** El dia, soleado, taciturno, majestuoso, uno de aquellos pocos cumulos de nubes se acercaban al sol, quien definia suavemente su contorno sobre la tierra, el viento juega suave y tenaz sobre la llanura, donde un hombre con la inmensa tranquilidad de quien no ha cometido barbarie alguna descansa, sentado sobre una roca, con el torso descubierto, se encuentra, obvservando las suaves gabiotas que se perfilan mientras siente el flujo de la brisa sobre su cara, la misma que juega con la arena, el mar y las palmeras de aquel valle en la isla donde se encuentra, sin embargo, .....

el suave cosmo de la doncella se observa con denuedo sobre la entrada de aquel laberinto, el cual pasa del oscuro a la luz y viceversa produciendo una suavidad de detalles claroscuros en su momento, se dice que de aquel laberinto jamas podras salir, si tu alma es tan impura como para no ver la salida, los geminianos por años, lustros, decadas, siglos, han protegido esta casa y observan el detalle de aquella forma de defensa en la tercera casa del zodiaco, la casa de los gemelos, suavemente el laberinto se disipa al sentir el cosmo de la persona que se acerca, este cosmo es percibido a miles de metros, donde un joven observa añorando la distancia....

cierra sus ojos, y se concentra, su respiracion es calmada, su cuerpo es tostado por el sol, mientras ahi sentado sobre lo que pareciera una piedra agreste, su cosmo lo rodea, haciendolo refulgir cual rayo de luz, sus palabras suenan en su mente, ..... pero.....

en la tercera casa se escuchan, suavemente la tonada grave de la voz de un varon se abre por encima de la diosa, proveniendo de todos lados y de ninguno a la vez, con voz plausible y tranquila, comienza a decir

-- Bienvenida mi Sra --**

Atte