Las riquezas y el amor al dinero.
Por. María Elena de Lambaren
Eclesiastés 5:10-20
El que ama el dinero, no se saciará de dinero; y el que ama el mucho tener, no sacará fruto.
También esto es vanidad.Cuando aumentan los bienes, también aumentan los que los consumen. ¿Qué bien, pues, tendrá su dueño, sino verlos con sus ojos?
Dulce es el sueño del trabajador, coma mucho, coma poco; pero al rico no le deja dormir la abundancia.
Hay un mal doloroso que he visto debajo del sol: las riquezas guardadas por sus dueños para su mal; las cuales se pierden en malas ocupaciones, y a los hijos que engendraron, nada les queda en la mano.
Como salió del vientre de su madre, desnudo, así vuelve, yéndose tal como vino; y nada tiene de su trabajo para llevar en su mano.
Este también es un gran mal, que como vino, así haya de volver.
¿Y de qué le aprovechó trabajar en vano?
Además de esto, todos los días de su vida comerá en tinieblas, con mucho afán y dolor y miseria.
He aquí, pues, el bien que yo he visto: que lo bueno es comer y beber, y gozar uno del bien de todo su trabajo con que se fatiga debajo del sol, todos los días de su vida que Dios le ha dado; porque está es su parte.
Asimismo, a todo hombre a quien Dios da riquezas y bienes, y le da también facultad para que coma de ellas, y tome su parte, y goce de su trabajo, esto es don de Dios.
Porque no se acordará mucho de los días de su vida; pues Dios le llenará de alegría el corazón.
1ra de Timoteo 6:9-10
Porque los que quieren enriquecerse caen en tentación y lazo, y en muchas codicias necias y dañosas, que hunden a los hombres en destrucción y perdición; porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.
Ordenanza
1ra de Timoteo 6:17-19
A los ricos de este siglo manda que no sean altivos, ni pongan la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos.
Que hagan bien, que sean ricos en buenas obras, dadivosos, generosos; atesorando para sí buen fundamento para lo por venir, que echen mano de la vida eterna.
Amén.
Reflexión
Querida hermana (o) no es que el dinero sea malo, no de ninguna manera, más bien es lo que le hace el dinero al ser humano, cuando olvidan de donde proviene cuando se envanecen y creen en su propia prudencia, o tal vez cuando creen que ellos lo han creado y piensan que esas riquezas les dará poder, negando así el nombre de Dios.
De esa forma creen que su riqueza les abrirá puertas, es allí cuando la altivez y la soberbia se enseñorea de ellos, olvidando así la humildad, se vanaglorian y empieza la riqueza a ser raíz de todos los males en sus vidas.
Cuando las riquezas no se saben manejar envanecen al hombre, llenan el corazón de altivez, se hacen codiciosos atesoran riquezas, y muchas veces no miran la necesidad y el hambre que hay en el mundo, olvidando a sus semejantes, y muchas veces a sus propias familias, cuando se es muy rico, jamás reconocen a Dios en todos sus caminos tristemente lo olvidan, nunca veremos a un millonario entrar a orar a un templo, jamás le veremos en una velada de oración, o en una campaña de evangelismo, jamás saldrán con una pancarta a testificar del amor de Dios.
Los millonarios de este mundo, están más preocupados por ver cómo está bolsa, a la alta o a la baja, como van sus inversiones, a cuanto quedo el Euro, etc..
Esto es lo más terrible que le puede suceder a un hombre, recordemos que la palabra nos narra lo que dijo Jesús a sus discípulos:
De cierto os digo, que difícilmente entrará un rico en el reino de los cielos. Otra vez digo, que es más fácil pasar un camello por el ojo de una aguja, que entrar un rico en el reino de Dios.
Y esto es porque de pronto al hombre rico, se le olvida de donde proviene la riqueza, y de esa forma niegan a quién la provee, que es Dios.
Confían en su propia prudencia, y olvidan que de Dios vienen todas las bendiciones.
De hecho Dios quiere bendecir a todos, el desea que vivamos una vida en abundancia conforme a las riquezas en gloria, pero también quiere que no olvidemos de donde provienen.
Nunca olvides quién es Él que bendice.
Un templo es como un hospital, al cual entra no el más sano, sino el más enfermo, así es para muchos un templo entra el más necesitado, el que atraviesa por pobreza y miseria, el que tiene muchas deudas, el que padece cáncer, el que le han diagnosticado pocos días de vida, el que perdió el trabajo, el que perdió un hijo, entra el más vulnerable, el que está siendo azotado y atribulado, ese tipo de personas son las que buscan de Dios, es triste reconocer que muchos son infieles y le buscan solamente cuando tienen mil problemas, el rico jamás reconoce que debe dar gracias a Dios por los millones que Dios le ha dado, sus preocupaciones son otras, tal vez andan viendo que avión privado podrán adquirir, o que yate pueden comprar, tal vez que mansión lujosa podrán comprar, tal vez piensan en su auto deportivo de lujo, reitero, es triste ver lo que el dinero le hace al hombre cuando olvida de donde proviene su riqueza.
Oremos:
Señor te imploramos toca el corazón de un hombre rico este día, toca con el poder que hay en ti, para que sea dadivoso y misericordioso con una familia necesitada en pobreza y miseria y por aquel que está en desgracia.
por: María Elena de Lambaren