CUIDADO CON AUTOENGAÑARNOS Todas las personas que han hecho alguna vez la oración de fe, confesando con su boca el nombre del Señor Jesucristo, sienten la necesidad de buscar información que les aclare el contenido de los versículos de la Biblia. Por supuesto la gran mayoría de creyentes recurren a la exuberante  bibliografía cristiana, a sus pastores y pastoras, a la televisión y al internet, buscando testimonios, explicaciones e interpretaciones que les ayuden a establecer una relación con Dios, o por lo menos les guíe en como seguir y obedecer los mandamientos de Dios, y más delicado aún sobre cómo llegar a sentir y cómo se manifiesta la presencia de Dios en sus vidas.     Pero este exceso de palabras que circulan por todos estos medios, son muy peligrosos para el creyente que apenas inicia su camino con Jesucristo, y lo son incluso para el creyente o siervo más entrenado por el Espíritu Santo en la palabra. Podemos encontrar la razón de este peligro en estas palabras de la Sagrada Escritura:   LO QUE SALE DE LA BOCA, DEL CORAZÓN SALE; Y ESTO CONTAMINA AL HOMBRE. Mateo 12: 18.8 Respondiendo Jesús, les dijo: Mirad, que nadie os engañe. 19En las muchas palabras no falta pecado. Proverbios 19:10 46 Guardaos de los escribas, que gustan de andar con ropas largas, y aman las salutaciones en las plazas, y las primeras sillas en las sinagogas, y los primeros asientos en las cenas; 47 que devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones; éstos recibirán mayor condenación. Lucas 20: 46 -47. Con estas palabras de Dios, recordamos cuales son nuestros tres enemigos y el orden en que nos atacan: Primero está la carne, que nos puede hacer pecar porque el cuerpo en general quiere hacer su capricho. Segundo el mundo con todas sus provocaciones que se resumen en palabras como: autorrealización, éxito, dinero, fama, afán, etc. Tercero Satanás, el engañador este último aprovecha para robar, destruir y matar, cuando le hemos abierto la puerta de nuestro corazón, cediendo a la tentación de alguno de los anteriores.           Recordar esto último resulta de suprema importancia para entender que los cristianos debemos, perseverar en la Sagrada Escritura únicamente.  Porque, las palabras dichas e interpretadas por el corazón de un hombre o de una mujer que dicen servirle a Dios, pueden estar absolutamente contaminadas de su sabiduría humana que resulta siendo terrenal, animal y diabólica. Esto acontece sobre todo cuando los siervos no han querido renunciar al conocimiento que recibieron en su carrera universitaria o a su experiencia en el mundo, esto hace que aparezcan escritos cristianos con términos de diferentes ciencias que terminan contaminando el sentido vivencial de la Sagrada Escritura y enredando al creyente.      Quiero aclarar, que no trato de desvirtuar la labor y la diligencia de algunos Predicadores y escritores cristianos, que reciben hermosas e impresionantes revelaciones que ayudan al pueblo cristiano ubicarse en el camino de la salvación, o evangelizan al pueblo no creyente aún. Pero hoy Dios me ha inquietado sobre este tema y me ha hecho ver la necesidad de ser diligentes en escudriñar el sentido verdadero de las palabras del evangelio y ceñirnos a esa verdad, porque ser cristiano se resume en recibir los mandamientos del amor Dios, guardarlos, obedecerlos y reclamar en oración las promesas que estos conllevan.     Un cristiano que comienza a practicar cualquiera de los siguientes hábitos puede llegar a tener momentos de mucho sufrimiento y confusión, por poner los ojos en lo que no debe:   1)      Rendir culto a la personalidad de algún predicador. 2)      Creer en la supuesta revelación que le da algún libro para su vida,  sin confirmarla con el Espíritu Santo o con algún siervo de Dios.    3)      Volverse adicto a consultar internet, tomando las reflexiones, las historias, las parábolas, etc., como palabra de Dios para alentar su fe.  No nos equivoquemos la Sagrada Escritura es la única palabra de Dios. Si un siervo de Dios escribe, sus escritos deben tener correspondencia con la Sagrada Escritura. 4)     Volverse adicto a la televisión, va muy unido a veces con rendir culto a la personalidad de algún Predicador. 5)      Creer que su Pastor o Pastora es Dios, todo siervo de Dios sigue siendo un ser humano sujeto a sus debilidades, todo creyente ha de tener claro que, lo que debemos admirar en ellos, e imitar es su Fe, según los resultados que veamos en su labor. Saber que si nos sentimos enamorados o admirados de lo que esa persona es, es porque Jesús ha hecho resplandecer su rostro sobre ella, por tanto a quien debemos mirar fijamente es a Cristo y no a la persona. Si fijamos nuestros ojos en Cristo,  inevitablemente fijaremos nuestros ojos en la Sagrada Escritura. ¿O caso usted no se apasionaría por leer la biografía o la autobiografía  del personaje famoso que usted más admira? Para no autoengañarnos es necesario perseverar en la Sagrada Escritura, leyendo un capítulo diario así sintamos que no entendemos nada, eso no importa, el mismo profeta Daniel dice que él oyo y no entendió (Daniel 12:8. Y yo oí más no entendí). Sencillamente lea en voz alta, creyendo todo lo que se escucha decir. No importa que no lo entienda, o sienta que eso no le podría suceder a usted. Sólo hágalo y permita que el Espíritu Santo haga su trabajo a través de la unción: Pero la unción que vosotros recibisteis de él (Cuando hacemos la oración de fe de corazón, Jesús nos unge) permanece en vosotros, y no tenéis necesidad de que nadie os enseñe; así como la unción misma os enseña todas las cosas, y es verdadera, y no es mentira, según ella os ha enseñado, permaneced en él.  1 Juan 2:27. Lo más importante de este artículo es que usted, tome nota de este último versículo y ore pidiéndole a nuestro Padre Jehová que avive en usted esa unción, para que le sea abierto el entendimiento y pueda hallar en la lectura diaria ese versículo que le guiará el camino de seguir a Jesús.  Si usted siente que no hizo de corazón la oración de fe en un principio, vuélvala hacer, de hecho es recomendable que lo haga cada vez que usted sienta que necesita afirmar su fe, reitere en oración que Jesús es su Salvador, y que usted recibe el perdón y el amor de Dios.    con  Amor, Andrea30.    by Ximena777 - 04-05-09