones de la tierra. Con entusiasmo nacido de la ambición ilimitada y del orgullo egoísta, consultó a sus sabios acerca de cómo ejecutar lo pensado. Olvidando las providencias notables relacionadas con el sueño de la gran imagen, y olvidando también que por medio de su siervo Daniel el Dios de Israel había aclarado el significado de la imagen, y que en relación con esta interpretación los grandes del reino habían sido salvados de una muerte ignominiosa; olvidándolo todo, menos su deseo de establecer su propio poder y supremacía, el rey y sus consejeros de estado resolvieron que por todos los medios disponibles se esforzarían por exaltar a Babilonia como suprema y digna de obediencia universal. PR 370.2

La representación simbólica por medio de la cual Dios había revelado al rey y al pueblo su propósito para con las naciones de la tierra, iba a emplearse para glorificar el poder humano. La interpretación de Daniel iba a ser rechazada y olvidada; la verdad iba a ser interpretada con falsedad y mal aplicada. El símbolo destinado por el Cielo para revelar a los intelectos humanos acontecimientos futuros importantes iba a emplearse para impedir la difusión del conocimiento que Dios deseaba ver recibido por el mundo. En esta forma, mediante las maquinaciones de hombres ambiciosos, Satanás estaba procurando estorbar el propósito divino en favor de la familia humana. El enemigo de la humanidad sabía que la verdad sin mezcla de error es un gran poder para salvar; pero que cuando se usa para exaltar al yo y favorecer los proyectos de los hombres, llega a ser un poder para el mal. PR 370.3

Con recursos de sus grandes tesoros, Nabucodonosor hizo hacer una gran imagen de oro, similar en sus rasgos generales a la que había visto en visión, menos en un detalle relativo al material de que se componía. Aunque acostumbrados a magníficas representaciones de sus divinidades paganas, los caldeos no habían producido antes cosa alguna tan imponente ni majestuosa como esta estatua resplandeciente, de sesenta codos de altura y seis codos de anchura. No es sorprendente que en una tierra donde la adoración de los ídolos era universal, la hermosa e inestimable imagen levantada en la llanura de Dura para representar la gloria, la magnificencia y el poder de Babilonia, fuese consagrada como objeto de culto. Así se dispuso, y se decretó que en el día de la dedicación todos manifestasen su suprema lealtad al poder babilónico postrándose ante la imagen. PR 371.1




Respuesta  Mensaje 35 de 67 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 25/04/2022 21:11

Llegó el día señalado, y un vasto concurso de todos los “pueblos, naciones, y lenguas,” se congregó en la llanura de Dura. De acuerdo con la orden del rey, cuando se oyó el sonido de la música, todos los pueblos “se postraron, y adoraron la estatua de oro.” En aquel día decisivo las potestades de las tinieblas parecían ganar un triunfo señalado; el culto de la imagen de oro parecía destinado a quedar relacionado de un modo permanente con las formas establecidas de la idolatría reconocida como religión del estado en aquella tierra. Satanás esperaba derrotar así el propósito que Dios tenía, de hacer de la presencia del cautivo Israel en Babilonia un medio de bendecir a todas las naciones paganas. PR 371.2

Pero Dios decretó otra cosa. No todos habían doblegado la rodilla ante el símbolo idólatra del poder humano. En medio de la multitud de adoradores había tres hombres que estaban firmemente resueltos a no deshonrar así al Dios del cielo. Su Dios era Rey de reyes y Señor de señores; ante ningún otro se postrarían. PR 371.3

A Nabucodonosor, entusiasmado por su triunfo, se le comunicó que entre sus súbditos había algunos que se atrevían a desobedecer su mandato. Ciertos sabios, celosos de los honores que se habían concedido a los fieles compañeros de Daniel, informaron al rey acerca de la flagrante violación de sus deseos. Exclamaron: “Rey, para siempre vive... Hay unos varones Judíos, los cuales pusiste tú sobre los negocios de la provincia de Babilonia; Sadrach, Mesach, y Abed-nego: estos varones, oh rey, no han hecho cuenta de ti; no adoran tus dioses, no adoran la estatua de oro que tú levantaste.” PR 372.1

El rey ordenó que esos hombres fuesen traídos delante de él. Preguntó: “¿Es verdad Sadrach, Mesach, y Abed-nego, que vosotros no honráis a mi dios, ni adoráis la estatua de oro que he levantado?” Por medio de amenazas procuró inducirlos a unirse con la multitud. Señalando el horno de fuego, les recordó el castigo que los esperaba si persistían en su negativa a obedecer su voluntad. Pero con firmeza los hebreos atestiguaron su fidelidad al Dios del cielo, y su fe en su poder para librarlos. Todos comprendían que el acto de postrarse ante la imagen era un acto de culto. Y sólo a Dios podían ellos rendir un homenaje tal. PR 372.2

Mientras los tres hebreos estaban delante del rey, él se convenció de que poseían algo que no tenían los otros sabios de su reino. Habían sido fieles en el cumplimiento de todos sus deberes. Les daría otra oportunidad. Si tan sólo indicaban buena disposición a unirse con la multitud para adorar la imagen, les iría bien; pero “si no la adorareis—añadió,—en la misma hora seréis echados en medio de un horno de fuego ardiendo.” Y con la mano extendida hacia arriba en son de desafío, preguntó: “¿Qué dios será aquel que os libre de mis manos?” PR 372.3

Vanas fueron las amenazas del rey. No podía desviar a esos hombres de su fidelidad al Príncipe del universo. De la historia de sus padres habían aprendido que la desobediencia a Dios resulta en deshonor, desastre y muerte; y que el temor de Jehová es el principio de la sabiduría, el fundamento de toda prosperidad verdadera. Mirando con calma el horno, dijeron: “No cuidamos de responderte sobre este negocio. He aquí nuestro Dios a quien honramos, puede librarnos del horno de fuego ardiendo; y de tu mano, oh rey, nos librará.” Su fe quedó fortalecida cuando declararon que Dios sería glorificado libertándolos, y con una seguridad triunfante basada en una fe implícita en Dios, añadieron: “Y si no, sepas, oh rey, que tu dios no adoraremos, ni tampoco honraremos la estatua que has levantado.” PR 372.4

La ira del rey no conoció límites. “Lleno de ira, ... demudóse la figura de su rostro sobre Sadrach, Mesach, y Abednego,” representantes de una raza despreciada y cautiva. Ordenando que se calentase el horno siete veces más que de costumbre, mandó a hombres fuertes de su ejército que atasen a los adoradores del Dios de Israel para ejecutarlos sumariamente. 



Respuesta  Mensaje 36 de 67 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 25/04/2022 21:16


Entonces estos varones fueron atados con sus mantos, y sus calzas, y sus turbantes, y sus vestidos, y fueron echados dentro del horno de fuego ardiendo. Y porque la palabra del rey daba priesa, y había procurado que se encendiese mucho, la llama del fuego mató a aquellos que habían alzado a Sadrach, Mesach, y Abed-nego.” PR 373.2

Pero el Señor no olvidó a los suyos. Cuando sus testigos fueron arrojados al horno, el Salvador se les reveló en persona, y juntos anduvieron en medio del fuego. En la presencia del Señor del calor y del frío, las llamas perdieron su poder de consumirlos. PR 373.3

Desde su solio real, el rey miraba esperando ver completamente destruidos a los hombres que le habían desafiado. Pero sus sentimientos de triunfo cambiaron repentinamente. Los nobles que estaban cerca vieron que su rostro palidecía mientras se levantaba del trono y miraba intensamente hacia las llamas resplandecientes. Con alarma, el rey, volviéndose hacia sus señores, preguntó: “¿No echaron tres varones atados dentro del fuego? ... He aquí que yo veo cuatro varones sueltos, que se pasean en medio del fuego, y ningún daño hay en ellos: y el parecer del cuarto es semejante a hijo de los dioses.” PR 373.4

¿Cómo sabía el rey qué aspecto tendría el Hijo de Dios? En su vida y carácter, los cautivos hebreos que ocupaban puestos de confianza en Babilonia habían representado la verdad delante de él. Cuando se les pidió una razón de su fe, la habían dado sin vacilación. Con claridad y sencillez habían presentado los principios de la justicia, enseñando así a aquellos que los rodeaban acerca del Dios al cual adoraban. Les habían hablado de Cristo, el Redentor que iba a venir; y en la cuarta persona que andaba en medio del fuego, el rey reconoció al Hijo de Dios. PR 374.1

Y ahora, olvidándose de su propia grandeza y dignidad, Nabucodonosor descendió de su trono, y yendo a la boca del horno clamó: “Sadrach, Mesach, y Abed-nego, siervos del alto Dios, salid y venid.” PR 374.2

Entonces Sadrach, Mesach y Abed-nego salieron delante de la vasta muchedumbre, y se los vió ilesos. La presencia de su Salvador los había guardado de todo daño, y sólo se habían quemado sus ligaduras. “Y juntáronse los grandes, los gobernadores, los capitanes, y los del consejo del rey, para mirar estos varones, como el fuego no se enseñoreó de sus cuerpos, ni cabello de sus cabezas fué quemado, ni sus ropas se mudaron, ni olor de fuego había pasado por ellos.” PR 374.3

Olvidada quedó la gran imagen de oro, levantada con tanta pompa. En la presencia del Dios viviente, los hombres temieron y temblaron. El rey humillado se vió obligado a reconocer: “Bendito el Dios de ellos, de Sadrach, Mesach, y Abed-nego, que envió su ángel, y libró sus siervos que esperaron en él, y el mandamiento del rey mudaron, y entregaron sus cuerpos antes que sirviesen ni adorasen otro dios que su Dios.” PR 374.4

Lo experimentado aquel día indujo a Nabucodonosor a promulgar un decreto, “que todo pueblo, nación, o lengua, que dijere blasfemia contra el Dios de Sadrach, Mesach, y Abednego, sea descuartizado, y su casa sea puesta por muladar.” Y expresó así la razón por la cual dictaba un decreto tal: “Por cuanto no hay dios que pueda librar como éste.” PR 375.1

Con estas palabras y otras semejantes, el rey de Babilonia procuró difundir en todos los pueblos de la tierra su convicción de que el poder y la autoridad del Dios de los hebreos merecían adoración suprema. Y agradó a Dios el esfuerzo del rey por manifestarle reverencia y por hacer llegar la confesión real de fidelidad a todo el reino babilónico . PR 375.2

Era correcto que el rey hiciese una confesión pública, y procurase exaltar al Dios de los cielos sobre todos los demás dioses; pero al intentar obligar a sus súbditos a hacer una confesión de fe similar a la suya y a manifestar la misma reverencia que él, Nabucodonosor se excedía de su derecho como soberano temporal. No tenía más derecho, civil o moral, de amenazar de muerte a los hombres por no adorar a Dios, que lo había tenido para promulgar un decreto que consignaba a las llamas a cuantos se negasen a adorar la imagen de oro. Nunca compele Dios a los hombres a obedecer. Deja a todos libres para elegir a quien quieren servir. PR 375.3



Respuesta  Mensaje 37 de 67 en el tema 
De: Damarit Espinoza Enviado: 25/04/2022 21:21


Mediante la liberación de sus fieles siervos, el Señor declaró que está de parte de los oprimidos, y reprende a todos los poderes terrenales que se rebelan contra la autoridad del Cielo. Los tres hebreos declararon a toda la nación de Babilonia su fe en Aquel a quien adoraban. Confiaron en Dios. En la hora de su prueba recordaron la promesa: “Cuando pasares por las aguas, yo seré contigo; y por los ríos, no te anegarán. Cuando pasares por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.” Isaías 43:2. Y de una manera maravillosa su fe en la Palabra viviente fué honrada a la vista de todos. Las nuevas de su liberación admirable fueron transmitidas a muchos países por los representantes de las diferentes naciones que Nabucodonosor había invitado a la dedicación. Mediante la fidelidad de sus hijos, Dios fué glorificado en toda la tierra. PR 375.4

Importantes son las lecciones que debemos aprender de lo experimentado por los jóvenes hebreos en la llanura de Dura. En esta época nuestra, muchos de los siervos de Dios, aunque inocentes de todo mal proceder, serán entregados para sufrir humillación y ultrajes a manos de aquellos que, inspirados por Satanás, están llenos de envidia y fanatismo religioso. La ira del hombre se despertará en forma especial contra aquellos que santifican el sábado del cuarto mandamiento; y al fin un decreto universal los denunciará como merecedores de muerte. PR 376.1

El tiempo de angustia que espera al pueblo de Dios requerirá una fe inquebrantable. Sus hijos deberán dejar manifiesto que él es el único objeto de su adoración, y que por ninguna consideración, ni siquiera de la vida misma, pueden ser inducidos a hacer la menor concesión a un culto falso. Para el corazón leal, los mandamientos de hombres pecaminosos y finitos son insignificantes frente a la Palabra del Dios eterno. Obedecerán a la verdad aunque el resultado haya de ser encarcelamiento, destierro o muerte. PR 376.2

Como en los días de Sadrach, Mesach y Abed-nego, en el período final de la historia de esta tierra, el Señor obrará poderosamente en favor de aquellos que se mantengan firmemente por lo recto. El que anduvo con los notables hebreos en el horno de fuego acompañará a sus seguidores dondequiera que estén. Su presencia constante los consolará y sostendrá. En medio del tiempo de angustia cual nunca hubo desde que fué nación, sus escogidos permanecerán inconmovibles. Satanás, con toda la hueste del mal, no puede destruir al más débil de los santos de Dios. Los protegerán ángeles excelsos en fortaleza, y Jehová se revelará en su favor como “Dios de dioses,” que puede salvar hasta lo sumo a los que ponen su confianza en él. 





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