La personalidad se altera de forma gradual o repentina; el contacto con el paciente resulta cada día más difícil y éste se retrae cada vez más en su propio mundo. Es muy difícil distinguir de otras formas de psicosis los síntomas de la esquizofrenia, por lo que existe un rechazo general a usar el término esquizofrenia.
La esquizofrenia paranoide es aquella enfermedad que se caracteriza por los siguientes síntomas: predominio de ideas delirantes y alucinaciones, lesiones graves a uno mismo y a los demás, alteraciones de la personalidad....
1. Etapa prepsicótica: Se caracteriza por rasgos semejantes a los que más tarde, pasada la etapa de psicosis activa, se instalan definitivamente y con mayor intensidad: son los llamados síntomas negativos (anhedonia, energía, embotamiento afectivo, etc.). También pueden aparecer dificultades de relación interpersonal, alteraciones cognitivas, dificultades de adaptación escolar, etc. Sin embargo, no es raro encontrar enfermos en los que no hay ninguna alteración durante su etapa premórbida.
2. Etapa psicótica florida: que es nueva o se superpone a la anterior. Suelen presentarse síntomas positivos (delirios y alucinaciones) y aparece en la etapa puberal y postpuberal. El estrés suele ser un factor importante en su aparición.
Etapa residual: es una etapa prolongada en la que predominan los síntomas negativos y de la que puede haber reactivaciones similares a la etapa psicótica florida. Estos síntomas negativos se caracterizan por pobreza del lenguaje y pensamiento, aplanamiento afectivo, enlucimiento y bajo nivel de actividad.
Las manifestaciones básicas consisten en una mezcla de signos y síntomas característicos que ha estado presentes durante un periodo de tiempo importante a lo largo de 1 mes, con algunos de los de los signos del trastorno que persisten durante un mínimo de 6 meses. Los síntomas afectan a múltiples procesos psicológicos, como la percepción ( alucinaciones), ideación, comprobación de la realidad ( delirios), procesos de pensamiento ( asociaciones laxas), sentimientos ( aplanamiento afectivo, afecto inapropiado), conducta ( catatonia, desorganización), atención, concentración, motivación (abulia, deterioro de la intención y la planificación) y juicio.
Estas características psicológicas y conductuales se asocian a diversos tipos de deterioro de la función laboral o social. Aunque puede haber un notable deterioro con dificultades en múltiples dominios funcionales, el trastorno se caracteriza por una mayor heterogeneidad entre los distintos individuos y una variabilidad en cada uno de ellos a lo largo del tiempo. También se asocia a un aumento de la incidencia de enfermedades médicas generales, y de portabilidad, especialmente por suicidio, que se da en un 10% de los pacientes.
Los síntomas de la esquizofrenia se ha clasificado en dos categorías (síntomas positivos y negativos), a las que recientemente se ha añadido una tercera, la de desorganización, ya que los análisis estadísticos han mostrado que esta dimensión es independiente de la categoría de los síntomas positivos en la que se incluía anteriormente.
Los síntomas positivos consisten en delirios y alucinaciones. Los síntomas de desorganización incluyen el habla desorganizada y falta de atención. Los síntomas negativos consisten en una limitación de la gama e intensidad de las expresiones emocionales (aplanamiento afectivo), una reducción de la productividad del pensamiento y el habla (alogia), anhedonía y una reducción del inicio de comportamiento dirigido a un objeto (abulia). En el subtipo paranoide, la preocupación por las ideas delirantes o las alucinaciones auditivas es una característica prominente. Este tipo es el menos grave.
El diagnóstico de la esquizofrenia se lleva a acabo cuando aparecen en el supuesto paciente uno o dos síntomas a través de episodios repetidos con frecuencia variable a lo largo de un mes o más. Dependiendo de la frecuencia de los episodios, de las características psíquicas de éstos y de la gravedad, se diagnostica esquizofrenia y se determina de qué tipo se trata. Los síntomas o características de la esquizofrenia paranoide son los siguientes:
• Manía persecutoria.
• Celos.
• Sentimiento de misión especial en la vida.
• Sentimiento de transformación corporal.
• Alucinaciones auditivas sin sentido, ininteligibles.
• Alucinaciones de otra índole (olfatoria, gestatorias, sexuales…).
El plan de tratamiento debe involucrar al paciente y a su familia a través de colaboraciones activas, además de plantear intervenciones farmacológicas, psicoterapéuticas psicosociales y de rehabilitación adecuadas. Muchos enfermos requieren una asistencia general y de por vida, además el psiquiatra no sólo actúa como tal, sino como punto de apoyo durante el tratamiento del paciente, además de actuar como miembro de un equipo que trabaja colaborativamente.
Actualmente no existe curación para la esquizofrenia, aunque el tratamiento puede reducir considerablemente sus síntomas. Los objetivos de cualquier tratamiento son la reducción de la frecuencia, la gravedad y consecuencias de los episodios de esquizofrenia. Los específicos dependen de la fase en la que se encuentra la enfermedad o de las características propias del paciente.
La asistencia o tratamiento incluye una serie de intervenciones, unas de carácter clínico y otras de carácter psicoterapéutico. Se deben conocer los factores biológicos, interpersonales, sociales y culturales que determinan al paciente. Además, se le debe informar sobre su enfermedad.
Aunque las intervenciones psicosociales y terapéuticas mejoran notablemente el transcurso de la enfermedad, es recomendable aplicar un tratamiento farmacológico ya que se producirá una reducción casi de más del 50% de los síntomas durante el proceso de la enfermedad. La perfecta combinación para lograr un buen tratamiento de esta enfermedad es aquella en la que se tiene en cuenta el tratamiento farmacológico, el biológico, el social, el psicosocial y el terapéutico.
1. Alfredo Luis: Trabajos Psicoanalíticos (Conducta violenta y esquizofrenia paranoide, Madrid, Editorial de la Universidad Complutense de Madrid, 1992)
2. FERNÁNDEZ EGEA, Emilio; BERNARDO ARROLLO, Miquel; HERZ MARVIN, I.: Trabajos Psicoanalíticos ( Guía clínica para el tratamiento de la esquizofrenia, Barcelona, Ars Médica, 2001.)
3. SMITH, Richard: Trabajos Psicoanalíticos (Guía médica familiar, Barcelona, Editorial Orbis, 2001)